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jueves, marzo 26, 2020

Capitalismo, enfermedad, muerte: reflexiones 


YA QUE MUCHXS ESTAMOS ENCERRADXS, APROVECHEMOS DE REFLEXIONAR Y ACCIONAR

[A sugerencia de mi viejo camarada Tomás S.: Junior Byles, Beat down Babylon]

Algunos textos y extractos:

“Si bien la pandemia y la reacción del Estado/Capital nos encontró en un periodo de agitación social en el que florecían expresiones concretas de solidaridad proletaria, estos procesos eran aún embrionarios. Ya desde el inicio de la revuelta había quedado claro que las estructuras tradicionales de la izquierda del capital, principalmente sus partidos y sindicatos, se mostraban como un freno de las iniciativas de lucha que surgían por doquier. Pero sus intentos de cooptación no lograban los frutos que querían. Hoy, cuando se hace patente que solo una huelga general puede hacer efectiva la necesaria cuarentena y atacar las medidas represivas y la asfixia económica a la que están condenándonos, rebajando nuestros salarios, despidiéndonos o simplemente haciendo imposible obtener ingresos para subsistir, los sindicatos a lo más se atreven a “exigirle” al gobierno una cuarentena nacional y que fiscalice los abusos de la patronal, el mismo gobierno que solo ayer nos disparaba. No tienen ni la fuerza ni la intención de ir más allá. Y los aparatos políticos de la seudo oposición, nuevamente, acuden prestas para auxiliar al Estado en la implementación de la represión. Pero ya algunas Asambleas Territoriales comienzan a hacer carne la solidaridad de clase, enfocándose en asistir las necesidades de quienes son más afectadxs por la cuarentena (principalmente nuestrxs abuelxs). Dichas acciones nos muestran el camino nada menos que para asegurar nuestra existencia”.

(“El capital es muerte”, texto completo en:

-El mismo “Reporte” desde Francia difundido por Evade Chile y firmado por Raoul Vaneigem circula en el sitio Alasbarricadas y la revista Carcaj como “Coronavirus”, aunque en el caso de Carcaj es otra traducción distinta a la que curiosamente le falta el primer párrafo del Reporte.

-Nuevo texto del Círculo de Comunistas Esotéricos, “¿Crisis sanitaria o crisis civilizatoria. Apuntes breves sobre Covid-19 y Capitalismo”? Descargar acá.



-El viejo comunista Jacques Camatte escribió una breve carta a un compa de la región chilena:

“Querido X:

Desde hace mucho tiempo creo que la especie humana está en riesgo de extinción. Esto ha sido confirmado científicamente. Ya han existido dos casos: uno hace 120.000 años y otro hace 70.000 años. La amenaza ha dejado su huella en la especie. Para evitar la extinción, la humanidad salió de la naturaleza. Pero, a fin de cuentas, al rechazar esta amenaza provoca ella misma la posibilidad su extinción. Hemos alcanzado un momento final, decisivo. Es el fin de la errancia. En el Capítulo 14 de Emergencia del Homo gemeinwesen, Punto final de la actual errancia, expongo todo esto de la forma más precisa posible. Sintéticamente: para escapar a la amenaza “natural” de extinción, la especie se ha separado del resto de la naturaleza, para escapar a la amenaza “antrópica”, ella deberá reintegrarse, lo que no implica una fusión. Para ello será necesario que se produzca un inmenso retorno de lo reprimido: de la naturalidad, tal como se ha verificado en el curso de las catástrofes naturales con la manifestación de la solidaridad, de la preocupación y el cuidado por el otro, etc... con la suspensión de la dinámica de la enemistad que hoy en día se transformado necesariamente en una dinámica de eliminación, y que se deberá evitar que vuelva a emerger entre quienes han elegido, o elegirán, por una virtualización - agudizada con la pérdida de lo que aún queda de las relaciones humanas-, y entre aquellos que serán afectador por el retorno de lo reprimido.

En otras palabras, para protegerse la especie se ha encerrado en una dinámica, en su errancia, y ha devenido incapaz de imaginar un devenir diferente; esto es lo que constituye su locura. Ello se ve claramente a través de las reacciones de los dirigentes en los diversos campos. De allí, subyacente y tendiente a emerger, el pánico. Podemos sentir, por ejemplo, el hecho de que el coronavirus evoca irresistiblemente una amenaza.

Lo interesante es que estamos siendo testigos del resultado de este vasto fenómeno que se desarrolla durante miles de años entre los dos momentos de la afirmación de la amenaza del riesgo de extinción. Estamos en el corazón de su despliegue, es decir, de la manifestación, de la epifanización para señalar su potencia integral, del riesgo. Es como si nada fuera a pasar y, sin embargo, todo está sucediendo ahora. No obstante, no sabemos cuánto tiempo va a tomar. En última instancia, lo importante es ser capaz de poder experimentarlo –vivirlo- efectivamente en su totalidad, lo que requiere restablecer la preeminencia de la afectividad que permite el sentido de la continuidad y, por consiguiente, del poder de la vida.

Comencé a escribir un texto para ser publicado en el sitio donde repetiré lo anterior pero también otros temas relacionados que son esenciales.

Nuestra correspondencia ha sido interrumpida por mucho tiempo. Espero que, a pesar de la difícil situación, permanezcas bien y espero tener noticias suyas.

Todo lo mejor para ti en estos tiempos difíciles. Afectuosamente,
Jacques”

-Dos panfletos:
Este,

y este otro:





-Y para finalizar este super-combo de cuarentena, les dejo este texto muy reciente de 2&3 DORM:

“El comienzo de una época

El capitalismo no se puede dar el lujo de parar la máquina. Eso lo tienen claro los gobernantes, economistas y job creators alrededor del mundo: de su continuo funcionamiento depende el orden de cosas que los privilegia. Pero al individuo de a pie también le cuesta pensar, o derechamente teme pensar, que algo así realmente pueda ocurrir: ¿qué clase de mundo sería ese? ¿Cómo es siquiera posible una vida sin salario?

Este es el dilema más punzante que impone la pandemia sobre nuestra vida cotidiana, cual golpe seco sobre la mesa: economía o vida. La contradicción acecha a la humanidad hace siglos pero hoy se nos presenta por primera vez en la historia como un terremoto de escala planetaria. Estamos siendo testigos de un cambio profundo, ¿qué posibilidades hay de que la humanidad se transforme en protagonista de ese cambio poniendo fin a la inercia que nos empujó hasta el límite en primer lugar? (1)

Los expertos apuran los cálculos científicos y afilan sus plumas para el próximo best seller, pero la situación no admite proyecciones simplistas ni especulaciones elaboradas, todo está por verse. Quizá esa es una de las razones por las que esta crisis aparece como la más catastrófica del último siglo: por primera vez la infraestructura del sistema se ve amenazada de manera global y simultánea.

