Sobre el estudio del derecho.
Cualquiera que sepa leer, puede
estudiar Derecho, y no debería irle mal. El problema es tener que soportar
tantas otras cosas….profesores momios, compañeros y compañeras de curso
abiertamente ahuevonados, lenguaje especializado y burocratizado, fetichismo
jurídico en profesores y alumnado, que de hecho no comparte con ninguna otra
carrera…etc. Etc. Etc. Pero se puede.
En mi caso, yo prefería estudiar
Sociología en la U. de Chile, pero a fines del 87 el rector designado por la
dictadura, Federici, decidió cerrar los ingresos a dicha carrera por un tiempo.
En la introducción a la Sociología Teodoro Adorno dice que siempre el estudiante
de “sociología” era considerado sospechoso de “socialismo”. Así hubiera sido en
mi caso, pero como no pude entrar ahí, una vez que comprobé por la prensa que
no me había ido mal en la Prueba de Aptitud Académica, postulé en primer lugar
a Derecho en la U. de Chile, y ahí quedé.
Como entré a estudiar teniendo
aún 16 años de edad, el cerebro estaba fresquito y los dos primeros años me fue
muy bien. Después ya no estaba tan fresquito y además aprendí que con un esfuerzo
mucho menor pasaba igual de curso. Casi no iba a clases los últimos años, pero
no faltaba nunca a la escuela. Primero me juntaba con 2 o 3 camaradas y nos íbamos a beber chicha
mezclada con pipeño en el Galindo: un barucho que ahora es restaurant y se
gentrificó abiertamente. Costaba como 120 pesos la caña. A las 11:00 volvíamos
al recreo largo (15 minutos), a juntar más camaradas y dinero, y nos íbamos a
seguir bebiendo en el Da Noi o El mastique, en Diagonal Paraguay con Portugal,
litros y litros de cerveza, toda la tarde. No sé de adonde salía la plata para beber tanto….muchas
veces de los depósitos que recibían los estudiantes alcohólicos de provincia.
Hacia inicios de los 90 la
escuela era tan fome que solíamos pasar más tiempo en los pastos de Macul con Grecia:
los ultrones eramos muchos más en número, y todos recuperaban en el
supermercado de la esquina, por lo que comer y beber era casi gratis.
Lo que más me llamó la atención
siempre fue que la mayor parte de la gente interesante duraba un año o dos, y
se iba a otras carreras como Periodismo o Literatura. De ahí salieron dos desertores ien conocidos: Jaime Pinos, el poeta, y Patricio Fernández, el jefe de The Clinic.
Más me llamaba la atención en todo caso que en una era tan “izquierdista” llegara tanto gil
que luego de unos meses se desilusionaba y declaraba cosas tales como: “me voy
a ir, porque veo que el Derecho no sirve para luchar por la justicia”. Yo les respondía
con: “¿No leíste nada de Marx? ¿Qué creías
que era el derecho sino un instrumento al servicio de la clase dominante?”. En
fin….su ingenuidad me resultaba sorprendente, y hasta irritante. Pero parece
que no es inusual, ni siquiera al día de hoy: mucha gente entra a la
universidad porque cree que debe hacerlo, y una vez ahí adentro empieza a tomar
conocimiento de la carrera seleccionada y si es que le gusta o no, o si tiene o
no dedos para el piano. Cuando les va como las huevas, se van y dicen: “no era
lo que esperaba”, o peor, creen que fue válido llegar hasta esos extremos para
recién poder concluir cosas como “esta carrera es una mierda”. Si los imbéciles
volaran…
Y podrían ahorrarse tantos displaceres
leyendo un poco más, un poco antes. Lo esencial es eso: lo que uno estudia por
su cuenta.
Va un prólogo que redacté a
petición del camarada y colega Rodolfo Montes de Oca, para un libro que compila
varios de sus escritos “jurídicos” y que debería ser editado en algún momento cercano en el tiempo en Venezuela.
--
“ABAJO LA CONSTITUCIÓN: NO MÁS CÓDIGOS NI LEYES”
Prólogo para el libro de Rodolfo Montes de Oca “Civis Seditious-Textos
jurídicos de un abogado heterodoxo”.
1.-Recuerdo que hacia principios
de la década del 90, en el recién reestrenado ambiente anarquista
metropolitano, a no pocas personas les llamaba la atención que existiera un
grupo de estudiantes anarquistas en la Escuela de Derecho de la Universidad de
Chile. El colectivo se llamaba “cadáver exquisito”, en homenaje a una técnica
surrealista de escritura colectiva, porque curiosamente todos los integrantes,
que proveníamos de diversas expresiones del marxismo local de los años 80, nos
habíamos “anarquizado” no por la lectura de ningún clásico, sino que por la
influencia de Antonin Artaud, sobre todo de su “Carta a los poderes”, en la muy
estimulante edición argentina de Argonauta (y luego, la mayor influencia para
muchos fue Evaristo y la Polla Records: en la época de la dictadura, pese a todas las prohibiciones, circulaba
profusamente toda clase de literatura marxista-leninista, pero ni en los 80 ni
hasta ese entonces nadie había visto jamás libro alguno de Bakunin).
En todo el ambiente libertario de
ese entonces se entendía, como pareciera obvio, que Derecho es igual a Ley, y
Ley es igual a Estado y Orden -que además no es cualquier orden sino que el de esta sociedad burguesa-, y que por ende nada
tenía que ver nuestra bella y querida Acracia con el estudio de la horrible
disciplina jurídica, estudiada por quienes luego inevitablemente tendrían que ejercer
su profesión como horribles leguleyos, desde las mismísimas entrañas de la
bestia estatal y capitalista: los tribunales de “Justicia”.
