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jueves, noviembre 21, 2019

La línea del frente/La lucha pasa a una nueva fase/Prensa burguesa lloriquea porque aún no se pacifica esta combativa y angosta faja de tierra 


-Kortatu, La línea del frente: "en cualquier adoquín está la primera línea!!!".




EVADE CHILE, ONCEAVO COMUNICADO

Compañerxs,

Una liceana de Santiago nos ha hecho llegar un llamado a evadir la PSU y tomarse todos los recintos educacionales y fábricas, a boicotear, funar y hackear el sistema.

No se cambia una relación abusiva simplemente demandando al abusador que haga lo justo. Hay que terminar con el vínculo.

¡Abandonemos el diálogo de sordos con la casta que cree gobernarnos! No obtendremos nada de ellos porque nunca nos han dado nada. Son ellos los que viven de nosotrxs. ¡Vamos a crear nosotrxs mismxs las condiciones para que su abuso ya no sea posible!

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EVADE CHILE 2019 #

LLAMAMIENTO:

Uno de los viejos capos del Cartel Piñera recaudó 378 millones de pesos tras su saqueo; hoy paga 11 millones a sus amigos carceleros para poder irse de vacaciones con su botín. La tropa de viejas fachas que calienta asientos en La Moneda se viste de blanco para salir a botar unas lágrimas de cocodrilo por lxs muertxs y heridxs que sus valientes soldados gestionaron con la precisión que demandó el Ministerio del Interior. El terrorismo ahora también es a domicilio: asedian poblaciones durante la noche y al otro día mandan a sus matinales a limpiar la sangre. Etcétera, etcétera. Así, suman y siguen las medidas de gobierno: esta rebelión les ha dado espacio para actualizar y sofisticar aún más su aparato represivo.

La situación no resiste análisis. Quién quiera seguir creyendo que los poderosos del mundo son humanos con los que se puede dialogar o llegar a acuerdos no está entendiendo nada, tiene sus sentidos bloqueados por el miedo, simplemente esperan que les toque un pedazo del pastel.

Nosotrxs no queremos ningún pedazo de su pastel envenenado, por eso llamamos a:

>Tomarse todas las infraestructuras públicas y privadas (liceos, universidades, plazas, fábricas de alimentos e insumos básicos, etc.) para utilizarlas como centros de autogestión de nuestra lucha y empezar a organizar el autoabastecimiento y apoyo mutuo desde todos los frentes posibles;
>Evadir el pago de todos los medios de transporte (organizando evasiones masivas como las que inauguraron esta rebelión);
>Boicotear los llamados al servicio militar 2020;
>Boicotear la PSU, el SIMCE y todos los intentos burdos de alinearnos bajo su educación de mercado;
>Boicotear internacionalmente los productos chilenos que han saqueado el territorio (vinos, paltas, etc.);
>Boicotear sus medios de comunicación (no ver televisión, utilizar cualquier oportunidad de transmisión en directo para acusar el verdadero saqueo y guerra contra el pueblo, etc.);
>Boicotear a Jalabineros de Chile y FFAA de todas las formas posibles (no venderles comida, no llevarlos en colectivo, no facilitarles la vida de ninguna forma, etc.). Si a algún milico o paco le queda algo de humanidad dentro de sí, que renuncie a su muerte y se niegue a oprimir al pueblo;
>Funar a los pacos agresores en sus casas y guardar registro de todos sus datos (pacolog.com);
>Funar a toda la clase política que pacta con los ricos y venden nuestro futuro como si fuéramos esclavos;
>Funar sus interminables montajes y manipulaciones (incendios, saqueos, acusaciones falsas);
>Hackear los sitios webs del gobierno y las mega empresas con las que están coludidos;
>Hackear y borrar el sistema de registro de deudas DICOM y el sistema de CAE;
>Hackear los sistemas y bases de datos de los poderosos para exponer sus abusos y botines;
>Borrar de los espacios públicos todas sus marcas genocidas (estatuas y monumentos de militares, policías y políticos asesinos, catedrales del consumismo y la culpabilidad, etc.);
>Solidarizar con lxs caídxs y heridxs de nuestra lucha en todas las formas posibles.

Vivimos una realidad invertida. Volver a ponernos de pie depende de nosotrxs mismxs, de nuestra capacidad para construir una verdadera comunidad de lucha contra el monopolio del dinero y la muerte. Afirmemos su existencia en actos, aquí y ahora, apropiándonos directamente de todo lo que hemos construido. Para esto no necesitamos de ningún líder: hemos demostrado que la masa de lo vivo habla más claro y fuerte que cualquier dirigente.

No tenemos armas de fuego pero podemos darles donde más les duele: su bolsillo. Rebelémonos contra el totalitarismo económico que nos mantiene en la miseria, cultivando formas de ayuda mutua más allá del dinero y el Estado.

¡Organizaremos nuestras vidas y dejaremos de depender de ellos!



EL MERCURIO, Editorial del 21 de noviembre

"Peligrosa normalización"

El violentismo dista de haber sido detenido y se intentan instalar discursos para justificarlo.

La suscripción del “Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución” permitió una importante reducción de las tensiones en el país. Así, sin perjuicio de las controversias que ya se observan respecto de la implementación del proceso constituyente definido en ese documento, ellas aparecen en general encauzadas en el ámbito de la política y dentro de un marco institucional. Más complejo de evaluar resulta hasta ahora, sin embargo, el cumplimiento del primer punto del acuerdo, esto es, lo referido a la recuperación de la paz social.

Efectivamente, el país no ha vuelto a sufrir los niveles de violencia experimentados el pasado martes 12 o el viernes 8 de noviembre, con templos y edificios patrimoniales arrasados por el fuego, ataques a recintos policiales y militares y una acción destructiva inédita en los últimos 30 años. Con todo, el violentismo dista de haber sido detenido. Desde luego, la misma noche posterior a la firma del acuerdo, los incidentes en la Plaza Baquedano, de menor magnitud que en jornadas previas, terminaron con el lanzamiento ilegal de fuegos artificiales, práctica que hasta ahora el país solo vinculaba con grupos de narcotraficantes y con ciertas barras bravas del fútbol, siempre concebida como una expresión de desafío a la autoridad. En los días siguientes han continuado produciéndose incidentes de diversa magnitud en distintas regiones. Ellos han incluido ataques incendiarios al pórtico de un cuartel de la FACh, en Arica; a la Catedral de Puerto Montt, y a la Seremi de Desarrollo Social, en Coquimbo. Diariamente se conocen nuevos saqueos a locales comerciales y hasta centros médicos. Manifestaciones de estudiantes siguen alterando el funcionamiento del metro, e incluso ayer se habrían detectado nuevas evasiones masivas. En fin, peligrosamente, empiezan a sucederse las agresiones en masa a funcionarios policiales.

