Delirio Místico: "A mon seul désir" (Según mi solo deseo)
"La discusión sobre el comunismo no es académica. No es un debate sobre lo que se hará mañana.
Desemboca en, y forma parte de un conjunto de tareas inmediatas y lejanas de las que no es más que un aspecto, un esfuerzo de comprensión teórica" (Gilles Dauvé)
jueves, junio 18, 2020
César Olea, el Huevo. RIP.
Recuerdo muy bien el día en que
estábamos en la pieza de Lautaro antes de un ensayo, cuando de repente Cristián Olea
sacó el demo de Enfermos Terminales, que acababa de llegar a sus manos, y lo escuchamos como dos veces seguidas. Creo
que fue en 1996. Nos sorprendió que hubiera una banda así de sincera y corrosiva,
totalmente alejada de los clichés del NYHC y otras modas de esa época, y de
inmediato quisimos conocerlosy tocar
con ellos. Olea incluso redactó un elogioso comentario del demo para la Corazón
de Chancho.
Los llamé por teléfono para
invitarlos a tocar en el Taller Sol (ubicado entonces en Agustinas con Brasil),
y ahí hable por primera vez con el Huevo. Quedó todo listo, y me tocó hacer el
afiche. Cuando estaba en eso, de repente me di cuenta de que la tocata, que era
un domingo, coincidía con un importante partido de la selección chilena.
Entonces lo llamé de nuevo, y se dio más o menos el siguiente diálogo:
-Oye, estoy preocupado porque hay
un partido de Chile a la misma hora de la tocata.
-¿Y de qué te preocupai? ¿O acaso
te interesa verlo?
-No, para nada. Pero me temo que
vaya poca gente por culpa del partido.
-Si alguien no va porque prefiere
ver el partido, ¡mejor pos! Menos ahueonaos en la tocata.
Le encontré toda la razón, e hice
al afiche agregando en una parte a una chica de manga diciendo: “Ni ahí con el
partido”.
La tocata salió muy bien. Enfermos
en esos años eran Patán en voz, Huevo en guitarra, su hermano Canito en
batería, y el famoso punk rocker Francois en bajo. Francois era lo más extraño
de la formación, porque de alguna manera su bajo iba como más lento que el
resto de la música, generando un efecto de caos semicontrolado que recordaba un
poco las grabaciones en vivo de los Germs.
Entre un tema y otro recuerdo a
patán diciendo: “pierde Chile, 3-0”.
Seguimos tocando hartas veces juntos,
y armamos el caset compartido “Vamos bien, mañana mejor”, donde ambas bandas,
cada una en su propio estilo, repasábamos las principales críticas al soporífero
orden social de la segunda mitad de los 90. En un momento el cuartel de los ET
en la casa familiar de Patán era un centro contracultural por el que todos
orbitábamos, y el Huevo siempre estaba ahí riendo y hablando del punk rock con
un nivel de conocimiento experto.
Ya en el nuevo milenio, por ahí
por los años 2000/2001,me integré a ET
en bajo. La formación había sufrido numerosos cambios, siendo Patán y Huevo los
pilares estables. Yo conocía bien su repertorio, y en unos pocos ensayos el Huevo
se encargó de enseñarme desde su guitarra como eran las distintas partes de
cada tema, quedando en condiciones de tocar con ellos en su incesante actividad
que incluyó un par de minigiras a Chillán y Arica.
Nunca olvidaré que en el viaje
nocturno a Chillán el asistente del bus nos quitó y retuvo una caja de vino, devolviéndola
al arribar al terminal. Pero no fue obstáculo para ir cagados de la risa dando
jugo, y la nota dominante del caos era él por supuesto, que transitaba por el
pasillo escuchando en su walkman el disco de las ranas sudamericanas de Peter
and the Test Tube Babies. Los sonidos de la guitarra de “The Jinx” se escapaban
de los audífonos y Huevo gritaba: “¡Peter and the Test Tube Babies….esta es la
verdad!!!!”. Llegamos a Chillán, y en su casa el Jose A. nos esperaba con un
desayuno de campeones: marraquetas, palta, y varios litros de Escudo heladita.
Durante la tocata ocurrió lo que
ahora me parece más gracioso. Dado que no había amplificadores, había que
conectar bajo y guitarra directo a la mesa. Sin ser un fetichista del sonido,
la opción no me acomodaba nada, y entonces apareció un viejo amigo de Cristián Olea (con
quien estábamos totalmente distanciados en esos años) y fue a su casa a buscar
un ampli de bajo [Por cierto, había una dupla Olea/Cortés en ET y otra en DM!]. Al verlo el Huevo decía que era mejor usarlo para la guitarra,
porque “el sonido de Enfermos es así, corrosivo”. Me negué totalmente a su
propuesta, probamos sonido, y salí al patio a fumar algo. Al rato me llegan a
buscar para tocar, así que llego justo a tiempo para agarrar las cuatro cuerdas
y tocar…Al final del primer tema quise re-regular un poco las perillas pero me
di cuenta de que no había ampli, que estaba conectado en línea a la mesa. Miro
al otro extremo del local al Huevo, que estaba feliz tocando la guitarra con el
ampli de bajo y me gritaba: “corrosivo, corrosivo”. Lo odié un poco, tal como sé
que a veces él me odió a mí (por ejemplo una vez que en Serrano 444 anuncié el
nuevo tema “Váyanse a la mierda” con una dedicatoria a varias bandas machocore,
que después nos tenían amenazados y por supuesto nunca nos pasó nada), pero
esos enojos se nos pasaban altiro en torno a conversación, música y unas
cervezas.
Pese a que a veces lo seguí
viendo en tocatas tras mi breve pero intenso paso por ET, no fue sino hasta el
retorno de Disturbio Menor en el 2018 (que por cierto fue idea de Patán) cuando
volví a convivir con él digamos “on the road”. El viaje a Puerto Montt y
Chillán fue memorable, y ya escribí sobre eso por si lo quieren revisar. Y
después, recuerdo bien la tocata de Ignorantes en Hangar Subterráneo un domingo
de verano, donde el Huevo tuvo la gentileza de alojarlos en su casa, y aún
recuerdo cuando luego de la tocata estaba algo complicado porque el séquito de
los de San Pedro de la Paz era bastante numeroso y parecía poco probable que cupieran
en su hogar. Pero apañó igual y luego me dijo que lo pasaron la raja. Me
imagino ese carrete y todavía me dan ganas de ir.
