Delirio Místico: "A mon seul désir" (Según mi solo deseo)
"La discusión sobre el comunismo no es académica. No es un debate sobre lo que se hará mañana.
Desemboca en, y forma parte de un conjunto de tareas inmediatas y lejanas de las que no es más que un aspecto, un esfuerzo de comprensión teórica" (Gilles Dauvé)
jueves, marzo 26, 2020
Capitalismo, enfermedad, muerte: reflexiones
YA QUE MUCHXS
ESTAMOS ENCERRADXS, APROVECHEMOS DE REFLEXIONAR Y ACCIONAR
[A sugerencia de mi viejo camarada Tomás S.: Junior Byles, Beat down Babylon]
Algunos textos y extractos:
“Si bien la pandemia y la reacción del Estado/Capital
nos encontró en un periodo de agitación social en el que florecían expresiones
concretas de solidaridad proletaria, estos procesos eran aún embrionarios. Ya
desde el inicio de la revuelta había quedado claro que las estructuras
tradicionales de la izquierda del capital, principalmente sus partidos y
sindicatos, se mostraban como un freno de las iniciativas de lucha que surgían
por doquier. Pero sus intentos de cooptación no lograban los frutos que
querían. Hoy, cuando se hace patente que solo una huelga general puede hacer
efectiva la necesaria cuarentena y atacar las medidas represivas y la asfixia
económica a la que están condenándonos, rebajando nuestros salarios,
despidiéndonos o simplemente haciendo imposible obtener ingresos para subsistir,
los sindicatos a lo más se atreven a “exigirle” al gobierno una cuarentena
nacional y que fiscalice los abusos de la patronal, el mismo gobierno que solo
ayer nos disparaba. No tienen ni la fuerza ni la intención de ir más allá. Y
los aparatos políticos de la seudo oposición, nuevamente, acuden prestas para
auxiliar al Estado en la implementación de la represión. Pero ya algunas
Asambleas Territoriales comienzan a hacer carne la solidaridad de clase,
enfocándose en asistir las necesidades de quienes son más afectadxs por la cuarentena
(principalmente nuestrxs abuelxs). Dichas acciones nos muestran el camino nada
menos que para asegurar nuestra existencia”.
-El mismo “Reporte” desde Francia difundido por
Evade Chile y firmado por Raoul Vaneigem circula en el sitio Alasbarricadas y la
revista Carcaj como “Coronavirus”, aunque en el caso de Carcaj es otra
traducción distinta a la que curiosamente le falta el primer párrafo del
Reporte.
-Nuevo texto del Círculo de Comunistas
Esotéricos, “¿Crisis sanitaria o crisis civilizatoria. Apuntes breves sobre Covid-19 y Capitalismo”? Descargar acá.
-El viejo comunista Jacques Camatte escribió
una breve carta a un compa de la región chilena:
“Querido X:
Desde hace mucho tiempo creo que la especie
humana está en riesgo de extinción. Esto ha sido confirmado científicamente. Ya
han existido dos casos: uno hace 120.000 años y otro hace 70.000 años. La
amenaza ha dejado su huella en la especie. Para evitar la extinción, la
humanidad salió de la naturaleza. Pero, a fin de cuentas, al rechazar esta
amenaza provoca ella misma la posibilidad su extinción. Hemos alcanzado un
momento final, decisivo. Es el fin de la errancia. En el Capítulo 14 de Emergencia del
Homo gemeinwesen, Punto final de la
actual errancia, expongo todo esto de la forma más precisa posible.
Sintéticamente: para escapar a la amenaza “natural” de extinción, la especie se
ha separado del resto de la naturaleza, para escapar a la amenaza “antrópica”,
ella deberá reintegrarse, lo que no implica una fusión. Para ello será
necesario que se produzca un inmenso retorno de lo reprimido: de la
naturalidad, tal como se ha verificado en el curso de las catástrofes naturales
con la manifestación de la solidaridad, de la preocupación y el cuidado por el
otro, etc... con la suspensión de la dinámica de la enemistad que hoy en día se
transformado necesariamente en una dinámica de eliminación, y que se deberá
evitar que vuelva a emerger entre quienes han elegido, o elegirán, por una
virtualización - agudizada con la pérdida de lo que aún queda de las relaciones
humanas-, y entre aquellos que serán afectador por el retorno de lo reprimido.
En otras palabras, para protegerse la especie
se ha encerrado en una dinámica, en su errancia, y ha devenido incapaz de
imaginar un devenir diferente; esto es lo que constituye su locura. Ello se ve
claramente a través de las reacciones de los dirigentes en los diversos campos.
De allí, subyacente y tendiente a emerger, el pánico. Podemos sentir, por ejemplo,
el hecho de que el coronavirus evoca irresistiblemente una amenaza.
Lo interesante es que estamos siendo testigos del
resultado de este vasto fenómeno que se desarrolla durante miles de años entre
los dos momentos de la afirmación de la amenaza del riesgo de extinción.
Estamos en el corazón de su despliegue, es decir, de la manifestación, de la
epifanización para señalar su potencia integral, del riesgo. Es como si nada
fuera a pasar y, sin embargo, todo está sucediendo ahora. No obstante, no
sabemos cuánto tiempo va a tomar. En última instancia, lo importante es ser
capaz de poder experimentarlo –vivirlo- efectivamente en su totalidad, lo que
requiere restablecer la preeminencia de la afectividad que permite el sentido
de la continuidad y, por consiguiente, del poder de la vida.
Comencé a escribir un texto para ser publicado
en el sitio donde repetiré lo anterior pero también otros temas relacionados
que son esenciales.
Nuestra correspondencia ha sido interrumpida
por mucho tiempo. Espero que, a pesar de la difícil situación, permanezcas bien
y espero tener noticias suyas.
Todo lo mejor para ti en estos tiempos
difíciles. Afectuosamente,
Jacques”
-Dos panfletos:
Este,
y este otro:
-Y para finalizar este super-combo de cuarentena, les dejo
este texto muy reciente de 2&3 DORM:
“El comienzo de una época
El capitalismo no se puede dar el lujo de parar la máquina. Eso lo tienen claro los gobernantes, economistas
y job creators alrededor del mundo:
de su continuo funcionamiento depende el orden de cosas que los privilegia.
Pero al individuo de a pie también le cuesta pensar, o derechamente teme
pensar, que algo así realmente pueda ocurrir: ¿qué clase de mundo sería ese?
¿Cómo es siquiera posible una vida sin salario?
Este es el dilema más punzante que impone la pandemia sobre nuestra vida
cotidiana, cual golpe seco sobre la mesa: economía o vida. La contradicción
acecha a la humanidad hace siglos pero hoy se nos presenta por primera vez en
la historia como un terremoto de escala planetaria. Estamos siendo testigos de
un cambio profundo, ¿qué posibilidades hay de que la humanidad se transforme en
protagonista de ese cambio poniendo fin a la inercia que nos empujó hasta el
límite en primer lugar? (1)
Los expertos apuran los cálculos científicos y afilan sus plumas para el
próximo best seller, pero la
situación no admite proyecciones simplistas ni especulaciones elaboradas, todo
está por verse. Quizá esa es una de las razones por las que esta crisis aparece
como la más catastrófica del último siglo: por primera vez la infraestructura
del sistema se ve amenazada de manera global y simultánea.