La idea de un “abogado
anarquista” puede resultar a simple vista tan chocante como la del “banquero
anarquista” de Pessoa, y la prueba de eso es que se pueden contar con los dedos
de una mano:
-Desde Italia, a fines del siglo
XIX, el compañero Pietro Gori, famoso por sus brillantes defensas de
anarquistas criminalizados por el Estado, pero que al menos en su aporte “criminológico”
manifestado tanto en clases en la Universidad de Buenos Aires durante su exilio
argentino, y en la publicación de la revista “Criminología moderna" parece no diferenciarse
mucho de las pretensiones científicas de dicha disciplina en esos tiempos, de
Lombroso a J. Ingenieros.
-Desde España, también a fines
del siglo XIX, don Pedro Dorado Montero, que publicaba frecuentemente en las
revistas anarquistas de su tiempo, como La Revista Blanca, firmando como P. Dorado, y a quien incluso los cuadernillos de la publicación
Etcétera-Correspondencia de la guerra social han homenajeado en el número 69 de
su colección mínimas con una valiosa selección de textos breves, más el índice
de un interesante libro llamado “Valor social de leyes y autoridades”…
¿Alguien más? No recuerdo más.
No en vano a principios de los
70, en la ciudad francesa de Tolosa, futuros miembros del Movimiento Ibérico de
Liberación (el 1000) trataron de incendiar la facultad de derecho por
considerar que era “un nido de fascistas”…Siendo optimistas, creo que por cada uno
o dos “abogados libertarios” (que suena menos tremendista y contradictorio que
“abogados anarquistas”) esas facultades deben producir a lo menos un millón de
abogados fascistas y varios millares de socialdemócratas.
2.-Ante esa avalancha de crítica
y escepticismo más o menos justificado sobre quienes ejercemos este oficio, mi
respuesta siempre fue la misma: En comparación a los juristas, ¿son acaso “mejores”
o más “inocentes” los profesores (y por añadidura los estudiantes de pedagogías
varias)? Creo que no: de entrada, los abogados entramos en contacto directo con
una proporción más o menos minoritaria de la población general, no así quienes
moldean la mente y el cuerpo de toda la infancia del mundo día tras día, año
tras año, dentro y fuera de las salas de clases. ¡Y qué decir de ingenieros,
médicos, etc.! Como dirían los Sex Pistols: ¡nadie es inocente!, o en términos
más filosóficos y hegelianos: “Inocentes, las piedras”.
Pero aunque la pedagogía evoca
una serie de imágenes que para los libertarios son unívocamente detestables: la
palmeta –instrumento de tortura sutilmente diseñado para causar un buen nivel
de dolor a las manos y nalgas de quienes recibían su golpe, mediante agujeros
que impedían que el aire opusiera resistencia a tan bella herramienta de
madera-; la letra que con sangre entra; el Silabario hispanoamericano que al
enseñarnos el pra-pre-pri-pro-pru nos dice que “los policías llevan
presos y encierran a todos los que se portan mal” (los subrayados están
en el texto original), etc., no pocos desde los ambientes libertarios se han
atrevido a postular y ensayar incluso una “pedagogía libertaria”, asumiendo que
algo así fuera posible (y deseable).
La pedagogía, al igual que el
derecho, la ciencia y casi todo lo que se nos ocurra pensar, también está marcada a sangre y fuego, y
totalmente influida o determinada, como un concepto que es propio de las
sociedades ya divididas en clases y con un poder político separado de la
comunidad humana. De hecho,
etimológicamente proviene del griego: paidos
y agogos: niño (o hijo) y
conductor (o guía). El “pedagogo” conduce al niño, lo dirige. Ciertos
diccionarios etimológicos agregan además que originalmente el “pedagogo” era el
esclavo encargado de llevar de la mano al niño entre su casa y la escuela. Como
es fácil advertir, el término está teñido de autoritarismo y adultocentrismo, y
en definitiva de toda la Dialéctica del amo y del esclavo.
Y así y todo hay quienes sueñan
con liberar la pedagogía…siendo que más bien se trataría de destruirla.
El programa del comunismo
anárquico debiera incluir también la abolición de la pedagogía y los diversos saberes especializados y puestos al
servicio de la vieja mierda, del Poder.
3.- A diferencia de la pedagogía,
el Derecho no goza de ninguna simpatía libertaria. Es un campo o sector de la
realidad donde al igual que en el grueso de los marxismos, al anarquismo le
basta con proyectar su abolición repentina y/o disolución gradual a medida que
el día después de la revolución avancemos a paso firme hacia la sociedad sin
clases, sin Estado, y sin “Derecho”.
En cuanto a eso, pareciera que ni
siquiera hay diferencias entre marxismo y anarquismo: el objetivo final de la
lucha por la liberación individual y colectiva, el comunismo (sociedad sin
clases) y/o la anarquía (sociedad sin Estado), que a mi entender están tan
imbricados como el capitalismo y el poder estatal, incluye también la abolición
del Derecho como esfera especializada y separada.
Pero el Derecho existe. Y
conocerlo puede tener no pocas ventajas. Cuando hablamos de Derecho, así con
mayúsculas, nos referimos en realidad principalmente a este Derecho: el de la sociedad
capitalista y estatal. Pero también han existido y en parte subsisten otros derechos,
otras formas “jurídicas”, más o menos especializadas, que diferentes
sociedades, culturas y comunidades han generado en distintos tiempos y lugares.
Sobre esto último (la posibilidad
de “otros derechos”) nos hemos detenido bastante poco: En general asumimos que
“derecho” es únicamente el Derecho estatal propio de la Modernidad capitalista,
y en rigor es ese “Derecho” el que queremos abolir.
No en vano el Derecho de nuestro
tiempo es el producto de lo que algunos han llamado “el secuestro del Derecho
por el Estado”, un proceso mediante el cual el concepto mismo de lo jurídico es
reducido hasta convertirlo en monopolio estatal. Hasta el lenguaje común lo
denota: cuando alguien entra a estudiar derecho, la gente dice de él que va a
“estudiar leyes”.