La reiteración de este tipo de situaciones arriesga terminar normalizando un estado de cosas que el país no puede tolerar. No es aceptable, en efecto, que prácticamente todos los días de la semana a cierta hora el corazón de Santiago, como es la referida Plaza Baquedano, se encuentre virtualmente entregado al dominio de manifestantes violentos; tampoco lo es que en distintas comunas los saqueos sean una realidad cotidiana, o que las personas en sus desplazamientos deban considerar la posibilidad de ver interrumpido el tránsito por barricadas. Tal habitualidad de la violencia discurre en paralelo con la instalación en ciertos ámbitos —incluido el mundo académico— de discursos que llegan a justificar el ataque a espacios públicos y hasta con la difusión en redes sociales de videos que idealizan la acción de encapuchados.

Ciertas actitudes de sectores políticos, como el Partido Comunista, y algunas fuerzas del Frente Amplio han sido particularmente funcionales a dicha normalización de la violencia. Ejemplo extremo lo dio a principios de semana un diputado PC, publicando en Twitter la imagen del ataque al pórtico de la guardia del cuartel FACh para ponderar lo “sabio” del pueblo chileno. Pero si esos sectores han sido pertinaces en sus posiciones desestabilizadoras durante esta crisis, es importante que el resto de las fuerzas políticas, comprometidas en un Acuerdo por la Paz, no solo sean más explícitas en su rechazo a estas acciones, sino que, consecuentemente, procuren el aislamiento de quienes prefieren mantenerse en la ambigüedad.

Por cierto, la principal responsabilidad en el restablecimiento del orden público corresponde al Gobierno, pero difícilmente podrá conseguirse ese objetivo si el resto del mundo político elude apoyarlo con claridad.

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martes, noviembre 19, 2019

31 días ¿de qué? 



Nos ha llegado el DÉCIMO COMUNICADO de EVADE Chile:

Compañerxs,

Los sátrapas que nos dominan se reagrupan, asocian y coordinan para arremeter con más fuerza. Quieren sacarnos de la calle y obligarnos a volver a su miserable normalidad, donde agachados decimos "amén" a sus sermones genocidas. Pero no daremos paso atrás:

¡NEWEN PEÑI KA LAMNGEN!

EVADE CHILE 2019 #

Sabemos que el cambio no está en La Moneda...

Quizá ninguna otra expresión concentra tan bien el sentido más profundo de la política como aquella que circula por todo Chile desde el último viernes: #picoenelojo.

Con esta última jugada del Cartel Piñera, los políticos están dando una señal de estar recuperando su viejo entusiasmo: dramáticas jornadas de trabajo acompañadas de discursos y abrazos nunca antes vistos. Los mequetrefes que hace unos pocos años profitaban como “dirigentes” del movimiento estudiantil contra el lucro, hoy le soban el lomo a los mismos que hicieron posible el saqueo de la educación. Son las vueltas de la vida política: quienes un día son las víctimas, otro son los victimarios y al siguiente todos hermanxs.

Pero conocemos bien el show de la democracia. La famosa “clase política” es el teatro más elaborado, perverso y destructivo de la historia humana. La crisis que denuncian sus dirigentes, y que no se trata más que del hecho de que ya nadie les cree ni compra su drama, es para nosotrxs una oportunidad. Hemos aprendido a distinguir entre lo que nos impone una sociedad de depredadores y el deseo de un mundo nuevo que late en nuestros corazones.

Por eso no nos sorprenden los golpes físicos y mediáticos que la politiquería está dando hoy. Están desesperados intentando contener la masa de millones y millones de humanxs que se les viene encima buscando tomar de una vez por todas la vida que les robaron. Los carceleros se defienden con todas las armas que tienen a su alcance: el monopolio de la violencia también incluye todo un casting de actores que hacen lo que sea por garantizar la vigencia de su inmaculada normalidad. Pero hoy parecen estar sobrepasados, y cada semana que pasa sus artimañas son tanto más elaboradas y grotescas.

¡La política agoniza frente a nosotrxs y quiere arrastrarnos en su caída! “Por la razón o la fuerza”, señaló ayer el máximo representante de la dictadura burocrático-militar en su discurso pacificador. Querían matarnos, pero prefirieron elaborar un nuevo pacto: no es rentable exterminar a todas las bestias de carga.

Sus acuerdos y agendas, ¡ejercidos en nuestro nombre y en contra de nosotrxs!, no podrán sofocar nunca nuestro deseo de vida. Este descontento no se satisface con nada, exige algo mucho más grande: la nueva constitución, el plebiscito, la oferta de un aumento en la repartición de las miserias, se han vuelto totalmente superficiales. La llama de nuestra insatisfacción se ha convertido en una gran pasión. Esa pasión es inteligencia. La hemos visto desplegarse en las calles. Produce en la mente una cualidad de profundo e instantáneo discernimiento en las cosas, y la acción proviene de ese discernimiento.

¡Abajo la dictadura de los muertos-vivos que creen gobernarnos! A pesar del cansancio, prevalece el desarrollo de la conciencia humana contra las mentiras de la normalidad que intentan imponernos. Nos corresponde a nosotrxs acabar con sus limitaciones burocráticas, legales y policiales rompiendo su control sobre el territorio, ahí donde estamos, ahí donde nos asfixia. Somos lxs que se rebelaron contra la arrogancia de su saqueo. Ya no nos darán órdenes, no nos ladrarán más. Nuestro proyecto es construir la comunidad humana que rompe la dictadura del lucro que devasta nuestra existencia y la del planeta.

¡La vida no renuncia a nada!



Una de las pocas columnas realmente interesantes que me topé en los primeros días de la rebelión fue “Momento destituyente” de Rodrigo Karmy. Poco después circuló un panfleto proveniente del Norte semiárido llamando a crear “Asambleas destituyentes por la abolición del capital, el estado y el trabajo asalariado”.

