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jueves, junio 18, 2020

César Olea, el Huevo. RIP. 




Recuerdo muy bien el día en que estábamos en la pieza de Lautaro antes de un ensayo, cuando de repente Cristián Olea sacó el demo de Enfermos Terminales, que acababa de llegar a sus manos, y lo escuchamos como dos veces seguidas. Creo que fue en 1996. Nos sorprendió que hubiera una banda así de sincera y corrosiva, totalmente alejada de los clichés del NYHC y otras modas de esa época, y de inmediato quisimos conocerlos  y tocar con ellos. Olea incluso redactó un elogioso comentario del demo para la Corazón de Chancho.

Los llamé por teléfono para invitarlos a tocar en el Taller Sol (ubicado entonces en Agustinas con Brasil), y ahí hable por primera vez con el Huevo. Quedó todo listo, y me tocó hacer el afiche. Cuando estaba en eso, de repente me di cuenta de que la tocata, que era un domingo, coincidía con un importante partido de la selección chilena. Entonces lo llamé de nuevo, y se dio más o menos el siguiente diálogo:

-Oye, estoy preocupado porque hay un partido de Chile a la misma hora de la tocata.
-¿Y de qué te preocupai? ¿O acaso te interesa verlo?
-No, para nada. Pero me temo que vaya poca gente por culpa del partido.
-Si alguien no va porque prefiere ver el partido, ¡mejor pos! Menos ahueonaos en la tocata.

Le encontré toda la razón, e hice al afiche agregando en una parte a una chica de manga diciendo: “Ni ahí con el partido”.

La tocata salió muy bien. Enfermos en esos años eran Patán en voz, Huevo en guitarra, su hermano Canito en batería, y el famoso punk rocker Francois en bajo. Francois era lo más extraño de la formación, porque de alguna manera su bajo iba como más lento que el resto de la música, generando un efecto de caos semicontrolado que recordaba un poco las grabaciones en vivo de los Germs.

Entre un tema y otro recuerdo a patán diciendo: “pierde Chile, 3-0”.

Seguimos tocando hartas veces juntos, y armamos el caset compartido “Vamos bien, mañana mejor”, donde ambas bandas, cada una en su propio estilo, repasábamos las principales críticas al soporífero orden social de la segunda mitad de los 90. En un momento el cuartel de los ET en la casa familiar de Patán era un centro contracultural por el que todos orbitábamos, y el Huevo siempre estaba ahí riendo y hablando del punk rock con un nivel de conocimiento experto.

Ya en el nuevo milenio, por ahí por los años 2000/2001,  me integré a ET en bajo. La formación había sufrido numerosos cambios, siendo Patán y Huevo los pilares estables. Yo conocía bien su repertorio, y en unos pocos ensayos el Huevo se encargó de enseñarme desde su guitarra como eran las distintas partes de cada tema, quedando en condiciones de tocar con ellos en su incesante actividad que incluyó un par de minigiras a Chillán y Arica.

Nunca olvidaré que en el viaje nocturno a Chillán el asistente del bus nos quitó y retuvo una caja de vino, devolviéndola al arribar al terminal. Pero no fue obstáculo para ir cagados de la risa dando jugo, y la nota dominante del caos era él por supuesto, que transitaba por el pasillo escuchando en su walkman el disco de las ranas sudamericanas de Peter and the Test Tube Babies. Los sonidos de la guitarra de “The Jinx” se escapaban de los audífonos y Huevo gritaba: “¡Peter and the Test Tube Babies….esta es la verdad!!!!”. Llegamos a Chillán, y en su casa el Jose A. nos esperaba con un desayuno de campeones: marraquetas, palta, y varios litros de Escudo heladita.

Durante la tocata ocurrió lo que ahora me parece más gracioso. Dado que no había amplificadores, había que conectar bajo y guitarra directo a la mesa. Sin ser un fetichista del sonido, la opción no me acomodaba nada, y entonces apareció un viejo amigo de Cristián Olea (con quien estábamos totalmente distanciados en esos años) y fue a su casa a buscar un ampli de bajo [Por cierto, había una dupla Olea/Cortés en ET y otra en DM!]. Al verlo el Huevo decía que era mejor usarlo para la guitarra, porque “el sonido de Enfermos es así, corrosivo”. Me negué totalmente a su propuesta, probamos sonido, y salí al patio a fumar algo. Al rato me llegan a buscar para tocar, así que llego justo a tiempo para agarrar las cuatro cuerdas y tocar…Al final del primer tema quise re-regular un poco las perillas pero me di cuenta de que no había ampli, que estaba conectado en línea a la mesa. Miro al otro extremo del local al Huevo, que estaba feliz tocando la guitarra con el ampli de bajo y me gritaba: “corrosivo, corrosivo”. Lo odié un poco, tal como sé que a veces él me odió a mí (por ejemplo una vez que en Serrano 444 anuncié el nuevo tema “Váyanse a la mierda” con una dedicatoria a varias bandas machocore, que después nos tenían amenazados y por supuesto nunca nos pasó nada), pero esos enojos se nos pasaban altiro en torno a conversación, música y unas cervezas.

Pese a que a veces lo seguí viendo en tocatas tras mi breve pero intenso paso por ET, no fue sino hasta el retorno de Disturbio Menor en el 2018 (que por cierto fue idea de Patán) cuando volví a convivir con él digamos “on the road”. El viaje a Puerto Montt y Chillán fue memorable, y ya escribí sobre eso por si lo quieren revisar. Y después, recuerdo bien la tocata de Ignorantes en Hangar Subterráneo un domingo de verano, donde el Huevo tuvo la gentileza de alojarlos en su casa, y aún recuerdo cuando luego de la tocata estaba algo complicado porque el séquito de los de San Pedro de la Paz era bastante numeroso y parecía poco probable que cupieran en su hogar. Pero apañó igual y luego me dijo que lo pasaron la raja. Me imagino ese carrete y todavía me dan ganas de ir.

Conozco a unos cuantos amigos que conocieron al Huevo viéndolo en tocatas de la sala Lautaro hacia 1989/1990, con DTH (Death to Humanity…¿pioneros del ecoextremismo/humanx plaga? jaja). Dicen que era impactante verlo cantando en escena con gran violencia acústica y visual. También tocó guitarra en los Políticos Muertos, a quienes la muerte ya les había arrebatado hace unos cuantos años al guitarrista Cabro Perro (RIP amigo…te ví pocas veces pero siempre en buenos contextos y en una época en que yo era bastante paranoide dada la relativa abundancia de críticos y enemigos siempre me trataste muy bien).