Puede que esta gripe esté matando menos personas alrededor del mundo en
tres meses que una campaña militar en Siria en un par de semanas, pero su
impacto expone en tiempo real la incapacidad de los gobiernos, incluso lo más
ricos y poderosos, para salvaguardar vidas sin poner en riesgo la máquina
económica que sostiene al mundo en su lenta agonía. Esa agonía ya no es una
realidad ajena para nadie. En una civilización acostumbrada a la guerra en
todas sus formas, donde el cambio climático es un problema heredable a las
generaciones siguientes, la pandemia llega como un shock que nos recuerda
abrupta y violentamente no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.
Es evidente que el verdadero problema no es la cantidad de vidas que
pueda cobrar esta crisis, de otra forma no se explica que ninguno de los
genocidios del tercer mundo en los últimos 30 años haya causado tanto horror y
pánico globalizado como el de hoy. Es más, en China las cuentas son confusas.
Primero se observó que era posible que dada la reducción drástica en los
niveles de CO2 en el país, la pandemia indirectamente haya salvado
más vidas de las que ocasionó directamente. Pero luego se habló también de que
la cifra de 250.000 muertes por accidentes de tránsito al año (2) ya
se había visto considerablemente disminuida gracias a la reducción del tráfico.
A esto habría que agregar quienes no
murieron en accidentes laborales, etc. Entrar en la matemática de los
obituarios, en todo caso, es innecesario.
Lo que resulta enigmático de esta repentina pero anunciada crisis
mundial es que una forma de vida entera pueda colapsar a pesar de que su base
material no haya sido afectada. No deja de sorprender, por ejemplo, el hecho de
que, aunque toda la infraestructura de desplazamientos aéreos esté
prácticamente intacta —todos los aeropuertos y aviones funcionando, toda la
tecnología y logística disponible, etc.— baste con un par de semanas de
interrupción de los flujos normales de pasajeros para que todo el sistema esté
al borde de la quiebra. Esta es la naturaleza gaseosa y efímera de la
existencia bursátil a la que nos condenó Occidente poniendo el dinero al centro
de toda la vida; un mundo en el que todo
lo sólido se desvanece en el aire (3).
Con impotencia y un profundo sentimiento de haber sido robados lxs
rehenes de las AFP chilenas (4) hoy
están viendo cómo sus ahorros de la vida se evaporan en el aire digital. El verdadero crimen no es robar un banco,
sino fundarlo. ¿Qué es la inflación? ¿Cómo se regula la producción de
dinero? ¿Qué es el valor? ¿Qué es una mercancía? Este es el tipo de preguntas
que funcionan como base para cualquier investigación sobre la volatilidad de
los mercados. Pero ninguna explicación va a volver a llenar los fondos de lxs
pensionadxs. Y, más importante aún, ninguna riqueza virtual se compara con la
riqueza concreta de una vida digna y libre. Como se señaló ya hace rato el
asunto no es interpretar el mundo,
sino transformarlo.
Los mismos CEOs que hasta hace poco declaraban interdicto al Estado
ahora retroceden con la cola entre las piernas: sólo la estructura política y
militar que gestionan los gobiernos del mundo puede mantener su barco a flote.
En esta escena nos recuerdan que Capital y Estado son dos caras de la misma
moneda patriarcal.
Pero la situación ya no da para más. Luego de siglos y siglos de
confusión y miseria, de violencia naturalizada y de formas de producción social
fundamentalmente auto-destructivas, la tripulación tiene más esperanzas en el
naufragio que en cualquiera de las ingeniosas ofertas con las que los capitanes
intentan mantener su empresa a flote. La insurrección de la vida cotidiana se
vislumbra cada vez en más partes del mundo como la única vía de escape del
patíbulo. Transformar lo inconsciente
en consciente, dirían los
surrealistas junto al psicoanálisis.
La incompatibilidad entre economía y vida hoy es flagrante, sólo la
neurosis la mantiene fuera de vista. ¿Pero cómo lidiar con esta neurosis
cegadora en el contexto de pánico y terror que generan los medios de
comunicación y la sociedad de control? ¿En el contexto de un “aislamiento
social” programado para inocular nuevas cepas de TICs y TOCs que brotaran una
vez que termine la cuarentena y quizá nos acompañen hasta la muerte? Después de
todo, sabemos que la vida desdoblada y proyectada en internet no es más que una
forma sofisticada del fetichismo de la
mercancía, de nuestra uni-dimensionalidad.
Quedarse en casa es una opción saludable para quienes la casa es un lugar
seguro, o tienen casa del todo. ¿Quién se cuenta dentro de esta minoría?
Superar el profundo trauma que va a significar la experiencia de esta
pandemia no depende de la eficiencia y buena voluntad de los gobernantes, que
hoy vemos con impotencia cómo nos sacrifican: para ellos era más conveniente
fabricar armas que respiradores mecánicos.
El virus nos obliga a mantener distancia entre los cuerpos para
mantenernos con vida. Pero esa misma distancia nos recuerda en la práctica que
son las relaciones sociales reales, el apoyo mutuo, la solidaridad y la
consciente interacción con nuestro entorno lo que puede salvarnos de la
catástrofe. Una vez más tenemos la vida por delante dándonos la oportunidad de
ser humildes y empezar de nuevo”.
RB / 2&3Dorm
21 de Marzo 2020
Notas: 1:Así
como hay científicos que niegan el calentamiento global y otros que no,
mientras algunos científicos se apuraron en indicar a los folidotos y
murciélagos como causantes del virus otros aseguran que la verdadera causa es
el asalto humano al medio-ambiente y sus efectos sobre estas especies:https://www.thenation.com/article/environment/coronavirus-habitat-loss/
2: Según la OMS en 2018 se registraron
alrededor de 256.000 muertes relacionadas a accidentes de tránsito.
3:La
famosa descripción que realizó Marx acerca de la sociedad de la mercancía, y
que Marshall Berman transformó en el título de su historia acerca de otro tipo
de virus contemporáneo: la gentrificación.
4:Una
de las tantas gemas del experimento neoliberal en Chile, un sistema de
pensiones cuyos afiliadxs, reclutados a la fuerza por el Estado, ponen sus
ahorros a disposición de los mercenarios de la especulación financiera.
CORONAVIRUS: REPORTES DE CHILE Y FRANCIA (x Evade Chile)
Recibimos un nuevo Comunicado de Evade Chile.
Compañerxs:
Luego de 5 meses de avances y resistencia, nuestra comunidad de lucha se
enfrenta hoy a un nuevo reto. La llegada de la pandemia global al territorio
chileno anuncia el cierre de una etapa y el inicio de otra para la insurrección
en curso.
La crisis mundial se agudiza, y junto a ella emergen las posibilidades de
deshacernos de una vez por todas de los lastres que nos han arrastrado a este
abismo. Sabemos que la solidaridad reencontrada al calor de la insurrección
ofrecerá sus frutos nuevamente.