Reproduzco acá la columna de Karmy, pues creo que puede aportar en la fase actual para tener claridad y no dejarse atrapar en la gran operación de re-legitimación del Estado/Capital en que está incurriendo la casi totalidad de la casta política. Además recomiendo leer su columna “El asalto concertacionista”, que nos deja en claro que nuestro enemigo no sólo es Piraña y la derecha:

MOMENTO DESTITUYENTE

El asalto al capital que comenzó con una revuelta popular desde los subterráneos de la ciudad catalizada por estudiantes secundarios ha devenido un “momento destituyente”. En él, la imaginación popular inunda las calles, rebalsa los cuerpos, lazos inéditos nutren de erotismo y se inventan nuevas prácticas que abren nuevos caminos. El momento destituyente no se cristaliza en un “poder”, sino que se mantiene irreductible en el registro de la “potencia”, creando los contornos de un pueblo que no existe de suyo, sino que sólo adviene en el instante de su irrupción. El momento destituyente tampoco tiene una estrategia política clara que le permita interlocutar con los representantes del Ancien Règime para instaurar uno nuevo (pues no se define por instaurar o conservar un orden), pero si goza de la potencia imaginal que ha sido legada por la ráfaga de revueltas que ha terminado por horadar a la maquinaria estatal.

El “momento destituyente” sin duda define a un proceso imaginal en curso irreductible a un “poder” preciso (un “poder constituyente”, por ejemplo) y, por tanto sustraído de la figura del Estado.  Heredero de las diferentes luchas populares que atravesaron al Chile después del derrocamiento de la Unidad Popular, el “momento destituyente” desajusta los cuerpos respecto del control capilar que mantenía la gubernamentalidad neoliberal pues su potencia sobrevive como un resto a la implosión total de su sistema político. Basado en la violencia pinochetista desencadenada en 1973, consolidada en la violencia “legal” de su Constitución aprobada fraudulentamente en 1980 y consumada en la violencia “transicional” de la democracia neoliberal, el Estado subsidiario instaurado por la violencia guzmaniana ha terminado de golpe. Comenzó igual a como terminó: con militares en las calles: 1973 se condensa en 2019, cuando Piñera declara el Estado de Excepción Constitucional y los militares dan curso a la cacería más veloz y eficaz después de la dictadura.

En su estructura subsidiaria, el Estado chileno no es nada más que “trabajo muerto”: un cadáver habitado por muertos que prometen discursos muertos. Porque el “momento destituyente” yace pletórico de una vida común. No necesita de los “políticos” porque sabe que la política la hacen siempre los cualquiera; tampoco del congreso porque se llena de asambleas y conversaciones cotidianas; el profesionalismo político característico de un régimen representacional enteramente restringido como el chileno jamás fue “político” porque, sea con la dictadura o con la mentada democracia, siempre fue dominado por burócratas preocupados de gestionar de la mejor manera la máquina guzmaniana antes que poner en juego la potencia de la invención: política designa la invención de otras formas de vida, no administrar la cárcel legada por Pinochet. Y, justamente, en Chile, esas formas de vida han tenido lugar a espaldas de la dimensión estatal. Esta última no inventa nada, no pudo jamás inventar nada más que técnicas de gobierno sobre los cuerpos. La imaginación fue confiscada a favor de la violencia militar primero, y luego la violencia gubernamental. Esta última violencia se condensó en esta semana cuando Piñera gestiona un Estado en quiebra y, al declarar el Estado de Excepción, termina por profundizar la quiebra del Estado.

Sin repertorio político, y donde el enorme capital financiero no puede traducirse ya en capital político. Si esa fue precisamente la “gracia” del artefacto guzmaniano (esa extraña combinación de catolicismo y neoliberalismo, entre ejercicio soberano y economía financiera), la historia de las luchas populares de los últimos 30 años terminó por abrir una grieta imposible de suturar, al punto de llevar a la máquina guzmaniana trenzada entre la alianza conservadora (Chile Vamos) y la progresista neoliberal (ex –Nueva Mayoría), a su completa implosión, al desgaje de escombros que firman su ruina.

En términos políticos no existe más el Estado subsidiario porque la política está en la calle, en su “momento destituyente”. Se pudrió el Estado, pero sobrevivió el pueblo. Porque si el Estado no es más que un conjunto de mecanismos gubernamentales que sólo pueden funcionar si penetran y confiscan la superficie de los cuerpos, el momento destituyente en que vivimos expresa exactamente lo contrario: los cuerpos han sido liberados de los dispositivos que los docilizaban, la potencia ha sido emancipada del poder y no pretende restituirlo: un encapuchado sube un poste sobre la multitud y con su pie aplasta una cámara de seguridad: la multitud le aclama. El capucha ha destituido la mirada del poder.

Los viejos pastores que nos enseñaban las buenas costumbres devinieron desesperados cazadores que pretenden ametrallarnos con milicos salvaguardando el último estertor del Pacto Oligárquico de 1973, completado en 1980 y consumado entre 1988 y 2005. Si ese Pacto se cristalizó en la máquina guzmaniana, hoy día sufre un impasse irreversible que puede formularse bajo este término: momento destituyente o, si se quiere, democracia radical.

Habrá que aferrar el presente y sostener la multiplicidad de luchas en este momento extático en el que los cuerpos ven restituida su imaginación. Hemos dejado el momento de “gobernar” y hemos dado paso al momento de “inventar”. El “momento  destituyente” no es más que el estallido de imaginación popular que ocupa las diferentes calles, pero que no calza jamás con su espacio ni con su tiempo: no tiene lugar en los mapas vigentes (el pueblo como potencia no aparece consignado por la Constitución), ni tampoco habita la época en la que acontece, porque promete una enteramente nueva. En este sentido, no puede más que arremeter enteramente intempestivo.

Ráfaga imaginal que desata los cuerpos del miedo que les había sido incrustado y posibilita una danza insospechada de nuevos ritmos que comienzan a colmar las plazas. Destitución del miedo, de los militares, de los policías, de las AFPs, de los toques de queda: todo el régimen ha saltado por los aires.

Porque si bien un pueblo jamás existe de antemano como sustancia, no es cierto que esta revuelta carezca de discurso, pero ellos son múltiples o moleculares: feminismos, mapuches, ecologistas, comunistas, anarquistas, toda la indiada converge en la misma intensidad: el momento destituyente que ha dado a luz a un pueblo. “Chile despertó” de una larga pesadilla que comenzó en 1973. Pero que haya despertado significa que antes tuvo otro momento de vigilia y que, por tanto, el Chile presente se enlaza íntimamente con el del pasado. “Chile despertó” indica la abertura de un lugar de enunciación que había estado ausente, donde una voz diferente interrumpe la elegante comida de los poderosos.