Hace tiempo que empiezan a morir los viejos próceres del hardcore punk. El movimiento ya envejeció, y nosotros con él.

El virus chino ataca de cerca y todavía faltan tres días para principiar el invierno.

Huevito se suma ahora a los que ya no están acá, y quiero creer que el punk rock nos hace inmortales y que hay una dimensión del espacio/tiempo en que estaremos siempre todos juntos aportando nuestra cuota de vida a través del ruido de acoples y apocalípticos riffs de esos que te hacen cabecear desde adentro, desde las profundidades del alma.

Guardaré para siempre el “Doble Platino” de Kiss en vinilo que una vez me “regalaste”, al escuchar una triste historia que conté sobre el terremoto del 85. Y nunca olvidaré que una vez que estuve bien deprimido por penas de amor fuiste a acompañarme a mi pequeño departamento por una semana completa. Qué tiempos aquellos, y qué lejanos parecen ahora.

Te recordaré en cada momento en que tenga que recordarme a mí mismo qué es el punk rock y por qué es algo que transforma nuestras vidas.

Un abrazo coleguita, y recuerda que nos faltó tomarnos una Pilsen más. Yace tranquilo que muchos seguiremos oyendo tu risa estrepitosa y tu ataque corrosivo sobre las seis cuerdas, sin parar, hasta siempre, 1-2-3-4!

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domingo, junio 14, 2020

Anarcocapitalistas y fachos "libertarios"/Anarchy for Sale 

-Dead Kennedys, "@narquía en venta". 
-Conflict, "Convirtiendo la rebelión en dinero".


LA NUEVA DERECHA CHILENA: SOBRE “ANARCOCAPITALISTAS” Y PINOCHETISTAS “LIBERTARIOS”.

No cabe duda de que el espectro político en lo que va del siglo XXI se ha diversificado bastante en comparación al “mapa” que teníamos en la cabeza en la segunda mitad del siglo pasado, cuando en plena Guerra Fría las opciones parecían reducirse en la derecha a “fachos” y “momios”, en la izquierda a “amarillos” y “ultrones”, y en el centro a una Democracia Cristiana tensionada entre su ala derecha (“guatones”) e izquierda (“chascones”).

La posmodernidad, la política de las identidades y el Nuevo Orden Mundial han agregado muchas más opciones, y mucha gente ya no se siente identificada con la dicotomía derecha/izquierda que nos ha acompañado desde la Asamblea Nacional francesa de 1789. Así, las tradicionales dicotomías asociadas (conservadurismo/progresismo y burguesía/proletariado) si bien conservan algo de su sentido original, parecen parcialmente superadas en un mundo donde  es posible desde la extrema izquierda criticar la noción de progreso como propiamente capitalista (desde Walter Benjamin a los “antidesarrollistas”), y donde muchos entienden que el género y la etnia, o el nacionalismo versus el “globalismo”, son más importantes que las tradicionales adscripciones de clase surgidas en el siglo XIX.

En la marea de información de las redes llama la atención la proliferación de expresiones de la Nueva Derecha chilena, que van más allá de los grupos de choque que se armaron como “Vanguardia” del Rechazo, dos de cuyos líderes van a ser formalizados por lesiones durante el mes de julio (y no nos hagamos ilusiones: es muy improbable que la Fiscalía pida y el tribunal decrete prisión preventiva. En cambio, si fueran mapuche o anarquistas de seguro se les imputaría además por asociación ilícita, Ley de Seguridad del Estado y/o Ley Antiterrorista, enviándolos a Santiago 1 o la Cárcel de Alta Seguridad).

Varios neoderechistas se califican a sí mismos de “libertarios”, y suelen usar la bandera de Gadsden: una serpiente cascabel junto al lema “Don´t tread on me” (o: “no pases sobre mí”), que data de la Guerra de Independencia de EE.UU. y es usada como símbolo de quienes defienden el libre mercado oponiéndose a una intervención excesiva del Estado.

Existe incluso una organización política en proceso de formación, el “Partido Libertario”, que usa banderas negro-amarillas, y que a fines del año pasado trajo a Chile al que parece ser su principal referente intelectual, el economista argentino Javier Milei. El amarillo simboliza acá el oro y el libre mercado, y suele usarse colocado en diagonal junto al color negro, imitando así el rojinegro del anarcosindicalismo.

Hasta antes del surgimiento de estas corrientes también llamadas “liberal-libertarias” la expresión del francés “libertaire” era entendida casi como sinónimo de “anarquista”. Desde fines del siglo XIX fue usual hablar de “socialismo libertario”, para deslindarlo de la dura criminalización de los anarquistas en la época de la “propaganda por la acción”, además de dejar en claro que era una expresión política del movimiento obrero en su lucha contra el capitalismo, pero diferenciándose del socialistas “autoritario”.

El anarquismo clásico fue la extrema izquierda del movimiento obrero y socialista, y los únicos que desafiaban esa identificación eran los anarquistas de la corriente individualista. Pero el concepto “anarkhia”, usado por primera vez por Homero en La Ilíada para designar el momento en que un ejército se queda sin jefe, es en efecto mucho más amplio que el que le da el anarquismo de los siglos XIX y XX, y ciertamente que podría incluir dentro de su frondoso árbol a otras formas incatalogables de disidencia radical, en la medida que compartan al menos una cierta voluntad “anti-autoritaria” (en la que muchos incluyen, por ejemplo, a Thoreau, Godwin, Tolstoi, el músico John Cage y el científico Paul Feyerabend).

Mediante el uso difuso de la expresión “anarco” el componente político de la posición anarquista se difumina o pierde completamente, siendo posible encontrar desde series como “Sons of Anarchy” y el uso publicitario masivo del símbolo de la A circulada (diseñado por anarquistas ibéricos a fines de los años 60), a anarquismos meramente estéticos o de “estilo de vida”,  híbridos anarco-izquierdistas, anarco-misticismos e incluso el llamado anarcocapitalismo. No olvidemos que al vaciar completamente de contenido la expresión es posible escuchar cosas como la que afirma uno de los protagonistas de Saló (1975), la última película de Pasolini: “Nosotros los fascistas somos los verdaderos anarquistas” (1).

El mencionado Javier Milei, entusiasta de la escuela austríaca de Economía, en entrevista con Matías del Río dice que se considera filosófica y conceptualmente “anarcocapitalista”, pues cree que merecemos “un mundo sin Estado”, pero que entiende que “el mundo por el momento tiene restricciones” y por eso es “minarquista”: partidario del Estado mínimo, que para lo único que sirve es para brindar seguridad y justicia, aunque incluso eso podría ser privatizado (2).    