Nosotrxs nos volveremos a disolver en la masa insurrecta de la que brotamos y
volveremos a brotar.
Hasta entonces: ¡Amor y lucha!
EVADE CHILE 2020 #
CORONAVIRUS: Reporte de Chile
La pandemia no detendrá la rebelión: será la rebelión la que
termine con la pandemia que los Estados del mundo administran.
Esa pandemia tiene varios nombres: patriarcado, capitalismo, dinero, trabajo
asalariado, incluso poder, economía política, ilustración, religión, plaga
emocional, estupidez, etc. Es la enfermedad que divide y separa a la humanidad
en clases, razas, naciones, estratos, privilegiados y desafortunados, nobles
ricos y pobres diablos, izquierdas y derechas, etc.
Los Estados, que en las últimas décadas habían pasado de moda, hoy hacen una
re-aparición triunfal. Son sus estructuras políticas y militares las únicas que
pueden garantizar que las pérdidas no sean totales para los funcionarios del
capital. Pero la burbuja esta vez les explotó en la cara.
De un momento a otro, como por acto de magia, los gobiernos del primer mundo
nacionalizan empresas, suspenden el pago de cuentas de servicios básicos,
aseguran un ingreso universal mínimo a lxs proletarixs, todxs son liberadxs del
acuartelamiento escolar o laboral, etc. En el tercer mundo son los grandes
capos de los bancos los que salen a condonar deudas, mientras que algunos
sindicatos arreglan una rebaja del 50% del sueldo de sus afiliados y los
gerentes sacrifican un 25% del suyo. Todo sea por superar esta crisis.
Las medidas parecen coincidir con el nivel de terrorismo mediático y político
que presenta esta como la peor catástrofe de los últimos siglos a pesar de que
el mundo ha visto situaciones mucho peores, como la muerte de 50 millones de
personas de “gripe española” luego de la primera guerra mundial o los 20
millones de yemeníes que actualmente mueren de hambre. ¿Temerá perder su
hegemonía Occidente?
La unidad a la que llaman, como siempre, es falsa. Funciona solo mientras
gestionan el “aislamiento social” que tantos costos les trae pero que tan
conveniente les resulta, al mismo tiempo, frente a una población
fundamentalmente indefensa luego de siglos de precarización y empobrecimiento.
Dado que las necesidades de la producción de mercancías nos fuerzan a
reunirnos, aunque por mandato nos llamajn a aislarnos, los políticos se
esfuerzan en que ahora, y de una vez por todas, se instaure la mediación
definitiva de la abstracción vía el internet: teletrabajo, teleducación,
telesociabilidad. La pandemia capitalista, hoy disfrazada de “crisis
sanitaria”, abre la posibilidad de correr el cerco del dominio de la vida
cotidiana haciéndola incluso más estrecha y confinandola al campo de lo
digital.
Pero esta crisis mundial no pilló de rodillas ni desprevenido al pueblo que
habita el territorio ocupado por el Estado chileno. Lo pilló en pie: sabemos
perfectamente que esta crisis no es producto de un nuevo tipo de gripe, sino
más bien que el nuevo tipo de gripe es resultado de sus industrias productoras
de muerte.
Los expertos apuran sus juicios y culpan de la propagación del virus a la
globalización, a los hospitales públicos sin presupuesto, a un “rastro de
salvajismo” de los chinos que comen “cosas raras” y trafican especies exóticas,
al aumento de la población que supuestamente demanda la destrucción de los
ecosistemas globales, lo que a su vez empuja a los animales, vectores de virus
que pueden matarnos, a estar más cerca de los humanos, etc. El neurótico es
ciego a lo obvio.
Las condiciones materiales que genera la producción industrial, y que vuelven a
todo el mundo vulnerable a la catástrofe, están en el origen de esta crisis. En
estas latitudes explotan glaciares y desertifican regiones completas; venden el
agua y transforman la vivienda en un problema existencial; aniquilan toda la
vida del fondo marino y gestionan la salud como un Cartel; hacen de la
educación un chiste negro; saquean el territorio entero y vuelan los ojos,
matan o encarcelan a quien quiera rebelarse contra esta miseria. Todo el
territorio es una “zona de sacrificio”, incluidos sus supuestos sectores
privilegiados que viven encandilados por el dinero.
La trama se vuelve aún más espesa. El Poder debe impedir que la pandemia haga
explotar su infraestructura y, a la vez, debe aprovechar el tiempo-fuera para
montar su show de la normalidad nuevamente. Pero esta vez no hay ninguna
garantía de que podrá lograrlo: la situación global impide cualquier certeza
respecto del estado de salud de la bestia moribunda. Estamos siendo testigos de
una de sus últimas sacudidas, y con ella toda nuestra vida está cambiando más
rápido que nunca. Pareciera que todo lo que se necesita es una gran carcajada
para abatirla.
Así, mientras las bolsas del mundo se desploman y los grandes empresarios corren
a saquear al Estado para que mantenga a flote sus capitales paralizados por la
reducción de los actos de compra-venta, esta crisis ha realizado algo que jamás
podría haber logrado todo el lobby político: la dramática reducción, aquí y
ahora, de las emisiones de gases de efecto invernadero. Solo en China, el freno
de la actividad económica de los últimos meses llevó a una disminución
equivalente al 6% de las emisiones mundiales. Los expertos, moralmente
confundidos, afirman: “parece que esta crisis sanitaria a largo plazo logrará
salvar más vidas de las que está quitando”.
Quieren hacernos tragar la píldora de la emergencia —que para nosotrxs es la
norma—, intentan separarnos, inyectarnos el miedo del individualista que
prefería ahogar las penas en ofertas. Serán las redes de apoyo mutuo las que
podrán responder a esta crisis de una forma que erradique para siempre el poder
y la legitimidad de los administradores políticos y económicos del mercado,
acabando con el modo de reproducción social que los hace necesarios.
Ahora que los escombros de la economía y la política crecen frente a nuestros
ojos hasta el cielo, ahora que ha caído el decorado de la vida cotidiana y
aterrizamos forzosamente en nuestra existencia para contemplar, ya sin
posibilidades de distracción, el estado al que nos ha arrojado la inercia del
dinero, se nos presenta una oportunidad única: o nos dejamos aplastar por la
basura de una civilización arruinada o nos dejamos llevar por la vida que brota
gratuita y profusamente allí donde se desnaturaliza, en los actos, las
condiciones existenciales del empobrecimiento soportado en silencio.
La lucha por la liberación saca su fuerza no de la visión del futuro, sino de
la visión del pasado. Y ese pasado que tenemos frente a nosotros apesta. Su pestilencia
insensibilizó nuestros sentidos durante mucho tiempo. ¿No sería absurdo esperar
que los zombies que nos arrojaron a este estado de putrefacción nos lancen un
salvavidas?
Todo está por hacerse. Podemos construir en el reverso de las ruinas una vida
guiada por la satisfacción inmediata de las necesidades humanas y, al hacerlo,
recrear nuestros entornos sacrificados a la acumulación ciega de riqueza
abstracta.
