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jueves, junio 25, 2015

La revolución del Amor/Ornette en Italia/Almas gemelas que ya no están acá 


LOVE REVOLUTION (ni idea de por qué lo titularon así)
Ornette con Charlie Haden y, David Izenzon en los contrabajos, y Ed Blackwell, en Roma y Milán, febrero de 1968.
No sé por qué en la foto sale Ornette con su hijo, Denardo, que no toca en estas grabaciones.  
Cornejo amaba este registro. Una vez le obsequié una copia (dos CDRs robados al trabajo asalariado. El copiado creo que también). Al tiempo, me entregó una carta larguísima, que pude leer mientras viajaba de Copiapó a Santiago, y que entre muchas otras cosas, dedicaba un par de páginas a hablar de cómo lo había afectado profundamente este regalo, y creo que amaba sobre todo el disco que estoy escuchando en este momento: el 2 (Milán). (¡dos bajos!: eso debiera ser el estándar. por culpa del rock blanco estamos acostumbrados a que en cada formación haya uno solo).
Creo que pillé ese CD doble en la Feria del Disco (aka Feria Mix, RIP). Gambit records, 2005. Olor a pirata, semilegalizado, Made in the EU, y FILE UNDER: JAZZ.
Parte con ese tema que Ornette debe haber tenido metido en la cabeza desde siempre, y que quedó inmortalizado de la manera más conocida en el formato digamos “free funk” de los 70, con el impresionante álbum “Bailando en tu cabeza”. Eso hace Ornette y su banda eléctrica en esa placa, y eso hace en general ese riff tan curioso y pegajoso, interpretado una vez hace más de 10 años por los mismísimos Hermanos “Love Supreme” Manuschevic, en la Plaza O´higgins de Valparaíso. A esa misma canción mi hijo la denomina desde más pequeño “la canción tontorrona”, y es cantada a dúo por padre e hijo como “soy pajarón y tontorrón”. Esa letra le inventamos. Toda una declaración de principios.
Una semana antes de la muerte de Ornette, Le mostré a mi hijo "The empty foxhole", para mostrarle que un niño sí puede tocar batería, y bastante bien (en ese álbum toca Denardo Ornette, aún un prepúber).
En fin, sobre esa misma melodía/ritmo, el cuarteto de Ornette, en el año del inicio del segundo asalto proletario contra la sociedad de clases, desarrolla un diálogo impresionante durante 23 minutos. Acá se titula “Tulli” (ya casi no leo nada a esta hora. Tras haber gozado siempre muy buena vista –y un mucho más discutible  “ojo”-, a mis 44 mis ojos café verdosos ya no son los mismos). Verdosos. Mierdosos. En fin.
Ni Cristóbal ni Coleman están con nosotros ahora.
La idea misma de felicidad humana se ha visto afectada por eso.
Buenas noches.

Qué frase más idiota.

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Tulli no está en youtube todavía. Los dejo en cambio con Buddha Blues (último tema del CD 1, o sea, del concierto en Roma).

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Este viernes: Cine en CFT/1848 




Se resiste, pese a todos los intentos de Sabat y sus policías, y este viernes nos juntamos a ver y comentar una selección de escenas fílmicas preparadas por un compañero.
Vaya, lleve lo que quiera.
Sapos y tarados: abstenerse.

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martes, junio 23, 2015

Kaoru e Izumi: el vals eterno 

No me acuerdo si supe primero de Kaoru Abe por una revista The Wire que se concentraba en la escena japonesa de los 70,o en un fragmento de la película Endless Waltz que ví hace una década aproximadamente en la página de Ecstatic Peace. Era justo el fragmento donde aparece Fushitsuha en el escenario, y con su agujero negro de estática y electricidad cambiaron mi vida y me percepción del sonido hasta ahora.



Su tormentosa vida, arte y amor aparecen retratados en el film de Koji Wakamatsu, de 1995. hasta ahora no tenía idea de que la esposa de Abe, la bellísima Izumi Suzuki, era escritora y había trabajado también como modelo de revistas. Después de la muerte de Abe por sobredosis en 1973, ella vivió una década más y se suicidó.

Va un link a la película (con subtítulos en inglés),



y un fragmento de una improvisación de 1970 con Masayuji Takayanagi, lleno de imágenes de Izumi.




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viernes, junio 19, 2015

1971 



"Íbamos riendo...bañados por la luz amarilla que ahora es para siempre la luz de 1971, no sólo para mí sino para cualquiera que viera una película u hojeara una revista de ese año. Luz filtrada y suavidad y destellos dorados" (Hari Kunzru, Mis revoluciones, Alfaguara, 2008).

Black Juju, Alice Cooper Band (Love it to death, Straight records, 1971).

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No todo vale (carta de Francisco y Mónica) 


El Estado recurre a diversas estrategias para eliminar a sus enemigxs e incluso a quienes alcen la voz para cuestionar el orden imperante.