  
“+ MERCADO / - ESTADO” y “+ HAYEK / - KEYNES” son consignas que se vieron hace un par de años diversas partes del centro de Santiago, firmadas por Capitalismo Revolucionario, que también usa el negro/amarillo y está contra los impuestos por ser un “robo” (desviación reaccionaria de la famosa afirmación proudhoniana de que “la propiedad es un robo”).

En su libro “El anarquismo” (2013) Éduard Jourdain aborda la existencia de autores que cabe calificar como anarquistas de derecha(entre ellos: Louis-Ferdinand Céline y León Bloy), caracterizados por un pesimismo con respecto a la sociedad y la naturaleza humana, de la mano con un cierto desprecio de la democracia y del parlamentarismo, de las masas, de los intelectuales y del conformismo”. Su “anarquismo” sería “anticonformista con respecto a los bienpensantes, cultor de una forma de aristocratismo individualista, entre el Único de Stirner y el Yo de Barrés”.

Otra cosa sería para Jourdain el anarcocapitalismo, noción que “remite a la unión de una ausencia de Estado (que reúne aquí los deseos de los anarquistas socialistas’) y del capitalismo (aquí en contradicción con la tesis de esos últimos). Entre sus precursores estaría Gustave de Molinari (1819-1912), quien afirma que toda intervención del gobierno es nefasta y que todo puede ser privatizado (justicia, policía, etc.), en la medida que solo el individuo puede ser dueño de su propia persona, y el jurista norteamericano Lysander Spooner (1808-1887), que demostraba la dimensión ilegal y  criminal del Estado. En esta línea parece insertarse al antropólogo Pablo Ortúzar, ex militante del Frente de Estudiantes Libertarios (hoy Izquierda Libertaria, integrante del Frente Amplio) reconvertido en “pensador” de la nueva derecha, que ha señalado que “de su militancia en el anarquismo, solo conserva la desconfianza en el rol del Estado” (3).

Por su parte, Noam Chomsky en “Razones para la anarquía” (2013) dice que el libertarismoconstituye una aberración que es lógico que nadie se la tome muy en serio, pues mientras en la tradición libertaria europea “todo anarquista era necesariamente socialista, este libertarismo no es más que un capitalismo desbocado, posición que obviamente no sería anarquista, dado que en un capitalismo desenfrenado existen toda clase de autoridades: es un sistema extremadamente autoritario”.

Lo curioso es que el joven presentador del libro de Chomsky, Nathan Schneider, reivindica a esos libertarianos de derechacomo “primos lejanos” del anarquismo, admira la “vitalidad” que demuestran sus jóvenes en las campañas presidenciales de Ron Paul (4), e incluso se lamenta de que a pesar de participar al inicio del movimiento Ocupa Wall Street (llamando a asediar el edificio de la Reserva Federal) finalmente se hayan apartado, puesto que a su modo de ver la izquierda anarcocuriosa” podría aprender muchas cosas de ellos e incuso vislumbra la posible fusión a futuro en otra clase libertarismo que “valga la pena”.

De todos modos, si revisamos la página del Libertarian Party de Estados Unidos (fundado en 1971 y que ahora con 400.000 afiliados es el tercer partido del país) parecen bastante diferentes a los “fachos libertarios” que han surgido en Chile, en una curiosa mezcla de Milton Friedman, Pinochet y Axel Kaiser. En efecto, mientras nuestros libertarios de derecha son “neoliberales” en economía y en política suelen ser simples partidarios de la “ley y orden” y el Estado policial, el Partido gringo está a favor de los vaporizadores de marihuana y la “legalización de todo” (5).

A la vez que reivindican eliminar la seguridad social y el salario mínimo, criticaron abiertamente las medidas represivas adoptadas por Trump como respuesta a la revuelta ocasionada por el asesinato de George Floyd (6). Y es que el “libertarianismo” desarrollado a partir de los 60 en ese país, con Murray Rothbard entre sus cabezas visibles, no se ajustaba muy bien al esquema clásico de derecha/izquierda, pues absorbió en gran medida el ambiente contracultural de esos años, relacionándose con la Nueva Izquierda y oponiéndose a la guerra en Vietnam, al punto que la escritora Ayn Rand los catalogaba como “hippies de derecha”. En un sentido diferente a Chomsky, esta influyente filósofa del individualismo capitalista también los consideraba una aberración “monstruosa y repugnante”, pues  “intentan atrapar a los más jóvenes o más descuidados de mis lectores al afirmar simultáneamente que son seguidores de mi filosofía y defensores del anarquismo” (7).

En cambio el Partido Libertario chileno -que para estos días anuncia una Conferencia Internacional con libertarios de 10 países- aunque  se define grandilocuentemente como “un movimiento de matriz liberal-libertaria, compuesto por vertientes liberales clásicas, minarquistas y paleolibertarias”, está claramente ubicado a la derecha de Chile Vamos, diferenciándose  de “ la centroderecha y derecha en particular, heredera directa del modelo de desarrollo exitoso del que hoy Chile aún disfruta y que ejerciendo un rol de autoridad respecto a un cierto sector de la población”, a la que reprochan “su absoluta anorexia de voluntad e intelección” pues “irresponsablemente levanta las banderas de las izquierdas, fijando sus preocupaciones en asuntos electorales, sin contar con una mirada ni con un discurso de trascendencia ideológica respecto al devenir de nuestro país, dejando de lado la batalla ideológica” (8).

Cabe destacar que el interés de la Nueva Derecha por la “batalla cultural” se condice con la obsesión gramsciana de Pinochet a partir de los 80, que llegó a organizar seminarios sobre el pensador comunista italiano.

El grupo se entiende como respuesta de derecha al Frente Amplio. Además de Milei, a quien consideran su “maestro”, admiran a Fernando Villegas y al neonazi Alexis López, quien participa de sus escuelas de formación. Apoyan la opción Rechazo en el plebiscito por una nueva Constitución, rivalizando en ese ambiente con los sectores más violentos como Capitalismo Revolucionario/Vanguardia. En su momento convocaron a marchar desde Paseo Bulnes a El Golf, posando en la estatua ecuestre de Baquedano antes que Piñera, antes de ser correteados de ahí por jóvenes de la Primera Línea.

Su sección juvenil (aunque nadie en las fotos parece muy mayor) se denomina “Juventudes Libertarias”, ¡al igual que la emblemática organización juvenil del anarquismo español! (9) Su propaganda no se distingue de la del derechista promedio, criticando al estallido social, “progres”, “zurdos” y “la servidumbre feminista”, mientras apoyan entusiastas la represión policial como un pinochetista más.

