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sábado, noviembre 30, 2024

Discos del 2024: the rest of the best // Roy Haynes (1925-2024) R.I.P. 

 Reconozco que el listado inicial de 6.6 discos me quedó algo cargadito al "heavy metal", y lo que no era heavy metal eran bandas rosarinas. Curioso: ¿no?

(Aunque hasta esa etiqueta podría ser discutible: he notado que los metaleros realmente existentes llaman Heavy Metal a la prehistoria del género: de Black Sabbath al primer Judas Priest y por ahí. A lo demás lo llaman simplemente Metal, por lo general asociado al respectivo subgénero: thrash, death, black...). 

((Pero insisto: yo no soy un metalero. Sólo soy un tipo especial de punk rocker, un amante del sonido en general, la música de los humanos, el canto de los pájaros, y las subgéneros más raros y extremos que se han desarrollado en la periferia de la industria cultural (Teddy/Max) por lo general en oposición a ella, aunque no pocas veces recuperados por el largo brazo del capitalismo musical.

En síntesis: soy sólo un Black Metal Gurú)).

Entonces, en medio de estos días finales del penúltimo mes del año, y de un viaje breve e intenso a la ciudad de Temuco...

[por cierto, nunca en mi vida vi tanta gente con poleras de Iron Maiden: en la calle, metro, micro y aeropuertos. Eran tantos y tantas que me preguntaba, si Chile es un país tan pero tan metalero trve, ¡por qué mierda en las radios y en los bares suena puro pop de mierda, electrónica punchy punchy y versiones horribles de lo-que-se-te-ocurra en bossa nova?]

...me puse a pensar qué discos se me podrían haber pasado, o peor aún, en qué músicas realmente excelentes habían sido posiblemente editadas este año, y yo por andar adorando a Bafomet, Lucifer y Vajrapani ni siquiera me había enterado.

Una amiga me recordó dos obras que yo había disfrutado este año, una de las cuales se me había olvidado del todo:

Darkthrone, con su enésimo album, "It Beckons Us All".


A estas alturas, a exactamente 1 año y 6 meses de haberme fascinado con el metal oscuro (denominación que en mi constelación de ideas y conceptos -si me perdonan la cursilería seudobenjaminiana, absolutamente innecesaria- es algo así como el black metal y +: proto, post, algunas zonas contiguas y otros derivados), mi apreciación sobre DT, la banda que me inició en este viaje, es algo más sosegada: ningún disco en su abultada discografía es realmente malo, pero lo que hace realmente ENORME su aporte es lo que ocurrió entre sus primeros demos a fines de los 80, el primer disco, y hasta Panzerfaust. 

La obra cumbre sin lugar a dudas es "Under a funeral moon" (1993): después de eso, "Transilvanian Hunger" y "Panzerfaust", por excelentes que le parezcan ahora hasta al sobrino de tu vecina, son como discos solistas de Fenriz, que inventó y grabó los temas a los que luego Nocturno Culto agregó la voz.

¿Y como es el disco nuevo? La verdad, queridxs amigxs, es que no lo recuerdo. Lo escuché con entusiasmo el mismo día que salió, y luego como 4 veces más. Y nunca más. Lo cual puede hablar más mal de mí que del disco, pero es un indicio claro de por qué no llegó al listado 6.6




Otro que se me había olvidado es el que sacó Inquisition, "Veneración del misticismo medieval y la violencia cosmológica". Para los que no lo saben, esta antigua banda tuvo una primera vida en Cali, Colombia, a fines de los 80, como un ensamble interesante de thrash metal que primero se llamó Guillotina. Después se fueron hacia el lado oscuro, creando una especie de black metal que oscila entre la adoración del fuego en el centro de le tierra y la contemplación mística de la oscuridad entre la luz de las estrellas. En otras palabras, es a la vez diabólico y cósmico. En 1996 Dagon se trasladó a Estados Unidos, donde se asoció con el baterista Incubus, que son el núcleo de la banda hasta el día de hoy.

Sin ser un gran conocedor de sus obras completas, había conseguido hace poco en Cruel Wretch (tienda BM ubicada en la vereda del Galpón Victor Manuel del Persa Biobío, por calle Placer) un album llamado "Bloodshed across the Empyrean Altar beyond the celestial zenith", del 2016. Me sorprendió la calidad de la grabación.  Este último también suena muy bien, lo que permite apreciar un interesante trabajo de guitarras que hasta podría pasar por alguna forma de recepción metalizada del post punk. Créanme: suena horrible en mi descripción, pero es bellísimo. 

Chutas, la idea era ir en este agregado más allá del heavy metal, pero me acabo de acordar de un gran disco de Black/War metal que salió también este año: Antichrist Siege Machine, con "Venganza del Fuego Eterno". 