Puede que esta gripe esté matando menos personas alrededor del mundo en tres meses que una campaña militar en Siria en un par de semanas, pero su impacto expone en tiempo real la incapacidad de los gobiernos, incluso lo más ricos y poderosos, para salvaguardar vidas sin poner en riesgo la máquina económica que sostiene al mundo en su lenta agonía. Esa agonía ya no es una realidad ajena para nadie. En una civilización acostumbrada a la guerra en todas sus formas, donde el cambio climático es un problema heredable a las generaciones siguientes, la pandemia llega como un shock que nos recuerda abrupta y violentamente no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.

Es evidente que el verdadero problema no es la cantidad de vidas que pueda cobrar esta crisis, de otra forma no se explica que ninguno de los genocidios del tercer mundo en los últimos 30 años haya causado tanto horror y pánico globalizado como el de hoy. Es más, en China las cuentas son confusas. Primero se observó que era posible que dada la reducción drástica en los niveles de CO2 en el país, la pandemia indirectamente haya salvado más vidas de las que ocasionó directamente. Pero luego se habló también de que la cifra de 250.000 muertes por accidentes de tránsito al año (2) ya se había visto considerablemente disminuida gracias a la reducción del tráfico. A esto habría que agregar quienes no murieron en accidentes laborales, etc. Entrar en la matemática de los obituarios, en todo caso, es innecesario.

Lo que resulta enigmático de esta repentina pero anunciada crisis mundial es que una forma de vida entera pueda colapsar a pesar de que su base material no haya sido afectada. No deja de sorprender, por ejemplo, el hecho de que, aunque toda la infraestructura de desplazamientos aéreos esté prácticamente intacta —todos los aeropuertos y aviones funcionando, toda la tecnología y logística disponible, etc.— baste con un par de semanas de interrupción de los flujos normales de pasajeros para que todo el sistema esté al borde de la quiebra. Esta es la naturaleza gaseosa y efímera de la existencia bursátil a la que nos condenó Occidente poniendo el dinero al centro de toda la vida; un mundo en el que todo lo sólido se desvanece en el aire (3).

Con impotencia y un profundo sentimiento de haber sido robados lxs rehenes de las AFP chilenas (4) hoy están viendo cómo sus ahorros de la vida se evaporan en el aire digital. El verdadero crimen no es robar un banco, sino fundarlo. ¿Qué es la inflación? ¿Cómo se regula la producción de dinero? ¿Qué es el valor? ¿Qué es una mercancía? Este es el tipo de preguntas que funcionan como base para cualquier investigación sobre la volatilidad de los mercados. Pero ninguna explicación va a volver a llenar los fondos de lxs pensionadxs. Y, más importante aún, ninguna riqueza virtual se compara con la riqueza concreta de una vida digna y libre. Como se señaló ya hace rato el asunto no es interpretar el mundo, sino transformarlo.

Los mismos CEOs que hasta hace poco declaraban interdicto al Estado ahora retroceden con la cola entre las piernas: sólo la estructura política y militar que gestionan los gobiernos del mundo puede mantener su barco a flote. En esta escena nos recuerdan que Capital y Estado son dos caras de la misma moneda patriarcal.

Pero la situación ya no da para más. Luego de siglos y siglos de confusión y miseria, de violencia naturalizada y de formas de producción social fundamentalmente auto-destructivas, la tripulación tiene más esperanzas en el naufragio que en cualquiera de las ingeniosas ofertas con las que los capitanes intentan mantener su empresa a flote. La insurrección de la vida cotidiana se vislumbra cada vez en más partes del mundo como la única vía de escape del patíbulo. Transformar lo inconsciente en consciente, dirían los surrealistas junto al psicoanálisis.

La incompatibilidad entre economía y vida hoy es flagrante, sólo la neurosis la mantiene fuera de vista. ¿Pero cómo lidiar con esta neurosis cegadora en el contexto de pánico y terror que generan los medios de comunicación y la sociedad de control? ¿En el contexto de un “aislamiento social” programado para inocular nuevas cepas de TICs y TOCs que brotaran una vez que termine la cuarentena y quizá nos acompañen hasta la muerte? Después de todo, sabemos que la vida desdoblada y proyectada en internet no es más que una forma sofisticada del fetichismo de la mercancía, de nuestra uni-dimensionalidad. Quedarse en casa es una opción saludable para quienes la casa es un lugar seguro, o tienen casa del todo. ¿Quién se cuenta dentro de esta minoría?

Superar el profundo trauma que va a significar la experiencia de esta pandemia no depende de la eficiencia y buena voluntad de los gobernantes, que hoy vemos con impotencia cómo nos sacrifican: para ellos era más conveniente fabricar armas que respiradores mecánicos.

El virus nos obliga a mantener distancia entre los cuerpos para mantenernos con vida. Pero esa misma distancia nos recuerda en la práctica que son las relaciones sociales reales, el apoyo mutuo, la solidaridad y la consciente interacción con nuestro entorno lo que puede salvarnos de la catástrofe. Una vez más tenemos la vida por delante dándonos la oportunidad de ser humildes y empezar de nuevo”.

RB / 2&3Dorm
21 de Marzo 2020



Notas:
1: Así como hay científicos que niegan el calentamiento global y otros que no, mientras algunos científicos se apuraron en indicar a los folidotos y murciélagos como causantes del virus otros aseguran que la verdadera causa es el asalto humano al medio-ambiente y sus efectos sobre estas especies:  https://www.thenation.com/article/environment/coronavirus-habitat-loss/
2: Según la OMS en 2018 se registraron alrededor de 256.000 muertes relacionadas a accidentes de tránsito.
3:  La famosa descripción que realizó Marx acerca de la sociedad de la mercancía, y que Marshall Berman transformó en el título de su historia acerca de otro tipo de virus contemporáneo: la gentrificación.
4:  Una de las tantas gemas del experimento neoliberal en Chile, un sistema de pensiones cuyos afiliadxs, reclutados a la fuerza por el Estado, ponen sus ahorros a disposición de los mercenarios de la especulación financiera.

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lunes, marzo 23, 2020

CORONAVIRUS: REPORTES DE CHILE Y FRANCIA (x Evade Chile) 

Recibimos un nuevo Comunicado de Evade Chile.


Compañerxs:

Luego de 5 meses de avances y resistencia, nuestra comunidad de lucha se enfrenta hoy a un nuevo reto. La llegada de la pandemia global al territorio chileno anuncia el cierre de una etapa y el inicio de otra para la insurrección en curso.

La crisis mundial se agudiza, y junto a ella emergen las posibilidades de deshacernos de una vez por todas de los lastres que nos han arrastrado a este abismo. Sabemos que la solidaridad reencontrada al calor de la insurrección ofrecerá sus frutos nuevamente.

Nosotrxs nos volveremos a disolver en la masa insurrecta de la que brotamos y volveremos a brotar.

Hasta entonces: ¡Amor y lucha!



EVADE CHILE 2020 # 
CORONAVIRUS: Reporte de Chile

La pandemia no detendrá la rebelión: será la rebelión la que termine con la pandemia que los Estados del mundo administran.