En definitiva, se trata de posiciones extremistas neoliberales, que en Chile pretenden pasar por novedosas para atraer adherentes no interpelados por la derecha tradicional. A diferencia de su supuesto símil gringo, se amalgaman sin mayor problema con el fascismo tradicional-autoritario que se expresa en el Rechazo, aunque se diferencian de la “tercera posición” de los Social Patriotas y Chile Digno, a los que me referí en una columna anterior (10).

Su seudoanarquismo (o “minarquismo”) enlaza con lo que el mismísimo Bakunin dijo en “Dios y el Estado”: que la burguesía, “esa clase tan numerosa  y tan respetable no exigiría nada mejor que se le concediese el derecho o, más bien, el privilegio de la más completa anarquía; toda su economía social, la base real de su existencia política, no tiene otra ley, como es sabido que esa anarquía expresada en estas palabras tan célebres: Laissez faire et laissez passer’. Pero no quiere ese anarquía más que para sí misma y sólo a condición de que las masas, ´demasiado ignorantes para disfrutarla sin abusar, queden sometidas a la más severa disciplina del Estado”.

NOTAS:


1 En base a la cual Rodrigo Karmy se ha referido a Donald Trump como “verdadero anarquista”, especie horrible y concentrada de “Ubú rey” posmoderno: http://www.eldesconcierto.cl/2017/04/09/siria-trumpista-donald-trump-como-verdadero-anarquista/
Prominente “libertario” que luego derivó a posiciones republicanas neoconservadoras. De su lema de campaña “rEVOLution” (evol: love, amor) Capitalismo rEVOLucionario imita el destacado de las mismas palabras, demostrando así bastante gringofilia y poca originalidad.
5 Según dice una chapita que venden por 1 dólar, junto a otras como “Limited Government/Infinite Freedom” y “Guns save lives”.
7 “Brief Summary,” The Objectivist, Vol. 10, Sep. 1971. Cabe destacar que Rand es una de las referencias favoritas de gente como Teresa Marinovic.
10 https://www.eldesconcierto.cl/2020/02/26/nueva-derecha-neofascismos-y-violencia-callejera/. Por cierto, Chile Digno (grupo fundado por el ex diputado RN Gaspar Rivas, que luego se pasó al Movimiento Social Patriota) reaccionó publicando  https://www.chiledigno.cl/post/el-desconcierto-y-su-anti-chile-digno, donde se quejan de haber sido considerados fascistas y/o pinochetistas, aclaran que consideran a la derecha como “vendepatrias”, y dicen apoyar al feminismo y la Primera Línea. Por cierto que en mi columna hacía una distinción con los nuevos grupos de ultraderecha, señalando a este grupo y al MSP como ejemplos clásicos de “tercera posición”. Entiendo que ninguno de estos dos grupos no apoya la opción Rechazo.



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viernes, junio 12, 2020

"Ya es hora de que caigan con estruendo los ídolos de barro" 

Eso nos decía hace un siglo José Domingo Gómez Rojas, fue replicado en la portada de Comunismo Difuso N° 1 hace una década, y ahora está ocurriendo en varias partes del mundo.

“Sea lo que fuere, los lugares no se yuxtaponen solamente en el espacio social en contraste con lo que sucede en el espacio-naturaleza. Se intercalan, se combinan, se superponen y a veces colisionan” (Henri Lefebvre, La producción del espacio).





Boston y Miami
Una estatua de Cristóbal Colón fue decapitada en la noche del martes en Boston, última víctima del movimiento que exige la retirada de estatuas que consideran que simbolizan el racismo, reactivado por las manifestaciones tras la muerte de George Floyd.

Otra estatua de Colón fue vandalizada en el centro de Miami, cubierta con pintura roja y mensajes que decían “Nuestras calles”, “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan) y “George Floyd”, antes de que la policía hiciera varios arrestos, según el periódico Miami Herald.

Además, haciéndose eco de las protestas, la presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos, Nancy Pelosi, exigió que se retiren del Capitolio once estatuas de confederados que se oponían al fin de la esclavitud, en un momento de intenso debate tras la muerte a manos de la policía de un ciudadano negro.

(Infobae, Furia contra estatuas de Colón: manifestantes decapitaron un monumento del navegante en Boston y vandalizaron otro en Miami, 11 de junio de 2020).


Nueva York
La Policía de Nueva York tenía este jueves desplegado un operativo para vigilar la icónica estatua de Cristóbal Colón que preside la rotonda conocida como Columbus Circle, en una zona comercial de Manhattan colindante con Central Park, tras los ataques a otros monumentos en EE.UU. con motivo de las manifestaciones antirracistas.

Tras las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis, algunos manifestantes en distintos puntos del país norteamericano están derribando o vandalizando estatuas polémicas, sobre todo de líderes confederados que apoyaban la esclavitud. No obstante, los ataques también se están haciendo extensivos a las estatuas de Cristóbal Colón y otros exploradores, en solidaridad con los pueblos indígenas y a medida que el foco sobre la injusticia racial que han propiciado las protestas nacionales por la muerte de Floyd incluye a otras minorías. A ese respecto, el gobernador del estado, Andrew Cuomo, de ancestros italianos, afirmó hoy en una rueda de prensa "entender los sentimientos contra Colón y respecto a algunos de sus actos", si bien defendió que la estatua del explorador "representa el legado y la contribución de los italoamericanos" al país, al ser preguntado por la ola de vandalismo contra su figura.

(EFE/Emol, Policía de Nueva York vigila estatua de Cristóbal Colón tras ataques en otras ciudades, 11 de junio de 2020).


No veía columnas de Karmy en El Desconcierto hace tiempo, y en cambio ví hasta del senador Huenchumilla (a quien una vez e pasé una copia de "Estruendo"). Y así me tope con el nuevo medio La voz de los que sobran. Va una columna de hoy:

6 TESIS DESTITUYENTES
Rodrigo Karmy Bolton
A Gonzalo Díaz Letelier

1.- Aceleración. La irrupción del coronavirus no ha sido el punto de partida de un cambio sustantivo, pero tampoco una permanencia incólume del estado de cosas precedente, sino  un movimiento de aceleración de las tendencias inmanentes a las propias sociedades de control. En el siglo XXI la aceleración actúa en base a dos momentos de shock: el primero, desatado el 11 de septiembre de 2001 con el atentado a las Torres Gemelas; el segundo desplegado desde el 11 de marzo de 2020 cuando la OMS declara al coronavirus una pandemia. El primero aceleró la mutación de los dispositivos securitarios apegados a la “seguridad nacional” de los EEUU –la policía del mundo- y la implantación de los estados de excepción en la forma de intervenciones y presiones fácticas a nivel global; el segundo, aceleró la mutación de los dispositivos bioseguridad apegados a la episteme biomédica y la implantación global de los estados de excepción en la forma de cuarentenas. La aceleración empuja la transformación del proyecto metafísico de la cibernética (proyecto milenario orientado al gobierno de los cuerpos) cuya última forma se cristaliza en la actual totalización prodigada por la racionalidad neoliberal.