Conozco a unos cuantos amigos que
conocieron al Huevo viéndolo en tocatas de la sala Lautaro hacia 1989/1990, con
DTH (Death to Humanity…¿pioneros del ecoextremismo/humanx plaga? jaja). Dicen
que era impactante verlo cantando en escena con gran violencia acústica y
visual. También tocó guitarra en los Políticos Muertos, a quienes la muerte ya
les había arrebatado hace unos cuantos años al guitarrista Cabro Perro (RIP
amigo…te ví pocas veces pero siempre en buenos contextos y en una época en que
yo era bastante paranoide dada la relativa abundancia de críticos y enemigos siempre
me trataste muy bien).
Hace tiempo que empiezan a morir
los viejos próceres del hardcore punk. El movimiento ya envejeció, y nosotros con él.
El virus chino ataca de cerca y
todavía faltan tres días para principiar el invierno.
Huevito se suma ahora a los que
ya no están acá, y quiero creer que el punk rock nos hace inmortales y que hay
una dimensión del espacio/tiempo en que estaremos siempre todos juntos
aportando nuestra cuota de vida a través del ruido de acoples y apocalípticos riffs
de esos que te hacen cabecear desde adentro, desde las profundidades del alma.
Guardaré para siempre el “Doble
Platino” de Kiss en vinilo que una vez me “regalaste”, al escuchar una triste
historia que conté sobre el terremoto del 85. Y nunca olvidaré que una vez que
estuve bien deprimido por penas de amor fuiste a acompañarme a mi pequeño
departamento por una semana completa. Qué tiempos aquellos, y qué lejanos
parecen ahora.
Te recordaré en cada momento en
que tenga que recordarme a mí mismo qué es el punk rock y por qué es algo que
transforma nuestras vidas.
Un abrazo coleguita, y recuerda
que nos faltó tomarnos una Pilsen más. Yace tranquilo que muchos seguiremos
oyendo tu risa estrepitosa y tu ataque corrosivo sobre las seis cuerdas, sin
parar, hasta siempre, 1-2-3-4!
LA
NUEVA DERECHA CHILENA: SOBRE “ANARCOCAPITALISTAS” Y PINOCHETISTAS “LIBERTARIOS”.
No cabe duda de que el
espectro político en lo que va del siglo XXI se ha diversificado bastante en
comparación al “mapa” que teníamos en la cabeza en la segunda mitad del siglo
pasado, cuando en plena Guerra Fría las opciones parecían reducirse en la
derecha a “fachos” y “momios”, en la izquierda a “amarillos” y “ultrones”, y en
el centro a una Democracia Cristiana tensionada entre su ala derecha (“guatones”)
e izquierda (“chascones”).
La posmodernidad, la
política de las identidades y el Nuevo Orden Mundial han agregado muchas más
opciones, y mucha gente ya no se siente identificada con la dicotomía
derecha/izquierda que nos ha acompañado desde la Asamblea Nacional francesa de
1789. Así, las tradicionales dicotomías asociadas (conservadurismo/progresismo
y burguesía/proletariado) si bien conservan algo de su sentido original,
parecen parcialmente superadas en un mundo donde es posible desde la extrema izquierda
criticar la noción de progreso como propiamente capitalista (desde Walter
Benjamin a los “antidesarrollistas”), y donde muchos entienden que el género y
la etnia, o el nacionalismo versus el “globalismo”, son más importantes que las
tradicionales adscripciones de clase surgidas en el siglo XIX.
En la marea de
información de las redes llama la atención la proliferación de expresiones de
la Nueva Derecha chilena, que van más
allá de los grupos de choque que se armaron como “Vanguardia” del Rechazo, dos de cuyos líderes van a ser
formalizados por lesiones durante el mes de julio (y no nos hagamos ilusiones:
es muy improbable que la Fiscalía pida y el tribunal decrete prisión
preventiva. En cambio, si fueran mapuche o anarquistas de seguro se les
imputaría además por asociación ilícita, Ley de Seguridad del Estado y/o Ley
Antiterrorista, enviándolos a Santiago 1 o la Cárcel de Alta Seguridad).
Varios neoderechistas
se califican a sí mismos de “libertarios”, y suelen usar la bandera de Gadsden:
una serpiente cascabel junto al lema “Don´t tread on me” (o: “no pases sobre mí”),
que data de la Guerra de Independencia de EE.UU. y es usada como símbolo de
quienes defienden el libre mercado oponiéndose a una intervención excesiva del
Estado.
Existe incluso una
organización política en proceso de formación, el “Partido Libertario”, que usa
banderas negro-amarillas, y que a fines del año pasado trajo a Chile al que
parece ser su principal referente intelectual, el economista argentino Javier
Milei. El amarillo simboliza acá el oro y el libre mercado, y suele usarse
colocado en diagonal junto al color negro, imitando así el rojinegro del anarcosindicalismo.
Hasta antes del
surgimiento de estas corrientes también llamadas “liberal-libertarias” la
expresión del francés “libertaire” era entendida casi como sinónimo de
“anarquista”. Desde fines del siglo XIX fue usual hablar de “socialismo libertario”,
para deslindarlo de la dura criminalización de los anarquistas en la época de
la “propaganda por la acción”, además de dejar en claro que era una expresión
política del movimiento obrero en su lucha contra el capitalismo, pero diferenciándose
del socialistas “autoritario”.
El anarquismo clásico fue
la extrema izquierda del movimiento obrero y socialista, y los únicos que
desafiaban esa identificación eran los anarquistas de la corriente
individualista. Pero el concepto “anarkhia”, usado por primera vez por Homero
en La Ilíada para designar el momento
en que un ejército se queda sin jefe, es en efecto mucho más amplio que el que
le da el anarquismo de los siglos XIX y XX, y ciertamente que podría incluir
dentro de su frondoso árbol a otras formas incatalogables de disidencia
radical, en la medida que compartan al menos una cierta voluntad
“anti-autoritaria” (en la que muchos incluyen, por ejemplo, a Thoreau, Godwin,
Tolstoi, el músico John Cage y el científico Paul Feyerabend).
Mediante el uso difuso de
la expresión “anarco” el componente político de la posición anarquista se
difumina o pierde completamente, siendo posible encontrar desde series como
“Sons of Anarchy” y el uso publicitario masivo del símbolo de la A circulada (diseñado
por anarquistas ibéricos a fines de los años 60), a anarquismos meramente estéticos
o de “estilo de vida”, híbridos
anarco-izquierdistas, anarco-misticismos e incluso el llamado anarcocapitalismo.
No olvidemos que al vaciar completamente de contenido la expresión es posible
escuchar cosas como la que afirma uno de los protagonistas de Saló (1975), la última película de
Pasolini: “Nosotros los fascistas somos los verdaderos anarquistas” (1).