Intenta cortar de raíz cualquier iniciativa rebelde; para este propósito cuenta con un eficiente aparato judicial el cual posee un amplio abanico punitivo que va desde acusaciones leves, que por lo general terminan en multas o penas remitidas, a la utilización de instrumentos duros entre los que el comodín de la Ley Antiterrorista es una carta que pierde novedad y se hace frecuente en el tablero de juego. Para lxs que hemos asumido la cárcel como una posibilidad dentro de la lucha contra la dominación, vemos el actual contexto político proclive para que esta posibilidad sea más cercana para muchxs más, varixs son lxs que no saben si mañana estarán durmiendo en una celda y para quienes ya estamos dentro, por cuanto tiempo más estaremos en ellas. La situación por momentos se torna confusa al encontrarnos frente a una maquinaria avasalladora movida por sus paranoias y alucinaciones que, en definitiva, constituye una de sus tantas maneras de ejercer el dominio.

La rapidez con que se han sucedido los diferentes golpes represivos alimenta esta confusión, más aún al ser las acusaciones sumamente “imaginativas” acompañado todo por la espectacularidad otorgada por los medios de comunicación del Poder. Quienes ejercen y sustentan la dominación jamás entenderán nuestras formas antiautoritarias, por lo que intentan amoldarnos a sus lógicas.

Como se ha podido ver, son heterogéneos los colectivos, espacios e individualidades golpeadas por la represión, los cuales presentan distancias y cercanías a la hora de entender el Estado y su función, y a su vez el cómo se enfrentan los embates del Poder, la prisión y de qué forma y con quienes establecer alianzas. Ante esto se dice que es preferible superar lo que nos distancia dándole prioridad a nuestros elementos comunes con el propósito de hacer frente a los golpes del Poder de manera eficaz, planteamiento que a todas luces privilegia la cuestión numérica antes que la determinación y voluntad, aspectos fundamentales para nosotrxs. Somos conscientes de la importancia de establecer alianzas, el asunto es con quién. La Historia ha dejado en claro las consecuencias nefastas que han significado para lxs anarquistas alianzas con grupos autoritarios y/o a favor de la política institucional, los que siempre se inclinarán por el Poder aplastando finalmente cualquier iniciativa libertaria. ¿Es que debemos agachar la cabeza y dejar pasar aspectos que para nosotrxs son indispensables? De ninguna manera.

El ceder en aspectos éticos importantes ha dado como resultado, entre muchas cosas, el ir cada vez más a remolque de movimientos izquierdistas, ciudadanos y demócratas con lo que nada tenemos que ver, ellos sostienen el Poder que nosotrxs intentamos eliminar de nuestras vidas. La confrontación es inevitable, es necesaria para el crecimiento político. ¿De qué forma nos diferenciamos de quienes defienden y refuerzan el actual sistema imperante? Con nuestros actos y su coherencia.

Ahora bien, si como anarquistas vemos inviable cualquier alianza o proyecto común con grupos o personas ligadas a la institucionalidad, de la misma manera pensamos que es imposible generar vínculos con quienes optan por estrategias para hacer frente a la represión que no compartimos en absoluto, ni deseamos avalar por ningún medio. En los periodos marcados por la represión, detenciones y cárcel, nuestras convicciones y su coherencia entran en juego, se tensionan de forma inevitable, pero no todo vale a la hora de evitar entrar en prisión e incluso salir de ella. Creemos que hay opciones que quiebran nuestra dignidad y en definitiva sepulta lo que somos y las ideas que defendemos. La petición de indulto representa una de esas opciones.

Como presxs anarquistas manifestamos que no somos ni seremos parte de movilizaciones o manifestaciones antirrepresivas con quienes opten por seguir la estrategia del indulto (sea o no parcial). No queremos caminar junto a ellxs por la mencionada diferencia insalvable, no queremos ser cómplices por omisión de una estrategia que para nosotrxs representa un punto de inflexión determinante. Y si finalmente las consecuencias de nuestras convicciones nos llevan a que encierren nuestros cuerpos por más años, lo seguiremos llevando con la cabeza alta y con la dignidad por delante.

Del Estado no queremos su perdón, sólo deseamos su destrucción.

Mónica Caballero y Francisco Solar
Junio de 2015

C.P. Villabona

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jueves, junio 18, 2015

Campaña "No sea pelota": Deje de mirar jugadores. Concéntrese en la lucha de clases. 



Federico Corriente y Jorge Montero publicaron El libro negro del deporte. Editado en España por Pepitas de Calabaza, y en Argentina por Lazo negro. Tenemos copias para distribuir.


Desde la transformación de las fiestas y juegos populares en deportes, pasando por las distintas nociones de cultura física que se han sucedido desde la Antigüedad hasta llegar a nuestros días, este ensayo analiza el proceso de difusión internacional del deporte y su evolución en el seno de la sociedad moderna, prestando especial atención al papel de los deportes en la configuración del liberalismo decimonónico, el colonialismo y el imperialismo, y haciendo especial hincapié en el destacado lugar que ocupan en el discurso ideológico totalitario.
El deporte no solo es una válvula de escape y un mecanismo de control social sino también una ideología de la competición, de la selección biogenética, del éxito social y de la participación virtual. Lejos de limitarse a reproducir en formato espectáculo las principales características de la organización industrial moderna (reglamentación, especialización, competitividad y maximización del rendimiento), cumple además una misión ideológica de trascendencia universal: encauzar y contener las tensiones sociales engendradas por la modernidad capitalista.
Este libro es un trabajo crítico, riguroso, muy bien documentado y de lectura ágil, que aborda la relación entre deporte, democracia y totalitarismo desde una perspectiva completamente inédita.
Citius, Altius, Fortius. El libro negro del deporte | Federico Corriente, Jorge Montero | Lazo Ediciones 2014