2.- Guerra civil global: la aceleración mencionada desencadena la guerra civil global en la que el enemigo resulta “invisible” porque habita el interior del cuerpo estatal o el cuerpo biológico: del cuerpo estatal se dice “terrorista” y pone en juego la trama securitaria; del cuerpo biológico se dice “virus” y pone en juego la trama biomédica. Ni el terrorismo ni la epidemia tienen un territorio preciso ni un horario particular: circulan en un espacio global y en un tiempo absolutamente simultáneos. Con ello, no hay “afuera” pues sea el terrorista o el virus hacen de los cualquiera una potencial amenaza. Esta última no se encuentra “fuera” de los cuerpos (estatales o biológicos), sino “dentro” de los mismos, estallándolos desde su propio interior y prodigando así un gobierno “intensivo” o “capilar” sobre los cuerpos. Se trata de una re-balcanización (Mbembe) o de una guerra civil planetaria (Agamben) desplegada en una mirada de conflictos polidimensionales (Galli) que estallan por doquier. 

3.- El Globo no es Mundo: asistimos a una desmundanización del mundo y a una globalización planetaria. Si en el mundo advienen otros, hay superficie rugosa y la luminosidad es siempre opaca, en el globo no hay más otros, toda superficie es lisa y la luminosidad redunda siempre transparente. La aceleración del proyecto metafísico de la cibernética intenta imponer al globo sobre el mundo situando la cuestión más grave y decisiva de todas: la destrucción de la posibilidad de habitar de una vida singular o, si se quiere, de la vida ética.

4.- An-arquía. El conjunto de intifadas (revueltas) a las que asistimos a nivel planetario han suspendido el tiempo histórico deteniendo así la velocidad de la aceleración cibernética. Exigen poner la intensidad de la vida antes que la del capital y sustraer sus ritmos de los signos del poder. Pero poner la vida antes que el capital no puede traducirse en una política progresista neoliberal que restituya el humanismo ingenuo que administre la maquinaria de guerra eficazmente acelerada por el fascismo neoliberal actual. Progresismo y fascismo son dos rostros del proyecto cibernético al que no podemos sucumbir. Las revueltas han ofrecido imaginación como aquella fuerza que posibilita devenir otros de sí. Frecuentemente son incomprendidas por el orden que las acusa de nihilismo y sin sentido. Pero eso es porque la fiesta de la imaginación popular irrumpe irreductible al régimen cibernético que las había apresado: si en su aceleración, este último nos priva de toda posible temporalidad; en su violencia, la revuelta abraza un momento destituyente que, al suspender la aceleración, regala a la multitud un tiempo “ahora” no medible por las agujas del reloj ofreciendo así, la an-arquía de un comienzo.

5.- Destitución. La Constitución de 1980 fue la cristalización legal del proyecto metafísico de la cibernética que transmutó desde la teología política nacional-católica hacia la teología política neoliberal para hacerse más eficaz en el gobierno de los cuerpos e impedir la explosión de imaginación. En sentido estricto, dicha Constitución es la inversión de la Filosofía del Derecho de Hegel, pues, como plantea su “artículo 1”, no pone al Estado como motor de la historia, sino a la “familia” y a la “sociedad”. Al hacerlo así, esta Constitución golpea ideológica y estratégicamente al marxismo soviético (que justamente había pretendido invertir a Hegel) y, a diferencia de la Constitución de 1925 que, a través de la idea de “desarrollo”, tenía la tendencia mínima de estatizar la economía, la nueva Constitución, bajo la idea de “crecimiento”, termina por economizar al Estado renovando así, las técnicas pastorales de la cibernética, ahora, bajo la rúbrica neoliberal. El 18 de  Octubre irrumpió como un virus en el cuerpo de dicha Constitución y la destituyó completamente, volviéndola vigente pero sin significado.

6.- Forma de vida. La potencia destituyente abrió a un proceso inédito en los últimos 50   años, pero como revuelta, ella se mantiene –y se mantendrá- irreductible a las posibles formas de traducción cursadas, permaneciendo como un guardián frente a nuevas formas de hegemonía posibles o, en su defecto, a la renovación del Pacto Oligárquico en un nuevo texto constitucional. La revuelta ha sido un modo de habitar el mundo devastado en el globo impuesto por la Constitución de 1980 que, de manera abyecta y transfigurada (tal como pensaba Al Farabi respecto de la profecía), no reclama una nueva fe prodigada por algún pastor, sino la afirmación de una nueva forma de vida. Ella no está en un más allá, en un “ideal” a cumplir que nunca se cumple sino, tal como insistía Marx, deviene monstruosamente en el “ahora” de su cognoscibilidad.   



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lunes, junio 08, 2020

Nuevas y viejas desmonumentalizaciones 




El Versalles posrevolucionario como panóptico: “Se remodelaron las estatuas reales que habían quedado. La de Luis XIV en la gran sala Orangerie, lleva un gorro frigio en lugar de la peluca, que se ha quitado a martillazos; también una pica en lugar del bastón de mando y, para que nadie se equivoque con el nuevo dios de la guerra, figura en el pedestal de la estatua: ‘Marte francés, protector de la libertad del mundo’. Una jugada semejante se le ha hecho al colosal bajorrelieve de Luis XIV a caballo por Coustou en la gran galería del castillo. El genio de la fama, que desciende de las nubes, coloca, en lugar de la antigua corona de laurel, un gorro frigio sobre la calva cabeza del rey”. * Vulgarización *  FJL Meyer, Fragmentos de París en el año IV de la República francesa, II, Hamburgo, 1797, p. 315.

(Walter Benjamin, El Libro de los Pasajes, Q [Panorama], Edición de Rolf Tiedemann).





En Bristol, en el oeste de Inglaterra, los manifestantes derribaron una estatua del comerciante de esclavos del siglo XVII, Edward Colston. Un grupo de manifestantes arrancó del pedestal la estatua de bronce, erigida en 1895 en una calle que lleva su nombre, tirando de ella con cuerdas.