El mencionado Javier Milei,
entusiasta de la escuela austríaca de Economía, en entrevista con Matías del
Río dice que se considera filosófica y conceptualmente “anarcocapitalista”,
pues cree que merecemos “un mundo sin Estado”, pero que entiende que “el mundo
por el momento tiene restricciones” y por eso es “minarquista”: partidario del
Estado mínimo, que para lo único que sirve es para brindar seguridad y
justicia, aunque incluso eso podría ser privatizado (2).
“+ MERCADO / - ESTADO”
y “+ HAYEK / - KEYNES” son consignas que se vieron hace un par de años diversas
partes del centro de Santiago, firmadas por Capitalismo
Revolucionario, que también usa el negro/amarillo y está contra los
impuestos por ser un “robo” (desviación reaccionaria de la famosa afirmación proudhoniana
de que “la propiedad es un robo”).
En su libro “El
anarquismo” (2013) Éduard Jourdain aborda la existencia de autores que cabe calificar como “anarquistas de derecha” (entre ellos: Louis-Ferdinand Céline y León Bloy), caracterizados por un “pesimismo con respecto a la sociedad y la naturaleza
humana, de la mano con un cierto desprecio de la democracia y del
parlamentarismo, de las masas, de los intelectuales y del conformismo”.
Su “anarquismo” sería
“anticonformista con
respecto a los bienpensantes, cultor de una forma de aristocratismo
individualista, entre el Único de Stirner y el Yo
de Barrés”.
Otra cosa sería para Jourdain el anarcocapitalismo, noción que “remite a
la unión de una ausencia de Estado (que reúne aquí los deseos de los anarquistas ‘socialistas’)
y del capitalismo (aquí
en contradicción con la tesis de esos últimos)”. Entre sus precursores estaría Gustave de Molinari (1819-1912), “quien afirma que toda intervención del gobierno es nefasta y que todo puede ser
privatizado (justicia, policía, etc.), en la medida que solo el individuo puede
ser dueño de su propia persona”, y el jurista norteamericano Lysander Spooner
(1808-1887), que demostraba “la dimensión ilegal y
criminal del Estado”. En esta línea parece insertarse al antropólogo Pablo
Ortúzar, ex militante del Frente de
Estudiantes Libertarios (hoy Izquierda
Libertaria, integrante del Frente
Amplio) reconvertido en “pensador” de la nueva derecha, que ha señalado que
“de su militancia en el anarquismo, solo conserva la desconfianza en el rol del
Estado” (3).
Por su parte, Noam Chomsky en “Razones para la
anarquía” (2013) dice que el “libertarismo” constituye una aberración que “es lógico que nadie se la tome muy en serio”, pues mientras en la tradición
libertaria europea “todo
anarquista era necesariamente socialista”, este libertarismo no es más que un “capitalismo desbocado”, posición que obviamente no sería anarquista, dado que “en un capitalismo desenfrenado existen toda clase de
autoridades: es un sistema extremadamente autoritario”.
Lo curioso es que el
joven presentador del libro de Chomsky, Nathan Schneider, reivindica a esos “libertarianos de derecha”
como “primos lejanos” del anarquismo,
admira la “vitalidad” que demuestran sus jóvenes en las campañas presidenciales
de Ron Paul (4),
e incluso se lamenta de que a pesar de participar al inicio del movimiento Ocupa Wall Street (llamando a asediar el
edificio de la Reserva Federal) finalmente se hayan apartado, puesto que a su
modo de ver la “izquierda anarcocuriosa”
podría aprender
muchas cosas de ellos e incuso vislumbra la posible fusión a futuro en otra
clase libertarismo que “valga la pena”.
De todos modos, si
revisamos la página del Libertarian Party
de Estados Unidos (fundado en 1971 y que ahora con 400.000 afiliados es el
tercer partido del país) parecen bastante diferentes a los “fachos libertarios”
que han surgido en Chile, en una curiosa mezcla de Milton Friedman, Pinochet y
Axel Kaiser. En efecto, mientras nuestros libertarios de derecha son
“neoliberales” en economía y en política suelen ser simples partidarios de la
“ley y orden” y el Estado policial, el Partido gringo está a favor de los
vaporizadores de marihuana y la “legalización de todo” (5).
A la vez que
reivindican eliminar la seguridad social y el salario mínimo, criticaron abiertamente
las medidas represivas adoptadas por Trump como respuesta a la revuelta
ocasionada por el asesinato de George Floyd (6). Y
es que el “libertarianismo” desarrollado a partir de los 60 en ese país, con
Murray Rothbard entre sus cabezas visibles, no se ajustaba muy bien al esquema
clásico de derecha/izquierda, pues absorbió en gran medida el ambiente
contracultural de esos años, relacionándose con la Nueva Izquierda y oponiéndose a la guerra en Vietnam, al punto que
la escritora Ayn Rand los catalogaba como “hippies de derecha”. En un sentido
diferente a Chomsky, esta influyente filósofa del individualismo capitalista
también los consideraba una aberración “monstruosa y repugnante”, pues “intentan
atrapar a los más jóvenes o más descuidados de mis lectores al afirmar
simultáneamente que son seguidores de mi filosofía y defensores del anarquismo” (7).
En cambio el Partido Libertario chileno -que para
estos días anuncia una Conferencia Internacional con libertarios de 10 países- aunque
se define grandilocuentemente como “un
movimiento de matriz liberal-libertaria, compuesto por vertientes liberales
clásicas, minarquistas y paleolibertarias”, está claramente ubicado a la
derecha de Chile Vamos,
diferenciándose de “ la
centroderecha y derecha en particular, heredera directa del modelo de
desarrollo exitoso del que hoy Chile aún disfruta y que ejerciendo un rol de
autoridad respecto a un cierto sector de la población”, a la que reprochan “su
absoluta anorexia de voluntad e intelección” pues “irresponsablemente levanta
las banderas de las izquierdas, fijando sus preocupaciones en asuntos
electorales, sin contar con una mirada ni con un discurso de trascendencia
ideológica respecto al devenir de nuestro país, dejando de lado la batalla
ideológica” (8).
Cabe destacar que el
interés de la Nueva Derecha por la “batalla cultural” se condice con la
obsesión gramsciana de Pinochet a
partir de los 80, que llegó a organizar seminarios sobre el pensador comunista
italiano.
El grupo se entiende
como respuesta de derecha al Frente
Amplio. Además de Milei, a quien consideran su “maestro”, admiran a
Fernando Villegas y al neonazi Alexis López, quien participa de sus escuelas de
formación. Apoyan la opción Rechazo
en el plebiscito por una nueva Constitución, rivalizando en ese ambiente con
los sectores más violentos como Capitalismo
Revolucionario/Vanguardia. En su
momento convocaron a marchar desde Paseo Bulnes a El Golf, posando en la
estatua ecuestre de Baquedano antes que Piñera, antes de ser correteados de ahí
por jóvenes de la Primera Línea.