Ver sobre este libro acá:

https://vimeo.com/98004133https://vimeo.com/98004133

Parte con una impresionante cita del mafioso Joao Havelange:

"El fútbol hace muy bien al país, le trae tranquilidad social, la gente hace 15 días que habla del Argentina Brasil  por la Copa y seguirá hablando una semana más, dejando de lado otros problemas".


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lunes, junio 15, 2015

La forma del jazz por venir (1959) 



Después de escribir una entrada sobre Ornette, recordé que en realidad poco antes de escuchar el "Spy vs. spy" (tremendo homenaje "hardcore"), había conocido el tema "Lonely woman" en la no tan deslumbrante versión que ofrece Zorn con Naked City en su álbum homónimo.

Unos cuantos años después vine a escucharla en el contexto de origen: este bello álbum del bello cuarteto de Ornette.

Ayer mi hijo me dice: "Tú siempre escuchas a Ornette". le digo: "Claro que sí", y pongo una vez más The Shape of Jazz to Come.

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Foro en Valpo./Kafka: Renuncia 


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RENUNCIA
Era muy temprano por la mañana, las calles estaban limpias y vacías, yo iba a la estación. Al verificar la hora de mi reloj con la del reloj de una torre, vi que era mucho más tarde de lo que yo creía, tenía que darme mucha prisa; el sobresalto que produjo este descubrimiento me hizo perder la tranquilidad, no me orientaba todavía muy bien en aquella ciudad. Felizmente había un policía en las cercanías; fui hacia él y le pregunté, sin aliento, cuál era el camino. Sonrió y dijo:
-¿Por mí quieres conocer el camino?
-Sí –dije-, ya que no puedo hallarlo por mí mismo.
-Renuncia, renuncia -dijo, y se volvió con gran ímpetu, como las gentes que quieren quedarse a solas con su risa.
(Franz Kafka).

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viernes, junio 12, 2015

Esta es nuestra música 



Curiosamente (o no tanto) conocí a Ornette por John Zorn y su tributo titulado "Spy vs. spy".
En esa época existía la Feria del Disco, y si uno estaba dispuesto a ocupar la hora de colación en escarbar los estantes podía encontrarse con discos como este a precias no tan usureros. Construí una razonable colección de free jazz en esos almuerzos. este álbum, junto a "The shape of jazz to come" deben ser dos de los más emblemáticos del cuarteto de Ornette.

Escuchemos
Blues Connotation.

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jueves, junio 11, 2015

Orenette R.I.P. 


Ornette tocó en el funeral de Coltrane Quien tocará en el del querido Ornette?

Condolencias a Denardo Ornette y familia.

Chippie

Gracias por todo lo que le entregaste a a comunidad humana!

