sábado, marzo 27, 2021
Social Patriotas en acción (judicial)
Mientras en Myanmar/Birmania en las últimas 24 horas el Ejército ha matado a más de 100 personas a balazos, les comento que hace un par de días la ex editora del medio electrónico El Desconcierto, Francisca Quiroga, me avisó que existía una denuncia del Movimiento Social Patriota en contra de ella y su antiguo medio, en razón de no haber publicado una aclaración respecto a una columna de mi autoría publicada hace poco más de un año.
Ante la falta de
respuesta el vocero del MSP, Pedro Kunstmann, interpuso a través de un abogado
denuncia por Ley de Ejercicio del Periodismo, exigiendo que se publique su
aclaración. El proceso está suspendido por efecto de la Ley 21226, mientras
dure el estado de excepción.
Por mientras, y dejando en claro que se trataba de una columna
de opinión que para ser refutada requería de alguna acción en contra de su
autor y no del medio que lo cobijó, los dejo con algunos extractos de su
denuncia (RIT 2070-2020 del 8° Juzgado de Garantía de Santiago). Lo menos que
se puede decir es que sus argumentos más que desmentir parecen confirmar las
apreciaciones que intentan refutar (los destacados son míos):
Con fecha 26 de febrero
de 2020, se publicó una columna en el mencionado medio de comunicación social
titulada “Nueva derecha, neofascismos y
violencia callejera” (la que se acompaña certificada como uno de los
documento en el PRIMER OTROSÍ), escrito por el periodista don Julio Cortés
Morales. En dicha columna, el articulista lanzó aseveraciones que mi
representado (Pedro Kunstmann) pidió aclarar o rectificar, porque aquélla podía
inducir a error a la población que la haya leído, ya que achacaba conductas que
no se condicen con la realidad.
En la referida columna
puede leerse lo siguiente (pág. 7):
“… y si bien son conservadores en cuestiones morales (al
menos en el MSP [Movimiento Social Patriota] defienden posiciones abiertamente
homofóbicas y antifeministas)”.
Como se explicitó en la nota de correo
electrónico dirigida a la Dirección del medio -y que el Tribunal podrá leer en
forma íntegra-, dicha aseveración es falsa, por lo que se la retrucó de la
siguiente forma:
“Lo anteriormente
transcrito no es cierto, y sin atribuirle intenciones a la redacción, debo
decirle que es un craso error dicha aserción. Jamás el Movimiento ha sido de faz homofóbica, y no podría serlo, ya
que tenemos militantes que tienen la señalada orientación, y, los mismos, así
como todo MSP, rechazan la agenda valórica promovida desde fuera de nuestras
fronteras con fines abiertamente desestabilizadores de nuestra idiosincrasia,
la que se muestra sin tapujos en su afán de ideologizar a todos los habitantes
de Chile, sin excluir en esa concientización a los niños, niñas y adolescentes.
Es tan claro dicho fin que ha poco tiempo (diciembre de 2017), la Representante
de la UNICEF en nuestro país, Sra. Hai Kyung Jun, respecto de la pregunta que
le formulase un colega suyo en torno a que, si un niño de 5 años quisiera cambiar
de sexo, y la madre o padre creen que es muy pequeño para tomar dicha
definición trascendental para su vida, ¿qué derecho tendría predominio? ¿el de
responsabilidad de los padres a decidir lo que creen mejor para su hijo, o el
derecho del niño a decidir su identidad? La Representante no dudó en responder
lo siguiente: ‘Ahí prima el principio del interés superior del niño’.
Rechazamos dicha descarada injerencia externa en nuestro país.
Con respecto a la acusación sobre antifeminismo, la impugno
también. Lo que hay es una oposición nuestra razonada en orden a oponerse a la
mayoría de sus demandas -también auspiciadas por Naciones Unidas-, y que dicen
relación principalmente -no únicamente- con su consigna de ‘aborto gratuito y
sin causales’”.