Esa pandemia tiene varios nombres: patriarcado, capitalismo, dinero, trabajo asalariado, incluso poder, economía política, ilustración, religión, plaga emocional, estupidez, etc. Es la enfermedad que divide y separa a la humanidad en clases, razas, naciones, estratos, privilegiados y desafortunados, nobles ricos y pobres diablos, izquierdas y derechas, etc.

Los Estados, que en las últimas décadas habían pasado de moda, hoy hacen una re-aparición triunfal. Son sus estructuras políticas y militares las únicas que pueden garantizar que las pérdidas no sean totales para los funcionarios del capital. Pero la burbuja esta vez les explotó en la cara.

De un momento a otro, como por acto de magia, los gobiernos del primer mundo nacionalizan empresas, suspenden el pago de cuentas de servicios básicos, aseguran un ingreso universal mínimo a lxs proletarixs, todxs son liberadxs del acuartelamiento escolar o laboral, etc. En el tercer mundo son los grandes capos de los bancos los que salen a condonar deudas, mientras que algunos sindicatos arreglan una rebaja del 50% del sueldo de sus afiliados y los gerentes sacrifican un 25% del suyo. Todo sea por superar esta crisis.

Las medidas parecen coincidir con el nivel de terrorismo mediático y político que presenta esta como la peor catástrofe de los últimos siglos a pesar de que el mundo ha visto situaciones mucho peores, como la muerte de 50 millones de personas de “gripe española” luego de la primera guerra mundial o los 20 millones de yemeníes que actualmente mueren de hambre. ¿Temerá perder su hegemonía Occidente?

La unidad a la que llaman, como siempre, es falsa. Funciona solo mientras gestionan el “aislamiento social” que tantos costos les trae pero que tan conveniente les resulta, al mismo tiempo, frente a una población fundamentalmente indefensa luego de siglos de precarización y empobrecimiento.

Dado que las necesidades de la producción de mercancías nos fuerzan a reunirnos, aunque por mandato nos llamajn a aislarnos, los políticos se esfuerzan en que ahora, y de una vez por todas, se instaure la mediación definitiva de la abstracción vía el internet: teletrabajo, teleducación, telesociabilidad. La pandemia capitalista, hoy disfrazada de “crisis sanitaria”, abre la posibilidad de correr el cerco del dominio de la vida cotidiana haciéndola incluso más estrecha y confinandola al campo de lo digital.

Pero esta crisis mundial no pilló de rodillas ni desprevenido al pueblo que habita el territorio ocupado por el Estado chileno. Lo pilló en pie: sabemos perfectamente que esta crisis no es producto de un nuevo tipo de gripe, sino más bien que el nuevo tipo de gripe es resultado de sus industrias productoras de muerte.

Los expertos apuran sus juicios y culpan de la propagación del virus a la globalización, a los hospitales públicos sin presupuesto, a un “rastro de salvajismo” de los chinos que comen “cosas raras” y trafican especies exóticas, al aumento de la población que supuestamente demanda la destrucción de los ecosistemas globales, lo que a su vez empuja a los animales, vectores de virus que pueden matarnos, a estar más cerca de los humanos, etc. El neurótico es ciego a lo obvio.

Las condiciones materiales que genera la producción industrial, y que vuelven a todo el mundo vulnerable a la catástrofe, están en el origen de esta crisis. En estas latitudes explotan glaciares y desertifican regiones completas; venden el agua y transforman la vivienda en un problema existencial; aniquilan toda la vida del fondo marino y gestionan la salud como un Cartel; hacen de la educación un chiste negro; saquean el territorio entero y vuelan los ojos, matan o encarcelan a quien quiera rebelarse contra esta miseria. Todo el territorio es una “zona de sacrificio”, incluidos sus supuestos sectores privilegiados que viven encandilados por el dinero.

La trama se vuelve aún más espesa. El Poder debe impedir que la pandemia haga explotar su infraestructura y, a la vez, debe aprovechar el tiempo-fuera para montar su show de la normalidad nuevamente. Pero esta vez no hay ninguna garantía de que podrá lograrlo: la situación global impide cualquier certeza respecto del estado de salud de la bestia moribunda. Estamos siendo testigos de una de sus últimas sacudidas, y con ella toda nuestra vida está cambiando más rápido que nunca. Pareciera que todo lo que se necesita es una gran carcajada para abatirla.

Así, mientras las bolsas del mundo se desploman y los grandes empresarios corren a saquear al Estado para que mantenga a flote sus capitales paralizados por la reducción de los actos de compra-venta, esta crisis ha realizado algo que jamás podría haber logrado todo el lobby político: la dramática reducción, aquí y ahora, de las emisiones de gases de efecto invernadero. Solo en China, el freno de la actividad económica de los últimos meses llevó a una disminución equivalente al 6% de las emisiones mundiales. Los expertos, moralmente confundidos, afirman: “parece que esta crisis sanitaria a largo plazo logrará salvar más vidas de las que está quitando”.

Quieren hacernos tragar la píldora de la emergencia —que para nosotrxs es la norma—, intentan separarnos, inyectarnos el miedo del individualista que prefería ahogar las penas en ofertas. Serán las redes de apoyo mutuo las que podrán responder a esta crisis de una forma que erradique para siempre el poder y la legitimidad de los administradores políticos y económicos del mercado, acabando con el modo de reproducción social que los hace necesarios.

Ahora que los escombros de la economía y la política crecen frente a nuestros ojos hasta el cielo, ahora que ha caído el decorado de la vida cotidiana y aterrizamos forzosamente en nuestra existencia para contemplar, ya sin posibilidades de distracción, el estado al que nos ha arrojado la inercia del dinero, se nos presenta una oportunidad única: o nos dejamos aplastar por la basura de una civilización arruinada o nos dejamos llevar por la vida que brota gratuita y profusamente allí donde se desnaturaliza, en los actos, las condiciones existenciales del empobrecimiento soportado en silencio.

La lucha por la liberación saca su fuerza no de la visión del futuro, sino de la visión del pasado. Y ese pasado que tenemos frente a nosotros apesta. Su pestilencia insensibilizó nuestros sentidos durante mucho tiempo. ¿No sería absurdo esperar que los zombies que nos arrojaron a este estado de putrefacción nos lancen un salvavidas?

Todo está por hacerse. Podemos construir en el reverso de las ruinas una vida guiada por la satisfacción inmediata de las necesidades humanas y, al hacerlo, recrear nuestros entornos sacrificados a la acumulación ciega de riqueza abstracta.

El despertar de octubre ha sido la lucha de un pueblo reavivada cada día por salir de este trance, de la pesadilla de lo que sucede y ha sucedido:

   No volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el problema.