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domingo, junio 07, 2015

Un manifiesto de Vicente Huidobro 

Manifiesto de Manifiestos

Después de lanzados los últimos manifiestos acerca de la poesía, acabo de leer los míos y, más que nunca, me afirmo en mis antiguas teorías.
Tengo aquí los manifiestos dadaístas de Tristán Tzara, tres manifiestos surrealistas y mis artículos y manifiestos propios. Lo primero que compruebo es que todos coincidimos en ciertos puntos, en una lógica sobrestimación de la poesía y en un también lógico desprecio del realismo.
El realismo en el sentido usual de la palabra, es decir, como descripción más o menos hábil de las verdades preexistentes, no nos interesa y ni siquiera lo discutimos, pues la verdad artística empieza allí donde termina la verdad de la vida. El realismo carece de carta de ciudadanía en nuestro país.
Los manifiestos dadaístas de Tzara fueron tan comentados a su hora que no vale la pena volver sobre ellos. Además, son mucho más surrealistas -al menos en su forma- que los manifiestos surrealistas. Aparecieron para hacer un papel absolutamente necesario y bienhechor en un momento determinado en que era preciso demoler y luego despejar el terreno.
Por su parte, los manifiestos surrealistas proclaman el sueño y la escritura automática. Según Louis Aragon el surrealismo habría sido descubierto por Crevel en 1919. Y Breton da la siguiente definición del surrealismo: “Automatismo psíquico puro mediante el cual uno se propone expresar el verdadero funcionamiento del pensar. Dictado del pensar ajeno a cualquier control de la razón.”
¿Pero quién puede decir que es éste y no otro el verdadero funcionamiento del pensar? El vocablo “pensar” ya implica control. El pensar es la vida interior. Es, según Descartes, conocimiento, sensación, pasión, imaginación, volición.
El pensar es memoria, imaginación y juicio. No es un cuerpo simple, sino compuesto.
¿Creéis que es posible separar, apartar alguno de sus componentes? ¿Podéis mostrar algún poema nacido de este automatismo psíquico puro del que habláis?
¿Creéis que el control de la razón no se lleva a cabo? ¿Estáis seguros de que estas cosas de apariencia espontánea no os llegan a la pluma ya controladas y con el pase-libre horriblemente oficial de un juicio anterior (tal vez de larga fecha) en el instante de la producción?
Tal vez penséis haber simplificado y resuelto un problema que es mucho más complejo.
Lo que sostengo es que no podéis aislar una de las facultades del pensar, que no podéis apartar la razón de las demás facultades del intelecto, salvo en el caso de una lesión orgánica, estado patológico imposible de producir voluntariamente.
Desde el instante en que el escritor se sienta ante la mesa lápiz en mano, existe una voluntad de producir y (no juguemos con las frases) el automatismo desaparece, pues él es esencialmente involuntario y maquinal. Desde el instante en que os preparáis para escribir, el pensamiento surge controlado.
El automatismo psíquico puro -es decir, la espontaneidad, completa- no existe. Pues todo movimiento, como lo dice la ciencia, es transformación de un movimiento anterior. Sois víctimas de una apariencia de espontaneidad. Sé que hay otros estetas que han sostenido idénticas teorías. No creo que ignoréis que todo esto ha sido objeto de discusiones desde hace algunos siglos. El italiano Vico decía en su Scienza Nuova, publicada en Nápoles en 1725, quemientras más débil es el razonar más robusta habrá de ser la fantasía”. Y, sin ir tan lejos, Henri Bergson escribía, veinte años atrás, que “el sueño es la vida mental completa”, ya que durante el sueño desaparecen toda tensión y esfuerzo, pues es la precisión que exige el coordinar la que obliga a esforzarse.
Platón decía del poeta: “No cantará nunca sin cierto transporte divino, sin cierto suave furor. Lejos de él la fría razón; desde que quiere obedecerle, se acaban los versos, se acaban los oráculos.”
Creo que ello es evidente. Lejos del poeta la fría razón; pero hay otra razón que no es fría, que mientras el poeta trabaja se halla al unísono con el calor de su alma, y de la que pronto hablaré. Estamos ante una sencilla confusión de planos.
Supongamos, incluso, que pudierais producir este automatismo psíquico puro, que pudierais disociar la conciencia a voluntad, ¿quién podría probaros que vuestras obras son superiores?, ¿qué con ello éstas ganan en vez de perder? Para qué dar tanta importancia a esta semipersonalidad (pues el automatismo sólo reside en los centros corticales inferiores) y no dársela a nuestra personalidad total y verdadera.
¿Acaso creéis que un hombre dormido es más hombre -o menos interesante- que uno despierto?
No niego la existencia de los actos automáticos, pero ellos son precisamente los actos habituales, es decir, los más vulgares. Al pensar en algo importante, podéis arreglaros automáticamente el nudo de la corbata, sin que este gesto pase más allá de los centros cerebrales secundarios. Pero si pensáis en repetir dicho gesto, él ya se os ha hecho consciente, y el juicio y el control han intervenido. Cuando se repite varias veces un acto complicado, tiende a hacerse automático. Lo mismo ocurre en el dominio del espíritu.
E igual cosa para los sueños. La característica del sueño consiste en la anulación de la voluntad. Esto no impide, desde luego, el que persistan otras actividades psíquicas. Pero, desde el instante en que queráis expresarías por escrito, la conciencia entra instantáneamente en el juego. No hay modo de evitar esto, y lo que escribáis no habrá nacido de un automatismo psíquico puro.