Su sección juvenil
(aunque nadie en las fotos parece muy mayor) se denomina “Juventudes
Libertarias”, ¡al igual que la emblemática organización juvenil del anarquismo
español! (9) Su
propaganda no se distingue de la del derechista promedio, criticando al
estallido social, “progres”, “zurdos” y “la servidumbre feminista”, mientras
apoyan entusiastas la represión policial como un pinochetista más.
En definitiva, se trata
de posiciones extremistas neoliberales, que en Chile pretenden pasar por novedosas
para atraer adherentes no interpelados por la derecha tradicional. A diferencia
de su supuesto símil gringo, se amalgaman sin mayor problema con el fascismo
tradicional-autoritario que se expresa en el Rechazo, aunque se diferencian de la “tercera posición” de los Social Patriotas y Chile Digno, a los que me referí en una columna anterior (10).
Su seudoanarquismo (o “minarquismo”) enlaza con lo que el mismísimo
Bakunin dijo en “Dios y el Estado”: que la burguesía, “esa clase tan numerosa y tan respetable no exigiría nada mejor que se le concediese el derecho o, más bien, el privilegio de la más completa anarquía; toda su economía social, la base real de su existencia política, no tiene otra ley, como es sabido que esa
anarquía expresada en estas palabras tan célebres: ‘Laissez faire et laissez passer’. Pero no quiere ese anarquía
más que para sí
misma y sólo a condición de que las masas, ´demasiado ignorantes para disfrutarla sin abusar’,
queden sometidas a la más severa disciplina del Estado”.
4 Prominente
“libertario” que luego derivó a posiciones republicanas neoconservadoras. De su
lema de campaña “rEVOLution” (evol: love, amor) Capitalismo rEVOLucionario
imita el destacado de las mismas palabras, demostrando así bastante gringofilia
y poca originalidad.
5 Según
dice una chapita que venden por 1 dólar, junto a otras como “Limited
Government/Infinite Freedom” y “Guns save lives”.
10https://www.eldesconcierto.cl/2020/02/26/nueva-derecha-neofascismos-y-violencia-callejera/.
Por cierto, Chile Digno (grupo fundado por el ex diputado RN Gaspar Rivas, que
luego se pasó al Movimiento Social Patriota) reaccionó publicando https://www.chiledigno.cl/post/el-desconcierto-y-su-anti-chile-digno,
donde se quejan de haber sido considerados fascistas y/o pinochetistas, aclaran
que consideran a la derecha como “vendepatrias”, y dicen apoyar al feminismo y
la Primera Línea. Por cierto que en mi columna hacía una distinción con los nuevos
grupos de ultraderecha, señalando a este grupo y al MSP como ejemplos clásicos de
“tercera posición”. Entiendo que ninguno de estos dos grupos no apoya la opción Rechazo.
"Ya es hora de que caigan con estruendo los ídolos de barro"
Eso nos decía hace un siglo José Domingo Gómez Rojas, fue replicado en la portada de Comunismo Difuso N° 1 hace una década, y ahora está ocurriendo en varias partes del mundo. “Sea lo que fuere, los lugares no se yuxtaponen solamente en el espacio
social en contraste con lo que sucede en el espacio-naturaleza. Se intercalan,
se combinan, se superponen y a veces colisionan” (Henri Lefebvre, La
producción del espacio).
Boston y Miami
Una estatua de Cristóbal Colón fue decapitada en la noche del martes en
Boston, última víctima del movimiento que exige la retirada de estatuas que
consideran que simbolizan el racismo, reactivado por las manifestaciones tras
la muerte de George Floyd.
Otra estatua de Colón fue vandalizada en el centro de Miami, cubierta con
pintura roja y mensajes que decían “Nuestras calles”, “Black Lives Matter” (Las
vidas negras importan) y “George Floyd”, antes de que la policía hiciera varios
arrestos, según el periódico Miami Herald.
Además, haciéndose eco de las
protestas, la presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos, Nancy Pelosi, exigió que se
retiren del Capitolio once estatuas de confederados que se oponían al fin de la
esclavitud, en un momento de intenso debate tras la muerte a manos de la
policía de un ciudadano negro.
(Infobae, Furia contra estatuas de Colón: manifestantes decapitaron un monumento
del navegante en Boston y vandalizaron otro en Miami, 11 de junio de 2020).
Nueva York
La Policía de Nueva York tenía este jueves desplegado un operativo para
vigilar la icónica estatua de Cristóbal Colón que preside la rotonda conocida
como Columbus Circle, en una zona comercial de Manhattan colindante con Central
Park, tras los ataques a otros monumentos en EE.UU. con motivo de las
manifestaciones antirracistas.
Tras las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos
de un policía blanco en Minneapolis, algunos manifestantes en distintos puntos
del país norteamericano están derribando o vandalizando estatuas polémicas,
sobre todo de líderes confederados que apoyaban la esclavitud. No obstante, los
ataques también se están haciendo extensivos a las estatuas de Cristóbal Colón
y otros exploradores, en solidaridad con los pueblos indígenas y a medida que
el foco sobre la injusticia racial que han propiciado las protestas nacionales
por la muerte de Floyd incluye a otras minorías. A ese respecto, el gobernador
del estado, Andrew Cuomo, de ancestros italianos, afirmó hoy en una rueda de
prensa "entender los sentimientos contra Colón y respecto a algunos de sus
actos", si bien defendió que la estatua del explorador "representa el
legado y la contribución de los italoamericanos" al país, al ser
preguntado por la ola de vandalismo contra su figura.
(EFE/Emol, Policía de Nueva York vigila estatua de Cristóbal Colón tras
ataques en otras ciudades, 11 de junio de 2020).