Una vez derribada la pisotearon, según imágenes publicadas en las redes sociales y transmitidas por la televisión británica. Uno de ellos se hizo una fotografía arrodillado sobre el cuello de la estatua, imitando el gesto del policía blanco que asfixió George Floyd a finales de mayo en Estados Unidos. Después arrastraron la estatua de Colston, que lleva años siendo controvertida en Bristol, por la ciudad portuaria y la echaron, rociada con pintura roja, al río Avon, bajo gritos de alegría.

La policía local anunció la apertura de una investigación y el ministro del Interior, Priti Patel, denunció un acto "absolutamente vergonzoso" y "completamente inaceptable. Es vandalismo".

El alcalde de Bristol, Marvin Rees, adoptó un tono más conciliador. "Sé que el arrancamiento de la estatua de Colston dividirá a la opinión pública, como ya lo ha hecho la estatua durante muchos años. Es importante escuchar a aquellos que estimaban que era una afrenta a la humanidad", afirmó en un comunicado.

(Agencias/El Mercurio, “Nueva jornada de manifestaciones en Reino Unido”, 8 de junio de 2020).


Foto 1 : Destrucción de la columna Vendome por la Comuna de París, 1871.
Foto 2: Bristol, 7 de junio de 2020.
Foto 3: Atentado anarquista al templo de las Carmelitas Descalzas en Santiago de Chile, enero de 1912.

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miércoles, junio 03, 2020

2 textos sobre la revuelta en Estados Unidos // CARCAJ // / Public Ayler 


Impresionante. Pero no inesperada. Ecos de 1968, que hacen pensar que estamos en el inicio del Tercer Asalto. Ecos de 1919, que nos recuerdan que la revolución proletaria sólo podría ser global. Ecos de 1848, que deberían advertirnos contra las ilusiones de trasformar procesos de revolución social en procesos re-constituyentes.

Va un texto anarquista y otro comunista. ¿La falsa dicotomía se niega a morir?

Y dos canciones:

-Ayler con Pharoah, interpretando Alto y Bajo Egipto a beneficio de los Panteras Negras en 1968 en Nueva York.

-Enemigo Público, Combate al Poder. 1989 (el 68 al revés). Me gusta Public Enemy. No me simpatiza para nada la Nación del Islam obviamente. Pocas veces he visto en un video clip este nivel de efervescencia comunitaria.


Esta foto de P. Slachevsky acompaña en Carcaj el breve reporte psicogeográfico sobre el 1° de mayo en Plaza Dignidad que subimos acá hace poco. Recomendamos una serie de textos que han estado subiendo en Carcaj a modo de etnografías de la cuarentena. En particular destacaría estos cuatro:

http://carcaj.cl/la-marcha-de-las-espaldas-dobladas/ de Constanza Tizzoni

http://carcaj.cl/notas-sobre-tiempos-sombios/ de Jorge Díaz

http://carcaj.cl/el-despotismo-occidental/ del ex miembro de la sección italiana de la I.S., Gianfranco Sanguintti

y,

http://carcaj.cl/normalidad-y-seguridad-a-proposito-del-otra-vez-nuevo-plan-del-gobierno/ de Alejandro Ancalao

Entre muchos otros.


1.-Minneapolis: ahora esta lucha tiene dos lados. Lo que estas manifestaciones significan para la era Covid19 (x Colectivo Crimethinc). 

Las manifestaciones de esta semana en Minneapolis marcaron un hito histórico en la era COVID-19. Como discutimos en marzo, hay algunas cosas por las que vale la pena arriesgarse a morir. Perpetuar el capitalismo no es una de ellas. Pero algunos de nosotros enfrentamos amenazas aún más mortales que el COVID-19. Vale la pena arriesgar nuestras vidas para luchar por un mundo en el que nadie sea asesinado de la forma en que lo fue George Floyd, y lo que está sucediendo en Minneapolis muestra que la gente está lista para hacerlo.

Incluso antes de que se produjera la pandemia, los Estados Unidos eran un barril de pólvora, con desigualdades en rápida escalada que polarizaban la población. Desde marzo, hemos experimentado un desempleo sin precedentes históricos junto con riesgos letales que se han distribuido entre la población según las mismas líneas de raza y clase que las disparidades preexistentes. El gobierno ha inventado miles de millones de dólares para verterlos en los bolsillos de los ejecutivos, dejando a la gente corriente en la estacada; las empresas están obligando a los que aún tienen trabajo a arriesgar sus vidas diariamente, al tiempo que introducen nuevas tecnologías de vigilancia y tratan de acelerar el ritmo de la automatización. En resumen, se nos está tratando como un excedente de población que debe ser controlado por la violencia del Estado y sacrificado por el virus.

Los políticos de todo el espectro político son cómplices de esto. Algunos confían más en la fuerza bruta para estabilizar la situación, otros en una gestión más racional, pero nadie que ostente el poder tiene un plan real sobre cómo abordar los factores sistémicos que nos han traído aquí en primer lugar. En el mejor de los casos, toman prestada la retórica y los temas de debate de las campañas que nosotros iniciamos, mostrando -como lo hizo el disparo de la policía en Minneapolis- que la única forma de ver el cambio social es si tomamos medidas de base para llevarlo a cabo por la fuerza.

Sin embargo, hasta el 26 de mayo, la principal línea divisoria en los Estados Unidos parecía estar entre los partidarios de Trump, que quieren fingir que no hay una pandemia en curso, y los demócratas, que quieren ser vistos como los cautelosos y responsables sin abordar los factores que nos obligan a ponernos en riesgo. El espectáculo de los enfrentamientos entre un movimiento ”astroturfista”1 de extrema derecha que exigía “reabrir” la economía y los inusuales agentes de policía que defendían las medidas de cierre de los estados sirvió para limitar el discurso político a la elección tonta entre el tipo de “libertad” que defienden los capitalistas y los supremacistas blancos por un lado y el tipo de “seguridad” que los estados totalitarios siempre prometen proporcionar por el otro.

La valiente resistencia al control policial en Minneapolis los días 26 y 27 de mayo en respuesta al brutal asesinato de George Floyd muestra que un gran número de personas están dispuestas a oponerse al gobierno y a la policía incluso afrontando un gran riesgo para ellas mismas. Estamos escuchando las voces de la parte de la población que ha permanecido en silencio estos últimos dos meses -aquellos que no son ni liberales ricos ni conservadores lameculos- y esto demuestra que juntos, somos lo suficientemente poderosos para interrumpir el statu quo.