Aunque no os hayáis dado cuenta, una buena dosis de control se os habrá mezclado al discurso. Sé que el automatismo entra en gran medida en la producción de las obras de arte; pero éste no es el automatismo del impulso que proclamáis sino el de la inspiración. Y los psicólogos hallan gran diferencia entre ambos.
Ahora bien, esta manera de escribir, consistente en dejar correr la pluma bajo el impulso de un dictado automático que brota del sueño, les quita al poeta y a la poesía toda la fuerza de su delirio natural (natural en los poetas), les arrebata el misterio racial de su origen y de su realización, el juego completo del ensamble de las palabras, juego consciente, aun en medio de la fiebre del mayor lirismo, y que es lo único que apasiona al poeta.
Si me arrebataran el instante de la producción, el momento maravilloso de la mirada abierta desmesuradamente hasta llenar el universo y absorberlo como una bomba, el instante apasionante de ese juego consistente en reunir en el papel los varios elementos, de esta partida de ajedrez contra el infinito, el único momento que me hace olvidar la realidad cotidiana, yo me suicidaría.
Mi vida está pendiente de ese momento de delirio. Encuentro que lo demás no vale la pena de sufrirlo.
El poeta no tiene en su vida ningún otro placer comparable al estado de clarividencia de las horas de producción.
Por tanto, si vuestro surrealismo pretende hacernos escribir como un médium, automáticamente, a la velocidad de un lápiz en la pista de las motocicletas y sin el juego profundo de todas nuestras facultades puestas bajo presión, jamás aceptaremos vuestras fórmulas.
Considero inferior vuestra poesía, tanto por su origen como por sus medios. Hacéis que la poesía descienda hasta convertirse en un banal truco de espiritismo.
La poesía ha de ser creada por el poeta, con toda la fuerza de sus sentidos más despiertos que nunca. El poeta tiene un papel activo y no pasivo en la composición y el engranaje de su poema.
Si seguimos vuestras teorías caeremos en el arte de los improvisadores. Todos los improvisadores actúan conforme a vuestros principios. No son los amos sino los esclavos de su imaginaría mental. Se dejan llevar por un dictado interno y el resultado es un rosario de fuegos fatuos que sólo toca nuestra sensibilidad epidérmica, nuestros sentidos más externos.
No, por favor; es demasiado fácil, demasiado banal.
La poesía es algo mucho más serio, mucho más formidable, y surge de nuestra superconciencia.
Tal como dije en mis conferencias de Buenos Aires, de Madrid, de Berlín, de Estocolmo y de París, en el teatro de la plaza Rapp, en enero de 1922, “el poema creacionista sólo nace de un estado de superconciencia o de delirio poético”.
Voy, pues, a definir qué entiendo por superconciencia. La superconciencia se logra cuando nuestras facultades intelectuales adquieren una intensidad vibratorio superior, una longitud de onda, una calidad de onda, infinitamente más poderosa que de ordinario. En el poeta, este estado puede producirse, puede desencadenarse mediante algún hecho insignificante e invisible, a veces, para el propio poeta.
En el estado de superconciencia la razón y la imaginación traspasan la atmósfera habitual, se hallan como electrificadas, nuestro aparato cerebral está a alta presión.
La posibilidad de ponerse en ese estado sólo pertenece a los poetas, y no hay nada más falso que aquel refrán que dice: “De poeta y loco todos tenemos un poco.”
El ensueño poético nace generalmente de un estado de debilidad cerebral;(1) en cambio la superconciencia, el delirio poético, nace de una corteza cerebral rica y bien alimentada.
En el delirio -que es mucho más hermoso que el ensueño- sigue estando controlada la razón (éste es un hecho comprobado por la ciencia), control que no existe en el sueño natural.
Dicho control no es el de la fría razón de que habla Platón, sino el de una razón elevada hasta la misma altura, puesta en el mismo plano de la imaginación.
El delirio es una especie de convergencia intensiva de todo nuestro mecanismo intelectual hacia un deseo sobrehumano, hacia un impulso conquistador de infinito.
El delirio es irreal, absolutamente irreal en la vida. Pero es una realidad para quien lo produce y para quienes logran alcanzarlo, impregnarse de su atmósfera. Es decir, es una realidad en un plano diferente al ordinario. Es una realidad en ese plano extrahabitual que llamamos Arte.
El delirio es la facultad que tienen algunas personas de excitarse naturalmente hasta el transporte, de poseer un mecanismo cerebral tan sensible que los hechos del mundo exterior pueden ponerlos en dicho estado de fiebre y alta frecuencia nemónica.
La razón le sigue. La razón le ayuda a organizarse en la creación de ese hecho nuevo que él está produciendo. Paralelamente a la imaginación, en el delirio la razón sube hasta las grandes alturas en que la atmósfera terrestre se rarifica y se necesitan pulmones especiales para respirarla, pues si ambas no se hallan de acuerdo la razón se ahogará.
Esta razón controla, esta razón aparta los elementos impuros que querrían mezclarse a los demás para estar en buena compañía. Ella es el tamiz y la organizadora del delirio, y sin ella vuestro poema sería una obra impura, híbrida.
Y mientras que el ensueño pertenece a todo el mundo, el delirio sólo pertenece a los poetas.