No tenía idea de ellos pero me los recomendó un amigo luego del último lanzamiento de Barricadas a go-go, en la despedida del local de Esqueleto Libros. Después me lo topé en Deathly Domains, otro de los lugares donde puedes capturar metal oscuro en el Galpón Victor Manuel.

A mi que me impresionaba el inicio del clásico segundo album de Immortal, "Pure Holocaust" porque tras 9 segundos de un inicio a velocidad normal arrancaba un blast beat que ya no paraba en todo el resto del disco, no me podía dejar indiferente este inicio: tras dos toques de baqueta, en menos de 1 segundo, el blast beat llega con violencia supersónica y no abandona nunca más.  Como decía un amigo porteño (de Valparaíso, no Buenos Aires): "hoy en día trato de seguir los principios del war metal, ahí encuentro todas las respuestas" (aunque él estaba pensando sobre todo en Conqueror y Revenge).

Lo único que me hizo desconfiar de esta banda/disco, es su afición por usar fotos glamorosas en que  tratan de parecer muy malos, con armas y pintura que deben haberse hecho cuidadosamente frente a un espejo. Pero bueno, el black metal siempre ha tenido algo de glam, y como dijo Fenriz citando a alguien cuyo nombre había olvidado: "el heavy metal se supone que tiene que ser ridículo".   

Ahora sí que prometo no hablar más de heavy metal.

Tras dormir casi toda la tarde escuchando el hermoso álbum solista de David Sylvian "Árboles brillantes", de 1984, me eché agua helada en la cara, aprecié frente el espejo todo lo que he envejecido en más de medio siglo, y me puse a investigar en el sello de Oren Ambarchi (otro veterano del glorioso 1971), Black Truffle records, donde me encontré con una excelente producción de este año:



"Una canción para dos madres / OCCAM IX", de Laetitia Sonami junto a su maestra Éliane Radigue.

Conocía a Éliane, a quien descubrí casualmente en Youtube (aunque se podría decir que nada es casual ahí), y cuya obra electrónica siempre me ha resultado impresionantemente enigmática y bella. 

Laetitia (nacida en 1957) estudió con ella en París, y se trasladó a California en 1978, donde inventó un instrumento electrónico llamado "Guante de dama", que no les podría describir porque por más que leo la descripçión, no entiendo casi nada: es lo que me pasa con los temas técnicos de la electrónica y la música "docta". Me siento más cercano a no recuerdo cual integrante de The Clash que consultado en su tiempo sobre si sabían algo de música respondió: "Ehhhh, tiene que ver con 8 notas o algo así?".

 El 2016 abandonó ese artefacto, e inventó el "Spring Sprye": 3 resortes en un circulo (lo que se ve en la FOTO de la portada), cuyo sonido al ser tocados es procesado en Max/MSP y en Wekinator y Rapidmax, "de modo que al final nunca escuchamos los resortes mismos". Ja ja ja: ¿alguien entendió algo? Yo no. 

Para este disco, Laetitia incluyó una composición propia para ese instrumento, y le pidió a Éliane una composición: OCCAM IX.

Me resulta casi imposible describir la belleza y potencia del resultado. Recomiendo escucharlo dos veces al menos: una acostado, con los ojos cerrados, y otra caminando de noche, que es lo que voy a hacer ahora mismo. Ya regreso. 

..

Ok: me puse a husmear en la revista The Wire online, y encontré algunas sorpresas.


Por ejemplo, que este año la querida banda holandesa The Ex cumplió 45 años de existencia y para eso sacó un single: "Great!/The Evidence". Varias veces este año me metí al bandcamp de la banda para ver si había algo nuevo, y nada. Hasta llegué a pensar que tal vez "27 pasaportes" había sido una despedida. Pero no: afortunadamente, siguen vivos y agotando ese sonido tan especial que a la vez que proviene del mejor anarco-punk de los 80, es algo totalmente único y propio de la singular forma de vida que hace casi medio siglo se ha encarnado en este colectivo.

¡Que viva The Ex!!  Y gracias por seguir existiendo!!!

Además, gracias a la sección "el ambiente en la oficina" me encontré con dos grandes artistas que no conocía ni en pelea de perros. Lo cual no nos debería extrañar: aunque estemos escuchando discos todo el día, lo que alcanzamos a escuchar no es ni el 1% de toda la música que se hace en este mundo. 

Uno de ellos es el compositor británico Simon Fisher Turner con "Inestabilidad de la señal".  


Por no pocas razones, todos los cantantes más sensibles y creativos de la escena brit me recuerdan un poco a Robert Wyatt y a Kevin Ayers, de Soft Machine. Me pasó cuando conocí a Richard Youngs, y ahora con este señor Simón.