Los acontecimientos de Minneapolis ampliarán la imaginación colectiva de lo posible, la cual se ha contraído dolorosamente en los últimos años. Cambiarán el discurso sobre cómo se producen los cambios sociales. Ha quedado claro que suplicar a los que tienen el poder por medios electorales es un callejón sin salida. Intentar hacer el cambio por la fuerza es una apuesta, pero es la única opción realista que queda.

Es significativo que la movilización que nos llevó a atravesar este umbral fue una respuesta a la violencia policial contra los negros, iniciada por aquellos en el extremo receptor de la supremacía blanca y todos los demás vectores de la opresión. Como observamos a finales de 2017, los levantamientos contra la violencia policial que tuvieron lugar en todo el país desde Ferguson hasta Baltimore y más allá, prácticamente cesaron tras la elección de Donald Trump. La razón por la que esto sucedió no está clara, pero ciertamente no ha sido porque la violencia policial haya disminuido de alguna manera. El levantamiento en Minneapolis pone de nuevo en juego todas las deudas no resueltas de aquella época, pero en un contexto totalmente diferente, en el que mucha más gente se ha radicalizado, la sociedad está mucho más polarizada, y cada vez está más claro para todos que -ya sea por las balas de la policía, por el COVID-19 o por el cambio climático global- nuestras vidas están en juego.

Los enfrentamientos en Minneapolis dominan las noticias desde Grecia hasta Chile. Para bien o para mal, los Estados Unidos ocupan un lugar central en la atención global- y gracias a la pandemia, todos en el mundo están experimentando presiones similares. Especialmente en el los paises del Sur -Brasil, Indonesia, Sudáfrica- donde un gran número de personas experimentan la misma brutalidad que se impone a personas como George Floyd. La rebelión en Minneapolis ofrecerá un ejemplo que otros emularán en los próximos meses.

¿Cómo responderá la clase dirigente? En los Estados Unidos, Trump y sus partidarios acusarán a los demócratas de no poder controlar los estados que gobiernan, usando esto para avivar el miedo racista entre los beneficiarios del privilegio blanco. Los Centro democratas reclamarán que este tipo de disturbios suceden cuando el estado de derecho no es respetado en la Casa Blanca, con la esperanza de recuperar el poder a nivel nacional - aunque Minnesota está bajo el gobierno Demócrata en este momento, y la ley siempre ha sido un instrumento de la supremacía blanca. La izquierda institucional se presentará como intermediaria, ofreciendo sacarnos de la calle y controlarnos a cambio de algunas concesiones.

Es de esperar que, en un momento en que el propio Estado se está fracturando en facciones rivales, ninguno de estos grupos tenga el capital político que necesita para llevar a cabo una represión estatal masiva sin correr el riesgo de ser abandonado por los demás. Parece que a cada facción le gustaría que los otros fueran los responsables dehacerse cargo de la situación. En cualquier caso, Trump ya no es el único que domina el ciclo de noticias. Ahora esta guerra tiene dos lados.

Hace sólo una semana, algunos elementos de la extrema derecha trataron de enmarcarse de ser ”anti-policía” debido a las protestas de “reapertura”. Anoche, en Minneapolis, los milicianos armados expresaron la incómoda posición de que apoyaban las protestas pero se oponían al saqueo- una contradicción que se hace flagrantemente evidente en cuanto se nota en qué dirección apuntan sus armas. El aparente asesinato de un manifestante en Minneapolis anoche por un vigilante que defendía una tienda debería dejar suficientemente claro que los vigilantes y los policías son lo mismo: asesinos- ya sea con o sin uniforme.

¿Y qué debemos hacer nosotros? Deberíamos hablar claramente con todos los que nos escuchen acerca de por qué la gente se pone de pie. Deberíamos compartir habilidades sobre cómo mantenernos seguros unos a otros en la calle. Deberíamos fortalecer nuestras redes y prepararnos para participar en eventos similares en todo el mundo. Deberiamos resistir todos los esfuerzos para dividir a los que actúan juntos en solidaridad contra la violencia policial, especialmente las teorías de conspiración sobre los agitadores externos. Debemos explicar una vez más por qué el vandalismo y el saqueo son tácticas de protesta efectivas y legítimas. Cada vez que la gente se levanta contra el estado policial, deberíamos mostrarnos solidarios, preparados para correr los mismos riesgos que aquellos a los que apoyamos. Sobre todo, deberíamos compartir visiones de un mundo sin opresión, sin jerarquías, sin policía, ni prisiones, ni vigilancia, y demostrar estrategias a través de las cuales crearlo.

No le debemos nada a la policía que se ha aprovechado de la pandemia para asesinar a los negros de forma aún más flagrante que antes. Ellos nunca tuvieron la intencion de cuidarnos. No le debemos nada a los multimillonarios que se han aprovechado de la pandemia para embolsarse más dinero del estado y acaparar el mercado con sus monopolios. La vida para su economía significa la muerte para nosotros. No le debemos nada a los políticos que apenas han levantado un dedo para proteger nuestra salud o vivienda. Ellos han tenido su oportunidad. Tenemos que cambiarlo todo nosotros mismos.

El orden dominante está condenado. Tarde o temprano ha de colapsar. Concentrar riqueza y poder en cada vez menos manos es insostenible. La única pregunta es si lo aboliremos antes de que nos mate a todos y diezme el planeta. El tiempo es corto. Las vidas que pensábamos que estaban por delante de nosotros ya nos han sido arrebatadas. Depende de nosotros crear otro futuro.

Gracias a todos los que en Minneapolis y Los Ángeles arriesgaron su libertad -y tal vez sus vidas- anoche para demostrar que el asesinato de George Floyd es inaceptable.

Nota del traductor: Astroturfing es un término referido a campañas de relaciones públicas en el ámbito de la propaganda electoral y los anuncios comerciales que pretenden dar una impresión de espontaneidad, como nacida de una fuerte relación con el entorno social. El nombre proviene de un doble juego de palabras en inglés, partiendo del concepto de grassroots (literalmente “raíz de hierba”, figurativamente “de base”). Este concepto sirve para calificar a los movimientos «con base social», que surgen «de abajo», de la interacción de los miembros de una comunidad. Por otro lado, AstroTurf es una conocida marca estadounidense de césped artificial, cuyos productos están diseñados para parecer hierba natural. Así, astroturfing hace referencia a esa artificialidad, a esa falsa base social de ciertas campañas comerciales.



2.- Sobre Minneapolis: Brutalidad policial y lucha de clases (Intransigence, Internationalist worker´s group y Klasbatalo).