Sin embargo, el “despertar” de Chile, lejos de ser un final feliz, ha de ser pensado como un “comienzo” radical que resta del final de un modelo de Estado (el subsidiario) y donde la fuerza transformativa de la imaginación está dispuesta a luchar, cuerpo a cuerpo, contra los ejércitos de los dueños de Chile.

Rodrigo Karmy Bolton



Nunca he sido muy cercano al Comité Invisible, pero en estos días recordaba que al final de “La insurrección que viene” hablaban de un panorama post-insurreccional que en parte podía servir para describir el momento en que estamos. No tengo el libro, pero un camarada buscó u y encontró esa parte:

“En el metro, ya no se encuentran huellas de las molestas pantallas que dificultan habitualmente los movimientos de lospasajeros. Los desconocidos se hablan, ya no se abordan. Una banda en conciliábulo en la esquina de una calle.
Aglomeraciones mayores por los bulevares que discuten gravemente. Los ataques se responden de una a otra ciudad, de un día para otro. Un nuevo cuartel ha sido saqueado y quemado después. Los habitantes de una casa desahuciada han desistido de tratar con el ayuntamiento: la habitan. En un acceso de lucidez, un directivo acaba de liquidar, en plena reunión, a un puñado de colegas. Ficheros que contienen la dirección personal de todos los policías y gendarmes así como el de los empleados de la administración penitenciaria acaban de filtrarse, provocando una ola de mudanzas precipitadas sin precedentes. A la vieja cantina del pueblo, se trae el excedente de lo producido y nos procuramos lo que nos falta. También nos reunimos aquí para discutir sobre la situación general y sobre el materialnecesario para el taller mecánico.
La radio informa a los insurgentes de la retirada de las fuerzas gubernamentales.Un proyectil acaba de destripar lamuralla de la prisión de Clairvaux. Es imposible decir si pasó un mes o varios años desde que comenzaron los acontecimientos. El Primer Ministro parece muy solo en sus llamadas a la calma”.




El domingo hubo una tocata para recaudar insumos de autodefensa. Hoy a las 19 en Alameda con Portugal se repartirán antiparras. Vaya por la suya. Sapos y curiosos, abstenerse.


Acá se puede ver la presentación de Disturbio Menor en Villa Portales, también por insumos médicos y de autodefensa, el 9 de noviembre.

Resumen del mes de rebelión y los acontecimientos de la última semana, incluyendo el asesinato de Abel en Plaza de la Dignidad: blog Hacia la Vida.

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miércoles, noviembre 13, 2019

EVADE Chile/Carta de académicxs del mundo a las N.U. contra el Terrorismo de Estado en Chile 


EVADE CHILE 2019 #

Compañerxs,

El Estado arremete con todas sus armas políticas, militares y mediáticas, para someternos y recordarnos por la fuerza su único mensaje: que no tenemos derecho a más que sus migajas.

Vemos caer compas por todas partes, pero somos millones lxs que aún estamos en pie y que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

¡Arriba lxs que luchan!



OCTAVO COMUNICADO

Las “fuerzas del orden” entran disparando a liceos y hospitales, otras protegen monumentos y centros comerciales. En todas partes nuestros hermanos, nuestras hermanas, nuestrxs hijxs y nuestros padres son golpeadxs, gaseadxs con armas químicas, violadxs, desaparecidxs, asesinadxs, encarceladxs y hasta los ojos les arrancan.

Cada unx de nuestrxs muertxs nos llama a la indignación y a la revuelta.

Ahora que ha caído la máscara del poder y observamos sin miedo la naturaleza burocrático-militar de la democracia, el rostro grotesco del clientelismo político, el cinismo de los gerentes de la reorganización social y el terrorismo del Estado mafioso, nos damos cuenta de que solo tenemos una opción: liberarnos de la esclavitud voluntaria y auto-organizar la producción de todos los aspectos de nuestra vida social.

Está organización espontánea ya se está manifestando entre nosotras. Cada día vemos brotar está inteligencia colectiva que no necesita ni del consejo ni de la dirección de ningún tipo de autoridad para moverse con precisión y determinación.

La vemos aparecer en las distintas expresiones de combate y resistencia frente a la represión: grupos de primeros auxilios, grupos de contraataque defensivo, grupos de ayuda psicológica, quienes regalan agua y comida, quienes nos ofrecen refugio en sus casas, quienes se dedican a la parodia política o echan por tierra monumentos y renombran plazas y calles, etc.

Se trata de una nueva forma de vida basada en la solidaridad, la gratuidad y la creatividad que destruye la miseria trabajo asalariado y todas las distancias que nos mantenían separados.

Esta lucha es tenaz y sin concesiones porque lo que está en juego es la propia vida. Nuestros sueños no caben en sus urnas.

Durante mucho tiempo hemos soportado la opresión deshumanizante de la dictadura del dinero. Sistemáticamente fuimos empobrecidos y nos hicieron creer que éramos nada. Pero al despojarnos de toda la basura del sistema productor de mercancías hemos ganado la dignidad y las ganas de luchar. Este levantamiento nos ha mostrado cuál es la verdadera riqueza y abundancia. Hoy aspiramos a todo.


¡Resistencia es vida!



NOVENO COMUNICADO


“Divide y conquista” les aconsejó un policía a los ricos hace 500 años, y nunca lo han olvidado. Los sátrapas de turno se ven superados por todas partes. Hoy solo pueden recurrir al terrorismo, al montaje y la manipulación a través de sus conductos regulares: sus fuerzas armadas, sus medios de (in)comunicación, su teatro político.

¡Nos quieren dar lecciones sobre violencia! Dicen que “la violencia engendra violencia”, y no se equivocan. La vida es eterna en 5 minutos, sobre todo cuando se vive en la miseria. Pero hemos despertado. Y en respuesta a nuestro brote de vida el poder monta un espectáculo más: ya sea para erradicar campamentos, para construir los guetos donde nos tienen prisioneros, para apoderarse de un territorio o para aterrorizar a los que se levantan a luchar contra la inercia autodestructiva. Son los aferrados a esta civilización barbárica los que prenden fuego y destruyen sistemática y organizadamente para defender su pedazo de torta envenenada.