El despertar de octubre ha sido la lucha de un pueblo reavivada cada día por
salir de este trance, de la pesadilla de lo que sucede y ha sucedido:
No volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el
problema.
EVADE CHILE,
19 de Marzo de 2020
CORONAVIRUS: Reporte de Francia
Cuestionar el peligro del coronavirus es claramente absurdo.
Por otra parte, ¿no es igual de absurdo que una perturbación del curso habitual
de las enfermedades sea objeto de tal explotación emocional y despierte la
arrogante incompetencia que una vez barrió la nube de Chernóbil de Francia? Por
supuesto, sabemos con qué facilidad el espectro del apocalipsis sale de su caja
para apoderarse del primer cataclismo que se produce, para retocar el
imaginario del diluvio universal y para hundir la reja de la culpabilidad en el
suelo estéril de Sodoma y Gomorra.
La maldición divina apoya útilmente al poder. Al menos hasta el terremoto de
Lisboa de 1755, cuando el Marqués de Pombal, amigo de Voltaire, aprovechó el
terremoto para masacrar a los jesuitas, reconstruir la ciudad según sus
designios y liquidar alegremente a sus rivales políticos con juicios
“proto-estalinistas”. No insultaremos a Pombal, por más odioso que sea,
comparando su golpe dictatorial con las miserables medidas que el totalitarismo
democrático aplica en todo el mundo por la epidemia de coronavirus.
¡Qué cínico es culpar de la propagación del flagelo a la deplorable
insuficiencia de los recursos médicos desplegados! Durante decenios, el bien
público se ha visto socavado, el sector hospitalario paga el precio de una
política que favorece los intereses financieros a expensas de la salud de los
ciudadanos. Siempre hay más dinero para los bancos y cada vez menos camas y
cuidadores para los hospitales. Qué payasadas ocultarán por más tiempo que
esta gestión catastrófica del catastrofismo es inherente al
capitalismo financiero mundialmente dominante, y que hoy lucha mundialmente en
nombre de la vida, del planeta y de las especies a salvar.
Sin caer en este resurgimiento del castigo divino que es la idea de que la
Naturaleza se deshace del Hombre como de una sabandija inoportuna y dañina, no
es inútil recordar que durante milenios la explotación de la naturaleza humana
y de la naturaleza terrestre ha impuesto el dogma de la anti-physis, de la
anti-naturaleza. El libro de Eric Postaire, Les épidémie du xxie siècle [Las
epidemias del siglo xxi], publicado en 1997, confirma los desastrosos efectos
de la persistente desnaturalización, que vengo denunciando desde hace décadas.
Refiriéndose al drama de las “vacas locas” (predicho por Rudolf Steiner ya en
1920), el autor nos recuerda que además de estar indefensos frente a ciertas
enfermedades, nos estamos dando cuenta de que el propio progreso científico
puede causarlas. En su petición de un enfoque responsable de las epidemias y su
tratamiento, incrimina aquello que el prefecto, Claude Gudin, llama la
“filosofía de la caja registradora”. Hace la siguiente pregunta: “Si
subordinamos la salud de la población a las leyes del lucro, hasta el punto de
transformar a los animales herbívoros en carnívoros, ¿no corremos el riesgo de
provocar catástrofes fatales para la Naturaleza y la Humanidad?”. Como sabemos,
los gobiernos ya han respondido con un SÍ unánime. ¿Qué importa ya que el NO de
los intereses financieros siga triunfando cínicamente?
¿Hizo falta el coronavirus para demostrar a los más estrechos de miras que la
desnaturalización por razones de rentabilidad tiene consecuencias desastrosas
para la salud universal, aquella que gestiona sin parar una Organización
Mundial cuyas preciosas estadísticas compensan la desaparición de los
hospitales públicos? Existe una clara correlación entre el coronavirus y el
colapso del capitalismo global. Al mismo tiempo, parece no menos obvio que lo
que encubre e inunda la epidemia de coronavirus es una plaga emocional, un
miedo histérico, un pánico que a la vez oculta las deficiencias del tratamiento
y perpetúa el mal asustando al paciente. Durante las grandes epidemias de
plagas del pasado, la gente hacía penitencia y proclamaba su culpa
flagelándose. ¿No les interesa a los administradores de la deshumanización
mundial persuadir a la gente de que no hay forma de salir del miserable destino
que se les está infligiendo? ¿Que todo lo que les queda es la flagelación de la
servidumbre voluntaria? La formidable máquina mediática solo repite la vieja
mentira del impenetrable e ineludible decreto celestial donde el dinero
desquiciado ha suplantado a los sanguinarios y caprichosos dioses del pasado.
El desencadenamiento de la barbarie policial contra los manifestantes pacíficos
ha demostrado ampliamente que la ley militar es lo único que funciona
eficazmente. Ahora confina a mujeres, hombres y niños a la cuarentena. ¡Afuera,
el ataúd, dentro la televisión, la ventana abierta a un mundo cerrado! Crea las
condiciones capaces de agravar el malestar existencial apoyándose en las
emociones desgastadas por la angustia, exacerbando la ceguera de la ira
impotente.
Pero incluso la mentira da paso al colapso general. La cretinización estatal y
populista ha llegado a sus límites. No puede negar que se está llevando a cabo
un experimento. La desobediencia civil se está extendiendo y sueña con
sociedades radicalmente nuevas porque son radicalmente humanas. La solidaridad
libera de su piel de oveja individualista a los individuos que ya no tienen
miedo de pensar por sí mismos.
El coronavirus se ha convertido en el signo revelador de la bancarrota del
Estado. Al menos esto es un tema de reflexión para las víctimas del
confinamiento forzado. Luego de la aparición de mis Modestes
propositions aux grévistes [Modestas propuestas a los huelguistas],
algunos amigos apuntaron a lo difícil que era recurrir al rechazo colectivo,
que sugerí, de pagar impuestos, gravámenes, retenciones fiscales. Sin embargo,
ahora la bancarrota comprobada del Estado-estafador es una prueba de la
decadencia económica y social que vuelve absolutamente insolventes las pequeñas
y medianas empresas, el comercio local, los ingresos modestos, los agricultores
familiares e incluso las llamadas profesiones liberales. El colapso del
Leviatán ha logrado convencernos más rápido que nuestras resoluciones para
derribarlo.
El coronavirus lo ha hecho aún mejor. El cese de las nocividades productivistas
ha reducido la contaminación mundial, evita a millones de personas una muerte
programada, la naturaleza respira, los delfines vuelven a retozar en Cerdeña,
los canales de Venecia, purificados del turismo de masas, vuelven a tener agua
clara, la bolsa se derrumba. España resuelve nacionalizar los hospitales
privados, como si redescubriera la seguridad social, como si el Estado
recordara el Estado de bienestar que destruyó.
Nada puede darse por sentado, todo comienza. La utopía sigue arrastrándose a
cuatro patas. Abandonemos a su inanidad celestial los miles de millones de
billetes e ideas huecas que circulan sobre nuestras cabezas. Lo importante es
“hacer nuestros propios negocios” dejando que la burbuja especuladora se
desarme e implosione. ¡Cuidémonos de la falta de audacia y confianza en
nosotros!
