domingo, marzo 14, 2021
Derecha, Nueva Derecha, ultra/radical/extrema derecha
José Joaquín Brunner, uno de los pioneros del
“socialismo renovado” en el Chile de los 80, ha estado escribiendo para el
medio El Líbero (1) columnas sobre la identidad de la derecha hoy en día. En una de ellas señala
que, a diferencia de la izquierda que es fundamental y expresamente
“ideológica”, “las derechas contemporáneas
son de una baja—o, en cualquier caso, menor—intensidad ideológica”, lo
cual se explica por “el hecho de estar
ellas habitualmente del lado del orden establecido, lo cual supone, como es
bien sabido, gozar del favor de los poderes fácticos”. Así, “antes que críticos, los partidos de la
derecha son representantes ‘naturales’ del status quo; son los administradores
que conocen -mejor que cualquiera otro- sus palancas secretas en la esfera
económica y en la esfera del derecho”, y de ahí que “los contenidos esenciales
del pensamiento de derecha, sus manifestaciones o emanaciones
espontáneas, tiendan a ser la conservación del orden —la seguridad de la
propiedad y la vida privada— y la libre iniciativa en la esfera de los
mercados. Es decir, el orden y sus fundamentos sociales y el liberalismo de las
cosas, su libre circulación e intercambio” (2).
En esto Brunner sigue la distinción tradicional entre derecha e izquierda
surgida hace dos siglos con ocasión de la Revolución francesa. En la versión de
Wikipedia: “El origen histórico de
esta oposición debe buscarse en un hecho fortuito, la
ubicación geográfica de los delegados con diferentes orientaciones doctrinales
en la Asamblea
Nacional de
agosto-septiembre de 1789. En efecto, en oportunidad de debatir sobre
el peso de la autoridad real frente al poder de la asamblea popular en la
futura constitución, los diputados partidarios del veto real (en su
mayoría pertenecientes a la aristocracia o al clero) se agruparon a
la Derecha del presidente (posición ligada al hábito de ubicar
allí los lugares de honor). Por el contrario, quienes se oponían a este veto se
ubicaron a la Izquierda autoproclamándose como “patriotas” (en
su mayoría los diputados del llamado Tercer Estado)”.
Una inversión significativa ha operado con el paso del tiempo de modo
que, tal como en 1920 (3),
los “patriotas” actuales son los defensores del orden tradicional que se
percibe amenazado por la revuelta popular. Del mismo modo, en dos siglos se han
producido toda clase de desplazamientos y mescolanzas ideológicas que resulta
interesante analizar. Pues a diferencia de lo que dice Brunner (o incluso
Bordiga) el fascismo y el post-fascismo tienen una dimensión ideológica, aunque
su “ideología” sea flexible y contradictoria, que es necesario comprender para
poder neutralizar sus posibilidades de crecimiento, que es siempre una
posibilidad en medio de grandes crisis sociales.
En relación a la llamada “ultraderecha”, Cas Mudde la define en
oposición a las derechas establecidas (conservadoras y liberal/libertarias),
como “una derecha antisistema,
hostil a la democracia liberal” (4).
Además, como señala Titelman
siguiendo a Mudde, “la ultraderecha puede dividirse en derecha extrema y
derecha radical: Ambas son hostiles a la democracia liberal, pero por motivos
diferentes. La derecha extrema se
opondría a la esencia de la democracia, como la soberanía popular y la
decisión por voto mayoritario. En cambio, la derecha radical acepta la esencia democrática, pero se opone a
aspectos fundamentales de la democracia liberal, esto es, derechos de minoría,
el Estado de derecho y la separación de poderes” (5).
En este esquema el fascismo y nazismo
serían formas típicas de extrema derecha, mientras la derecha radical se
expresaría en movimientos populistas de derecha. Titelman dice que es posible
extender esta definición hacia la izquierda, distinguiendo “una izquierda
extrema antidemocrática y una izquierda radical antiliberal” (6).
Digresión de Extrema izquierda: democracia, anarquía y comunismo
A ello cabría agregar que sólo
dentro de la posición anarquista y comunista radical es posible encontrar la
especificidad de una crítica no sólo del Estado sino que de la democracia en sí
misma, la que no se da en las formas estatalistas de extrema izquierda (como
todos los derivados del marxismo-leninismo), ni tampoco en las formas
neokeynesianas de nueva izquierda altermundialista.
Esta crítica comunista/anarquista
de la democracia es mal vista en un espectro político que confunde dicha
posición con la del fascismo, pero como ha señalado Dauvé “el comunismo se
opone a la democracia porque es antiestatal”, mientras “el fascismo tan sólo se
opone a la democracia porque es proestatal”. De esta manera, mientras para los
comunistas radicales “la democracia es (…) una forma de Estado”, los
reaccionarios “la ven como un régimen político que consideran demasiado débil
para defender al Estado”.
Así que ambas críticas de la
democracia son radicalmente diferente en su fundamento y también en sus
consecuencias, pues mientras la reacción
y el fascismo denuncian “la libertad personal y el individualismo burgues para
reemplazarlos por (nuevas o antiguas) formas de autoridad opresora”, la
perspectiva comunista “tiene como objeto realizar las aspiraciones individuales
a una libertad que es tanto personal como vivida con los demás”. Mientras la
reacción quiere “menos que individuos”, el comunismo radical “quiere más que el
individuo” (7).
No está demás señalar que tanto
para Dauvé como para nosotros el comunismo no tiene mucho que ver con los
“partidos comunistas” oficiales, que más bien expresan una forma del partido histórico
de la socialdemocracia, desde la socialdemocracia radical de Lenin a los intentos
de renovación post-estalinista a la manera del llamado eurocomunismo. Otra
discusión que no abordaré acá es la de si el estalinismo fue una forma de “fascismo”,
tesis que ha sido defendida por varios comunistas disidentes desde Paul Mattick
y Herman Gorter a Wilhelm Reich, que con buenos argumentos calificaron al
estalinismo de “fascismo rojo”, o si es más adecuado meterlo en el más amplio
concepto del “totalitarismo” propuesto por Hannah Arendt (8).
1.- Que vendría siendo algo así como “El Desconcierto” de la derecha dura.
3.- Sobre el ambiente político de 1920 en Chile ver mi columna: https://lavozdelosquesobran.cl/septiembre-de-1920-encarcelamiento-y-muerte-del-poeta-jose-domingo-gomez-rojas/
4.- Mudde, C., The Far
Right Today, John Wiley & Sons, 2019. Referido en: Noam
Titelman, “¿Cómo es la “ultra” de derecha, izquierda y centro?”, Ciper
académico, 18 de junio de 2020.
5.- Ibíd. Disponible en: https://www.ciperchile.cl/2020/06/18/como-es-la-ultra-de-derecha-izquierda-y-centro/
6.- Ibíd.
7.- Gilles Dauvé y Karl Nésic, Contribución a la crítica de la autonomía política,
Mariposas del Caos, 2016, págs. 20-21.
8.- Más interesante que eso me parece la perspectiva de Fredy Perlman el “El
persistente atractivo del nacionalismo”, incluido en su antología de textos publicada
Lazo Negro ediciones, Rosario, 2019, bajo el título de La reproducción de la
vida cotidiana.
Etiquetas: anarquia, comunismo, derecha del capital, fascist pigs, izquierda del capital