¡Nos quieren dar lecciones de ciudadanía! Afirman: “La decisión fácil hoy es usar la fuerza, la difícil, apostar por la Paz y el diálogo”. ¿De qué paz hablan? Vivíamos embriagados por la rabia frustrada de la guerra de todos contra todos: luchando por un puesto de trabajo o intentando llegar a fin de mes con el que teníamos, luchando por respirar en medio de nubes de polvo y ácido en las ciudades, luchando por conseguir un poco de agua en el campo. No era paz, era silencio: el buen ciudadano come y calla. Nos moríamos como vivíamos. Y ahora que levantamos la cabeza, que despertamos, ¡nos disparan en los ojos!

Quieren dividirnos. Se escandalizan porque se caen a pedazos sus monumentos a la violencia: bustos de militares genocidas, recintos de tortura, catedrales del dios macho y del dios dinero, los palacios que los ricos construyen para adormecernos con una interminable oferta de mercancías. Nos explotan y luego venden los productos de nuestro trabajo. Pero por mucha banca, luminaria pública, pan y circo con que el que quieran adornarlo, el mundo no ha dejado de ser una gran salitrera de la que la mayoría somos esclavos.

Saquearon los bosques, los ríos, los lagos y el mar con sus madereras, salmoneras y agroindustria. Contaminaron el desierto y lo volvieron un basural con sus mineras. Transformaron las ciudades en cámaras de gas y fábricas de cáncer. Exterminaron culturas ancestrales. Desaparecieron, mataron y aterrorizaron a cualquier poblador que quisiera cuestionarlos y acusar sus abusos. Pero nosotrxs no le tenemos miedo a ellos ni a su destrucción. Hemos construido todo lo que les pertenece y lo volveremos a construir a nuestra manera, de acuerdo a nuestras necesidades, deseos y en armonía con la madre tierra que nos sostiene. Después del fuego brotaremos como bosque nativo.

No importa cuánto plomo puedan descargar sobre nosotrxs. Desprendidos del dolor de la miseria cotidiana, nuestra energía estancada se vierte en pura creatividad y celebración. Aunque no hubiese garantía de una victoria final sobre la dictadura del dinero, esta ruptura es ya un placer. No hay retorno a la “pacífica coexistencia” de las mentiras reinantes.

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CARTA DE ACADÉMICOS DEL MUNDO A LA O.N.U. CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO EN CHILE

11 de noviembre de 2019
Estimados Secretario General y Alta Comisionada:


En las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de múltiples, variadas y sistemáticas formas de violación de los Derechos Humanos producidas por las policías chilenas hacia manifestantes de ese país que, en las calles de sus ciudades, vienen exponiendo sus justas demandas de democratización social y cambio político constitucional. En 23 días, desde el 17 de octubre, el Instituto de Derechos Humanos de ese país ha constatado 23 muertos, 5.629 personas detenidas, 2.009 heridos en hospitales por disparos de bala, perdigones y otras armas, 198 personas con heridas oculares y 283 acciones judiciales en contra de carabineros, entre ellas, 192 por torturas y tratos crueles y 52 por violencia sexual.

Particular estupor nos producen las recurrentes lesiones por disparos a corta distancia realizados por agentes de la policía al rostro y a los ojos de las y los manifestantes, con resultados de pérdida total o parcial de su vista. Más de 180 personas, en su mayoría jóvenes, se encuentran hoy mutiladas de su vista por disparos de la policía, y las víctimas crecen día a día, en lo que ha sido calificado como “emergencia sanitaria” por el presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, y que se está convirtiendo en una política de mutilación producida ex profeso por la policía chilena hacia los y las jóvenes de su pueblo, quienes fueran los primeros en salir a las calles a manifestarse. En el día de ayer, la Unidad de Trauma Ocular del principal Hospital público que atiende estas afecciones, ha señalado que los carabineros chilenos están disparando balines a una distancia inferior a 10 metros y dirigidos a la zona de la cabeza, esos balines así disparados pueden tener consecuencias no solo en la vista sino también cerebrales. Ayer mismo, el estudiante Gustavo Gatica Villarroel, recibió impactos de proyectiles policiales en sus dos ojos.

Ninguno de los protocolos de la policía chilena la autoriza a disparar a tan pocos metros y a la cara de los manifestantes. La policía chilena está actuando hoy fuera de la ley y el Gobierno de Sebastián Piñera y su ministro del interior, Gonzalo Blumel, deben hacerse responsables de frenar esta escalada de crímenes y violencia policial que ya cobra carácter de Terrorismo de Estado.

Como intelectuales y académicos de distintas partes del mundo, seguimos con mucha atención el actual proceso constituyente chileno, de movilización de amplísimos sectores de la población de ese país por demandas justas de igualdad, justicia y democracia, y nos vemos en la responsabilidad de no dejar de denunciar y aportar a frenar de una vez esta violencia estatal hacia el pueblo chileno. Si esto se deja pasar estaríamos forjando, además, un muy mal precedente histórico para los pueblos de diversas partes de la tierra que se expresan por sus derechos.

Les solicitamos respetuosamente, en su calidad de máximos representantes de Naciones Unidas, tengan a bien solicitar a las instituciones del Estado chileno, Gobierno, Congreso y Poder Judicial frenar esta grave política de violación de los derechos humanos de un pueblo que legítimamente se expresa de manera política por la mejora de sus condiciones de vida.
Atentamente,

Desde fuera de Chile, 700 Académicos, Académicas e Intelectuales



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miércoles, noviembre 06, 2019

Carta de Chile x Raoul Vaneigem/Canciones y Postales/ Villa Portales 




Lo que está pasando ha sido tan hermoso. Ya van dos semanas del levantamiento que nos ha permitido sacudirnos el miedo, la indolencia y la frustración de vivir bajo la dictadura del dinero y encontrarnos como seres humanos, más allá de todas las identificaciones que nos habían mantenido separados.

La insurrección y su generalización espontánea desde el comienzo expresó en actos su crítica al modo de vida capitalista expropiando y destruyendo los símbolos del capitalismo y el Estado (supermercados, farmacias, bancos, comisarías, edificios de municipalidades, etcétera). Las demandas son muchísimas, tantas, que todos saben que lo que se necesita aquí es un cambio estructural. En las calles se escucha “ya nada volverá a ser igual”. El deseo de vivir de todos ha renacido en la aventura de la lucha anti-sistémica.