Nuestro presente no es el confinamiento que nos impone la supervivencia, es la
apertura a todas las posibilidades. Es bajo el efecto del pánico que el Estado
oligárquico se ve obligado a adoptar medidas que ayer mismo decretó imposibles.
Es al llamado de la vida y de la tierra para ser restaurada al que queremos responder.
La cuarentena es un tiempo de reflexión. El confinamiento no suprime la
presencia de la calle, la reinventa. Déjenme pensar, cum grano salis, que la
insurrección de la vida cotidiana tiene virtudes terapéuticas insospechadas.
¿O a Esplendor Geométrico con “Chile al día”? Incluido en
Live in Utrecht, de 1989.
Entre la rebelión iniciada en octubre y la catástrofe global
del coronavirus se me había olvidado completamente referir aquí dos artefactos
musicales recientes:
Manual de Combate, “Mapas auténticos del mundo imaginario. Mapas imaginarios del mundo real”. Son los
temas que la banda ha hecho desde que existe como cuarteto, o sea, enero/febrero
de 2019, aunque hay que señalar que por sobre todo ese trabajo netamente
instrumental, a posteriori fueron agregados textos en voces habladas y/o
cantadas, y que le dan un contexto bien diferente a la existencia de los mismos
temas tal como se expresa en ensayos y conciertos. Se grabó en un día en la
sala de ensayó en casa Brasil, y se mezcló en Buenos Aires por Nahuel y se
masterizó en Barcelona por el doctor Gomberoff. A veces lo escucho y me gusta
caleta, y otras veces no tanto o casi nada, pero siempre es así cuando uno está
involucrado en un artefacto músico-político-sensorial.
Además, un caset compartido con
Siwomat, desde el continente europeo. El lado MDC consiste en el tema final de
Mapas: Aparcoa, una especie de homenaje a Victor Jara y su conjunto, desde un
lenguaje musical que no sabemos qué le hubiera parecido al homenajeado. En todo
caso, VJ no tuvo problemas en incorporar a los Blops con su guitarra eléctrica,
en una época en que la prensa de izquierda odiaba a los Jaivas por considerarlos
unos jipis culiaos alienados y alienantes. A control de cuadros!
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No recuerdo si ya mencioné que salió durante febrero el segundo número del boletín de reflexiones sobre la
revuelta Ya No hay Vuelta Atrás. Dos textos en esta ocasión: uno sobre el proletariado juvenil, y el
principal, sobre la revolución que comienza.
Vean también su edición en inglés de los 11 comunicados de
Evade Chile.
A Gustavo Rodríguez no le gustó mucho el N° 1. Pero lo leyó
enterito junto a otro material que calificó de “Llamamientos y propuestas
panfletarias” y lo criticó en la tercera (y última) Carta a un chileno, en estos
términos [Lean las tres cartas, es un ejercicio algo extraño pero vale la pena
(por cierto, no sabía que había una sección del GCI en Chile)]:
Justo desde este nuevo epítome, los leninistas extraparlamentarios han
comenzado a impulsar las llamadas “asambleas territoriales” en un ensayo más
por recuperar –en términos político-ideológicos– la (hasta ahora incontrolable)
insurrección, ensayando un confuso guión con afinados matices demagogos que
pone de manifiesto la poca recepción de su soflama entre las y los jóvenes
protagonistas de la revuelta, evidenciando el nulo arraigo del marxismo
leninismo en el nuevo no-sujeto subversivo (imposible de sujetar) que hoy
incita a la insurrección a lo largo de la geografía chilena y, la urgente
necesidad de camuflaje: la inmemorial estrategia del lobo disfrazado de
abuelita asechando a Caperucita.
En este mismo tenor, reaparecieron en escena, los “marxistas revolucionarios”,
autodenominados “comunistas internacionalistas”, aportando sus elucubraciones
al groucho marxismo posmoderno. Y, como era de esperarse, no escatimaron a la
hora de rechazar la farsa constituyente y reafirmar su repudio a toda la
pestilencia parlamentaria, denunciando, de paso, el histórico oportunismo de
los bolcheviques chilenos. Sin embargo, corroboraron coincidencias en torno a
las llamadas “asambleas territoriales” promoviendo su proliferación.
Con tal objetivo, pusieron en circulación un nuevo comic intitulado “Ya no hay
vuelta atrás”[8], editado a la sazón por el Grupo Comunista Internacionalista
(GCI), que no ha dejado de sorprenderme por el estratégico reacomodo semántico
del discurso en su reiterado afán de reclutar incautos en tiendas anárquicas.
Vale señalar el superlativo cinismo con que ha sido redactado el panfleto en
cuestión, donde además de reconocer que «la rebelión del 18/10 fue espontánea,
popular, masiva y anárquica» llegan a admitir, sin aparentes cortapisas, que
«en esta nueva oleada global de rebeliones contra el sistema de dominación las
insurrecciones ya no tienen por horizonte una “conquista del poder” (como se
entendía desde las revoluciones burguesas: mediante la captura del poder
estatal), sino que son verdaderas “insurrecciones permanentes” que desafían al
poder»[9].
[¡Waooo! ¿dónde quedaron las tesis de orientación programática y aquel anhelo
de instaurar la Dictadura del proletariado para la abolición del trabajo
asalariado? ¿acaso abandonaron el dogma de la religión fundada por el mayor de
los hermanos Marx y abrazaron entusiastas el desparpajo iconoclasta de Bakunin?
]
Ya ni mencionar la fastuosidad con que remarcan las diferencias entre
«las revoluciones burguesas» y, «las verdaderas “insurrecciones permanentes”»,
echando mano de las teorizaciones contemporáneas del informalismo anárquico que
tanto han criticado durante la última década[10].
Pero, lo que más me asombró del nuevo panfletillo del GCI, fue la
reconceptualización que hacen de la idea de “clase”, introduciendo la noción de
«clase/especie»[11] en un intento desesperado –e increíblemente arbitrario– de
subsumir dentro del concepto “proletariado” a toda la especie humana[12].
Aunque tampoco podemos soslayar el conveniente reajuste teórico que innovan en
derredor de “la revolución social» como «una posibilidad para la humanidad de
reconciliarse consigo misma, con los otros animales y con la naturaleza»[13],
en guiño desvergonzado a los partidarios del Frente de Liberación Animal (ALF)
y al anarco-ecologismo radical nucleado en derredor del Frente de Liberación de
la Tierra (ELF); ambas posturas muy criticadas en el pasado por este grupo
marxiano que atribuía una “visión ideologizada”, propia del “desviacionismo
pequeñoburgués”, a estos colectivos en lucha por la Liberación total y contra
la domesticación de lo salvaje.