Según relatan en su sello, Mute records, en este álbum SFT reúne cuatro corrientes de su experimentación sónica: "Slivers, Sounds, Strings and Singing". La calidad de sonido y la composición son impresionantes. Requiere una escucha atenta, y al mismo tiempo tiene una cualidad pop pocas veces vista en una música tan creativa y experimental.


La otro gran revelación de esta noche es el japonés Akio Suzuki, con su album" KA I KI ".  Un maestro del "sound art", Akio se ha especializado en encontrar lugares que producen un eco natural. 

En esta ocasión, el dique o terraplén de Ushinokura Dam, en la profundidad de las montañas de Shibata City, Niigata, donde sin audiencia alguna y sin amplificación procedió a generar sonido con piedras, botellas, bambús, esponjas y su propia voz, sobre el sonido permanente del agua corriendo.

Necesitamos más música así: espontánea, natural, anti-pretenciosa y en diálogo continuo con las fuerzas del cosmos.    


¡Pero también necesitamos el rock pesado! 

Por eso, me van a excusar que viole la promesa que hice hace un rato, y que casi al cierre de este complemento del listado 2024 justo antes de pasar al mes de diciembre con otra recomendación black metal que me acaban de informar desde el blog hermano Discarga Directa: los finlandeses (¿o fineses?) de Oranssi Pazuzu, famosos por su peculiar mezcla de black metal con krautrock, sacaron también un disco nuevo este año: "Muuntautuja"

En el libro "Nacidos para arder. La historia del Black Metal", de Marcelo Gallardo (Jedbangers, 2022) el capítulo final se titula "El culto está vivo" (como el álbum que inauguró la fase punk/metal de Darkthrone en 2006), y lo dedica a las expresiones que surgiendo del BM lo han llevado a otros territorios sonoros. Comienza de hecho con Oranssi Pazuzu, quienes debutaron en el 2009 con el álbum "Muukalainen puhuu". 

El bajista declara que en ese momento "la cuestión de la rebelión contracultural ya no estaba presente (...) el metal se estaba haciendo muy popular en Finlandia, al punto de tener espacio en televisión en horario central. Pero las bandas de black metal de los 90 fueron la antítesis total de los grupos metaleros de producción masiva, esos que yo sentía que estaban diluyendo las ideas originales. Darkthrone no sonaba como metal. Sonaba como noise, y eso me parecía asombroso". Así, se atrevieron a buscar su propio camino, que según relata Gallardo incorporaba a la influencia noruega (DT, Burzum, Satyricon) "su amor por nombres obligatorios del krautrock alemán como Can o Neu!, y hasta los escoceses alternativos Primal Scream". Bueno: eso explica este sonido tan poco tradicional, y el hecho de que ellos mismos ya no estén muy seguros de si aún se les podría clasificar como una banda de BM.


Y con esto sí termino la lista: "Sufferer´s Sound" un compilado  aparecido este año del gran arquitecto del dub reggae don Dennis Bovell, famoso por haber trabajado a fines de los 70 con interesantes bandas punk como las Slits y el Pop Group, además de acompañar la destacable trayectoria musical del gran poeta Linton Kwesi Johnson. 

Los tracks están tomados de sus trabajos entre 1976 y 1980: una era dorada del buen dub, que viene bien escuchar justo ahora, mientras me tomo un vaso de agua de la llave previamente refrigerada.


Como ya he señalado, leer revistas musicales en estos tiempos tiene un lado triste, pues las secciones necrológicas se han convertido en algo dominante. Mi amigo DJ Stalin dice que es porque "nuestra época está muriendo". Puede ser.  

En esta ocasión me enteré de la muerte del gran baterista de jazz Roy Haynes, ocurrida el 12 de noviembre. Su trayectoria es imposible de resumir, pero para efectos de lo que yo le conozco, abarca desde colaboraciones con Monk y Coltrane a Sarah Vaughan y Chick Corea. Pueden ver un resumen en la nota que le dedicó The Wire.

Le faltaron cuatro meses para cumplir 100 años, pero no importa: su legado lo hace inmortal (Immortal?!).  

Los dejo con "Después de la lluvia", último tema del album Impressions de Coltrane (1963), y una aparición televisiva de inicios de los 70 junto a Rahsaan Roland Kirk, Mingus, Archie Shepp y otros. 


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Comments:
El termino heavy metal se uso en los 80 para todo lo que sonaba mas extremo de lo "normal". ahi tenias a motley crue, accept, deep purple, venom etc. Despues se empezo a usar mas los sub estilos. que en el sentido de la musica no deberia existir pero nos indica hacia donde van los grupos
 
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