EVADE CHILE, 
19 de Marzo de 2020




CORONAVIRUS: Reporte de Francia

Cuestionar el peligro del coronavirus es claramente absurdo. Por otra parte, ¿no es igual de absurdo que una perturbación del curso habitual de las enfermedades sea objeto de tal explotación emocional y despierte la arrogante incompetencia que una vez barrió la nube de Chernóbil de Francia? Por supuesto, sabemos con qué facilidad el espectro del apocalipsis sale de su caja para apoderarse del primer cataclismo que se produce, para retocar el imaginario del diluvio universal y para hundir la reja de la culpabilidad en el suelo estéril de Sodoma y Gomorra.

La maldición divina apoya útilmente al poder. Al menos hasta el terremoto de Lisboa de 1755, cuando el Marqués de Pombal, amigo de Voltaire, aprovechó el terremoto para masacrar a los jesuitas, reconstruir la ciudad según sus designios y liquidar alegremente a sus rivales políticos con juicios “proto-estalinistas”. No insultaremos a Pombal, por más odioso que sea, comparando su golpe dictatorial con las miserables medidas que el totalitarismo democrático aplica en todo el mundo por la epidemia de coronavirus.

¡Qué cínico es culpar de la propagación del flagelo a la deplorable insuficiencia de los recursos médicos desplegados! Durante decenios, el bien público se ha visto socavado, el sector hospitalario paga el precio de una política que favorece los intereses financieros a expensas de la salud de los ciudadanos. Siempre hay más dinero para los bancos y cada vez menos camas y cuidadores para los hospitales. Qué payasadas ocultarán por más tiempo que esta gestión catastrófica del catastrofismo es inherente al capitalismo financiero mundialmente dominante, y que hoy lucha mundialmente en nombre de la vida, del planeta y de las especies a salvar.

Sin caer en este resurgimiento del castigo divino que es la idea de que la Naturaleza se deshace del Hombre como de una sabandija inoportuna y dañina, no es inútil recordar que durante milenios la explotación de la naturaleza humana y de la naturaleza terrestre ha impuesto el dogma de la anti-physis, de la anti-naturaleza. El libro de Eric Postaire, Les épidémie du xxie siècle [Las epidemias del siglo xxi], publicado en 1997, confirma los desastrosos efectos de la persistente desnaturalización, que vengo denunciando desde hace décadas. Refiriéndose al drama de las “vacas locas” (predicho por Rudolf Steiner ya en 1920), el autor nos recuerda que además de estar indefensos frente a ciertas enfermedades, nos estamos dando cuenta de que el propio progreso científico puede causarlas. En su petición de un enfoque responsable de las epidemias y su tratamiento, incrimina aquello que el prefecto, Claude Gudin, llama la “filosofía de la caja registradora”. Hace la siguiente pregunta: “Si subordinamos la salud de la población a las leyes del lucro, hasta el punto de transformar a los animales herbívoros en carnívoros, ¿no corremos el riesgo de provocar catástrofes fatales para la Naturaleza y la Humanidad?”. Como sabemos, los gobiernos ya han respondido con un SÍ unánime. ¿Qué importa ya que el NO de los intereses financieros siga triunfando cínicamente?

¿Hizo falta el coronavirus para demostrar a los más estrechos de miras que la desnaturalización por razones de rentabilidad tiene consecuencias desastrosas para la salud universal, aquella que gestiona sin parar una Organización Mundial cuyas preciosas estadísticas compensan la desaparición de los hospitales públicos? Existe una clara correlación entre el coronavirus y el colapso del capitalismo global. Al mismo tiempo, parece no menos obvio que lo que encubre e inunda la epidemia de coronavirus es una plaga emocional, un miedo histérico, un pánico que a la vez oculta las deficiencias del tratamiento y perpetúa el mal asustando al paciente. Durante las grandes epidemias de plagas del pasado, la gente hacía penitencia y proclamaba su culpa flagelándose. ¿No les interesa a los administradores de la deshumanización mundial persuadir a la gente de que no hay forma de salir del miserable destino que se les está infligiendo? ¿Que todo lo que les queda es la flagelación de la servidumbre voluntaria? La formidable máquina mediática solo repite la vieja mentira del impenetrable e ineludible decreto celestial donde el dinero desquiciado ha suplantado a los sanguinarios y caprichosos dioses del pasado.

El desencadenamiento de la barbarie policial contra los manifestantes pacíficos ha demostrado ampliamente que la ley militar es lo único que funciona eficazmente. Ahora confina a mujeres, hombres y niños a la cuarentena. ¡Afuera, el ataúd, dentro la televisión, la ventana abierta a un mundo cerrado! Crea las condiciones capaces de agravar el malestar existencial apoyándose en las emociones desgastadas por la angustia, exacerbando la ceguera de la ira impotente.

Pero incluso la mentira da paso al colapso general. La cretinización estatal y populista ha llegado a sus límites. No puede negar que se está llevando a cabo un experimento. La desobediencia civil se está extendiendo y sueña con sociedades radicalmente nuevas porque son radicalmente humanas. La solidaridad libera de su piel de oveja individualista a los individuos que ya no tienen miedo de pensar por sí mismos.

El coronavirus se ha convertido en el signo revelador de la bancarrota del Estado. Al menos esto es un tema de reflexión para las víctimas del confinamiento forzado. Luego de la aparición de mis Modestes propositions aux grévistes [Modestas propuestas a los huelguistas], algunos amigos apuntaron a lo difícil que era recurrir al rechazo colectivo, que sugerí, de pagar impuestos, gravámenes, retenciones fiscales. Sin embargo, ahora la bancarrota comprobada del Estado-estafador es una prueba de la decadencia económica y social que vuelve absolutamente insolventes las pequeñas y medianas empresas, el comercio local, los ingresos modestos, los agricultores familiares e incluso las llamadas profesiones liberales. El colapso del Leviatán ha logrado convencernos más rápido que nuestras resoluciones para derribarlo.

El coronavirus lo ha hecho aún mejor. El cese de las nocividades productivistas ha reducido la contaminación mundial, evita a millones de personas una muerte programada, la naturaleza respira, los delfines vuelven a retozar en Cerdeña, los canales de Venecia, purificados del turismo de masas, vuelven a tener agua clara, la bolsa se derrumba. España resuelve nacionalizar los hospitales privados, como si redescubriera la seguridad social, como si el Estado recordara el Estado de bienestar que destruyó.

Nada puede darse por sentado, todo comienza. La utopía sigue arrastrándose a cuatro patas. Abandonemos a su inanidad celestial los miles de millones de billetes e ideas huecas que circulan sobre nuestras cabezas. Lo importante es “hacer nuestros propios negocios” dejando que la burbuja especuladora se desarme e implosione. ¡Cuidémonos de la falta de audacia y confianza en nosotros!

Nuestro presente no es el confinamiento que nos impone la supervivencia, es la apertura a todas las posibilidades. Es bajo el efecto del pánico que el Estado oligárquico se ve obligado a adoptar medidas que ayer mismo decretó imposibles. Es al llamado de la vida y de la tierra para ser restaurada al que queremos responder. La cuarentena es un tiempo de reflexión. El confinamiento no suprime la presencia de la calle, la reinventa. Déjenme pensar, cum grano salis, que la insurrección de la vida cotidiana tiene virtudes terapéuticas insospechadas.