Pese a la absoluta desfachatez de su nuevo discurso cazabobos, lo
verdaderamente preocupante es la evidente concomitancia de todos los clanes de
ascendencia marxiana en torno al desarrollo de las “asambleas territoriales”
como vehículo eficaz para la resolución de problemas y tareas (de “orden
práctico”) de cara al futuro comunizador:
«lo que tenemos claro es que las asambleas territoriales son órganos creados a
partir del 18 de octubre por las comunidades en lucha. Nuestro lugar es ahí,
donde tendremos que por una parte discutir abiertamente con quienes abrazan más
o menos conscientemente posiciones institucionalistas y socialdemócratas, que
se expresan hasta ahora en un sentir mayoritario a favor de un “proceso
constituyente”.»
«Pero no se trata sólo de eso: el mayor potencial de las asambleas
territoriales, en la medida que mantenga su autonomía, actuando desde afuera y
contra el Estado, tiene que ver con cuestiones y tareas de orden práctico
(auto-defensa, alimentación, comunicaciones, cuidado de niñxs y adultos
mayores) que habría que empujar hacia sus límites para poder plantear a partir
de ellas los objetivos comunizadores.»
«Las asambleas son el espacio desde el cuál pueden surgir nuevas formas de
relación social, que superen y manden al basurero de la historia a las
relaciones sociales capitalistas. Se hace necesario coordinarlas a todas.»
[14] (Subrayados míos).
Y ya que estoy encarrilado en esta reseña crítica de la producción
panfletaria[15] en el ámbito de la insurrección en la región austral, lamento
no poder incluir en este texto el análisis de los neoblanquistas. Me comentan
–algunos enterados– que el folletín del Comité (Central) Invisible sobre los
acontecimientos en Chile, aún se encuentra en preparación. Todavía no están
listas las acostumbradas traducciones simultaneas. Así que habrá que esperarse;
aunque no se requiere demasiado ingenio para vislumbrar el total apoyo a las
“asambleas territoriales” por parte de los adalides invisibles en su
avidez “comunizadora”.
Notas:
[8]Grupo Comunista Internacionalista (GCI), Ya no hay vuelta
atrás, Boletín de reflexiones en torno a la revuelta, Número 1, diciembre 2019.
[9] Ibídem.
[10] Vid., Proletarios Internacionalistas, Crítica de la ideología
insurreccionalista, Ediciones Comunidad de Lucha, 2012.
[11] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[12] Resultan insuficientes la incorporación y el auxilio teórico de categorías
incluyentes que resuelvan las limitaciones y estrecheces de la visión marxista.
Nos queda claro que el Poder y la dominación política son anteriores a la
explotación económica en cualquiera de sus definiciones. Precisamente por eso,
la guerra antiautoritaria, y no la de clases (es decir, la lucha permanente
contra el Poder y la dominación), ha sido el motor de la historia. Esa es la
tesis fundacional del anarquismo y el meollo de su cuerpo teórico-práctico,
asumiendo la Anarquía como praxis de enfrentamiento permanente contra el Poder
y no como expresión radical de la lucha de clases.
[13] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[14] Ibídem.
[15] A propósito de la producción panfletaria en la región chilena en derredor
de la insurrección generalizada, no puedo pasar por alto otro baldón de
pretendida manufactura “ácrata” que ha provocado (desde la primera página) todo
mi asombro. Se trata de una butifarra a mitad de camino entre la literatura de
ficción (las historietas de zombis) y el revoltijo ideológico de la nomenclatura
“anarco-leninista” contemporánea. Este engendro, cargado de conspiraciones
paranoicas en la misma tónica del Nostradamus bolivariano (senador Navarro),
está firmado por los Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana y,
definitivamente, requiere el concurso de nuestras modestas reflexiones pero, de
momento, seguiremos debiéndonoslo por lo que queda pendiente un texto mucho más
extenso con estas intenciones. Vid. “Sobre fantasmas insurreccionales y
banderas falsas”, disponible en: //vozcomoarma.noblogs.org/files/2019/12/Fantasmas-Insurreccionales-Lectura.pdf
(Consultado 11/02/20).
Lástima que usaron el tema Pink Moon para una propaganda de
autos caros. Nick era excesivamente tímido y no conoció nada similar al "éxito”
en su corta vida.
Curiosamente, compré este disco tras peinar una disquería en
un shopping en Montevideo, junto a Claudio Nash (íbamos junto a un tercer
colega como monitores a un curso de Unicef). Él llevó un CD de Diana Krall.
James Brown chilla más áspero que un saxo tenor, y mi hijo
lo imita a la perfección.
Recordaba que en la saga post Young Marble Giants estaban
las Marine Girls, y que algo tenían que ver con la chica que cantaba en
Everything but the Girl.
Kurt Cobain anotó entre sus bandas y albums y canciones
favoritas a las MG con In love/Lazy ways, y explorando en la web encontré ese
excelente álbum de media hora…y buenos temas de EBTG hacia 1983 como “On my mind”. Hermosas y frágiles canciones de dormitorio para abrigar el alma. Es
bueno escuchar a los Young Marble Giants y su breve pero monumental obra.
También a las Marine Girls. Por supuesto que existe una Peel session. Esto es lo
más extremadamente opuesto al rock pichulero.
“Mi ala está
pronta al vuelo. Retornar, lo haría con gusto, pues, fuera yo aún tiempo vivo
mi suerte sería escasa”.
Gerhard Scholem, Saludo del Angelus.
Hay un cuadro de Klee
que se títula Angelus Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de
alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desorbitados, la
boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese
aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece
como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a
sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel quisiera
detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán
sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el
ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia
el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante
él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.
(Walter
Benjamin, Sobre el concepto de historia, Tesis IX).
Estado de excepción inmediato ante una revuelta popular el 18
de octubre de 2019. Lentitud y payasadas varias para enfrentar una crisis
sanitaria, demorando semanas para decretar el estado de catástrofe. Gobierno de
mierda, capitalismo de mierda en una crisis mortal con todos nosotrxs dentro de
su edificio social global.
Lo cierto es que en Chile la rebelión continua de 5 meses ya
llegó a su fin, al menos en la forma de revuelta callejera que había adoptado
hasta ahora. Y terminó como empezó: los escolares luchando prácticamente solos
en las calles, mientras la ciudadanía se aprestaba para ir a ejercer por
enésima vez el acto de depositar votos en urnas. Hasta había “anarquistas por
el apruebo”, que sería algo así como “ateos de misa dominical”.
Ayer me di cuenta de eso mientras paseaba al perro dando una
vuelta de manzana, veía casi nadie en las calles, ya eran casi las 8 AM, y
entre unas plantas de un patio que ya pronto se va a demoler para hacer otro
edificio monstruoso de mierda pude ver esta enorme y hermosa y terrible
revuelta en retrospectiva. Me acordé del librito de Dauvé/Barrot y me pregunté:
¿cuándo las insurrecciones mueren?
¿Es posible que se esconda y asome de nuevo? Sí,
pero…¿Cuándo?
No hay que descartar una gran reactivación antes de que se
acabe este año, pero...no veo bien como. Y de nuevo habrá militares en las
calles, que ya botaron el rewe de Plaza Dignidad.
En resumen: creo que lo del 18/19 fue una verdadera insurrección.