La precarización que se vive en este territorio, y contra la que este movimiento se alza, no es producto de medidas de austeridad, aquí nunca hubo tal cosa como un Estado de bienestar, sino que es el resultado del saqueo a manos del Estado-capital. Chile, como seguramente sabes, es una de las cunas del neoliberalismo. El dictador Pinochet vendió todo: el agua, la salud, las jubilaciones, la educación, las carreteras, el mar, etcétera. Y la democracia que vino después consolidó este sistema social y económico.

Pero a costa de haber sufrido continuas humillaciones y abusos a manos de los políticos y empresarios, se ha ido agudizando la conciencia de todos. Uno de los eslóganes de la insurrección es “No son 30 pesos [el incremento del boleto del metro que desató este levantamiento fue de 30 pesos, es decir, de un 4%], son 30 años” en alusión a la época de la “transición a la democracia” [1989 es el año del primer presidente de la democracia luego de la dictadura]. Esta frase -que los mapuche han hecho suya diciendo “No son 30 pesos, son más de 500 años”- expresa la conciencia de que la dictadura de Pinochet y el régimen democrático corresponden a dos caras de la dictadura del capital de la cual el Estado, y los políticos y especialistas que pululan en torno a él, no son más que meros ejecutores.

Por eso, otra de las características de este movimiento es la total ausencia de partidos políticos. Aunque quienes detractan el movimiento, llegan a decir cosas tan ridículas como que Rusia, Venezuela o Cuba nos están dando órdenes a través de la facción izquierdista de acá, lo cierto es que en las protestas solo se ven banderas de Chile, banderas de pueblos indígenas y banderas de equipos de fútbol. Desde el gobierno están desesperados por fabricar a los representantes del movimiento, las voces autorizadas con las que pueda negociar. Están buscando entre las organizaciones sindicales y sociales y también convocando asambleas ciudadanas. Hasta ahora nadie se ha atrevido a ponerse en ese rol. La masividad y diversidad de este movimiento es un antídoto contra cualquier intento de recuperación.

Ya van más de 4000 detenidos (entre ellos más de 400 infantes y adolescentes) y más de 1300 personas heridas por armas de fuego. Hay más de 100 querellas por torturas y una veintena por violencia sexual de parte de la policía. Según las cifras oficiales, hay 23 muertos y más de 140 personas que presentan algún tipo de lesión ocular. 26 de ellos perdieron la visión de un ojo. (Cuando leí en el texto censurado por Le Monde que en Francia también la policía había estado sacando ojos me sorprendió mucho darme cuenta de que comparten técnicas de represión).

Apenas habían pasado algunas horas de la insurrección -que le costó muy caro a los grandes capitalistas, aunque no se compara con el monto de sus robos- el Estado declaró “estado de excepción”, lo que le permitió imponer toques de queda y sacar a los militares a las calles a reprimir junto con la policía. Hace una semana que el estado de excepción se levantó, pero eso no ha hecho decaer la represión. La policía sigue usando armas antidisturbios en las protestas (eso solo fue implementado en estas manifestaciones) y continuan haciendo detenciones masivas y selectivas.

Desde todos los sectores políticos y la televisión nos dicen que podemos manifestarnos “siempre y cuando sea pacífico”. (Algunos buenos ciudadanos se han apropiado de los chalecos amarillos que se usaron en las protestas en Francia para distinguirse como aliados de la policía y tienen sus propias técnicas para mantener el orden). Pero incluso cuando las personas se manifiestan de la manera menos ofensiva y más cultural, la policía reprime con fuerza. Tienen pavor a que pasemos mucho tiempo juntos…

El Estado tiene las manos llenas de sangre y nos dice que lo hace para darnos paz. Son muy pocos quienes le creen y, a pesar de la enorme violencia que ha usado, nadie le tiene miedo. De hecho, han proliferado núcleos que practican de manera extendida la violencia ofensiva y la autodefensa contra las “fuerzas del orden” en las manifestaciones.

Y es que la mayoría sentimos que no tenemos nada que perder. Por todos lados vemos que no hay futuro en esta sociedad. Por una parte, la televisión no deja de inundarnos con noticias sobre la catástrofe ambiental que luego nos quiere hacer olvidar mostrándonos publicidad de cosas que no podemos comprar. Por otra, vemos que ser anciano en este Chile es un infierno. La gente puede trabajar toda su vida y jubilarse con una pensión miserable. De hecho, los ancianos tienen que seguir trabajando hasta morir y no estoy exagerando. Hace 5 años atrás hizo noticia un caso de un jardinero que trabajaba frente al Palacio de La Moneda (sede del presidente) y que murió sentado en una banca en la misma plaza que se había pasado limpiando los últimos años de su vida. Tenía 80 años.

Hay quienes quieren encauzar esta irrupción en la creación de una nueva constitución. La que tenemos viene de la época de Pinochet y es la que avala el saqueo. La demanda de una asamblea constituyente para generar la nueva constitución es algo que resuena cada vez más entre ciertos grupos. A veces temo que si se concediera eso se terminaría secando la potencia de este movimiento. Pero, por otro lado, pienso que tal constitución, si realmente respondiera a las múltiples demandas del pueblo, implicaría tal modificación del orden de cosas que sería otro Chile donde tal vez la propia constitución ya no tendría sentido de existir: esta revuelta está cuestionando intuitivamente los cimientos de la estructura social capitalista.

Este momento parece ser la única tierra fértil. Y por unos días todo ha parecido posible. Han aparecido muchas asambleas autoconvocadas en los vecindarios. Ciertas ciudades golpeadas por la contaminación de las industrias extractivistas han confrontado a los grandes capitales y detenido sus faenas, etcétera. Ver brotar esa organización espontánea ha sido muy apasionante.

Las manifestaciones continuan siendo masivas y parecen una fiesta. La gente se ve más contenta en las calles tomadas, las personas bailan, cantan, comparten ideas, comidas, sonrisas. Nadie sabe cómo irá a seguir esto. Por el momento, seguimos disfrutando de habernos encontrado, apostando por la potencia de vernos y sentirnos.