Raoul Vaneigem
17 de marzo de 2020

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viernes, marzo 20, 2020

Chile al día 


¿Han escuchado a Flipper, interpretando “Sobrevivientes de la plaga”? Del álbum Gone Fishin´, de 1984.

¿O a Esplendor Geométrico con “Chile al día”? Incluido en Live in Utrecht, de 1989.

Entre la rebelión iniciada en octubre y la catástrofe global del coronavirus se me había olvidado completamente referir aquí dos artefactos musicales recientes:




Manual de Combate, “Mapas auténticos del mundo imaginario. Mapas imaginarios del mundo real”. Son los temas que la banda ha hecho desde que existe como cuarteto, o sea, enero/febrero de 2019, aunque hay que señalar que por sobre todo ese trabajo netamente instrumental, a posteriori fueron agregados textos en voces habladas y/o cantadas, y que le dan un contexto bien diferente a la existencia de los mismos temas tal como se expresa en ensayos y conciertos. Se grabó en un día en la sala de ensayó en casa Brasil, y se mezcló en Buenos Aires por Nahuel y se masterizó en Barcelona por el doctor Gomberoff. A veces lo escucho y me gusta caleta, y otras veces no tanto o casi nada, pero siempre es así cuando uno está involucrado en un artefacto músico-político-sensorial.


Además, un caset compartido con Siwomat, desde el continente europeo. El lado MDC consiste en el tema final de Mapas: Aparcoa, una especie de homenaje a Victor Jara y su conjunto, desde un lenguaje musical que no sabemos qué le hubiera parecido al homenajeado. En todo caso, VJ no tuvo problemas en incorporar a los Blops con su guitarra eléctrica, en una época en que la prensa de izquierda odiaba a los Jaivas por considerarlos unos jipis culiaos alienados y alienantes. A control de cuadros!
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No recuerdo si ya mencioné que salió durante febrero el segundo número del boletín de reflexiones sobre la revuelta Ya No hay Vuelta Atrás. Dos textos en esta ocasión: uno sobre el proletariado juvenil, y el principal, sobre la revolución que comienza.

Ambos fueron traducidos al inglés por:

Vean también su edición en inglés de los 11 comunicados de Evade Chile.



A Gustavo Rodríguez no le gustó mucho el N° 1. Pero lo leyó enterito junto a otro material que calificó de “Llamamientos y propuestas panfletarias” y lo criticó en la tercera (y última) Carta a un chileno, en estos términos [Lean las tres cartas, es un ejercicio algo extraño pero vale la pena (por cierto, no sabía que había una sección del GCI en Chile)]:

Justo desde este nuevo epítome, los leninistas extraparlamentarios han comenzado a impulsar las llamadas “asambleas territoriales” en un ensayo más por recuperar –en términos político-ideológicos– la (hasta ahora incontrolable) insurrección, ensayando un confuso guión con afinados matices demagogos que pone de manifiesto la poca recepción de su soflama entre las y los jóvenes protagonistas de la revuelta, evidenciando el nulo arraigo del marxismo leninismo en el nuevo no-sujeto subversivo (imposible de sujetar) que hoy incita a la insurrección a lo largo de la geografía chilena y, la urgente necesidad de camuflaje: la inmemorial estrategia del lobo disfrazado de abuelita asechando a Caperucita.

En este mismo tenor, reaparecieron en escena, los “marxistas revolucionarios”, autodenominados “comunistas internacionalistas”, aportando sus elucubraciones al groucho marxismo posmoderno. Y, como era de esperarse, no escatimaron a la hora de rechazar la  farsa constituyente y reafirmar su repudio a toda la pestilencia parlamentaria, denunciando, de paso, el histórico oportunismo de los bolcheviques chilenos. Sin embargo, corroboraron coincidencias en torno a las llamadas “asambleas territoriales” promoviendo su proliferación.

Con tal objetivo, pusieron en circulación un nuevo comic intitulado “Ya no hay vuelta atrás”[8], editado a la sazón por el Grupo Comunista Internacionalista (GCI), que no ha dejado de sorprenderme por el estratégico reacomodo semántico del discurso en su reiterado afán de reclutar incautos en tiendas anárquicas.

Vale señalar el superlativo cinismo con que ha sido redactado el panfleto en cuestión, donde además de reconocer que «la rebelión del 18/10 fue espontánea, popular, masiva y anárquica» llegan a admitir, sin aparentes cortapisas, que «en esta nueva oleada global de rebeliones contra el sistema de dominación las insurrecciones ya no tienen por horizonte una “conquista del poder” (como se entendía desde las revoluciones burguesas: mediante la captura del poder estatal), sino que son verdaderas “insurrecciones permanentes” que desafían al poder»[9].

[¡Waooo! ¿dónde quedaron las tesis de orientación programática y aquel anhelo de instaurar la Dictadura del proletariado para la abolición del trabajo asalariado? ¿acaso abandonaron el dogma de la religión fundada por el mayor de los hermanos Marx y abrazaron entusiastas el desparpajo iconoclasta de Bakunin? ]

Ya ni mencionar la fastuosidad con que remarcan las  diferencias entre «las revoluciones burguesas» y, «las verdaderas “insurrecciones permanentes”», echando mano de las teorizaciones contemporáneas del informalismo anárquico que tanto han criticado  durante la última década[10].

Pero, lo que más me asombró del nuevo panfletillo del GCI, fue la reconceptualización que hacen de la idea de “clase”, introduciendo la noción de «clase/especie»[11] en un intento desesperado –e increíblemente arbitrario– de subsumir dentro del concepto “proletariado” a toda la especie humana[12]. Aunque tampoco podemos soslayar el conveniente reajuste teórico que innovan en derredor de “la revolución social» como «una posibilidad para la humanidad de reconciliarse consigo misma, con los otros animales y con la naturaleza»[13], en guiño desvergonzado a los partidarios del Frente de Liberación Animal (ALF) y al anarco-ecologismo radical nucleado en derredor del Frente de Liberación de la Tierra (ELF); ambas posturas muy criticadas en el pasado por este grupo marxiano que atribuía una “visión ideologizada”, propia del “desviacionismo pequeñoburgués”, a estos colectivos en lucha por la Liberación total y contra la domesticación de lo salvaje.

Pese a la absoluta desfachatez de su nuevo discurso cazabobos, lo verdaderamente preocupante es la evidente concomitancia de todos los clanes de ascendencia marxiana en torno al desarrollo de las “asambleas territoriales” como vehículo eficaz para la resolución de problemas y tareas (de “orden práctico”) de cara al futuro comunizador:

«lo que tenemos claro es que las asambleas territoriales son órganos creados a partir del 18 de octubre por las comunidades en lucha. Nuestro lugar es ahí, donde tendremos que por una parte discutir abiertamente con quienes abrazan más o menos conscientemente posiciones institucionalistas y socialdemócratas, que se expresan hasta ahora en un sentir mayoritario a favor de un “proceso constituyente”.»