No veía columnas de Karmy en El Desconcierto hace tiempo, y en cambio ví hasta del senador Huenchumilla (a quien una vez e pasé una copia de "Estruendo"). Y así me tope con el nuevo medio La voz de los que sobran. Va una columna de hoy:
6 TESIS DESTITUYENTES
Rodrigo Karmy Bolton
A Gonzalo
Díaz Letelier
1.- Aceleración. La irrupción del coronavirus no ha
sido el punto de partida de un cambio sustantivo, pero tampoco una permanencia
incólume del estado de cosas precedente, sino un movimiento de aceleración de
las tendencias inmanentes a las propias sociedades de control. En el siglo XXI
la aceleración actúa en base a dos momentos de shock: el primero, desatado el
11 de septiembre de 2001 con el atentado a las Torres Gemelas; el segundo
desplegado desde el 11 de marzo de 2020 cuando la OMS declara al coronavirus
una pandemia. El primero aceleró la mutación de los dispositivos securitarios
apegados a la “seguridad nacional” de los EEUU –la policía del mundo- y la
implantación de los estados de excepción en la forma de intervenciones y
presiones fácticas a nivel global; el segundo, aceleró la mutación de los
dispositivos bioseguridad apegados a la episteme biomédica y la implantación
global de los estados de excepción en la forma de cuarentenas. La aceleración empuja
la transformación del proyecto metafísico de la cibernética (proyecto milenario
orientado al gobierno de los cuerpos) cuya última forma se cristaliza en la
actual totalización prodigada por la racionalidad neoliberal.
2.- Guerra civil global: la aceleración mencionada
desencadena la guerra civil global en la que el enemigo resulta “invisible”
porque habita el interior del cuerpo estatal o el cuerpo biológico: del cuerpo
estatal se dice “terrorista” y pone en juego la trama securitaria; del cuerpo biológico
se dice “virus” y pone en juego la trama biomédica. Ni el terrorismo ni la
epidemia tienen un territorio preciso ni un horario particular: circulan en un
espacio global y en un tiempo absolutamente simultáneos. Con ello, no hay
“afuera” pues sea el terrorista o el virus hacen de los cualquiera una
potencial amenaza. Esta última no se encuentra “fuera” de los cuerpos
(estatales o biológicos), sino “dentro” de los mismos, estallándolos desde su
propio interior y prodigando así un gobierno “intensivo” o “capilar” sobre los
cuerpos. Se trata de una re-balcanización (Mbembe) o de una guerra civil
planetaria (Agamben) desplegada en una mirada de conflictos polidimensionales
(Galli) que estallan por doquier.
3.- El Globo no es Mundo: asistimos a una desmundanización
del mundo y a una globalización planetaria. Si en el mundo advienen otros, hay
superficie rugosa y la luminosidad es siempre opaca, en el globo no hay más
otros, toda superficie es lisa y la luminosidad redunda siempre transparente.
La aceleración del proyecto metafísico de la cibernética
intenta imponer al globo sobre el mundo situando la cuestión más grave y
decisiva de todas: la destrucción de la posibilidad de habitar de una vida
singular o, si se quiere, de la vida ética.
4.- An-arquía. El conjunto de intifadas (revueltas) a las que
asistimos a nivel planetario han suspendido el tiempo histórico deteniendo así
la velocidad de la aceleración cibernética. Exigen poner la intensidad de la
vida antes que la del capital y sustraer sus ritmos de los signos del poder.
Pero poner la vida antes que el capital no puede traducirse en una política
progresista neoliberal que restituya el humanismo ingenuo que administre la
maquinaria de guerra eficazmente acelerada por el fascismo neoliberal actual. Progresismo
y fascismo son dos rostros del proyecto cibernético al que no podemos sucumbir.
Las revueltas han ofrecido imaginación como aquella fuerza que posibilita
devenir otros de sí. Frecuentemente son incomprendidas por el orden que las
acusa de nihilismo y sin sentido. Pero eso es porque la fiesta de la
imaginación popular irrumpe irreductible al régimen cibernético que las había
apresado: si en su aceleración, este último nos priva de toda posible
temporalidad; en su violencia, la revuelta abraza un momento destituyente que,
al suspender la aceleración, regala a la multitud un tiempo “ahora” no medible
por las agujas del reloj ofreciendo así, la an-arquía de un
comienzo.
5.- Destitución.La Constitución de 1980 fue la
cristalización legal del proyecto metafísico de la cibernética que transmutó
desde la teología política nacional-católica hacia la teología política
neoliberal para hacerse más eficaz en el gobierno de los cuerpos e impedir la
explosión de imaginación. En sentido estricto, dicha Constitución es la
inversión de la Filosofía del Derecho de Hegel, pues, como
plantea su “artículo 1”, no pone al Estado como motor de la historia, sino a la
“familia” y a la “sociedad”. Al hacerlo así, esta Constitución golpea
ideológica y estratégicamente al marxismo soviético (que justamente había
pretendido invertir a Hegel) y, a diferencia de la Constitución de 1925 que, a
través de la idea de “desarrollo”, tenía la tendencia mínima de estatizar
la economía, la nueva Constitución, bajo la idea de “crecimiento”, termina
por economizaral Estado renovando así, las
técnicas pastorales de la cibernética, ahora, bajo la rúbrica neoliberal. El 18
de Octubre irrumpió como un virus en el cuerpo de dicha Constitución y la
destituyó completamente, volviéndola vigente pero sin significado.
6.-Forma
de vida. La potencia destituyente abrió a un proceso inédito en
los últimos 50 años, pero como revuelta, ella se mantiene –y se
mantendrá- irreductible a las posibles formas de traducción
cursadas, permaneciendo como un guardián frente a nuevas formas de hegemonía
posibles o, en su defecto, a la renovación del Pacto Oligárquico en un nuevo
texto constitucional. La revuelta ha sido un modo de habitar el mundo devastado
en el globo impuesto por la Constitución de 1980 que, de manera abyecta y
transfigurada (tal como pensaba Al Farabi respecto de la profecía), no reclama
una nueva fe prodigada por algún pastor, sino la afirmación de una nueva forma
de vida. Ella no está en un más allá, en un “ideal” a cumplir que nunca se
cumple sino, tal como insistía Marx, deviene monstruosamente en el “ahora” de
su cognoscibilidad.
El Versalles posrevolucionario
como panóptico: “Se remodelaron las estatuas reales que habían quedado. La de
Luis XIV en la gran sala Orangerie, lleva un gorro frigio en lugar de la
peluca, que se ha quitado a martillazos; también una pica en lugar del bastón
de mando y, para que nadie se equivoque con el nuevo dios de la guerra, figura
en el pedestal de la estatua: ‘Marte francés, protector de la libertad del
mundo’. Una jugada semejante se le ha hecho al colosal bajorrelieve de Luis XIV
a caballo por Coustou en la gran galería del castillo. El genio de la fama, que
desciende de las nubes, coloca, en lugar de la antigua corona de laurel, un
gorro frigio sobre la calva cabeza del rey”. * Vulgarización *FJL Meyer, Fragmentos de París en el año IV
de la República francesa, II, Hamburgo, 1797, p. 315.
(Walter Benjamin, El Libro de los Pasajes, Q [Panorama],
Edición de Rolf Tiedemann).