¿Qué hace falta para avanzar en la destrucción de este orden que parece que se viene a abajo sin nuestra intervención? ¿Solo se trata de vivir nuestras vidas a contracorriente de las demandas del capital? ¿No intentar derrocar el sistema en su conjunto, sino que dedicarnos a construir, entre estas ruinas, nuestra organización, aquí y ahora, con todos los límites y potenciales de las circunstancias?

Raoul Vaneigem, 1.11.2019, tomado de http://comunizar.com.ar/
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Imágenes globales:

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Canciones:

-Raoul Vaneigem, La vie s' écoule.
-Black Flag, Alzémonos!

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Nos vemos el sábado:





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domingo, noviembre 03, 2019

Evade Chile, 15 puntos sobre organización/Radio Temperamento/Análisis de la revuelta chilena desde el campo burgués/Asamblea + Disturbio el 9 por insumos médicos 



Cómo (no) organizarse si lo que se busca es subvertir la lógica mercantil y patriarcal del dinero

1- La organización no puede depender de internet.
2- Lxs participantes deben acordar: primero, una periodicidad (diaria, semanal, mensual, anual, etc.); luego, una cantidad de tiempo a reunirse (una hora, 6 horas, 3 días, etc.), y por último un lugar físico (casa, parque, junta vecinal, lugar de trabajo, etc.).
3- Estos factores dependerán de la urgencia de los objetivos y seguridad del contexto.
4- Durante el periodo de reunión se realiza todo el trabajo de logística necesaria para que la organización produzca (discusiones, acciones, textos, videos, arte o anti-arte, etc.).
5- Con el tiempo, se pueden ir creando comisiones internas que agilicen ciertas labores.
6- Ninguna posición está por sobre otra, la división del trabajo no se ata a ninguna ideología ni política ni técnica; debe responder al imaginario más profundo posible.
7- La rotación es ventajosa, cíclica. La autoridad paralizante, tiende a la obsolescencia.
8- Toda la actividad de la organización ocurre en el periodo de tiempo que se compare físicamente. La organización vive del encuentro de cuerpos físicos cargados de emociones e ideas.
9- La comunicación por internet o por teléfono no puede reemplazar la comunicación cara a cara.
10- Ya no se pregunta más “qué puedes dar a la organización”.
11- El éxito o fracaso dependerá de la motivación, iniciativa, claridad y sobre todo capacidad de sus participantes de comunicarse y aceptarse mutuamente.
12- Esta era la forma de organizarse de las comunidades que nos preceden, no virtual, sino real: organización a escala humana.
13- La sensación de “atomización” y separación generalizada que se vive, la interminable lista de equipos y partidos a los que pertenecer y qué defender, está inexorablemente atada a la virtualidad real del valor-dinero-capital.
14- Organizarse no es un fin en sí mismo.
15- Esto es solo el comienzo.

Hacia la vida blog
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RADIO TEMPERAMENTO:


Nota Hacia la Vida: desde la región argentina nos llega una nueva entrega de Temperamento Radio, con una edición especial sobre los acontecimientos en Chile y Catalunya. Agradecemos el esfuerzo de lxs compañerxs de otras latitudes por dar a conocer lo que sucede en esta región del mundo desde una perspectiva anticapitalista y radical.
Temperamento Radio: especial testimonios desde Chile y Catalunya
Grabado el 1 de Noviembre del 2019
Escuchar en el sitio web de Temperamento

Para descargar: click aquí con el botón derecho y “Guardar como…”
• Audio: Niñas contra el toque de queda
• ¿Neoliberalismo?
• Testimonios desde el Desierto de Atacama:
Compañeros de El Sol Ácrata desde Calama y Antofagasta
• Audio: ¡Por nuestrxs caidxs!
• Datos de la represión
• Testimonios desde el Sur:
Compañero desde Punta Arenas
Compañero de Radio Kurruf desde Temuco
• Audio: Efecto Psicoterapéutico
•Recomendamos: Asambleas territoriales en tiempo de revueltas desde Villa Olímpica (Santiago de Chile) Link: http://rcvo.cl/2019/10/31/conversatorio-asambleario-i/
• Disturbios en Catalunya y la trampa del nacionalismo.
• Grupo Barbaria desde la región española
Música: Ground Zero,  Illapu, Asamblea Internacional del Fuego,  Accidente, Los Planetas, Décima Víctima.

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Las cuatro razones del "estallido" social en Chile, según (el economista) Authers:

 "La primera es la desigualdad", enumera el experto en mercados y explica: "La agenda de los Chicago Boys generó un crecimiento agregado razonablemente sólido y estable, pero Chile sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo. Ocupa uno de los primeros lugares en desigualdad entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y, según el Banco Mundial, sigue siendo más desigual que sus vecinos Argentina y Perú. A la gente le enoja mucho más el aumento del costo de vida si éste está acompañado de una sensación de injusticia".

"En segundo lugar, el gatillante fue una propuesta para aumentar las tarifas del transporte público y las cuentas de electricidad. Existe una amplia evidencia en todo el mundo de que esto puede incitar a una rebelión más que cualquier otra cosa, algo que deberían tener en cuenta quienes esperan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de un impuesto al carbono".

Así, recordó que las protestas de los Chalecos Amarillos en Francia iniciaron por alzas en los impuestos a la gasolina y que en 2017 en México una serie de disturbios se registraron después de un aumento del 20% en los precios del combustible. Sin ir más lejos, también mencionó las huelgas de camioneros en Brasil durante 2018 por la subida en el valor del diésel.

"En tercer lugar, Chile carece de un movimiento populista, o de un caudillo político astuto. Tal figura podría haber sido capaz de usar la ira pública para sus propios fines, pero también habría tenido una mejor oportunidad de controlarla".

Por ejemplo, expone, "el presidente populista de izquierda de México, Andrés Manuel López Obrador, con frecuencia dirigía protestas públicas, pero persuadió exitosamente a sus seguidores de que no recurrieran a la violencia".

"En Chile, donde la política convencional carece de un partido o una personalidad para canalizar sus quejas, los manifestantes han recurrido al vandalismo autodestructivo. Es decir, mientras que los carismáticos populistas latinoamericanos tienden a poner nerviosos –con justa razón– a los líderes occidentales, Chile demuestra que pueden desempeñar una función vital".