P. Dorado decía que más que un “Estado jurídico” lo que tenemos al frente es un “Estado legalizado”. Otro
jurista español más reciente, Alejandro Nieto, nos dice que el Derecho en el
siglo XIX se convierte en un rehén del Estado, y que “la consecuencia más
notable del monopolio del Derecho por el Estado es que terminó formándose una
unión hipostática de ambos: el derecho, si quiere serlo, ha de ser estatal; y
el Estado por su parte, ha de ser jurídico en el sentido de que ha de actuar
siempre con arreglo a derecho. En otras palabras, ambos se legitiman
mutuamente” (Crítica de la razón jurídica, 2007).
Pero, ¿qué pasa con esas otras
formas previas y/o coexistentes de derecho no estatalizado? ¿Tendrán un lugar
dentro de una sociedad liberada o por el contrario serán siempre formas de
subsistencia de las viejas lógicas mercantiles y autoritarias? ¿Será mejor ver
al derecho en bloque, y odiarlo también en bloque, o es más sabio entenderlo –y
usarlo- como un campo dinámico y complejo de múltiples fuerzas en tensión?
Sabemos bien que en todas las
revoluciones populares/proletarias un momento clave consiste en la destrucción
de todos los registros y títulos oficiales. Pero sabemos menos acerca de la
forma en que los revolucionarios han tenido que hacer frente a problemas de
distribución, de justicia, de solución de conflictos. ¿Qué principios aplican
ahí? ¿Cómo se organiza la comunidad humana liberada para resolver una serie de
conflictos interpersonales que necesariamente se seguirán manifestando?
4.- También existen, y no pocos, estudiantes de derecho, procuradores, técnicos
jurídicos y abogados, y siempre entre las filas de esa “especialización
disciplinaria” se va a manifestar también (como casi en cualquier otro sector
de la realidad que escojamos analizar) el conflicto de clases y la vieja pugna
entre poder y libertad, autoridad y revuelta: en otras palabras, el partido del
Orden contra el partido de la Anarquía.
En los 90, recuerdo que uno de
los anarquistas más veteranos que teníamos entre nosotros, el Lolo Saball, nos defendió
(o más bien, como decimos por acá, “nos prestó ropa”) contando la siguiente
anécdota: en su exilio en Francia había visto un muy buen libro donde unos compañeros abogados libertarios habían volcado todo su
conocimiento para dar forma a un verdadero Manual de infracción de leyes y
resquicios para trabajar menos declarándose enfermo o inventándose feriados,
burlar a la policía y los jueces, recuperar mercancías apropiándoselas, evadir
ciertos impuestos, etc.
Inspirados por ese ejemplo, recuerdo que por
ahí por 1992 en El Duende Negro
cuando todavía era fotocopiado, se publicó un escrito de uno de nuestros
compas, haciendo todo un análisis jurídico de la okupación de inmuebles.
¡Para eso entonces podían servir
los abogados! No era poco, pero, ¿podrían servir para algo más?
Pareciera que
no mucho. Y de hecho, más de 20 años después, ninguno de los otros miembros de
“cádaver exquisito” se considera anarquista, libertario, ni nada por el estilo.
El peso de la tradición los convirtió a casi todos en abogados respetables.
Además, hay que tener en cuenta que en esos años se produjo en Chile una masiva
despolitización/desradicalización de la juventud que hacia mediados de los 80
se había sublevado contra los milicos con todos los medios a su alcance.
5.-Pero, ¿por qué pasa eso? ¿Hay
una presión mayor hacia la adaptación respecto a los estudiantes de Derecho que
genera efectos de renegación más rápido y efectivamente que en otros campos del
saber académico?
Recuerdo haberlo discutido hace
un par de años en un Foro Antirepresivo en una Universidad en toma en la ciudad
de Valparaíso, cuando alguien preguntó acerca de cómo un estudiante de derecho
o abogado podía pretender ser “revolucionario”, si en toda su vida tenía más
bien que rendir pleitesía a la ley y a los poderes. Lo cual, dicho sea de paso, es totalmente
cierto: en nuestro medio, para obtener el título de abogado en la Corte Suprema
hay que aceptar jurar “por Dios y los Santos Evangelios”, y en cualquier
escrito y alegación verbal hay que partir por decir “Su señoría”, o “Usía Ilustrísima” o incluso
“Excelentísima”…
El otro expositor, abogado y viejo
militante trotskista, decía que un abogado era como cualquier otro compañero,
sólo que trabajaba en al ámbito jurídico, y que perfectamente podía ser un
revolucionario.
Yo discrepé, y sostuve que
efectivamente es a lo menos muy difícil que un abogado pueda ser un
revolucionario. Al hacerlo me sentía un poco como en los tiempos de las
críticas que mencioné en el primer punto. Pero así es la dialéctica, ¿no? Y es
la realidad la que es profundamente dialéctica, y tramposa (como la dialéctica,
ja).
Para ilustrar mejor mi posición,
opté por contar otra anécdota: una escuché de unos compas en en Asunción
(Paraguay) hace hartos años.
En esos territorios, así como
gran parte de Argentina y Brasil, la industrias de la soya transgénica llevan a
cabo una “acumulación originaria de capital” que no tiene nada que envidiarle a
las páginas más cruentas del volumen 1 de El Capital y su famoso capítulo XXIV.
Cómo sé que lamentablemente al grueso de los anarquistas la sola mención de la
palabra Marx les genera alergia, aunque estemos hablando de Groucho, me
contentaré con sintetizar en titulares lo que ahí trata el barbón: Expropiación
violenta de la tierra, y expulsión/contención/eliminación de las comunidades
tradicionales que quedaban. Por medios legales e ilegales, que Marx
abiertamente califica de “terroristas” (Si pueden superar la alergia, hagan
como Bakunin y lean con sumo cuidado el Libro 1 de El Capital. Mal no les va a
hacer…A mi juicio, este análisis es totalmente complementario con el de “Dios y
el Estado”).