«Pero no se trata sólo de eso: el mayor potencial de las asambleas territoriales, en la medida que mantenga su autonomía, actuando desde afuera y contra el Estado, tiene que ver con cuestiones y tareas de orden práctico (auto-defensa, alimentación, comunicaciones, cuidado de niñxs y adultos mayores) que habría que empujar hacia sus límites para poder plantear a partir de ellas los objetivos comunizadores.»

«Las asambleas son el espacio desde el cuál pueden surgir nuevas formas de relación social, que superen y manden al basurero de la historia a las relaciones sociales capitalistas. Se hace necesario coordinarlas a todas.» [14]  (Subrayados míos).

Y ya que estoy encarrilado en esta reseña crítica de la producción panfletaria[15] en el ámbito de la insurrección en la región austral, lamento no poder incluir en este texto el análisis de los neoblanquistas. Me comentan –algunos enterados– que el folletín del Comité (Central) Invisible sobre los acontecimientos en Chile, aún se encuentra en preparación. Todavía no están listas las acostumbradas traducciones simultaneas. Así que habrá que esperarse; aunque no se requiere demasiado ingenio para vislumbrar el total apoyo a las “asambleas territoriales” por parte de los adalides invisibles en su avidez  “comunizadora”.


Notas:

[8]Grupo Comunista Internacionalista (GCI), Ya no hay vuelta atrás, Boletín de reflexiones en torno a la revuelta, Número 1, diciembre 2019.
[9] Ibídem.
[10] Vid., Proletarios Internacionalistas, Crítica de la ideología insurreccionalista,  Ediciones Comunidad de Lucha, 2012.
[11] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[12] Resultan insuficientes la incorporación y el auxilio teórico de categorías incluyentes que resuelvan las limitaciones y estrecheces de la visión marxista. Nos queda claro que el Poder y la dominación política son anteriores a la explotación económica en cualquiera de sus definiciones. Precisamente por eso, la guerra antiautoritaria, y no la de clases (es decir, la lucha permanente contra el Poder y la dominación), ha sido el motor de la historia. Esa es la tesis fundacional del anarquismo y el meollo de su cuerpo teórico-práctico, asumiendo la Anarquía como praxis de enfrentamiento permanente contra el Poder y no como expresión radical de la lucha de clases.
[13] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[14] Ibídem.
[15] A propósito de la producción panfletaria en la región chilena en derredor de la insurrección generalizada, no puedo pasar por alto otro baldón de pretendida manufactura “ácrata” que ha provocado (desde la primera página) todo mi asombro. Se trata de una butifarra a mitad de camino entre la literatura de ficción (las historietas de zombis) y el revoltijo ideológico de la nomenclatura “anarco-leninista” contemporánea. Este engendro, cargado de conspiraciones paranoicas en la misma tónica del Nostradamus bolivariano (senador Navarro), está firmado por los Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana y, definitivamente, requiere el concurso de nuestras modestas reflexiones pero, de momento, seguiremos debiéndonoslo por lo que queda pendiente un texto mucho más extenso con estas intenciones. Vid. “Sobre fantasmas insurreccionales y banderas falsas”, disponible en: //vozcomoarma.noblogs.org/files/2019/12/Fantasmas-Insurreccionales-Lectura.pdf (Consultado 11/02/20).

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ALBUMS DEL VIERNES POR LA MAÑANA:

-Nick Drake, Luna rosada
Lástima que usaron el tema Pink Moon para una propaganda de autos caros. Nick era excesivamente tímido y no conoció nada similar al "éxito” en su corta vida.

-My Bloody Valentine, No es nada
Opacada por al álbum Loveless que tanto se admira. Noise pop.

-Kraftwerk, Radioactividad
Impresionante cuando usan el tema de inicio dentro de la película “Ruleta china”, de Fassbinder.

-James Brown, Aquí está
Curiosamente, compré este disco tras peinar una disquería en un shopping en Montevideo, junto a Claudio Nash (íbamos junto a un tercer colega como monitores a un curso de Unicef). Él llevó un CD de Diana Krall.

James Brown chilla más áspero que un saxo tenor, y mi hijo lo imita a la perfección.

-Marine Girls, Lazy ways
Recordaba que en la saga post Young Marble Giants estaban las Marine Girls, y que algo tenían que ver con la chica que cantaba en Everything but the Girl.

Kurt Cobain anotó entre sus bandas y albums y canciones favoritas a las MG con In love/Lazy ways, y explorando en la web encontré ese excelente álbum de media hora…y buenos temas de EBTG hacia 1983 como “On my mind”. Hermosas y frágiles canciones de dormitorio para abrigar el alma. Es bueno escuchar a los Young Marble Giants y su breve pero monumental obra. También a las Marine Girls. Por supuesto que existe una Peel session. Esto es lo más extremadamente opuesto al rock pichulero.

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jueves, marzo 19, 2020

5 meses/Huelga Global contra el Virus-Capítal 


¿THIS IS THE END?


“Mi ala está pronta al vuelo. Retornar, lo haría con gusto, pues, fuera yo aún tiempo vivo mi suerte sería escasa”.
Gerhard Scholem, Saludo del Angelus.

Hay un cuadro de Klee que se títula Angelus Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.

(Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia, Tesis IX).


Gang of Four, Paralizado

Estado de excepción inmediato ante una revuelta popular el 18 de octubre de 2019. Lentitud y payasadas varias para enfrentar una crisis sanitaria, demorando semanas para decretar el estado de catástrofe. Gobierno de mierda, capitalismo de mierda en una crisis mortal con todos nosotrxs dentro de su edificio social global.

Lo cierto es que en Chile la rebelión continua de 5 meses ya llegó a su fin, al menos en la forma de revuelta callejera que había adoptado hasta ahora. Y terminó como empezó: los escolares luchando prácticamente solos en las calles, mientras la ciudadanía se aprestaba para ir a ejercer por enésima vez el acto de depositar votos en urnas. Hasta había “anarquistas por el apruebo”, que sería algo así como “ateos de misa dominical”.

Ayer me di cuenta de eso mientras paseaba al perro dando una vuelta de manzana, veía casi nadie en las calles, ya eran casi las 8 AM, y entre unas plantas de un patio que ya pronto se va a demoler para hacer otro edificio monstruoso de mierda pude ver esta enorme y hermosa y terrible revuelta en retrospectiva. Me acordé del librito de Dauvé/Barrot y me pregunté: ¿cuándo las insurrecciones mueren?

¿Es posible que se esconda y asome de nuevo? Sí, pero…¿Cuándo?

No hay que descartar una gran reactivación antes de que se acabe este año, pero...no veo bien como. Y de nuevo habrá militares en las calles, que ya botaron el rewe de Plaza Dignidad.