Una misteriosa conjunción de hechos, tan libres en su origen como en su causa inmediata, desata en el alma del poeta todo un mecanismo de juego de campanas a percusión, y la máquina se pone en marcha, cargada de millones de calorías, de esas calorías químicas que transforman el carbón en diamante, pues la poesía es la transmutación de todas las cosas en piedras preciosas.
En suma: el estado de ensueño existe, nadie lo discute, todos los poetas lo conocen y ha sido proclamado tanto por los buenos como por los malos. He aquí como lo definía Sully Prudhomme, que no era un faro:
“Contemplación interior de una sucesión de estados de conciencia asociados espontáneamente. La atención del soñador es maquinal e inconsciente, no le cuesta esfuerzo alguno; se parece a la del espectador que se halla cautivado por una escena dramática. Sólo consiste en una acomodación espontánea del espíritu a su objetivo, tal como el ojo se acomoda al suyo”
Pero el estado de ensueño nada tiene que ver con el dictado automático ni con el sueño, y dicho estado de ensueño inconsciente vosotros lo cortáis, lo detenéis de inmediato en el instante en que queréis expresarle. El ensueño libre, al perder su espontaneidad, se transforma en ensueño sometido y lleno de grandes dosis de pensamiento regulador.
Respecto a la imaginación, los surrealistas nos dan como novedad aquella definición que dice que la imaginación es la facultad mediante la cual el hombre puede reunir dos realidades distantes.
Esta definición, que di en mi libro Pasando y pasando, en 1913, no como inventada por mí sino como la definición que uno encuentra corrientemente en cualquier texto de retórica que no sea muy malo, es tal vez una de las más antiguas que se conocen.
No sólo la encontraréis en los textos de estética, sino que os bastará con abrir el Diccionario Filosófico de Voltaire. en el vocablo imaginación, y allí encontraréis: Ella reúne varios objetos distantes.
Idéntica definición hallaréis en la Psicología de Abel Rey, publicada en París en 1903, en las páginas 309-311.
Veis, pues, que ella no es de ayer, que no es tan original como creéis.
Yo agregaba entonces, y lo repito ahora, que el poeta es aquel que sorprende la relación oculta que existe entre las cosas más lejanas, los ocultos hilos que las unen. Hay que pulsar aquellos hilos como las cuerdas de un arpa, y producir una resonancia que ponga en movimiento las dos realidades lejanas.
La imagen es el broche que las une, el broche de luz. Y su poder reside en la alegría de la revelación, pues toda revelación, todo descubrimiento produce en el hombre un estado de entusiasmo. Al hombre le gusta que se le muestren ciertos aspectos de las cosas, ciertos sentidos ocultos de los fenómenos, o ciertas formas que, de ser más o menos habituales, pasan a ser imprevistas, a adquirir doble importancia.
Pues bien, yo digo que la imagen constituye una revelación. Y mientras más sorprendente sea esta revelación, más trascendental será su efecto.
Para el poeta creacionista será una serie de revelaciones dadas mediante imágenes puras, sin excluir las demás revelaciones de conceptos ni el elemento misterio, la que creará aquella atmósfera de maravilla que llamamos poema.
En los manifiestos surrealistas hay muchas cosas bien dichas, y si los surrealistas producen obras que denoten un momento de gran altura del cerebro humano, serán dignos de todas las alabanzas.
Debemos darles crédito, aunque no aceptemos su camino y no creamos en la exactitud de su teoría.
En el manifiesto de André Breton, veo citados como ejemplos de imagen bella, como ejemplos de imagen muy depurada:
La nuit rentre dans un sac (2)
O:
Dans le ruisseau il y à une chanson qui coule.(3)
Dos imágenes de una banalidad espantosa y de una relación tan fácil como que una se basa en el lugar común La noche como boca de lobo y la otra en el clisé El canto del agua. Sin ser poeta pueden hallarse tales imágenes.
Prefiero mucho más aquella mía que encontraréis en Horizon Carré, que dice:
La nuit sort de sous les meubles,(4)
y en mi poema Adán, escrito en 1914, refiriéndome al mar:
No se sabe si es el agua la que produce el canto o si es el canto el que produce el agua.
Sin embargo, de ningún modo las pondría como ejemplo al hablar de imágenes que no presentan ni el menor grado de premeditación.
El vocablo premeditación me hace pensar en el problema del origen de las imágenes, problema que apenas bosquejamos hace un momento al hablar del automatismo psíquico puro.
¿De dónde procede el bagaje poético del poeta? ¿En qué época penetraron sus componentes en su cerebro?
He aquí lo que deberíamos conocer y lo que no es posible saber.
Nuestros cinco sentidos, como hormigas, parten por el mundo en busca de los alimentos que cada uno, entrando por su propio agujero, vendrá a depositar en su casillero particular. Las pequeñas hormigas depositarán su botín en él.
¿Pero recordamos qué día entraron? ¿Sabemos cómo las controló nuestra razón?
Incluso mediante la más sutil y continua gimnástica introspectiva (pienso en la introspección bergsoniana), llegaremos a descubrir alguna vez el verdadero origen de todos esos residuos, de todas esas combinaciones en estado latente, sin fecha posible, que bullen en el fondo de nuestro cerebro y se multiplican como bacilos en cultivo.
Pues en nuestro alambique espiritual, en constante ebullición, existen los que Loeb y Bohn llaman “fenómenos asociativos y sensibilidad diferencial” y la razón, a cada instante, mete su cuchara en este alambique de asociación y contrastes; y tal vez cuando proclamáis lo fortuito y lo arbitrario estáis como nunca lejos de ambos.