En Bristol, en el oeste de
Inglaterra, los manifestantes derribaron una estatua del comerciante de
esclavos del siglo XVII, Edward Colston. Un grupo de manifestantes arrancó del
pedestal la estatua de bronce, erigida en 1895 en una calle que lleva su
nombre, tirando de ella con cuerdas.
Una vez derribada la pisotearon,
según imágenes publicadas en las redes sociales y transmitidas por la
televisión británica. Uno de ellos se hizo una fotografía arrodillado sobre el
cuello de la estatua, imitando el gesto del policía blanco que asfixió George
Floyd a finales de mayo en Estados Unidos. Después arrastraron la estatua de
Colston, que lleva años siendo controvertida en Bristol, por la ciudad
portuaria y la echaron, rociada con pintura roja, al río Avon, bajo gritos de
alegría.
La policía local anunció la
apertura de una investigación y el ministro del Interior, Priti Patel, denunció
un acto "absolutamente vergonzoso" y "completamente inaceptable.
Es vandalismo".
El alcalde de Bristol, Marvin
Rees, adoptó un tono más conciliador. "Sé que el arrancamiento de la
estatua de Colston dividirá a la opinión pública, como ya lo ha hecho la
estatua durante muchos años. Es importante escuchar a aquellos que estimaban
que era una afrenta a la humanidad", afirmó en un comunicado.
(Agencias/El Mercurio, “Nueva
jornada de manifestaciones en Reino Unido”, 8 de junio de 2020).
Foto 1 : Destrucción de la columna Vendome por la Comuna de París, 1871.
Foto 2: Bristol, 7 de junio de 2020.
Foto 3: Atentado anarquista al templo de las Carmelitas Descalzas en Santiago de Chile, enero de 1912.
2 textos sobre la revuelta en Estados Unidos // CARCAJ // / Public Ayler
Impresionante. Pero no inesperada. Ecos de 1968, que hacen pensar que estamos en el inicio del Tercer Asalto. Ecos de 1919, que nos recuerdan que la revolución proletaria sólo podría ser global. Ecos de 1848, que deberían advertirnos contra las ilusiones de trasformar procesos de revolución social en procesos re-constituyentes.
Va un texto anarquista y otro comunista. ¿La falsa dicotomía se niega a morir?
Y dos canciones:
-Ayler con Pharoah, interpretando Alto y Bajo Egipto a beneficio de los Panteras Negras en 1968 en Nueva York.
-Enemigo Público, Combate al Poder. 1989 (el 68 al revés). Me gusta Public Enemy. No me simpatiza para nada la Nación del Islam obviamente. Pocas veces he visto en un video clip este nivel de efervescencia comunitaria.
Esta foto de P. Slachevsky acompaña en Carcaj el breve reporte psicogeográfico sobre el 1° de mayo en Plaza Dignidad que subimos acá hace poco. Recomendamos una serie de textos que han estado subiendo en Carcaj a modo de etnografías de la cuarentena. En particular destacaría estos cuatro:
1.-Minneapolis:
ahora esta lucha tiene dos lados. Lo que
estas manifestaciones significan para la era Covid19 (x Colectivo Crimethinc).
Las manifestaciones de esta semana en Minneapolis marcaron un
hito histórico en la era COVID-19. Como discutimos en marzo, hay
algunas cosas por las que vale la pena arriesgarse a morir. Perpetuar
el capitalismo no es una de ellas. Pero algunos de nosotros
enfrentamos amenazas aún más mortales que el COVID-19. Vale la pena arriesgar
nuestras vidas para luchar por un mundo en el que nadie sea asesinado de la
forma en que lo fue George Floyd, y lo que está sucediendo en Minneapolis
muestra que la gente está lista para hacerlo.
Incluso antes de que se produjera la pandemia, los Estados
Unidos eran un barril de pólvora, con desigualdades en rápida escalada que
polarizaban la población. Desde marzo, hemos experimentado un desempleo sin
precedentes históricos junto con riesgos letales que se han distribuido entre
la población según las mismas líneas de raza y clase que las disparidades
preexistentes. El gobierno ha inventado miles de millones de dólares para
verterlos en los bolsillos de los ejecutivos, dejando a la gente corriente en
la estacada; las empresas están obligando a los que aún tienen trabajo a
arriesgar sus vidas diariamente, al tiempo que introducen nuevas tecnologías
de vigilancia y tratan de acelerar el ritmo de la automatización. En
resumen, se nos está tratando como un excedente de población que debe
ser controlado por la violencia del Estado y sacrificado por el virus.
Los políticos de todo el espectro político son cómplices
de esto. Algunos confían más en la fuerza bruta para estabilizar la
situación, otros en una gestión más racional, pero nadie que ostente el
poder tiene un plan real sobre cómo abordar los factores sistémicos que nos
han traído aquí en primer lugar. En el mejor de los casos, toman prestada la
retórica y los temas de debate de las campañas que nosotros
iniciamos, mostrando -como lo hizo el disparo de la policía en Minneapolis-
que la única forma de ver el cambio social es si tomamos medidas de base para
llevarlo a cabo por la fuerza.
Sin embargo, hasta el 26 de mayo, la principal línea
divisoria en los Estados Unidos parecía estar entre los partidarios de Trump,
que quieren fingir que no hay una pandemia en curso, y los demócratas, que quieren
ser vistos como los cautelosos y responsables sin abordar los factores que nos
obligan a ponernos en riesgo. El espectáculo de los enfrentamientos entre
un movimiento ”astroturfista”1 de extrema derecha que
exigía “reabrir” la economía y los inusuales agentes de policía que
defendían las medidas de cierre de los estados sirvió para limitar el
discurso político a la elección tonta entre el tipo de “libertad” que
defienden los capitalistas y los supremacistas blancos por un lado y el tipo de
“seguridad” que los estados totalitarios siempre prometen proporcionar por el
otro.
La valiente resistencia al control policial en Minneapolis los días 26 y 27 de mayo en
respuesta al brutal asesinato de George Floyd muestra que un gran número de
personas están dispuestas a oponerse al gobierno y a la policía incluso
afrontando un gran riesgo para ellas mismas. Estamos escuchando las voces de la
parte de la población que ha permanecido en silencio estos últimos dos meses
-aquellos que no son ni liberales ricos ni conservadores lameculos- y esto
demuestra que juntos, somos lo suficientemente poderosos para interrumpir el
statu quo.
Los acontecimientos de Minneapolis ampliarán la imaginación
colectiva de lo posible, la cual se ha contraído dolorosamente en los últimos
años. Cambiarán el discurso sobre cómo se producen los cambios sociales. Ha
quedado claro que suplicar a los que tienen el poder por medios electorales es
un callejón sin salida. Intentar hacer el cambio por la fuerza es una apuesta,
pero es la única opción realista que queda.