En la página 9, se
trata, al MOVIMIENTO SOCIAL PATRIOTA, y sin mayores explicaciones que permitan
conocer el raciocinio que ha llevado a arribar a dicha denominación, de
“fascistas”, lo que mi representado también impugnó del siguiente modo:
“En cuanto al apelativo de ‘fascistas’, debo señalarle que con
sólo una clara palabra puede derribarse tal término hacia nosotros: somos
nacionalistas orgullosos, y, por tanto, contrarios al foráneo ‘modelo
neoliberal’ que se instaló en nuestro país”.
Más adelante, se
realizan en la misiva enviada al medio “EL DESCONCIERTO”, Aclaraciones o
Rectificaciones que el Tribunal podrá apreciar en el documento ofrecido y
adjunto en el PRIMER OTROSÍ”.
Es dable destacar que
el singularizado correo electrónico que contenía la petición de Aclaración o
Rectificación basado en la Ley 19.733, enviado a las direcciones de la señora
Directora y del señor Editor General, ni siquiera fue respondido con acuse de
recibo como la educación aconseja, y menos publicado como se pedía.
(…)
El hecho de que mi
representado funja como Vocero o Jefe Nacional del MOVIMIENTO SOCIAL PATRIOTA, una agrupación sin personalidad jurídica,
que nace a la vida social como grupo de
estudios políticos y sociales el 30 de abril de 2017 (y que tiene, según su
página web www.socialpatriotas.cl , como
objetivo propender a una comunidad nacional orgánica y socialmente justa,
además de económica y políticamente libre y soberana) no es óbice para
reconocerle a dicho MOVIMIENTO (cuyo Vocero es el señor PEDRO KUNSTMANN PÉREZ)
el derecho que le asiste según las normas legislativas y constitucionales
citadas, además de los instrumentos internacionales -entiéndase el Pacto de San
José de Costa Rica, así como la jurisprudencia de la Corte Interamericana con
sede en la misma ciudad y país nombrado, ambas por lo demás fuentes del Derecho
Internacional Público-.
Bla bla bla
CTM CTM
Etiquetas: documentos de barbarie, documentos de cultura, fascist pigs
domingo, marzo 21, 2021
La fantasia de Lester (parte 1)
Cuando leo a Lester Bangs siento
como si fuera un viejo amigo. Puede que sea cierto, pues lo leo desde hace como
dos décadas por lo menos.
Según Greil Marcus (que también
leo desde eso y más tiempo, y pese a la valoración de su obra –gracias a él
supe de la IL y la IS- no se siente como un amigo exactamente, sino más bien
como un profesor que no admiras pero respetas)...
[Greil conocía a Lester, y editó
el primer compilado de escritos, que recién hace un par de años se tradujo a
español, por Ignacio Juliá. Y no es por ser criticón, pero…las traducciones
ibéricas siempre dan como ganas de mejorarlas].
Bueno: En la presentación Marcus dice
que Bangs fantaseaba con la idea de que existiera una especie de archivo de
toda la música de la humanidad. En los 70/80 ese archivo se imaginaba como una
enorme bodega llena de LPs. Desde que leí eso que tengo la imagen de Lester en
un subterráneo hurgueteando en las distintas colecciones. Tal vez porque las
disquerías más grandes e interesantes que vi en mi vida estaban situadas en
subterráneos. Situadas en Malmö y en Lund, Suecia, donde nunca más retorné
desde 1994, aún suelo soñar que voy bajando las escaleras lleno de emoción pensando
en qué maravillas del arte sónico de la humanidad me voy a topar ahí.
Porque cuando me preguntan qué
música me gusta me es cada vez más difícil responder. Prefiero decir: me gusta
el sonido en general, y en particular la organización humana del sonido que
llamamos “música”. Pero es cosa de escuchar bien y la música está en todo
sonido, hasta en el del calefont o las construcciones de edificios acá al lado.
Es lo que algunos jipis (y Ud.?) llamaron la Vibración Universal.
Como se sabe, no soy un amigo de
las nuevas tecnologías. Uso guasap sólo desde el 19 de octubre de 2019, aparte
de este blog, y el correo electrónico. Y sin tener tuiter me acostumbré a
revisarlo también desde 2019, poco antes del estallido, siempre entrando al de
Piensa Prensa y viendo desde ahí las “tendencias” del momento, por lo general
mucho más rápidas que las noticias oficiales.