En una de esas comunidades
deciden que uno de los suyos debe prepararse para ayudarlos, manejando con
eficacia las herramientas del enemigo, y sobre todo las leyes. El muchacho entra a estudiar Derecho en una
universidad, gracias al aporte de toda su comunidad. Cuando el joven recién iba
en segundo año de facultad, la comunidad discute acerca de cómo organizar y
llevar a efecto un corte de ruta. El muchacho pide la palabra y dice:
“disculpen, pero no creo que debamos hacer esto porque los cortes de ruta son
ilegales”.
6.- Luego de eso traté de dar mi
respuesta: El derecho es distinto a otras profesiones u oficios. Una de sus
principales características es que, ya desde su “invención” en la civilización
romana, los juristas y su Saber especializado ocupan un sitial intermedio entre
la Política y la Religión formales y organizadas. De ahí que en todas las
sociedades oficiales que conocemos (jerárquicas, patriarcales y
mercantilizadas), el Derecho es una parte esencial del engranaje de dominación
y explotación. De hecho, es prácticamente el cemento que mantiene articulada y
unida a la sociedad burguesa.
Una cuestión de por sí
interesante y polémica es el asunto de si pudiera ser de utilidad para los
revolucionarios conocer el material jurídico y su operatoria en detalle. Pero
otra cosa muy distinta es tratar de negar el hecho de que por libertarios y
subversivos que se crean ciertos sujetos individuales, su paso por el mundo del
derecho, sobre todo si necesita prácticamente actuar en el interior de las
entrañas del sistema jurídico oficial, no puede sino transformarlos
profundamente. Esa transformación en general tenderá a ser muy negativa: al
estudiante no se le premia por ser inquieto y creativo, sino que más bien por
todo lo contrario. Y por el sólo contacto, casi por osmosis, a los que se
manejen en el territorio jurídico les será imposible salir intactos del
contacto con una de las formas más concentradas e intensas de ideología
dominante.
El Derecho tiene una tendencia
intrínseca a la mistificación. Es un tipo particular de opio del pueblo. Quien
se dedica en su vida a lidiar con él, debe estar consciente de ese dato, en
todo momento, debe asumir en tanto jurista una “mala consciencia”, y no
sucumbir al fetichismo de la forma jurídica.
Sobre todo si tiene pretensiones
anticapitalistas, antiautoritarias, y revolucionarias. Aunque en cuanto a esto
a veces prefiero asumir que, el abogado “libertario”, al verse obligado a
actuar dentro de un terreno que fue configurado totalmente por el enemigo, es
en el mejor de los casos una especie de “socialdemócrata”…Me explico: lo
queramos o no, debemos estar claros de que al actuar en el escenario jurídico
actual estamos operando como un apéndice de ese sofisticado engranaje, somos
una pieza más en su eterno movimiento. Parte de nosotros se aliena en dicha
actividad. Por definición, no se trata de una actividad libre. Y al aceptarlo,
agachamos el moño…nos guste o no. De hecho, lo que hacemos al actuar “en el
Derecho” es similar a lo que hacen los buzos al sumergirse en el agua, con la
diferencia de que nuestro océano es un inmenso mar de mierda. Pero no estamos
obligados a quedarnos en ella, tragándola. Tenemos también el antídoto, cuando
salimos de ahí, pero esto es algo que no depende exclusivamente de nosotros
mismos, sino que necesitamos de nuestros pares y de las comunidades de lucha en
que ellos se forman y viven, impidiendo que se apague el fuego de la revuelta.
Nuestro primer deber, entonces,
sería el de “no dejarse mistificar”. Y el segundo, derivado, sería no
contribuir a que ese efecto “mistificador” de las formas jurídicas se extienda
a todo el resto (sean los compas, los defendidos, los otros libertarios, o la
sociedad en su conjunto).
Como decía el joven Lukács
(cuando todavía era un marxista revolucionario y no un jodido estalinista) en “Legalidad
e ilegalidad” (1920), “la
condición de una franca actitud revolucionaria frente al derecho y el estado”
consiste en “descubrir, bajo la máscara del orden jurídico, el aparato de
coacción brutal al servicio de la opresión capitalista”.
La contrapartida de eso es que además somos
nosotros los que manejamos herramientas muy apropiadas para plantear que en
esta sociedad toda actividad revolucionaria, subversiva, anticapitalista y
antiautoritaria, es violencia limpia, o si se quiere, “legítima defensa”: al
exhibir la violencia del Derecho, necesariamente hablamos a favor del derecho a
la violencia. Por algo Hobbes decía que uno de los peores enemigos del contrato
social son los profesores de derecho que enseñan doctrinas subversivas, y que “quienes
ofenden así” deben sufrir “no como súbditos, sino como enemigos” (cuatro siglos
después estas mismas posiciones siguen siendo defendidas por sujetos como
Gunther Jakobs).
7.- Y en este camino tan extraño, el del
derecho visto desde una posición libertaria, nos topamos con los trabajos de
Rodolfo Montes de Oca. Por mi parte, debo decir que primero me topé con sus textos
bajo la forma de pequeños folletos editados y distribuidos en distintas ferias
libertarias en la región chilena. La mayoría de ellos exponían posiciones
abolicionistas respecto de la cárcel y el sistema penal.
