lunes, mayo 25, 2020
Genesis P-Orridge, RIP
Murió Florian Schneider de Kraftwerk, y muchos medios han escrito sobre eso. Está bien. Hay que valorar el aporte de esa formación, sobre todo en sus mejores momentos de los años 70 y hasta el famoso Computer World, de 1981 si mal no recuerdo. Antes valoraba más ben a Kraftwerk como antesala de Neu!, pero con el tiempo fui apreciándolos en sus propios términos, siendo mis favoritos el Trans Europe Express y Radiactivity. No olvidemos la excelente versión de The Model que hacía Snakefinger, el guitarrista inglés que era casi el quinto miembro de los Residents (si asumimos el mito que eran cuatro y no un colectivo más amplio, que es lo que muestran en el documental “Teoría del anonimato”).
Pero su muerte me hizo recordar que también murió hace unas
semanas Genesis P-Orridge, en medio de esta pandemia/cuarentena. Genesis fue un
personaje de lo más interesante desde los tiempos del colectivo COUM
Transmissions, a los legendarios Throbbing Gristle, y luego con Psychic TV, por
nombrar sus proyectos principales.
Leí sobre TG en un libro que me prestó Javier Chandía, donde
hablaban de varias rarezas musicales. No recuerdo título ni autor, pero hablaba
de los Residents (de los que éramos fanáticos) y Cabaret Voltaire (de quienes
conocíamos sólo el “Mix Up”), además de Esplendor Geométrico, Aviador Dro y sus
obreros especializados, y otros fenómenos curiosos de la península ibérica. Lo
que recuerdo es que decía que TG podía manipular a través del sonido las
sensaciones y emociones del público, al punto de poder hacerlos vomitar a todos
al mismo tiempo. Difícil de creer…Pero hubo que esperar un poco a conocerlos
gracias a la TV abierta de madrugada de inicios de los 90, donde Rolando Ramos
solía poner video clips “alternativos” que incluían a Black Flag, Meat Puppets
antiguo y hasta Opal y the Leaving Trains, y una vez puso casi entera una
impresionante versión en vivo de “Discipline”, justo hasta la parte en que
Genesis besa largamente en la boca a un asistente de la primera fila, y se
desata todo el caos y liberación a través del sonido.
Poco después, gracias a algunos materiales que me mostró
Patricia Pietrafiesa en su casa compartida en Buenos Aires desarrollé una
obsesión intensa y libidinal con Lydia Lunch y Cosey Fanni Tutti. De Cosey pude ver en esos años en que internet
recién era accesible gran cantidad y calidad de sus años en COUM Transmissions,
y en sus incursiones en revistas porno y la gran exhibición que hizo bajo el
título de “PROSTITUCIÓN”.
En otra visita a los amigos de Buenos Aires pude conseguirme
en una incursión a la extinta Tower Records dos joyas considerables: “Bullhead”
de Melvins y el “Greatest Hits” de Throbbing Gristle. Con Monki los escuchamos
al hilo al máximo volumen de una radio-caset-cd fumando y bebiendo algo desde
el patio, pero el anfitrión, C., suspiró aliviado al final de dicha tanda y
dijo: “ahora vamos con algo más pop, más bonito, como los Smiths”.
NO tengo tiempo ni ganas de explayarme en esto pero, TG fue
uno de los colectivos más interesantes en la experimentación de varios niveles
de actividad en los años 70. Su obra es “patrimonio” (jaja: pater) de la
humanidad. Hay que explorarla una y otra vez.
Hasta siempre Genesis. Y gracias por todo.
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