Me gusta escuchar música desde
los 1600 CDs y no más de 100 LPs que hay en casa, pero me había acostumbrado a
escuchar música desde YouTube en mi trabajo con audífonos (que no están mal,
pero prefiero sentir la música con todo el cuerpo y no sólo los oídos y la
mente). Descubriendo varias cosas en YT a veces me acordaba el archivo de
Lester, pero no me parecía que fuese lo mismo porque: hay muchas publicidades,
y siempre se asoman otras cuestiones que te distraen, con lo cual no se parece
a la clásica sensación de estar escuchando un disco entendido como una forma de
arte que se basta a así mima con portada, texto y música.
Pero otra cosa parece ser bandcamp.
Hace un mes o poco más recordé de
repente la existencia del crítico musical Byron Coley, quien se me ha aparecido
en varios lados: reediciones de Dinosaur Jr., notas al único álbum de los Momes
(“Spiralling”, de 1989, grabado en los estudios Cold Storage, y que la única
vez que vi por ahí por 1992 en la Melody Rock dejé ir pues preferí comprar un CD
de Perfect Trouble, que luego le cambié a Chandía por una sinfonía fome de Glenn Branca. Sí: la cagué), y un libro sobre la No Wave co-escrito con Thurston Moore,
un persnaje a quien siempre le estaré agradecido porque a causa de su
infidelidad puso fin a la ya larga, tediosa y tediosa carrera de Sonic Youth,
una buena banda en sus primeros 10 años, que nunca volvió a ser lo mismo luego
de la era grunge.
Busqué de ocioso el tuiter de
Byron, y me encontré con excelentes recomendaciones bajo el título de “disco
del día”, reenviando por lo general al formato bandcamp.
Y ahí me puse a explorar este
nuevo mundo que sí creo se ajusta mejor a la utopía melómana de Lester Bangs,
sobre todo porque respeta el formato “álbum”, con portada y texto y sin
distracciones, y además permite explorar sean en base a bandas o sellos.
Enchufado desde mi teléfono
celular el equipo de música los
parlantes SONY conseguidos por mi padre en La Serena en los años 70, el sonido
es excelente y este último mes casi no he usado los CDs: el formato ya casi
obsoleto que he coleccionado desde más o menos 1990 (mi primer caset y LP
fueron de Iron Maiden, respectivamente “Killers” y “Iron Maiden”; mi primer CD
fue el “One size fits all” de Zappa y las Madres, y el segundo fue uno de los
peores albums de la historia de los Residents: “El rey y yo” (una especie de
tributo a Elvis)).
El proceso por lo general
consiste en hacer memoria de bandas y artistas de los que en la vida me ha
costado conseguir material, y googlearlos agregando “bandcamp”. A veces o
aparece nada, pero por lo general siempre hay algo.
El itinerario fue más o menos así
(anoté casi todo en mi libreta negra):
Faust: ¿Cómo no partir por buscar una de las bandas que siempre ha
estado en mi top % de bandas de todos los tiempos? Encontré que tenían
bandcamp, en el que sólo hay dos discos pero completos: el Faust 1, con el que
Uwe Nettelbeck estafó a los ejecutivos de Polydor (si no me equivoco)
diciéndoles que tenía en sus manos a “los nuevos Beatles”, jajajaja, y qué
tremendo disco sacaron gracias al millonario presupuesto que le pasaron.
También está el 71 minutos, gloriosa obra que tengo en CD pero acá al fin
se entienden los títulos en el orden adecuado.
Por ahí pillé en otro lado el
Patchwork, que compila fragmentos del mundo faustiano desde 1971 hasta el dos
mil y algo. Muy bueno.
Lástima que no está el Faust
Tapes: legendaria movida de Uwe de nuevo, que ante el fracaso comercial de Faust
en Alemania le entregó unas cintas a Virgin UK con el compromiso de que
editaran un LP al precio de un single. Gracias a eso el disco vendió como 60
mil copias.