Al hojearlos, y leerlos, me llamaba la atención
que un compañero anarquista hiciera ondear coherentemente la bandera del
abolicionismo, puesto que al menos en el medio chileno los “abolicionistas” o
bien no existen, o se encuentran más bien recluidos cómodamente en lo que queda
de Academia. Ese abolicionismo light
pretende por lo general, al igual que el enfoque predominante en la burocracia
internacional de los derechos humanos, criticar tan sólo los “excesos” más
impresentables de la violencia estatal, o incluso cuando pretenden ser
abolicionistas de la “pena”, llegan a cuestionar la forma misma que asume en
tanto “sistema penal” propio de la modernidad capitalista (el ius puniendi en manos del Soberano, y la
expropiación del conflicto original a sus protagonistas), pero siempre desde
debajo de las faldas de la socialdemocracia en sus diversas variedades, y sin
denunciar explícitamente el mecanismo propiamente capitalista al cual todo esto
necesariamente se reconduce: la producción de mercancías (el “devenir-mundo” de
la mercancía, y viceversa).
Para nosotros la cuestión es diferente: dado
que la “pena privativa de libertad” es una invención propia del capitalismo,
que hubiera sido imposible de generalizar sin que a la vez se generalizara e
impusiera a todo el mundo la forma mercancía, la valorización del valor, el
sometimiento formal y real de todo lo existente a las necesidades de la
dominación del capital como infinita acumulación de trabajo muerto, nos parece
imposible tratar de abolirla sin abolir al mismo tiempo todo el conjunto del
edificio formado por la nefasta dupla del Estado/Capital.
En eso, me parece que las posiciones de
Rodolfo son claras y no admiten lugar a confusión alguna. Por eso, creo que su
mérito indiscutible hasta ahora es haber conseguido sacar al abolicionismo de
su entorno más comodificado, y acercar esas ideas a donde merecen circular, es
decir, en los ambientes libertarios.
8.- Llegando al final de este presentación a
la que el autor amablemente me invitó, procedo a destacar el valor e interés se
esta nueva obra, que Rodolfo ha subtitulado como “Textos jurídicos de un
abogado heterodoxo”. Según el Diccionario de la RAE heterodoxo es, en su
tercera acepción, el “disconforme con doctrinas o prácticas generalmente
admitidas”. Por cierto que en tanto “jurista” el individuo que se define como
anarquista o libertario va a ser visto siempre como tal, e inclusive agregaría
yo como un “hereje”, o como alguien que “no cree en el Derecho”: en definitiva,
como un “anti-abogado”.
Para mí, en estos textos lo que Rodolfo hace
es, cual materialista benjaminiano, pasarle al Derecho (en tanto parte
integrante de la historia) el “cepillo a contrapelo”. Por eso, desmenuza
cuidadosamente leyes y reglamentaciones que el común en los mortales raramente
tendrá el tiempo para analizar, y que a pesar de las pretensiones “populares”
de la burocracia bolivariana siguen siendo expresadas en un lenguaje poco abordable
para todos los no especialistas, y al
develar desde las entrañas de estos mecanismos legales lo que está en juego en
términos de las relaciones de poder, desacraliza el lenguaje pretendidamente
sagrado de la Ley, para exhibirla en su real significación y materialidad.
Lo realmente heterodoxo del material se
revela al lector ya en el Capítulo I, cuando entremedio del análisis
estrictamente “jurídico” se intercalan historias de resistencias locales,
sicogeografías peculiares en las que se cuelan “zonas temporalmente autónomas”
pobladas por crotos, payadores y anarcopunks. Poder popular “legalizado”,
servicio militar, nuevas leyes de policía y diversificación del control social,
formas de terrorismo de estado y formas de defenderse de él, inteligencia/contrainteligencia,
resistencias humanas individuales y colectivas contra el poder. En la
constelación de Rodolfo todos estos temas, problemas y rebeliones conviven y se
articulan y rearticulan constantemente, generando lo que él llama “cartuchos de
ideas para afrontar la contingencia”.
Posteriormente, en el capítulo II, toda la
maraña de temas ya referidos se vuelva conectar de una manera nueva, más
personal si se quiere, gracias al formato entrevista (una con El Surco, de la región chilena, y otra
con Destruye las prisiones, de la
región mexicana).
En definitiva, este libro es una invitación a
reflexionar y accionar. Mientras lo leía no podía evitar las ganas de gritar la
misma consigna que da título a este breve prólogo, y que vi alguna vez en la
prensa anarquista editada en la región chilena hacia fines del siglo XIX:
¡Abajo la Constitución: no más códigos ni
leyes!
Julio Cortés Morales
Santiago/Punta Arenas/Puerto Natales, septiembre-octubre de 2015.
Etiquetas: arribismo/abajismo, critica de la economía política, cualquier cosa, derecho burgués vigente, derechohumanistas, memories of you, muerte a los imbéciles
# posted by Metal Guru : 5/18/2016 12:54:00 p.m.
No es que me simpatice la CNFECH, pero el afiche les quedó bastante bien. me acordé del gran Robert Wyatt y su
"Canción del mar".
A propósito de la catástrofe de las salmoneras y la devastación marítima en el sur
Una mirada anárquica y de propaganda frente a su desquiciada maquina muerte
(http://metiendoruido.com/2016/05/a-proposito-de-la-catastrofe-de-las-salmoneras-y-la-devastacion-maritima-en-el-sur/)
“Los ecosistemas mutarán radical y velozmente gracias a la estupidez humana expresa en las cubetas de la manipulación genética. Una vez que un agente o un gen nuevo es lanzado a un ecosistema no se puede recuperar: mutará el ecosistema. El número de variables a considerar es infinito, imposible de predecir, imposible de regular, y no hay vuelta atrás: una vez modificado un ecosistema la modificación hecha no puede ser borrada. Un error mata a cientos de especies, muta a otras tantas… y el ser humano no vive fuera del ecosistema.” Manifiesto Anticivilización
“Las ultimas catástrofes no fueron causadas por la “naturaleza”, fueron causadas por la configuración capitalista del espacio afectado” 8 tesis críticas sobre las últimas catástrofes en Chile
¡La devastación y el extractivismo han llegado a niveles desproporcionales de muerte y nocividad! ¡La verdadera y única cara del capital, el estado y sus tecnócratas se muestra en la miseria de su paso y justificación!