Es significativo que la movilización que nos llevó a
atravesar este umbral fue una respuesta a la violencia policial contra los
negros, iniciada por aquellos en el extremo receptor de la supremacía blanca y
todos los demás vectores de la opresión. Como observamos a
finales de 2017, los levantamientos contra la violencia policial que
tuvieron lugar en todo el país desde Ferguson hasta Baltimore y más
allá, prácticamente cesaron tras la elección de Donald Trump. La razón
por la que esto sucedió no está clara, pero ciertamente no ha sido porque la
violencia policial haya disminuido de alguna manera. El levantamiento en
Minneapolis pone de nuevo en juego todas las deudas no resueltas de aquella
época, pero en un contexto totalmente diferente, en el que mucha más gente se
ha radicalizado, la sociedad está mucho más polarizada, y cada vez está más
claro para todos que -ya sea por las balas de la policía, por el COVID-19 o
por el cambio climático global- nuestras vidas están en juego.
Los enfrentamientos en Minneapolis dominan las noticias desde
Grecia hasta Chile. Para bien o para mal, los Estados Unidos ocupan un lugar
central en la atención global- y gracias a la pandemia, todos en el mundo
están experimentando presiones similares. Especialmente en el los paises del
Sur -Brasil, Indonesia, Sudáfrica- donde un gran número de personas
experimentan la misma brutalidad que se impone a personas como George Floyd. La
rebelión en Minneapolis ofrecerá un ejemplo que otros emularán en los
próximos meses.
¿Cómo responderá la clase dirigente? En los Estados Unidos, Trump y
sus partidarios acusarán a los demócratas de no poder controlar los estados
que gobiernan, usando esto para avivar el miedo racista entre los beneficiarios
del privilegio blanco. Los Centro democratas reclamarán que este tipo de
disturbios suceden cuando el estado de derecho no es respetado
en la Casa Blanca, con la esperanza de recuperar el poder a nivel nacional -
aunque Minnesota está bajo el gobierno Demócrata en este momento, y la ley
siempre ha sido un instrumento de la supremacía blanca. La izquierda
institucional se presentará como intermediaria, ofreciendo sacarnos de la
calle y controlarnos a cambio de algunas concesiones.
Es de esperar que, en un momento en que el propio Estado se
está fracturando en facciones rivales, ninguno de estos grupos tenga el
capital político que necesita para llevar a cabo una represión estatal masiva
sin correr el riesgo de ser abandonado por los demás. Parece que a cada
facción le gustaría que los otros fueran los responsables dehacerse cargo de
la situación. En cualquier caso, Trump ya no es el único que domina el ciclo
de noticias. Ahora esta guerra tiene dos lados.
Hace sólo una semana, algunos elementos de la extrema
derecha trataron de enmarcarse de ser ”anti-policía” debido a las protestas de
“reapertura”. Anoche, en Minneapolis, los milicianos armados expresaron la
incómoda posición de que apoyaban las protestas pero se oponían al saqueo-
una contradicción que se hace flagrantemente evidente en cuanto se nota en qué
dirección apuntan sus armas. El aparente asesinato de un manifestante en
Minneapolis anoche por un vigilante que defendía una tienda debería dejar
suficientemente claro que los vigilantes y los policías son lo mismo:
asesinos- ya sea con o sin uniforme.
¿Y qué debemos hacer nosotros? Deberíamos hablar claramente
con todos los que nos escuchen acerca de por qué la gente se pone de pie.
Deberíamos compartir habilidades sobre cómo mantenernos
seguros unos a otros en la calle. Deberíamos fortalecer nuestras redes y
prepararnos para participar en eventos similares en todo el mundo. Deberiamos
resistir todos los esfuerzos para dividir a los que actúan juntos en
solidaridad contra la violencia policial, especialmente las teorías de
conspiración sobre los agitadores externos. Debemos explicar una
vez más por qué el vandalismo y el saqueo son tácticas de protesta
efectivas y legítimas. Cada vez que la gente se levanta contra el estado
policial, deberíamos mostrarnos solidarios, preparados para correr los mismos
riesgos que aquellos a los que apoyamos. Sobre todo, deberíamos compartir
visiones de un mundo sin opresión, sin jerarquías, sin policía, ni
prisiones, ni vigilancia, y demostrar estrategias a través de las cuales
crearlo.
No le debemos nada a la policía que se ha aprovechado de la
pandemia para asesinar a los negros de forma aún más flagrante que
antes. Ellos nunca tuvieron la intencion de cuidarnos. No le
debemos nada a los multimillonarios que se han aprovechado de la pandemia para
embolsarse más dinero del estado y acaparar el mercado con sus
monopolios. La vida para su economía significa la muerte para nosotros.
No le debemos nada a los políticos que apenas han levantado un dedo para
proteger nuestra salud o vivienda. Ellos han tenido su oportunidad. Tenemos
que cambiarlo todo nosotros mismos.
El orden dominante está condenado. Tarde o temprano ha de
colapsar. Concentrar riqueza y poder en cada vez menos manos es insostenible.
La única pregunta es si lo aboliremos antes de que nos mate a todos y diezme
el planeta. El tiempo es corto. Las vidas que pensábamos que estaban por
delante de nosotros ya nos han sido arrebatadas. Depende de nosotros crear otro
futuro.
Gracias a todos los que en Minneapolis y Los Ángeles
arriesgaron su libertad -y tal vez sus vidas- anoche para demostrar que el
asesinato de George Floyd es inaceptable.
Nota del traductor: Astroturfing es un
término referido a campañas de relaciones públicas en el ámbito de la
propaganda electoral y los anuncios comerciales que pretenden dar una
impresión de espontaneidad, como nacida de una fuerte relación con el entorno
social. El nombre proviene de un doble juego de palabras en inglés, partiendo
del concepto de grassroots (literalmente “raíz de hierba”,
figurativamente “de base”). Este concepto sirve para calificar a los
movimientos «con base social», que surgen «de abajo», de la interacción de los
miembros de una comunidad. Por otro lado, AstroTurf es una conocida marca
estadounidense de césped artificial, cuyos productos están diseñados para
parecer hierba natural. Así, astroturfing hace referencia a
esa artificialidad, a esa falsa base social de ciertas campañas comerciales.
2.- Sobre Minneapolis: Brutalidad policial y lucha
de clases (Intransigence,
Internationalist worker´s group y Klasbatalo).
1. Watts en 1965, Los Ángeles en 1992,
Ferguson en 2014. Rodney King, Mike Brown, Sandra Bland, Tamir Rice.