Se derrotó a la policía en todo el país, de manera más contundente que en abril
de 1957. Se aterrorizó a la clase dominante por semanas. Tuvieron que poner
militares en las calles, y ofrecernos un plebiscito hecho a imagen y semejanza
del de 1988 pero con las posiciones positiva y negativa invertidas. La maniobra
les resultó bastante bien.
Así y todo, es indudable que la insurrección de octubre
generó una enorme ola de rebelión en todo el país, dejándolo a la
vanguardia de la agitación global por un buen rato. Con un alto costo en
muertxs, detenidxs, presxs, y heridxs.
“En este punto, la estrategia de las autoridades no tiene
como objetivo proteger a la gente del virus, sino controlar el ritmo al que se
propaga para que no supere su infraestructura. Como en muchos otros aspectos de
nuestras vidas, la gestión de crisis está a la orden del día.
Nuestros gobernantes no tienen la intención de preservar las vidas de todos los
afectados por el virus, ya han descartado la preocupación por los indigentes
mucho antes de que comenzara esta crisis. Más bien, están decididos a mantener
la estructura actual de la sociedad y su aparente legitimidad dentro de ella.
(…)
Este es el problema con lo que Michel Foucault llamó biopoder,
en el que las mismas estructuras que sostienen nuestras vidas también las
limitan. Cuando estos sistemas dejan de sostenernos, nos encontramos atrapados,
dependiendo de lo que nos pone en peligro. A escala mundial, el cambio
climático producido industrialmente ya ha hecho que esta situación sea muy
familiar. Algunos
incluso han planteado la hipótesis de que, al reducir la
contaminación y los accidentes laborales, la desaceleración industrial que el
virus ha provocado en China está salvando vidas además de eliminarlas.
(…)
En resumen, ha habido tres etapas, que podemos resumir de la
siguiente manera. La primera etapa, ahora imposible de mantener, es ocultar el
problema. La segunda etapa es el llamado “terrorismo mediático” que todavía
está en progreso, vacilando y oscilando entre el pánico masivo y la calma ilusoria.
En la tercera etapa, la actual, se imponen cambios dramáticos en la sociedad al
amparo de una combinación de pánico y consenso social. Mientras tanto, se
introducen decretos que tendrán un impacto considerable en nuestro futuro,
negándonos el derecho a protestar, a la huelga, a reunirnos en nuestros propios
términos”.
“El jefe de la OMS, el Dr. Tedros
Adhanom Ghebreyesus, dijo la semana pasada que aunque las autoridades de salud
pública de todo el mundo tienen la capacidad de combatir con éxito la
propagación del virus, a la organización le preocupa que en algunos países el
nivel de compromiso político no se corresponda con el nivel de amenaza.
"Esto no es un simulacro. No es el momento de rendirse. Este no es el
momento de las excusas. Este es un momento para sacar todos los obstáculos. Los
países han estado planeando escenarios como este durante décadas. Ahora es el
momento de actuar según esos planes", dijo Tedros. "Esta epidemia
puede ser empujada hacia atrás, pero sólo con un enfoque colectivo, coordinado
e integral que involucre a toda la maquinaria del gobierno".
Cabría añadir que ese enfoque global
debería ir mucho más allá de la maquinaria de los gobiernos individuales:
debería abarcar la movilización local de personas fuera del control estatal,
así como una coordinación y colaboración internacional sólida y eficiente”.
RECETA CASERA: papas chilotas al horno, con romero del patio
del vecino de abajo.
Lavar las papas en agua fría, partir en mitades sin pelar y
distribuir sobre una bandeja de horno en una sola capa, sin que se superpongan,
rociar con aceite de oliva, vinagre de manzana, sal de mar, pimienta y romero
fresco recién picado a gusto, revolver todos con una cuchara de madera o las
manos limpias para impregnar de forma uniforme.
A horno precalentado, y esperar hasta que el cuchillo indique
que están cocidas por dentro.
Creo que es segunda vez que se sube una receta a este sitio.
La primera fue hacia 2003 y consistía en una receta para preparar leche
canábica.
FRENTE A LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
NUESTRAS VIDAS ANTES QUE SUS GANANCIAS
La crisis sanitaria actual producto de la propagación del coronavirus ha
demostrado, nuevamente, que estamos frente a un Estado homicida que ha revelado
su verdadera cara: ser la dictadura de la clase capitalista sobre el resto de
la humanidad. Ni este gobierno, ni ningún otro que se eleve al poder del
Estado, velará jamás por el bienestar común de las personas, mucho menos por la
salud del proletariado. El gobierno de Chile ya hizo pública su decisión: no
tomó y no tomará las medidas realmente necesarias de contención para resguardar
el bienestar de la población en general, puesto que tales medidas implicarían
una amenaza para que la clase capitalista siga acumulando ganancias. Su
“negligencia” e “inoperancia” no es casual: han optado conscientemente por
sacrificar a una fracción de la población, la más vulnerable y expuesta a la
mortalidad del virus, lxs adultxs mayores pobres.
Ante esta situación extrema hacemos un llamado a quedarnos en nuestros hogares
y negarnos a trabajar, realizando de facto una huelga general en todos los
lugares que no sean imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas de
la clase trabajadora, golpeando a los capitalistas donde más les duele. En
medio de un clima de antagonismo social que azota nuestra región desde el 18 de
octubre, no nos expondremos a salir a las calles a infectarnos con el virus, no
por darle el gusto al Estado y a los intereses del capital, sino porque
responsablemente anteponemos la integridad y la salud de nuestra clase frente a
la real amenaza de esta pandemia.
En medio de este panorama agitamos las siguientes reivindicaciones inmediatas
de carácter mínimo: cese total del trabajo productivo en las empresas que no
sean vitales para la población, ningún despido producto de la emergencia,
mantención de la totalidad del sueldo a todxs lxs trabajadorxs asalariadxs
mientras dure la amenaza sanitaria, ingreso básico garantizado para todas las
personas cesantes o que trabajen informalmente -cerca del 30% de la clase
trabajadora- que satisfaga sus necesidades y las de sus familias, salud
gratuita en todo recinto hospitalario público o privado, suspensión inmediata
de todo pago de arriendo y cuentas básicas -luz, agua, etc.- mientras
permanezca vigente la cuarentena, disposición inmediata y gratuita de todos los
stock de medicamentos y elementos básicos que posean las farmacias para
contener el Covid-19, así como también los fármacos esenciales para las
personas que dependen de ellos para no morir.
Ya estamos hartos de la ansiedad y el terror que nos impone por la fuerza lo
lógica inhumana del sistema capitalista. No seremos carne de cañón en sus
recintos de explotación.
¡Nadie a trabajar: huelga general!
¡El virus más peligroso es el capitalismo!
LAS SIETE DIFERENCIAS: “PRIMERA LÍNEA” VERSUS “VANGUARDIA”
(Primera Línea en los cerros de Valparaíso)
1.- La “Primera
Línea” no es una organización estable ni formal. Fue un fenómeno espontáneo que
se produjo cuando cientos de personas se dieron cuenta de que había que ejercer
la auto-defensa en contra de las arremetidas de las fuerzas represivas, muchas
veces contrarias a sus propias regulaciones y protocolos, para de ese modo
permitir el derecho de manifestación de cientos e incluso miles de personas.