La explotación de la naturaleza ha sido desde siempre una condición necesaria para la acumulación de capital y del poder. Toda la maquinaria de la sociedad (entendida como forma de relación jerárquica como principio fundamental) funciona a través de la explotación de la tierra, el mar, los seres y todo cuanto consideren pertinente para enriquecer su mercancía. Un ejemplo es el combustible, el carbono y lo que les da garantía para hacer más armas para sus guerras y generar nuevas formas de control ¡esto no es chovinismo, es la crudeza de este monstruo con tentáculos!
En este último tiempo hemos sido testigos de la arrogancia de las empresas salmoneras, el estado, sus autoridades que las avalan, y sus tecnócratas que marean con su justificación. Estas empresas se jactan que dan trabajo, que ni más ni menos impone la vida capitalista en zonas donde su forma de vida aun tiene ciertas maneras diferentes del vivir, es allí donde han dejado muerte, donde se instalan con su maquinaria y desastre social en las comunidades, tanto en su empobrecimiento material como en su entorno natural.
La misma empresa (Marine Harvest) que introdujo el virus al salmón en el territorio llamado Chile, ahora ocupa cinco veces los químicos que ocupaba hace dos años. Salmones en situación de hacinamiento y holocausto, introducidos como objetos en jaulas asquerosas para el paladar de ciudadanos hambrientos por el consumo. La industria salmonera se encontraba afectada por “piojos de mar”, bacterias, enfermedades virales y situaciones de colapso ambiental que era incapaz de detener en el mar de la Patagonia. El rostro de esa agonía hoy lo estamos viendo en las Regiones de Los Lagos y de Aysén, con miles de salmones putrefactos llegando a las playas de las regiones australes después de haber sido liquidados por un Bloom de algas de la propia Industria y que los servicios del estado avalan.
No es un fenómeno climático lo que gatilló el Bloom de algas que ha causado este desastre, no sólo se trata de la temperatura del mar, la falta de vientos, la alta irradiación solar, sino que también y principalmente se trata de la eutrofización del medio acuático marino, esto es, del enriquecimiento con nutrientes a escalas siderales que ha generado la Industria Salmonera en el Mar de la Patagonia, teniendo como cómplices en su proceso destructivo precisamente a los que se escudan en la excusa climática para tratar de ocultar , estos son SERNAPESCA, SUBPESCA, es decir: EL ESTADO .La eutrofización de un medio acuático no sólo se refleja en la aparición de eventos de “mareas rojas” o blooms, sino también en la aparición de condiciones anaeróbicas en este sistema, producto del ingreso de materia orgánica (o carbono) en cantidades que superan las capacidades del medio para absorber, reciclar o dispersar este ingreso excesivo de materia orgánica. Una condición anaeróbica es una situación donde la vida acuática es imposible, por los bajos niveles de oxígeno disuelto en la columna de agua y/o sedimento, la industria salmonera los aporta con creces: un kilo de alimento para salmones aporta en Nitrógeno total la misma cantidad que las aguas servidas propias de 15 personas.
¡32 MILLONES DE KILOS DE SALMONES MUERTOS POR EL VIRUS DEL CAPITAL! botados al mar y destruyendo todo a su paso, generando un colapso en las especies marítimas y sus entornos, y un colapso social en las comunidades adyacentes EN TODOS SUS ASPECTOS. El vertimiento de estos salmones incidió en la aparición de marea roja, la naturaleza marítima lo que recibió no son salmones muertos, sino que a esta altura son básicamente una masa orgánica que emite ácido sulfhídrico, una masa altamente contaminante y bastante peligrosa: EL VENENO DEL CAPITAL SE HACE CONCRETO.
Lo sucedido evidencia que tanto el Estado como la mega industria salmonera, siguen utilizando el mar como un vertedero industrial, con el objetivo de disminuir los costos financieros al empresariado, quienes continúan traspasando los costos de esta nueva crisis sanitaria al medio ambiente marino a las comunidades y a los hábitats. El papel de las instituciones estatales científico-técnicas como en el caso de IFOP, han señalado como “causas naturales” los catastróficos eventos del florecimiento de algas nocivas en Cochamó y seno de Reloncaví, el masivo varamiento de 10.000 toneladas sardinas, anchovetas y pejerreyes en caleta Queule, Araucanía, el varamiento masivo de machas en Cucao y Quetalmahue, y el masivo evento de marea roja que abarca desde el norte de Aysén hasta la bahía Mansa en Osorno. A lo anterior habría que agregar el masivo varamiento de 300 ejemplares de ballena Sei en las costas de Aysén, atribuido entre otras hipótesis, al consumo de algas tóxicas.
El capital en su manifestación más concreta es lo nocivo (lo que arrasa). EL UNICO PROBLEMA DE ESTA CATASTROFE Y TODAS LAS DEMAS ES EL CAPITAL, su forma de vida impuesta, la devastación y explotación de los hábitats y entornos, de los humanos, de todo tipo de seres. ESTA MAQUINARIA NO PUEDE VIVIR SIN EL ESTADO, este lo avala con sus leyes y su represión, son la misma cosa, están indisolublemente unidas: es la ley, el poder auto reproduciéndose.
Frente a todo esto se están produciendo movilizaciones en todas las zonas del sur: pescadores, comunidades originarias, seres descontentos. El punto es entender que el enemigo de la vida son los de siempre: el estado, el capitalismo, las autoridades, los tecnócratas, los que imponen una forma de vida, y en este aspecto no hay doble lectura: ¡Sólo las posiciones anárquicas pueden negar todas estas formas de poder tanto en la práctica como en sus fines! Es importante la agitación y la radicalización de lo que realmente nos afecta. Hay que profundizar los análisis, acá no se trata de mera burocracia, sino que el elemento mismo, en su misma nocividad y devastación ha causado un desastre donde se ha puesto.