1. Watts en 1965, Los Ángeles en 1992, Ferguson en 2014. Rodney King, Mike Brown, Sandra Bland, Tamir Rice.
Los acontecimientos en Minneapolis son otra adición a un problema histórico y sistémico. Además de sufrir el desempleo en una tasa doblemente mayor a la de sus compañer@s blanc@s (un número consistente desde los años 50), el proletariado negro es desproporcionadamente atacado por la violencia policial, sin que parezca haber un final a la vista para el aumento en el número de muertos. Sin embargo, la clase se muestra, una vez más, combativa en estos momentos terribles. L@s trabajador@s negr@s de América, junto con el resto del proletariado que se solidariza con ell@s, se toman las calles y hacen retroceder la represión estatal. Nada ha cambiado. En 1965, al igual que en 2020, la policía mata, y la clase responde en desafío al torcido orden social por el que asesinan. La lucha continúa.

2. Aunque la clase trabajadora negra se ve afectada de manera desproporcionada por la brutalidad policial en los Estados Unidos, su opresión está finalmente enraizada en su posición de clase.
George Floyd no es más que uno de l@s miles de afroamerican@s que son brutalmente asesinad@s por la policía cada año. Aunque estos actos de violencia institucional tienen una motivación racial, es innegable que la fuerza policial existe como herramienta del Estado para defender los intereses de la burguesía. Si bien es importante destacar la dinámica racial que existe dentro de los diferentes subgrupos de la clase trabajadora, así como las luchas particulares que cada grupo enfrenta, es igualmente importante reconocer nuestros intereses compartidos como trabajador@s explotad@s por la clase capitalista. L@s trabajadores no-negr@s deben ser solidarios con l@s trabajador@s negr@s que protestan en Minneapolis y otras ciudades de los Estados Unidos. L@s trabajador@s de todos los colores deben organizarse desde una perspectiva de clase en su lucha por la liberación, ya que un ataque a un sector de la clase trabajadora es un ataque a tod@s nosotr@s.

3. "Es el secreto por el cual la clase capitalista mantiene su poder" - Karl Marx, 1870
En cuanto a las ideas racistas, nacionalistas y chovinistas dentro de la clase trabajadora, Marx comentó "es el secreto por el cual la clase capitalista mantiene su poder". En efecto, ya sea en Inglaterra en 1870, o en América en 2020, para l@s Jef@s el racismo es fundamentalmente una estrategia para dividir y dominar. L@s capitalistas son felices cuando sus demagogos reaccionarios llenan los oídos de l@s trabajador@s blanc@s con ideas nacionalistas, para que se identifiquen con el jefe y el gobierno antes que con sus compañer@s de clase. Bajo el lema "último contratado, primer despedido", el proletariado negro ha sido llevado a un grado extremo de precariedad. Mientras tanto, l@s trabajador@s blanc@s han sido engañad@s por la trampa de sus jefes. Con un sector de su clase siendo atacado al extremo, ahora deben aceptar los trabajos deficientes y mal pagados ofrecidos por l@s capitalistas.

4. Los negocios son negocios, grandes o pequeños.
Durante el último siglo, la pequeña burguesía ha utilizado la idea del "negocio familiar" para evocar un sentido de comunidad, uno que es necesario apoyar, especialmente en tiempos de dificultades económicas. Las pequeñas empresas siempre han tratado de distanciarse de las grandes corporaciones en lo que respecta a la explotación de la que participan, mientras que simultáneamente aspiran a los ideales burgueses. Los negocios de pequeños propietarios representan particularmente el ideal del sueño americano, representando a l@s trabajador@s inmigrantes que vinieron a América para un nuevo comienzo. Esta exitosa historia de "desde los harapos a la riqueza" es utilizada para justificar su explotación de l@s trabajador@s. La violenta respuesta de los dueños de pequeños negocios durante los disturbios de Minneapolis deja claro el hecho de que la pequeña burguesía siempre arrojará a l@s trabajador@s bajo el autobús para defender sus propios intereses de clase. El simple hecho de criticar a la policía mientras se manifiestan bajo el disfraz de "solidaridad con las personas de color" para apoyar a las empresas propiedad de minorías, es un intento de colaboracionismo entre clases que oculta el corazón de la explotación capitalista. En su lugar, l@s trabajador@s deben organizarse desde una perspectiva de clase.

5. En luchas anteriores contra la clase capitalista y su estado, l@s trabajador@s han coordinado huelgas en solidaridad con movimientos más grandes.
L@s conductor@s de autobús en Minneapolis se han negado a ayudar a la policía en el transporte de l@s manifestantes arrestad@s. L@s trabajador@s de toda la ciudad han comenzado a organizar una resistencia a las medidas violentas tomadas contra las protestas, paralizando su fuerza de trabajo. No deberían detenerse allí. Debemos agitar para seguir interrumpiendo el trabajo y resistir todos los esfuerzos del Estado para reprimir violentamente a l@s manifestantes, no sólo en Minneapolis, sino a través de los Estados Unidos. L@s trabajador@s esenciales, como los de Amazon o Instacart, pueden aprovechar aún más su poder llamando a huelgas en solidaridad con las protestas. En tiempos de crisis intensa, la organización en todas las industrias y sectores impulsa la toma de consciencia de que es la clase trabajadora la única que tiene el poder de transformar la sociedad.

6. La brutalidad policial sólo puede resolverse con la abolición de la policía.
Cuando la policía comete un asesinato descarado, a menudo se exigen una serie de reformas para evitar que los asesinatos continúen. Ya se trate de cámaras corporales, de formación adicional o de supervisión comunitaria, el objetivo es que la policía no aterrorice y asesine a las personas que supuestamente "protegen y sirven". El problema de este enfoque es que las fuerzas policiales sólo existen para aterrorizar y asesinar en nombre del capital. La única manera de tener un mundo en el que la policía ya no mate a la gente por ser negra es tener un mundo sin policía.

7. La rebelión urbana necesita transformarse en una revolución mundial.
Aunque nos encanta ver las batallas callejeras con policías y comisarías en llamas, la tendencia de estas revueltas es que se debilitan después de algunas semanas en la medida en que se restaura el orden y se reconstruyen las estructuras opresivas. Para que el poder de l@s capitalistas y sus mercenari@s sea verdaderamente desafiado y abolido, lo que se necesita es un partido de clase, internacional y revolucionario. Un partido de este tipo sería una herramienta en manos de la clase obrera para organizarse y dirigir su rabia reprimida no solamente a derribar el Estado racista, sino a construir poder proletario y comunismo.

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