No creo que las páginas más hermosas de la literatura hayan sido producidas bajo un dictado automático. Estoy convencido, incluso, de que las que parecen más locas provienen, por el contrario, de momentos en que nuestra conciencia se halla plenamente despierta.
Cuando Ben Jonson en Volpone o el Zorro hace decir al viejo Volpone: Tus baños se harán en esencia de alhelíes, en espíritu de rosas y de violetas, en leche de unicornio, en aliento de pantera conservada en una caja y mezclada con vino de Creta. Beberemos oro y ámbar hasta que el techo gire hasta darnos vértigo”, Ben Jonson no ha visto esto en un sueño, sino que su fiebre lírica ha subido por grados, su delirio se ha caldeado por etapas hasta permitirle hallar (mediante todas sus facultades) aquellos baños de aliento de pantera.
Jamás olvidaré el gesto de admiración y las exclamaciones de Apollinaire cuando le mostré, durante la guerra, una tarde que comía en mi casa, esas admirables páginas de Ben Jonson, el dramaturgo inglés que tanto influyera en Shakespeare.
Asimismo, cuando era estudiante, recuerdo haber subrayado páginas de Rabelais, asombrosas por su falta de sentido, por su voluntaria y buscada falta de sentido, que producían, no obstante, una perturbación especial en el espíritu, muy cercana a las perturbaciones que debe producir la más alta poesía.
Sin duda recordáis, queridos amigos, el discurso del señor de Baiscul en el capítulo IX del Pantagruel:
Precisamente pasaban seis blancos entre los dos trópicos, hacia el cenit y la malla, tanto más que los montes Rifos habían sufrido aquel año una gran esterilidad de embustes a causa de una sedición de cuchufletas que estalló entre los Barragüinos y lov Accursieros a propósito de la rebelión de los suizos que se habían reunido en el número de tres, seis, nueve y diez para ir al muérdago de año nuevo el primer día del año, cuando se lleva la cena a los bueyes y la llave del carbón a las jovencitas para dar la avena a los perros. Durante toda la noche no se hizo más (con la mano sobre la olla) que despacharmensajeros a pie y a caballo para retener los barcos; pues los sastres no querían confeccionar restos robados.
Una cerbatana
Para cubrir el mar Océano
que, por el momento, estaba embarazada de una ollada de coles, según la opinión de los hacinadores de henos, pero los físicos decían que en su orina no reconocían ningún signo evidente.
Al paso de la aventurada,
Comer hachas con mostaza,
Dad también una mirada al discurso pronunciado por el señor de Humevesne ante Pantagruel:
Si un pobre diablo acude a las piezas de baño para hacerse maquillar el hocico con bosta de vaca o para comprarse botas de agua, los sargentos que trasladan a los soldados de la ronda reciben el caldo de alguna lavativa o la materia fecal de una silla perforada en la cabeza. ¿Debemos, no obstante, cortar las mamas y freír las escudillas de madera? A veces pensamos en lo uno, pero Dios hace lo otro, y cuando el sol se ha puesto todos los animales están a la sombra. No quiero que se me crea esto último si no se lo pruebo a la gente en forma violenta y en pleno día.
El año 36 yo había comprado un caballo tronzo de Alemania, alto y corto, de bastante buena lana, y coloración de semilla, como me lo aseguraban los orfebres, no obstante, el notario puso su etcétera en él. De ningún modo soy lo suficientemente docto como para coger la luna con mis dientes, pero en el pote de mantequilla donde se sellaban los instrumentos volcánicos corría el rumor de que el buey salado hacía encontrar el vino a medianoche y sin candela, aunque se hallara oculto en el fondo de un saco de carbonero, calzado y albardado con la testera y las escarcelas requeridas para freír en buena forma una cabeza de botón. Y cuán cierto es lo que dice el proverbio: que hace bien ver vacas negras en un bosque quemado cuando uno se halla gozando de sus amores.
Hice que los doctos señores examinaran el asunto y, como solución, concluyeron que no hay nada como segar el verano en una cueva bien provista de papel y tinta, y de plumas y cortaplumas de Lyon, junto al Ródano, TARABIN TARABAS,(5) pues tan pronto como un arnés toca el agua, la carcoma lo roe hasta el hígado y después no hace más que sublevársele la tortícolis cuando se ha dormido luego de cenar, y he aquí lo que encarece tanto la sal.
Y la respuesta de Pantagruel:
Considerar la horripilación del murciélago declinando valerosamente del solsticio estival para echar un requiebro a los cuentos de vieja que tuvieron el alfil del peón debido a las malvadas vejaciones de los lucífugos nicticoraces que se hallan bajo o el clima romano de un crucifijo a caballo que engafaba una ballesta con los riñones, el pedigüeño tuvo razón de calafatear el galeón que la buena mujer hinchaba, con un pie calzado y el otro desnudo, reembolsándole, bajo y tieso en su conciencia, tantas tonterías como pelos hay en dieciocho vacas y otras tantas para el bordador. Igualmente es declarado inocente del caso especial de las metrequeferías en que todos pensaban que había incurrido, de lo que no podía alegremente defecar, sobre la decisión deun par de guantes perfumados, de pedorreras a la candela de nuez, a la usanza de su país de Mirebalais, aflojando la bolina con las broncíneas balas de cañón cuyos pinches de cocina amasaban contestablemente sus legumbres roídas de lirón a todas las campanillas de gavilán hechas en punto de Hungría que su cuñado llevaba memorablemente en un canasto limítrofe bordado con hocicos con tres cabríos descaderados de canabaserías, a la perrera angular de donde sacan el papagayo vermiforme con el plumero.