"Finalmente, la dependencia de Chile de los productos básicos, en particular el cobre, hizo que sufriera graves daños colaterales por la desaceleración económica de China y la guerra comercial entre Estados Unidos y China", menciona como su cuarto y último punto. A modo de conclusión, Authers comenta sobre este último punto que "los líderes de Chile deben responder interrogantes sobre por qué no han logrado diversificar su economía para no depender solo de los metales. Pero el país está lejos de estar solo. Varios otros países emergentes están igualmente expuestos a los precios de los metales".

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¿Qué lectura hace de la forma que tiene este estallido social, sin líderes visibles ni estructura?

Justamente confirma el fracaso de la intermediación política y social. No hay liderazgo, no hay articulación, no hay demanda, y eso supone que nadie, ni el Frente Amplio que le encantaría hacerlo, tiene la voz de esto. Cualquier persona que quiera arrogarse la voz de esto está mintiendo. Y quizás esto es lo grave, porque cuando uno se queda sin esas instancias de intermediación, no tienes como leer o satisfacer esas demandas porque no sabes cuál es. Y eso hace todo más complicado. Estamos caminando por un terreno desconocido, para el que no tenemos mapa, cartografía ni brújula. Y eso agrava el problema, porque para esto se requiere líderes políticos de un nivel muy alto y yo hasta ahora no los he visto.



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Becado en un hospital de París, viví mayo de 1968 como testigo y partícipe comprometido y sorprendido.

Los hechos son conocidos. Los estudiantes inician una protesta por sus derechos en los campus, que es reprimida con fuerza. Luego protestan contra la represión y se encadena una seguidilla de manifestaciones que van incluyendo cada vez mayor número de estudiantes.

La noche del 10 de mayo, en los alrededores de la Sorbona, sede de la Universidad de París, se desarrolla una gran manifestación estudiantil que es fuertemente reprimida por la policía. Los estudiantes responden levantando barricadas con los adoquines que sacan de las calles del barrio histórico. La policía responde inundando de gases lacrimógenos las calles bloqueadas y lanzando una carga masiva durante la madrugada.

En medio de la batalla campal, el dirigente estudiantil Daniel Cohn Bendit lanza un llamado a los obreros y sindicatos para que rechacen la represión policial y apoyen a los estudiantes. La mañana del 11 de mayo, el secretario general de la Confederación de Trabajadores (CGT), dirigida por el Partido Comunista de Francia (PCF), declara que los obreros organizados no recogen el llamado de un extremista.

La base sindical reacciona de otra forma y al mediodía la confederación metalúrgica llama a la huelga general contra la represión y por las reivindicaciones de los trabajadores. Durante el día numerosas ramas de actividad se pronuncian por la huelga general, de tal modo que todas las centrales sindicales (CGT, CFDT, FO) llaman el 13 de mayo a la huelga general y se suman a la marcha que se organiza ese día, acatando el llamado de los estudiantes que encuentra eco en la base obrera.

Más de un millón de personas ocupan las calles de París y pasan cantando himnos revolucionarios frente a La Sorbona. Los dirigentes estudiantiles hacían gala de su independencia frente a los partidos políticos tradicionales y rechazaban formular un programa para no limitar la expresión espontánea del pueblo.

Los partidos de la oposición a De Gaulle, el comunista, de rígido corte estalinista, temiendo ser desbordado, reacciona manteniendo el statu quo y no apoya al movimiento estudiantil. El socialista, en sus varias expresiones y cruzado por fracciones en disputa, no logra ponerse de acuerdo y tener una posición común.

No hay un entendimiento y una expresión política para enfrentar la crisis desatada, todo queda en mano de una dirigencia estudiantil, inexperta y sin un programa y un petitorio claros. La oposición de derecha da todo su apoyo a De Gaulle y a recuperar el orden público. El cuadro es claro: una derecha unida férreamente tras el presidente y una izquierda dividida, sin capacidad de respuesta dejando el campo libre a la improvisación y espontaneísmo.

El resultado fue también claro, el gobierno abre negociaciones con la única fuerza que parece responsable, las centrales sindicales, y después de 10 días aparecen los acuerdos, aumento de casi un 40% del salario mínimo, creación de los comités de empresa, con participación sindical, y otras ventajas para los trabajadores y los sindicatos.

De Gaulle, hábil político, saca a los militares a la calle, el contingente de reclutas, sin armas, encargados de tareas de apoyo a la población, como cuidar las estaciones de gasolina y retirar la basura que se acumulaba en las calles de París y otras ciudades de Francia, mientras los militares profesionales ocupan posiciones más estratégicas, centrales atómicas eléctricas, estaciones de ferrocarril, autopistas, etc.

A fines de mayo, organiza una marcha de apoyo a su gobierno y recorre los Campos Elíseos, respaldado también por un millón de personas, donde llama a disolver la asamblea nacional y llama a elecciones generales de parlamentarios.

Cambia totalmente el terreno de enfrentamiento, lo lleva a la política formal y hace que los partidos busquen mantener sus posiciones electorales y los descalifica como fuerza negociadora de la crisis. Aparte de algunas modificaciones en el gobierno de las universidades públicas, el movimiento estudiantil consigue poco o nada. Sin considerar el enorme impacto cultural de la revuelta estudiantil, en las estructuras del sistema político económico no hay cambios. Una oportunidad perdida.

París era una fiesta esos días y los recuerdo con nostalgia de haber participado de un momento histórico. Me integré al comité de acción de barrio donde residía, el vecino que cruzábamos todos los días se convierte en interlocutor y allí se plantea de todo, dónde conseguir pan al día siguiente hasta la reforma del régimen político. Sean realistas, pidan lo imposible y la imaginación al poder, salen de los muros de La Sorbona e inundan las calles con su imagen de esperanza y libertad.

La semana que hemos vivido me lleva a la evocación de esos momentos, vividos con gran intensidad, y también me llenan de temor de ver otra oportunidad de cambio en la vida social que sea más trascendente que un momento de esperanza y confraternidad, como los que ha deparado este movimiento con su manifestación de más de un millón de personas, en Santiago, y decenas de miles en regiones.

Por lo anterior me llena de inquietud ver que los partidos Socialista, Comunista y los que forman el Frente Amplio, se negaron a asistir a una convocatoria hecha por el Presidente de la República, fundamentalmente sobre la base de que no se convocaba a la misma a los representantes de la sociedad civil....

(AAAAOuuuhhhmmmm, bostezos, dejo la lectura en este punto exacto).

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Asamblea internacional del fuego + Disturbio Menor. Tocata x insumos médicos para la revuelta.



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