En resumen: creo que lo del 18/19 fue una verdadera insurrección. Se derrotó a la policía en todo el país, de manera más contundente que en abril de 1957. Se aterrorizó a la clase dominante por semanas. Tuvieron que poner militares en las calles, y ofrecernos un plebiscito hecho a imagen y semejanza del de 1988 pero con las posiciones positiva y negativa invertidas. La maniobra les resultó bastante bien.

Así y todo, es indudable que la insurrección de octubre generó una enorme ola de rebelión en todo el país, dejándolo a la vanguardia de la agitación global por un buen rato. Con un alto costo en muertxs, detenidxs, presxs, y heridxs.


Nico, El final

“En este punto, la estrategia de las autoridades no tiene como objetivo proteger a la gente del virus, sino controlar el ritmo al que se propaga para que no supere su infraestructura. Como en muchos otros aspectos de nuestras vidas, la gestión de crisis está a la orden del día. Nuestros gobernantes no tienen la intención de preservar las vidas de todos los afectados por el virus, ya han descartado la preocupación por los indigentes mucho antes de que comenzara esta crisis. Más bien, están decididos a mantener la estructura actual de la sociedad y su aparente legitimidad dentro de ella.
(…)
Este es el problema con lo que Michel Foucault llamó biopoder, en el que las mismas estructuras que sostienen nuestras vidas también las limitan. Cuando estos sistemas dejan de sostenernos, nos encontramos atrapados, dependiendo de lo que nos pone en peligro. A escala mundial, el cambio climático producido industrialmente ya ha hecho que esta situación sea muy familiar. Algunos incluso han planteado la hipótesis de que, al reducir la contaminación y los accidentes laborales, la desaceleración industrial que el virus ha provocado en China está salvando vidas además de eliminarlas.
(…)
En resumen, ha habido tres etapas, que podemos resumir de la siguiente manera. La primera etapa, ahora imposible de mantener, es ocultar el problema. La segunda etapa es el llamado “terrorismo mediático” que todavía está en progreso, vacilando y oscilando entre el pánico masivo y la calma ilusoria. En la tercera etapa, la actual, se imponen cambios dramáticos en la sociedad al amparo de una combinación de pánico y consenso social. Mientras tanto, se introducen decretos que tendrán un impacto considerable en nuestro futuro, negándonos el derecho a protestar, a la huelga, a reunirnos en nuestros propios términos”.





“El jefe de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo la semana pasada que aunque las autoridades de salud pública de todo el mundo tienen la capacidad de combatir con éxito la propagación del virus, a la organización le preocupa que en algunos países el nivel de compromiso político no se corresponda con el nivel de amenaza. "Esto no es un simulacro. No es el momento de rendirse. Este no es el momento de las excusas. Este es un momento para sacar todos los obstáculos. Los países han estado planeando escenarios como este durante décadas. Ahora es el momento de actuar según esos planes", dijo Tedros. "Esta epidemia puede ser empujada hacia atrás, pero sólo con un enfoque colectivo, coordinado e integral que involucre a toda la maquinaria del gobierno".

Cabría añadir que ese enfoque global debería ir mucho más allá de la maquinaria de los gobiernos individuales: debería abarcar la movilización local de personas fuera del control estatal, así como una coordinación y colaboración internacional sólida y eficiente”.


Patti Smith, Pascua

RECETA CASERA: papas chilotas al horno, con romero del patio del vecino de abajo.
Lavar las papas en agua fría, partir en mitades sin pelar y distribuir sobre una bandeja de horno en una sola capa, sin que se superpongan, rociar con aceite de oliva, vinagre de manzana, sal de mar, pimienta y romero fresco recién picado a gusto, revolver todos con una cuchara de madera o las manos limpias para impregnar de forma uniforme.
A horno precalentado, y esperar hasta que el cuchillo indique que están cocidas por dentro.
Creo que es segunda vez que se sube una receta a este sitio. La primera fue hacia 2003 y consistía en una receta para preparar leche canábica.

Malalche, El trauko.


Texto tomado del Facebook Omnia Sunt Communia:

FRENTE A LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
NUESTRAS VIDAS ANTES QUE SUS GANANCIAS


La crisis sanitaria actual producto de la propagación del coronavirus ha demostrado, nuevamente, que estamos frente a un Estado homicida que ha revelado su verdadera cara: ser la dictadura de la clase capitalista sobre el resto de la humanidad. Ni este gobierno, ni ningún otro que se eleve al poder del Estado, velará jamás por el bienestar común de las personas, mucho menos por la salud del proletariado. El gobierno de Chile ya hizo pública su decisión: no tomó y no tomará las medidas realmente necesarias de contención para resguardar el bienestar de la población en general, puesto que tales medidas implicarían una amenaza para que la clase capitalista siga acumulando ganancias. Su “negligencia” e “inoperancia” no es casual: han optado conscientemente por sacrificar a una fracción de la población, la más vulnerable y expuesta a la mortalidad del virus, lxs adultxs mayores pobres.

Ante esta situación extrema hacemos un llamado a quedarnos en nuestros hogares y negarnos a trabajar, realizando de facto una huelga general en todos los lugares que no sean imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas de la clase trabajadora, golpeando a los capitalistas donde más les duele. En medio de un clima de antagonismo social que azota nuestra región desde el 18 de octubre, no nos expondremos a salir a las calles a infectarnos con el virus, no por darle el gusto al Estado y a los intereses del capital, sino porque responsablemente anteponemos la integridad y la salud de nuestra clase frente a la real amenaza de esta pandemia.

En medio de este panorama agitamos las siguientes reivindicaciones inmediatas de carácter mínimo: cese total del trabajo productivo en las empresas que no sean vitales para la población, ningún despido producto de la emergencia, mantención de la totalidad del sueldo a todxs lxs trabajadorxs asalariadxs mientras dure la amenaza sanitaria, ingreso básico garantizado para todas las personas cesantes o que trabajen informalmente -cerca del 30% de la clase trabajadora- que satisfaga sus necesidades y las de sus familias, salud gratuita en todo recinto hospitalario público o privado, suspensión inmediata de todo pago de arriendo y cuentas básicas -luz, agua, etc.- mientras permanezca vigente la cuarentena, disposición inmediata y gratuita de todos los stock de medicamentos y elementos básicos que posean las farmacias para contener el Covid-19, así como también los fármacos esenciales para las personas que dependen de ellos para no morir.

Ya estamos hartos de la ansiedad y el terror que nos impone por la fuerza lo lógica inhumana del sistema capitalista. No seremos carne de cañón en sus recintos de explotación.

¡Nadie a trabajar: huelga general!
¡El virus más peligroso es el capitalismo!

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miércoles, marzo 18, 2020

LAS SIETE DIFERENCIAS: “PRIMERA LÍNEA” VERSUS “VANGUARDIA” 

                                                                  (Primera Línea en los cerros de Valparaíso)

1.- La “Primera Línea” no es una organización estable ni formal. Fue un fenómeno espontáneo que se produjo cuando cientos de personas se dieron cuenta de que había que ejercer la auto-defensa en contra de las arremetidas de las fuerzas represivas, muchas veces contrarias a sus propias regulaciones y protocolos, para de ese modo permitir el derecho de manifestación de cientos e incluso miles de personas. Esa ha sido y sigue siendo su única finalidad.