En las citas que acabáis de leer, es lo insólito, lo sorpresivo, lo que nos conmueve y disloca.
Un poema sólo es tal cuando existe en él lo inhabitual. Desde el momento en que un poema se convierte en algo habitual, no emociona, no maravilla, no inquieta más, y deja, por lo tanto, de ser un poema, pues inquietar, maravillar, emocionar nuestras raíces es lo propio de la poesía.
La vida de un poema depende de la duración de su carga eléctrica. Me pregunto si los habrá eternos.
Es evidente que nada de aquello a que estamos acostumbrados nos emociona. Un poema debe ser algo inhabitual, pero hecho a base de cosas que manejamos constantemente, de cosas que están cerca de nuestro pecho, pues si el poema inhabitual también se halla construido a base de elementos inhabituales, nos asombrará más que emocionarnos.
Lo que asombra no transporta, no eleva el espíritu hasta las alturas del vértigo consciente.
Hay que ser un verdadero poeta para poder dar a las cosas que se hallan cerca de nosotros la carga suficiente para que nos maravillen; hay que ser poeta para enhebrar las palabras cotidianas en un filamento Osram incandescentes, y para que esta luminosidad interna caldee el alma en las latitudes a que se nos precipita.
El poeta es un motor de alta frecuencia espiritual, es quien da vida a lo que no la tiene; cada palabra, cada frase adquiere en su garganta una vida propia. y nueva, y va a anidarse palpitante de calor en el alma del lector.
Ser poeta consiste en tener una dosis tal de particular humanidad, que pueda conferírsela a todo lo que pase a través del organismo cierta electricidad atómica profunda, cierto calor nunca dado por otros a esas mismas palabras, cierto calor que hace cambiar de dimensión y color a las palabras.
Debo citar nuevamente a Platón, que a veces dice cosas bellísimas sobre los poetas, sobre los poetas con los cuales se portó bastante mal en sus momentos de tonterías:
Esta piedra que Eurípides llama magnética, y el pueblo heracleana, no sólo tiene el poder de atraer anillos de hierro, sino también el de comunicar su fuerza a los propios anillos, que pueden, como ella, atraer a otros; y a menudo puede verse una larga cadena compuesta de anillos suspendidos, a la que únicamente el amante presta la virtud que los sostiene. Del mismo modo la Musa transporta a los poetas hasta el entusiasmo; los, poetas, por su parte, la hacen descender hasta nosotros, formándose, así, una cadena de inspiración.
Luego agrega que los grandes poetas deben “las bellas creaciones de su genio a una llama celeste, a un dios”, y pocas líneas después defiende la verdad poética diciendo:
Los poetas líricos no nos engarzan cuando nos hablan de todo aquello que su imaginación les hace ver.
En la época en que yo apuntaba mis meditaciones acerca de la poesía, ignoraba las teorías del poeta Saint-Pol-Roux, pero ya un fluido secreto me llevaba hacia él. Por esto hablé a menudo de él, y cité muchas veces sus poemas, leídos en antologías, y me indignaba sobre todo contra Reny de Gourmont, quien, con una falta de respeto única, traducía sus imágenes al lenguaje vulgar y osaba establecer una tabla de estas mismas imágenes con un igual a de una impertinencia e ingenuidad intolerables.
Debemos proclamarlo en voz alta: Saint-PolRoux fue uno de los pocos artistas que quisieron dar al poeta todo el prestigio que entraña este vocablo mágico.
Yo aplaudo con todo mi corazón a los jóvenes poetas que han hecho resurgir al Magnífico, con toda su magnificencia natural, de un casi olvido horriblemente injusto.
Yo mismo me siento avergonzado de declararlo: pero yo, en diez años que llevo en París, no pensé en comprar sus obras, y sólo en enero de este año fui alMercure de France a pedirlas. Desgraciadamente están agotadas y no se piensa en reeditarlas.
(¿No habría algún medio para hacerlas reeditar?)
Ya en 1913, este hombre admirable dijo cosas que transcribo aquí con la mayor alegría:
Geómetra es lo absoluto, el arte va ahora a fundar comarcas, comarcas que sólo participarán del universo tradicional por su único recuerdo básico, comarcas en cierta forma registradas bajo una rúbrica de autor; y estas comarcas originales donde la hora será dada por los latidos del corazón del poeta, donde el vapor estará constituido por su aliento, donde las tempestades y las primaveras serán sus alegrías y sus penas, donde la atmósfera será el resultado de su fluido, donde las ondas expresarán su emoción, donde las fuerzas serán los músculos de su energía, y de las energías subyugadas, estas comarcas, digo, el poeta en un patético parto las amoblará con la población espontánea, con sus tipos personales. La ciencia propiamente dicha nada tendrá que pretender de esos milagros, al declararse súbitamente la poesía ciencia en sí, ciencia de las ciencias, capaz de bastarse, en posesión de reglas caprichosas, que se diferenciarán de un poeta a otro, a pesar de provenir de una ley primordial, la ley de los dioses.
NOTAS
(1) En su manifiesto, André Breton escribe: “Knut Hamsum coloca bajo la dependencia del hambre esa especie de revelación a que yo estaba sometido.” (El hecho es que entonces yo no comía diariamente.) Todos los alienistas están de acuerdo en que ella se produce en épocas de cansancio.(Nota de V. H.)
(2) La noche entra en un saco.
(3) Por el arroyo corre tina canción.
(4) La noche sale de debajo de los los muebles.
(5) Rabelais, tal como mi amigo Tristan Tzara y algunos otros poetas de hoy, también inventaba palabras.  

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