This Heat: otra banda que suele estar en mi top 5. En su bandcamp
está todo: los dos LPs, las Peel sessions, el maravilloso “Salud y eficiencia”,
una colaboración con un percusionista africano (Mario Diekuuroh), un disco en
vivo, “Metal”, “Repeat” y 3 versiones de “Graphic/varispeed”, que es un
fragmento sonoro en tres formatos de reproducción/velocidad: 33, 45 y no me
acuerdo (la técnica nunca fue lo mío: De hecho, aún no sé en rigor que es lo
“mío” y por eso me gusta tanto la frase crística “mi reino no es de este
mundo”)…ah, sí: y 16 RPM. Sé que casi nadie lo hará pero ¡escuchen todo eso! En
las tres versiones de Graphic se aprecian todos los sonidos ocultos detrás de
lo que llamamos canciones o piezas instrumentales, que están todo el tiempo ahí
esperando que los descubramos.
John Peel dijo en su momento: “La
gente me escribe pidiendo más música como la de This Heat, el problema es que
-que yo sepa- ¡no existe más música como la de This Heat!”. Y eso sigue siendo
cierto, 40 años después.
No sé por qué de ahí salté al
bandcamp de Doctor Nerve. A inicios
de los 90 descubrí su disco en vivo “Did sprinting die?”, y luego el CD que
reúne los dos primeros discos de estudio (Armed Observation y Out to bomb fresh
kings). Es un combo de NY numeroso y complejo liderado por Nick Didkovsky (con
quien tuve alguna correspondencia en esos años y me mandaba afiches de las
tocatas que los tenía todos pegados en mi pieza en esos años pero una vez en un
aseo general terminaron en la basura), que rockea duro mientras ofrece
intrincados arreglos de vientos que le dan un toque de Henry Cow meets heavy
metal y entremedio hay piezas programadas por un computador. No están todos sus
discos ahí, pero hay varios, y reescuchar “Beta 14 OK” fue como volver a
carretear con un viejo amigo. Y pensar que hay quienes aún se impresionan con
Fulano y Mr Bungle. OK.
La banda no ha parado hasta el
día de hoy, y el sonido se ha hecho cada vez más metalizado pero en una buena
forma, por ejemplo en el álbum adecuadamente titulado “LOUD!”. De hecho, un
amigo de esos tiempos me mostró hace poco que Didkovsky hacía eventos tales
como reinterpretar completo el “Master of Reality” de Black Sabbath. Algo que la
mayoría de los autoproclamados “músicos de vanguardia” que me he topado por acá
no harían pues son tan levantados de raja que miran en menos el punk y el heavy
metal (a menos que sea muy "virtuoso", o sea, pichulero).
Enormes cantidades de discos hay
en los bandcamps de 3 favoritos del anarco-post- punk (por decir algo): The Ex, Chumbawamba, y Dog Faced Hermans.
El caso de Chumbawamba es el más
extraño, dado en enorme hit mundial que tuvieron en los 90 con Thubtumping,
pero acá están los clásicos “Las fotos de niños muriendo de hambre venden
discos” y “Que no te preocupen las elecciones”, además de un disco pop y
hermoso como “Anarchy”, que tuve en CD pero se lo regalé a una polola, jojojo.
No creo que ella lo escuche mucho ya.
Buscando en el árbol post-This
Heat encontré el hermoso disco de Lifetones,
deriva dub a cargo de Charles Bullen y un socio jamaiquino (o jamaicano?), y no
mucho pero sí algo de Camberwell Now
(de Charles Hayward, el baterista). Se trata de dos temas dentro de un
compilado del sello Sub Rosa en homenaje a William S. Burroughs. En la página
del sello me topé con Palo Alto y
“Diferencia y repetición”, su homenaje a Gilles Deleuze. Palo Alto es un
supergrupo bien curioso, con Richard Pinhas (de Heldon, pioneros de la
electrónica francesa), Thierry Zaboitzeff (de Art Zoyd, banda RIO belga), y
Rhys Chatam (ex Theoretical Girls junto a Branca, pioneros del no wave, y precursor
de la Band of Susans, una de las primeras formaciones con 3 guitarras además de
bajo). El disco lo escuché acostado y bien volado y me pareció sublime. Una
semana después lo escuché en otro contexto y no me gustó tanto. Le daré otra
oportunidad y les cuento. El disco no solo tributa a Deleuze (con samplers de
su voz) sino que es al mismo tiempo un homenaje al “Third” de Soft Machine,
álbum doble con un tema en cada lado, y la idea es que cada tema (de 2º minutos
aprox.) explore un lenguaje musical distinto.