Las individualidades y colectivos tenemos que agitar, movernos con nuestros principios antiautoritarios frente a el nuevo ataque del capital. Hay que luchar contra la nocividad que supone convertir el territorio en capital. El extractivismo, sea de la industria minera, forestal, salmonera o pesquera es igual en todas partes. ¡Destruye el territorio, destruye el medio ambiente, empobrece y enferma a las comunidades!
¡El capital/ estado es muerte, es imposición!
¡A agitar hacia la insurrección y desobediencia contra los de siempre!
¡Allí donde no vive su poder, su maquinaria de muerte y su ideología es donde Vive la Anarquía!
Colectivo Crítica y Acción
Calbuco
Etiquetas: Chantiago, Chiloé, solidaridad, tercer asalto proletario contra la sociedad de clases
# posted by Metal Guru : 5/12/2016 12:21:00 p.m.
Esta mañana en la marcha de la ACES/CONFECH, Carabineros realizó "controles de mochila" a una gran cantidad de escolares, sobre todo en las inmediaciones del Metro Baquedano.
Consultados acerca del motivo concreto de ese procedimiento de control de identidad y registro, regulado (hasta ahora) en el art. 85 del Código Procesal Penal, se escucharon 3 tipos de respuesta justificatoria:
1-"Unos vecinos llamaron diciendo que unos escolares parecían haber escondido droga en el parque, así que eso estamos viendo: ahí tiene el "indicio"".
2.- "El indicio es la mochila: como está por empezar una manifestación,cualquiera que porte mochila puede ser controlado, porque en ella puede estar llevando objetos que después quieran lanzar contra nosotros".
3.- "Esto no es un control de identidad: ¡no le pedí el carnet y nunca pedí verificar nada en la base de datos! Sólo le pedimos a este joven que voluntariamente nos mostrara el contenido de su mochila".
Los pacos no son gramscianos (supongo yo, quien sabe...) pero saben que "el país legal no es el país real". Así y todo, con sus prácticas ellos están llevando a la Ley a desplazarse más abiertamente hacia la barbarie fascistoide de un estado policial plenamente legalizado: el nuevo control preventivo, a punto de aprobarse en la fábrica de leyes de nuestra Democracia Capitalista, no es más que la conformación a posteriori del desplazamiento hacia la "totalización de los mecanismos de represión" que en la calle se produjo hace rato, y da cuenta del reacomodo represivo del Estado exitosamente conducido por el gobierno de la Nueva Mayoría.
Va la versión de Control preventivo de Identidad que acaban de aprobar en Comisión Mixta de Diputados y Senadores, con 7 votos a favor y 2 en contra:
“Artículo 12.- En cumplimiento de
las funciones de resguardo del orden y la seguridad pública, y sin perjuicio de lo
señalado en el artículo 85 del Código Procesal Penal, los funcionarios policiales indicados en
el artículo 83 del mismo Código, podrán verificar la identidad de cualquier persona mayor
de 18 años en las vías públicas o en otros lugares de libre acceso público, por
cualquier medio de identificación tales como cédula de identidad, licencia de conducir,
pasaporte, tarjeta estudiantil o utilizando, el funcionario policial o la persona requerida,
cualquier dispositivo tecnológico idóneo para tal efecto, debiendo siempre otorgar las
facilidades necesarias para su adecuado cumplimiento. En caso de duda respecto si la persona
es mayor o menor de 18 años, se entenderá siempre que es menor de edad.
El procedimiento descrito
anteriormente deberá limitarse al tiempo estrictamente necesario para los fines antes
señalados. En ningún caso podrá extenderse más allá de una hora.
No obstante lo anterior, en aquellos
casos en que no sea posible verificar la identidad de la persona en el mismo lugar en que
se encontrare el funcionario policial deberá poner
término de manera inmediata al
procedimiento.
Si
la persona se niega a acreditar su identidad, oculta su verdadera identidad o proporciona
una identidad falsa, se sancionará según lo dispuesto en el Nº 5 del artículo496 del Código Penal.
En caso de que la persona sometida a
este trámite mantuviere una o más órdenes de detención pendientes, la policía
procederá a su detención, de conformidad a lo establecido
en el artículo 129 del Código Procesal Penal.
En el ejercicio de esta facultad, los
funcionarios policiales deberán exhibir su placa y
señalar su nombre, grado, dotación,
debiendo respetarse siempre la igualdad de trato y
no discriminación arbitraria.
Constituirá una falta administrativa
ejercer las atribuciones señaladas en este artículo de manera abusiva o
aplicando un trato denigrante a la persona a quien se verifica la identidad. Lo
anterior tendrá lugar, sin perjuicio de la responsabilidad penal que
procediere.
Las policías deberán elaborar un
procedimiento estandarizado de reclamo destinado a
aquellas personas que estimen haber
sido objeto de un ejercicio abusivo o denigratorio
de la facultad señalada en el
presente artículo.
Las policías deberán informar
trimestralmente al Ministerio del Interior y Seguridad Pública sobre los
antecedentes que les sean requeridos por este último, para conocer la
aplicación práctica que ha tenido esta facultad. El Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, a su vez, publicará en su página web la estadística
trimestral de la aplicación de la misma.”
--
MUCHA TENSIÓN EN LA MARCHA. Y A DIFERENCIA DE CIENTOS DE JÓVENES YO NO LA PUDE DESCARGAR.
POR ESO ME RELAJARÉ EN LO QUE QUEDA DE TARDE ESCUCHANDO DOS GRANDES OBRAS DE LA PSICODELIA ALEMANA SETENTERA:
AMBOS DEL GLORIOSO AÑO DE 1971.