La autodenominada “Vanguardia” en cambio surgió cuatro meses después de la revuelta de octubre, como una organización explícitamente convocada por sectores de extrema derecha y filo-fascistas para combatir en las calles a la Primera Línea y a los antifascistas, pretendiendo a la vez dar protección ante posibles ataques a los manifestantes por la opción del Rechazo a una Nueva Constitución en el barrio alto. Su nombre surgió de una ficha de inscripción distribuida por el grupo Capitalismo Revolucionario, donde daba como alternativas para nombre “Vanguardia” o “Hawker Hunter”.

2.- Mientras la Primera Línea se organiza espontáneamente y lo que busca es contener los avances represivos de la policía, la Vanguardia es una organización estable, con líderes y financiamiento (vía donaciones), y lo que busca es organizarse para realizar incursiones y agredir a quienes identifique como posibles antagonistas (manifestantes por el Apruebo, “antifas”, periodistas que perciben como “progres”, etc.).

A pesar de los esfuerzos de la prensa oficial y varios sectores políticos para presentarla como una verdadera organización, para así poder criminalizar a sus “integrantes”, además de intentar vincularla con saqueos y otros delitos que no necesariamente están vinculados a su accionar, el fenómeno de la Primera Línea se ajusta mejor al concepto de Zona Temporalmente Autónoma, acuñado en su momento por el anarquista norteamericano Hakim Bey en 1991: una comunidad de lucha que se expresa en un territorio/tiempo en que se elude o evade el sistema de control social.

La Vanguardia en cambio es una simple patota, que en su accionar imita a grupos de ultraderecha de los años 70, y las “barridas” de los grupos neonazis.

3.- Incluso el Presidente de la Corte Suprema tuvo que declarar tras el show represivo de la detención de medio centenar de “integrantes” que: “El formar parte de la primera línea o integrar una primera línea no es un delito. Si los integrantes de la primera línea roban, saquean, destruyen... esos hechos sí son constitutivos de delito”. A pesar de eso, la Corte de Apelaciones de Santiago por 2 votos contra 1 decidió dejarlos en prisión preventiva, aunque los delitos imputados (desorden público y barricadas) no ameritan penas de cárcel efectiva.

Curiosamente, los integrantes de la Vanguardia se han dedicado a marchar encapuchados, con escudos, exhibiendo armas como bastones retráctiles, armas blancas, gas pimienta, además de banderas (incluyendo nazis y confederadas), lo cual de por sí ameritaría a lo menos controles de identidad del artículo 85 del Código Procesal Penal, y han agredido físicamente a quienes se manifiestan en contra suyo.

Al inicio la policía hizo la vista gorda, pero el sábado 7 de marzo fue más allá: dejó actuar y dió protección a esta patota, que se dedicó a propinar numerosas y cobardes golpizas contra personas solitarias, incluyendo al periodista Rafael Cavada, a quien le partieron la cabeza mientras le gritaban “¡habla ahora pos maricón!”.

Posteriormente se supo que la Vanguardia arma sus escudos y guarda sus pertrechos en una sede de la UDI en calle Bulnes 80, y los traslada al barrio alto los días sábado en camiones de Carabineros.

                                                                (Fascistas de la "Vanguardia" en Las Condes)

4.- A pesar de ciertos mitos y/o prejuicios que señalan que la Primera Línea se compone básicamente de sujetos marginales, y que en contrapartida a detractores ven pura y simple delincuencia algunos de sus admiradores han esgrimido e idealizado la imagen de niños del SENAME y otras víctimas del sistema, lo cierto es que no se trata de una sola línea sino que de varias [1], desde los escuderos y pirquineros hasta músicos y rescatistas, y además es un espacio en que confluyen hombres y mujeres de distintas edades, disidencia sexual, adolescentes e incluso niños. Además se mezclan ahí la juventud marginal y poblacional con estudiantes y profesionales, la diversidad sexual, distintas barras de fútbol, anarquistas y sectores de la extrema izquierda [2].

La Primera Línea existe en distintas ciudades, no sólo en Santiago, y en cada lugar su composición y formas de acción registran algunas variaciones importantes.

La Vanguardia en cambio parece ser una mezcla de juventud ABC 1 (“zorrones” neoliberales) con autodenominados “fachos pobres” (sujetos abiertamente desclasados), ultraderechistas venezolanos (¡ahí se suaviza el discurso antimigrante de la derecha chilena!). Es decir, se trata de una alianza entre quienes defienden abiertamente sus privilegios socio-económicos, con quienes proviniendo de sectores no privilegiados adhieren al anticomunismo visceral propio del pinochetismo tradicional y renovado.

Hasta ahora sólo se les ha visto marchando en las comunas de Vitacura, las Condes y Providencia.

5.-  Mientras la Primera Línea es un caos organizado, horizontal y rizomático, donde puede participar cualquiera que se anime a hacerlo, la Vanguardia tiene un sistema vertical de reclutamiento y afiliación, constituyendo de hecho un grupo con pretensiones para-policiales, que incluso sería posible encuadrar en las “milicias privadas” o “grupos de combate” que penaliza el artículo 4 de la Ley de Seguridad del Estado.

Basta con comparar los escudos autogestionados de la Primera Línea, cada uno con un diseño único, en que los se vuelca la creatividad individual y grupal de distintos sectores del pueblo en lucha, con la uniformidad oscura y aséptica de los escudos de la Vanguardia, todos iguales unos con otros y sin huella alguna de creatividad individual ni grupal.

6.- Mientras el conjunto de los manifestantes en Plaza Dignidad y en otros puntos del territorio valoran, apoyan y/o eventualmente hacen parte de su Primera Línea más cercana, la presencia de grupos de choque de extrema derecha en las manifestaciones del barrio alto ha causado críticas y rechazo incluso en los defensores de la Constitución pinochetista/guzmaniana.

Así es como Gonzalo de la Carrera manifestó a El Mercurio hace poco que marchas no se justifica la presencia de encapuchados en las marchas por el Rechazo, que no se requieren grupos de choque (dado que cuentan con la protección de Carabineros) y que desde la derecha no deberían incurrir en lo mismo que han criticado.

7.- En conclusión: la Primera Línea representa y ejerce una forma de “violencia fundadora”, basada en el derecho de rebelión y que apunta a una forma distinta de organizarse y accionar política y socialmente. En ese sentido su organización informal y horizontal prefigura el tipo de sociedad liberada a la que apuntan los distintos movimientos emancipatorios.

La vanguardia de la retaguardia es pura “violencia conservadora”, una de las últimas línea de defensa del orden capitalista neoliberal existente (detrás de la prensa oficial, policías y militares). Constituyen una muestra palpable de la curiosa amalgama que es el “fascismo neoliberal”.




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