De los Residents no encontré mucho, salvo por algunos de los conciertos de su 13 aniversario en Holanda y no recuerdo qué más, pero sí encontré albums de sus amigos ingleses Renaldo & the Loaf, y varios tributos a los Residents, dentro de los cuales destaca una versión completa a cappella de su cásico “Commercial Album”, a cargo de The 180 Gs, brillante. Y por raro que parezca, aunque no tanto pues estamos hablando de los Residentes, la formación Minimún hizo lo mismo tributando en su integridad ese clásico del minimalismo pop con sus 40 canciones de 1 minuto.
No pude terminar aún esta
revisión, pero sí pude encontrar la referencia original de Lester:
“La fantasía más memorable de mi
infancia era ser propietario de una mansión con catacumbas subterráneas que
contendrían, alfabéticamente ordenados en pasillos infinitos y tortuosos,
húmedos y mal iluminados, todos los álbumes publicados”.
(Lester Bangs, Reacciones psicóticas
y mierda de carburador. Prosas reunidas de un crítico legendario: rock a la
literatura y literatura al rock, Edición de Greil Marcus, Traducción de Ignacio
Juliá, Libros del Kultrum, segunda edición, 2018, pág. 16. Estoy refiriendo como
me enseñó un académico imbécil: usen las citas más voluminosas posibles.
Benjamin escribió sobre eso en Instrucciones para redactar mamotretos, creo que
en su Calle de dirección única).
El sueño de Lester parace un poco obsoleto hoy en día.
¿Su visión se quedó corta?
Yo tengo una que de seguro va más
allá: lograr un archivo del sonido que no sea propiedad de nadie, en que haya
quedado un registro, repetido al infinito, de cada una de las expresiones
auténticas del ser, humano.
Etiquetas: Bangs, comunismo difuso?, crimen estético, industria cultural, trivia musical
miércoles, marzo 17, 2021
Proto, Neo y Post /Palo Alto
(fascismo/marxismo/anarquismo)
("diferencia y repetición", el álbum)
En relación a otras corrientes políticas también se ha hablado de versiones neo y post. Así, en relación al “marxismo” -que en rigor es una construcción de fines del siglo XIX sistematizada primero por Engels, Kautsky y la socialdemocracia de la II Internacional, y luego por la III desde la U.R.S.S.- cuando durante el siglo XX se conocieron otras obras de Marx que discrepaban considerablemente del cientificismo positivista del marxismo oficial (en sus dos versiones: socialdemócrata y leninista), se optó por diferenciar al “joven Marx” del Marx “maduro”, y a partir de ahí al “marxismo heterodoxo” representado por la Escuela de Frankfurt y otras corrientes no dogmáticas se le denominó como “neomarxismo” (1).
Con posterioridad el derrumbe de
la Unión Soviética y el “socialismo real” y de la mando de los avances del
“postmodernismo”, se empezó a hablar de un “postmarxismo”, el que -como le
escuché una vez decir a Ernesto Laclau en una charla en la Librería Gonzalo
Rojas en calle Bulnes con Tarapacá- “sigue siendo marxismo, porque si no se
llamaría ‘ex-marxismo’”.