Etiquetas: bellezas de la mierda de estado burgues policiaco, krautrock, rock (no punk)
# posted by Metal Guru : 5/11/2016 05:22:00 p.m.
UNA IMPORTANTE CARTA QUE ANDA CIRCULANDO POR AHÍ:
Hermanos y Hermanas:
Hemos podido ver cómo han salido a
defender el mar y la tierra que los acompaña en su diario vivir, sabemos que
ustedes tienen una conexión mucho más profunda con su ambiente que nosotros que
vivimos en la urbe, y por eso miramos con admiración cómo han conseguido una
organización total de sus comunidades, paralizando por completo la isla,
plantando cara a las fuerzas represoras que pretenden volver a instaurar el
orden del capitalismo.
Quisiéramos poder estar allá y
acompañarlos en su lucha, en los cortes de ruta, en las ollas comunes, pero
sabemos que el combate contra el capitalismo debe darse de manera global. Es
por esto que quisiéramos contarles nuestra experiencia con respecto a nuestras
luchas en la ciudad y, al mismo tiempo,
exponer nuestras ideas con respecto a su lucha. Porque sabemos que en cada
movimiento que se rebela contra el poder, está el germen de una lucha mundial
por recuperar una comunidad auténtica fuera de la competencia y la valorización
mercantil.
Nuestra experiencia nos empuja primero
que todo a comunicar, porque creemos que si de algo han adolecido nuestras
revueltas y movimientos pasados ha sido de comunicación, de conseguir instaurar
una línea comunicativa entre proletarixs
que sea capaz de relacionarse estratégicamente, para así de una vez por todas
librarnos del yugo capitalista y burgués. Sabemos que nosotros, los proletarios
del mundo, podemos levantar un mundo nuevo, lejos de la arrogancia de políticos
profesionales y autoridades que solo administran el poder que les damos para
vivir sus lujosas vidas. Por eso, consideramos vital compañeros y compañeras,
que no le den espacio a los políticos profesionales dentro de sus comunidades,
mantengan la horizontalidad y la auto organización como pilar y principio
fundamental de su movimiento, esa siempre será una ventaja ante el poder, que
los quiere sumisos y jerárquicamente ordenados para así cooptar su movimiento.
Quizá la única premisa que podríamos entregarles es la de tener siempre en el
centro de sus actividades la tarea de RETOMAR EL CONTROL DE NUESTRAS VIDAS. De
lo contrario, la dispersión,
la negociación mediada por burocracias, la canalización política del rechazo
general al capitalismo, será la forma que encontrará el Estado para frenar las
rupturas reales del conflicto.
Por otra parte, quisiéramos ser
sinceros, sabemos que muchos de ustedes quisieran volver a la
"normalidad" capitalista en unos días, quizá semanas... pero a la vez
sabemos que un conflicto social expresado en demandas, evidencia también un
cúmulo de contradicciones que se encontraban contenidas en el funcionamiento
normal del sistema, por eso quisiéramos recalcar que estas circunstancias
terribles que les ha tocado vivir, no son meras casualidades o
irresponsabilidades del capitalismo, son la consecuencia lógica de un sistema
voraz que precisa de la devastación para su existencia, la cual no se podrá
contener ni reformar con políticas ambientales, puesto que yace en su raíz la
dinámica de valorización, que convierte todo lo vivo en mercancía , inherente
al capitalismo y a su clase despótica, la burguesía. Vivimos este proceso en
carne propia en las revueltas estudiantiles del año 2001,2006 y 2011, en las revueltas ambientales por Hidroaysen,
o en cualquier otra instancia en donde se haya respondido ante la proliferación
de la catástrofe del sistema, por lo que sabemos que este es solo otro capítulo
de la explotación capitalista y que las reformas políticas son mero maquillaje.
Es fundamental que nosotros, los
proletarios del mundo, nos unamos no bajo siglas, ni dirigentes, sino bajo
principio éticos de acción que ustedes han sabido demostrar en la acción:
solidaridad, auto organización, acción directa y horizontalidad. No necesitamos
partidos políticos, ni ideologías salvadoras que nos digan qué hacer, no tenemos
recetas mágicas. Es urgente reivindicar la consigna de nuestros hermanxs
proletarios en argentina, y decir "¡Qué se vayan todxs!", y es aún
más urgente destruir las condiciones de las que provienen para que no vuelvan
más. Así mismo, es indispensable reapropiarnos
del programa revolucionario de nuestra clase, nuestras formas históricas e
inmediatas de lucha. Programa que es una práctica histórica de clase y no una
plataforma acordada en un congreso. Las posiciones
revolucionarias del proletariado –el internacionalismo, la crítica del
Estado y el Capital, el trabajo, el dinero, etc. – son
claves en la extensión de la revuelta y el
potenciamiento de las rupturas con el orden dominante. Es así que como
clase vamos entrando
con más fuerza en el terreno del antagonismo radical, como vamos clarificando
los objetivos de nuestras acciones y podremos dar un salto cualitativo en
nuestras vidas.
Para terminar, es
importante saber ante qué estamos dando la batalla, y sobre todo el para qué,
puesto que el capitalismo tiene muchas formas de camuflaje, ante esto, solo
cabe recordarnos que la emancipación real de los trabajadores será obra de
ellos mismos o no será. La necesidad de una vida emancipada de todo lo que nos
oprime y destruye, está sujeta sólo a nuestras posibilidades autónomas de
clase.
Hermanos; que
su potencia negadora sea la yesca que prenda la hoguera de los proletarios en
todo el territorio, que la lucha contra el Estado y el Capital se expanda como
la peste. Nada ha terminado, todo está por empezar.
¡Vivan los proletarixs
insumisxs de Chiloé! ¡Que en todas partes se alcen las comunidades en guerra
contra el Estado y el Capital!.
Algunxs proletarixs por la
comunización.
Etiquetas: campo/ciudad, Chiloé, insurrección, psicogeografía, solidaridad, teoría revolucionaria, tercer asalto proletario contra la sociedad de clases
# posted by Metal Guru : 5/09/2016 12:33:00 p.m.