Los acontecimientos en Minneapolis son otra
adición a un problema histórico y sistémico. Además de sufrir el desempleo en una
tasa doblemente mayor a la de sus compañer@s blanc@s (un número consistente
desde los años 50), el proletariado negro es desproporcionadamente atacado por
la violencia policial, sin que parezca haber un final a la vista para el aumento
en el número de muertos. Sin embargo, la clase se muestra, una vez más,
combativa en estos momentos terribles. L@s trabajador@s negr@s de América,
junto con el resto del proletariado que se solidariza con ell@s, se toman las
calles y hacen retroceder la represión estatal. Nada ha cambiado. En 1965, al
igual que en 2020, la policía mata, y la clase responde en desafío al torcido
orden social por el que asesinan. La lucha continúa.
2. Aunque la clase trabajadora negra se ve
afectada de manera desproporcionada por la brutalidad policial en los Estados
Unidos, su opresión está finalmente enraizada en su posición de clase.
George Floyd no es más que uno de l@s miles de
afroamerican@s que son brutalmente asesinad@s por la policía cada año. Aunque
estos actos de violencia institucional tienen una motivación racial, es
innegable que la fuerza policial existe como herramienta del Estado para
defender los intereses de la burguesía. Si bien es importante destacar la
dinámica racial que existe dentro de los diferentes subgrupos de la clase trabajadora,
así como las luchas particulares que cada grupo enfrenta, es igualmente
importante reconocer nuestros intereses compartidos como trabajador@s explotad@s
por la clase capitalista. L@s trabajadores no-negr@s deben ser solidarios con l@s
trabajador@s negr@s que protestan en Minneapolis y otras ciudades de los
Estados Unidos. L@s trabajador@s de todos los colores deben organizarse desde
una perspectiva de clase en su lucha por la liberación, ya que un ataque a un
sector de la clase trabajadora es un ataque a tod@s nosotr@s.
3. "Es el secreto por el cual la clase
capitalista mantiene su poder" - Karl Marx, 1870
En cuanto a las ideas racistas, nacionalistas
y chovinistas dentro de la clase trabajadora, Marx comentó "es el secreto
por el cual la clase capitalista mantiene su poder". En efecto, ya sea en
Inglaterra en 1870, o en América en 2020, para l@s Jef@s el racismo es
fundamentalmente una estrategia para dividir y dominar. L@s capitalistas son
felices cuando sus demagogos reaccionarios llenan los oídos de l@s trabajador@s
blanc@s con ideas nacionalistas, para que se identifiquen con el jefe y el
gobierno antes que con sus compañer@s de clase. Bajo el lema "último
contratado, primer despedido", el proletariado negro ha sido llevado a un
grado extremo de precariedad. Mientras tanto, l@s trabajador@s blanc@s han sido
engañad@s por la trampa de sus jefes. Con un sector de su clase siendo atacado
al extremo, ahora deben aceptar los trabajos deficientes y mal pagados
ofrecidos por l@s capitalistas.
4. Los negocios son negocios, grandes o
pequeños.
Durante el último siglo, la pequeña burguesía
ha utilizado la idea del "negocio familiar"
para evocar un sentido de comunidad, uno que es necesario apoyar, especialmente
en tiempos de dificultades económicas. Las pequeñas empresas siempre han
tratado de distanciarse de las grandes corporaciones en lo que respecta a la
explotación de la que participan, mientras que simultáneamente aspiran a los
ideales burgueses. Los negocios de pequeños propietarios representan particularmente
el ideal del sueño americano, representando a l@s trabajador@s inmigrantes que
vinieron a América para un nuevo comienzo. Esta exitosa historia de "desde
los harapos a la riqueza" es utilizada para justificar su explotación de l@s
trabajador@s. La violenta respuesta de los dueños de pequeños negocios durante
los disturbios de Minneapolis deja claro el hecho de que la pequeña burguesía
siempre arrojará a l@s trabajador@s bajo el autobús para defender sus propios
intereses de clase. El simple hecho de criticar a la policía mientras se manifiestan
bajo el disfraz de "solidaridad con las personas de color" para
apoyar a las empresas propiedad de minorías, es un intento de colaboracionismo
entre clases que oculta el corazón de la explotación capitalista. En su lugar,
l@s trabajador@s deben organizarse desde una perspectiva de clase.
5. En luchas anteriores contra la clase capitalista
y su estado, l@s trabajador@s han coordinado huelgas en solidaridad con
movimientos más grandes.
L@s conductor@s de autobús en Minneapolis se
han negado a ayudar a la policía en el transporte de l@s manifestantes arrestad@s.
L@s trabajador@s de toda la ciudad han comenzado a organizar una resistencia a
las medidas violentas tomadas contra las protestas, paralizando su fuerza de
trabajo. No deberían detenerse allí. Debemos agitar para seguir interrumpiendo
el trabajo y resistir todos los esfuerzos del Estado para reprimir
violentamente a l@s manifestantes, no sólo en Minneapolis, sino a través de los
Estados Unidos. L@s trabajador@s esenciales, como los de Amazon o Instacart,
pueden aprovechar aún más su poder llamando a huelgas en solidaridad con las
protestas. En tiempos de crisis intensa, la organización en todas las
industrias y sectores impulsa la toma de consciencia de que es la clase
trabajadora la única que tiene el poder de transformar la sociedad.
6. La brutalidad policial sólo puede resolverse
con la abolición de la policía.
Cuando la policía comete un asesinato
descarado, a menudo se exigen una serie de reformas para evitar que los
asesinatos continúen. Ya se trate de cámaras corporales, de formación adicional
o de supervisión comunitaria, el objetivo es que la policía no aterrorice y
asesine a las personas que supuestamente "protegen y sirven". El
problema de este enfoque es que las fuerzas policiales sólo existen para
aterrorizar y asesinar en nombre del capital. La única manera de tener un mundo
en el que la policía ya no mate a la gente por ser negra es tener un mundo sin
policía.
7. La rebelión urbana necesita transformarse
en una revolución mundial.
Aunque nos encanta ver las batallas callejeras
con policías y comisarías en llamas, la tendencia de estas revueltas es que se
debilitan después de algunas semanas en la medida en que se restaura el orden y
se reconstruyen las estructuras opresivas. Para que el poder de l@s
capitalistas y sus mercenari@s sea verdaderamente desafiado y abolido, lo que
se necesita es un partido de clase, internacional y revolucionario. Un partido
de este tipo sería una herramienta en manos de la clase obrera para organizarse
y dirigir su rabia reprimida no solamente a derribar el Estado racista, sino a
construir poder proletario y comunismo.