En relación al anarquismo, un
fenómeno que en rigor es mucho más antiguo que su versión “moderna” surgida
como rival del marxismo en el movimiento obrero de la segunda mitad del siglo
XIX, también se ha hablado de formas neo y post para explicar su
“resurgimiento”. Así, Tomás Ibañez usa la expresión “neoanarquismo” para
referirse a “la forma que toma el resurgir del anarquismo” (2),
sobre todo a partir del siglo XXI, como un fenómeno global, asumiendo que la
distancia entre el anarquismo actual y el clásico es no sólo temporal, sino que
también geográfica pues tal como destaca Ibañez, ya no es sólo en Europa
central y sus zonas de influencia más directa donde éste se desarrolla, sino
que se presencia ahora “un impulso impresionante que se manifiesta en varias
regiones del globo” (3).
En este contexto se aprecia una
tendencia a que ciertos rasgos y características tradicionalmente asociadas al
anarquismo ya no sean patrimonio exclusivo de un movimiento específicamente
ácrata, sino que por ejemplo la apelación a métodos y formas de acción
autónomas, horizontales y autogestionarias ha permeado a distintos movimientos
políticos, sociales y culturales, incluyendo a algunas expresiones de la nueva
extrema derecha.
Ibañez habla de “anarquismo
extramuros” para referirse a “su importante expansión fuera del mundo
anarquista”, y señala que en realidad el anarquismo siempre tendió a tener
contornos difusos, pero que “este desbordamiento se ha amplificado de manera
espectacular desde Mayo del 68 hasta los más recientes movimientos de protesta,
con sus masivas ocupaciones de las plazas públicas y de las calles (Seattle,
movimiento del 15-M, Occupy Wall Street, etc.)”.
En un sentido similar, el
conocido antropólogo anarquista David Graeber se ha referido a los “nuevos
anarquistas” para destacar este resurgir del anarquismo en el contexto del mal
llamado “movimiento antiglobalización” (según Graeber lo que en realidad se
combate desde dicho movimiento es el “neoliberalismo”). En su texto “Los nuevos
anarquistas” destaca a este “neo-anarquismo” en su vinculación profunda con
movimientos de resistencia que ya no vienen solamente desde Europa occidental,
y sobre todo con el movimiento zapatista o neozapatista del EZLN (4).
Por otra parte, el enfoque
postestructuralista asociado a la influencia de figuras como Foucault y
Deleuze/Guattari ha motivado también el cuestionamiento de los presupuestos más
esencialistas, eurocéntricos y hasta “obreristas” del anarquismo clásico o
tradicional. A esa tendencia o fenómeno Ibañez, siguiendo a otros autores en
general ligados al medio académico, la designa como “post-anarquismo”.
Siguiendo de cerca su exposición,
se puede señalar que ya en 1987 el concepto de post-anarquismo fue usado por el
influyente “anarquista ontológico” Hakim Bey en el título de su ensayo
“Post-anarchism anarchy” (que cabría traducir aproximadamente como la anarquía
después del anarquismo). En todo caso, la intención de Bey en dicho texto no es
la de fundar dicha corriente ni mucho menos, sino que apelar a una
desideologización de un anarquismo considerado ya muerto y fosilizado, y en
necesidad de una completa renovación. En cierta forma heredero de la importante
y aún poco comprendida tradición de crítica de la ideología llevada a cabo
sistemática e implacablemente en Europa por el grupo autodenominado como
Internacional Situacionista entre 1957 y 1972, Hakim Bey considera que al
devenir “ideología” -en el sentido marxiano-situacionista de pensamiento
separado, siempre una forma de falsa consciencia que la teoría revolucionaria
debe develar y destruir- el anarquismo deja de ser una fuerza revolucionaria. Y
por eso, tal como lo resume Ibañez, hace “un llamamiento a sobrepasar el
anarquismo en nombre de la anarquía” (5).
Poco después de los Comunicados
de Hakim Bey, en 1989, Todd May publica un artículo llamado “¿Es anarquista la
teoría política post-estructuralista?”, seguido en 1994 por el libro “La
filosofía política del anarquismo post-estructuralista”. En el año 2002 Lewis
Cali publica la obra adecuadamente titulada “Anarquismo posmoderno”, y en el
2003 Jason Adams inaugura la web “Post Anarchism”. A partir de ahí es que según
Ibañez podemos encontrarnos con tres etiquetas en competencia para designar
algo similar: anarquismo post-estructuralista, anarquismo posmoderno,
post-anarquismo.