Esa ha sido y sigue siendo su única finalidad.
La autodenominada
“Vanguardia” en cambio surgió cuatro meses después de la revuelta de octubre,
como una organización explícitamente convocada por sectores de extrema derecha
y filo-fascistas para combatir en las calles a la Primera Línea y a los antifascistas,
pretendiendo a la vez dar protección ante posibles ataques a los manifestantes
por la opción del Rechazo a una Nueva Constitución en el barrio alto. Su nombre
surgió de una ficha de inscripción distribuida por el grupo Capitalismo
Revolucionario, donde daba como alternativas para nombre “Vanguardia” o “Hawker
Hunter”.
2.- Mientras la
Primera Línea se organiza espontáneamente y lo que busca es contener los
avances represivos de la policía, la Vanguardia es una organización estable,
con líderes y financiamiento (vía donaciones), y lo que busca es organizarse
para realizar incursiones y agredir a quienes identifique como posibles
antagonistas (manifestantes por el Apruebo, “antifas”, periodistas que perciben
como “progres”, etc.).
A pesar de los
esfuerzos de la prensa oficial y varios sectores políticos para presentarla
como una verdadera organización, para así poder criminalizar a sus
“integrantes”, además de intentar vincularla con saqueos y otros delitos que no
necesariamente están vinculados a su accionar, el fenómeno de la Primera Línea
se ajusta mejor al concepto de Zona Temporalmente Autónoma, acuñado en su
momento por el anarquista norteamericano Hakim Bey en 1991: una comunidad de
lucha que se expresa en un territorio/tiempo en que se elude o evade el sistema
de control social.
La Vanguardia en
cambio es una simple patota, que en su accionar imita a grupos de ultraderecha
de los años 70, y las “barridas” de los grupos neonazis.
3.- Incluso el
Presidente de la Corte Suprema tuvo que declarar tras el show represivo de la
detención de medio centenar de “integrantes” que: “El formar parte de la primera línea o integrar una primera línea no es un
delito. Si los integrantes de la primera línea roban, saquean, destruyen... esos hechos sí son constitutivos de
delito”. A pesar de eso, la Corte de Apelaciones de Santiago por 2 votos contra
1 decidió dejarlos en prisión preventiva, aunque los delitos imputados
(desorden público y barricadas) no ameritan penas de cárcel efectiva.
Curiosamente, los integrantes de la
Vanguardia se han dedicado a marchar encapuchados, con escudos, exhibiendo
armas como bastones retráctiles, armas blancas, gas pimienta, además de
banderas (incluyendo nazis y confederadas), lo cual de por sí ameritaría a lo
menos controles de identidad del artículo 85 del Código Procesal Penal, y han
agredido físicamente a quienes se manifiestan en contra suyo.
Al inicio la policía hizo la vista gorda,
pero el sábado 7 de marzo fue más allá: dejó actuar y dió protección a esta
patota, que se dedicó a propinar numerosas y cobardes golpizas contra personas solitarias, incluyendo
al periodista Rafael Cavada, a quien le partieron la cabeza mientras le
gritaban “¡habla ahora pos maricón!”.
Posteriormente se supo que la Vanguardia arma
sus escudos y guarda sus pertrechos en una sede de la UDI en calle Bulnes 80, y los traslada al barrio alto los días
sábado en camiones de Carabineros.
(Fascistas de la "Vanguardia" en Las Condes)
4.- A pesar de ciertos mitos y/o prejuicios
que señalan que la Primera Línea se compone básicamente de sujetos marginales,
y que en contrapartida a detractores ven pura y simple delincuencia algunos de
sus admiradores han esgrimido e idealizado la imagen de niños del SENAME y
otras víctimas del sistema, lo cierto es que no se trata de una sola línea sino
que de varias [1],
desde los escuderos y pirquineros hasta músicos y rescatistas, y además es un
espacio en que confluyen hombres y mujeres de distintas edades, disidencia sexual, adolescentes e
incluso niños. Además se mezclan ahí la juventud marginal y poblacional con
estudiantes y profesionales, la diversidad sexual, distintas barras de fútbol,
anarquistas y sectores de la extrema izquierda [2].
La Primera Línea existe en distintas
ciudades, no sólo en Santiago, y en cada lugar su composición y formas de
acción registran algunas variaciones importantes.
La Vanguardia en cambio parece ser una mezcla
de juventud ABC 1 (“zorrones” neoliberales) con autodenominados “fachos pobres”
(sujetos abiertamente desclasados), ultraderechistas venezolanos (¡ahí se
suaviza el discurso antimigrante de la derecha chilena!). Es decir, se trata de
una alianza entre quienes defienden abiertamente sus privilegios socio-económicos,
con quienes proviniendo de sectores no privilegiados adhieren al anticomunismo
visceral propio del pinochetismo tradicional y renovado.
Hasta ahora sólo se les ha visto marchando en
las comunas de Vitacura, las Condes y Providencia.
5.-Mientras la Primera Línea es un caos organizado, horizontal y
rizomático, donde puede participar cualquiera que se anime a hacerlo, la
Vanguardia tiene un sistema vertical de reclutamiento y afiliación,
constituyendo de hecho un grupo con pretensiones para-policiales, que incluso
sería posible encuadrar en las “milicias privadas” o “grupos de combate” que
penaliza el artículo 4 de la Ley de Seguridad del Estado.
Basta con comparar los escudos autogestionados
de la Primera Línea, cada uno con un diseño único, en que los se vuelca la
creatividad individual y grupal de distintos sectores del pueblo en lucha, con
la uniformidad oscura y aséptica de los escudos de la Vanguardia, todos iguales
unos con otros y sin huella alguna de creatividad individual ni grupal.
6.- Mientras el conjunto de los manifestantes
en Plaza Dignidad y en otros puntos del territorio valoran, apoyan y/o
eventualmente hacen parte de su Primera Línea más cercana, la presencia de
grupos de choque de extrema derecha en las manifestaciones del barrio alto ha
causado críticas y rechazo incluso en los defensores de la Constitución
pinochetista/guzmaniana.
Así es como Gonzalo de la Carrera manifestó a
El Mercurio hace poco que marchas no se justifica la presencia de encapuchados
en las marchas por el Rechazo, que no se requieren grupos de choque (dado que cuentan
con la protección de Carabineros) y que desde la derecha no deberían incurrir
en lo mismo que han criticado.
7.- En conclusión: la Primera Línea
representa y ejerce una forma de “violencia fundadora”, basada en el derecho de
rebelión y que apunta a una forma distinta de organizarse y accionar política y
socialmente. En ese sentido su organización informal y horizontal prefigura el
tipo de sociedad liberada a la que apuntan los distintos movimientos
emancipatorios.
La vanguardia de la retaguardia es pura “violencia
conservadora”, una de las últimas línea de defensa del orden capitalista
neoliberal existente (detrás de la prensa oficial, policías y militares). Constituyen
una muestra palpable de la curiosa amalgama que es el “fascismo neoliberal”.