De acuerdo a estas teorías, en
cercanía evidente con las ideas de Foucault, se sostendría que “más que estar
reprimidos por el poder, somos producidos por este”. De ello se desprenden una
serie de consecuencias importantes en lo
relativo a la noción del sujeto individual y colectivo (en el anarquismo
clásico: el individuo como parte del proletariado) que se enfrenta a una
dominación que ya no se podría concebir sólo como “de arriba hacia abajo” y
menos como meras determinaciones externas al sujeto mismo. Como lo explica Ibañez, “es obvio que el
anarquismo participaba, en buena medida, de la creencia moderna en la
existencia de un sujeto autónomo que bastaría con arrancar de las garras
del poder para que pudiera realizarse finalmente, ser libre y actuar por sí
mismo”. En cambio, “el
postestructuralismo nos enseña que, bajo los adoquines no existe ninguna
playa, que no hay un deseo que podamos liberar o un sujeto que podamos
emancipar, porque lo que se vería entonces emancipado no sería un ser autónomo,
sino un ser ya moldeado y constituido por relaciones de poder” (6).
La noción misma del “poder”, y de las relaciones de poder, tan central
en la toma de posición anarquista clásica, es sometida a crítica, para
descubrir su carácter “productivo” e “inmanente”. Así, según Ibañez, “hay que
abandonar, entre otras cosas, la ingenuidad de creer que el Estado sólo ejerce
su dominio de arriba hacia abajo, sobre unos sujetos cuyo único vínculo con él
radicaría en el hecho de que están atrapados en sus redes y padecen su dominio”,
pues en realidad: “estos vínculos son mucho más densos que los que se
desprenden de una mera relación de subordinación, ya que el Estado recibe
algunos de sus rasgos, de abajo hacia arriba en este caso, a partir de los
efectos de poder producidos por los propios sujetos en el marco de sus
relaciones. Al recibirlos de sus sujetos, es natural que los comparta con ellos
sin requerir de ninguna coerción. Por lo tanto, luchar contra el Estado
consiste también en cambiar las cosas «abajo», en las prácticas locales,
diversas y situadas, allí donde el poder adquiere parte de sus atributos” (7).
¿Arcaísmo o modernismo?
Estas referencias a las
principales características del
postanarquismo son relevantes en este texto pues en la medida que se explican
por el contexto posmodernista como espíritu de época, resultan parcialmente
aplicables también al postfascismo.
No obstante, mientras el
anarquismo es una corriente tan antigua que su origen se pierde en diversas
formas de “proto-anarquismo” (8), el
fascismo aunque parece o se presenta como “arcaico”, es en realidad un fenómeno
específicamente “moderno”.
Es lo que destaca la corriente
comunista radical liderada por el italiano Amadeo Bordiga, tal como lo
sintetizan los compañeros del Grupo Barbaria: “Frente a las concepciones de
Gramsci y sobre todo Togliatti para las que el fascismo es un movimiento
reaccionario de masas, para Bordiga el fascismo es una expresión moderna,
progresista del capital en un momento histórico bien determinado. Un movimiento
objetivo que frente a la crisis del capital la pretende domar y encauzar a
través de la estatalización de sus dinámicas automáticas. Un movimiento
histórico, contrapuesto al movimiento real del comunismo y que reacciona frente
a él, y, por ende, objetivo que tiene paralelismos muy fuertes en su naturaleza
a lo acontecido en el New Deal de
Roosevelt y a los planes quinquenales del estalinismo” (9).
Distinguiendo esencia de
apariencia, Bordiga concluye que “este sería su carácter general e histórico,
no un producto del mundo clerical o de la derecha radical y conservadora sino
producto moderno de la dinámica del capital. Es eso lo que explica los orígenes
izquierdistas del fascismo (véase el origen socialista de Mussolini y de buena
parte de los cuadros de los Fasci di combattimento en la USI (10) anarcosindicalista italiana o la profunda influencia del futurismo italiano y
de las vanguardias artísticas) y su capacidad reaccionaria y
contrarrevolucionaria” (11).
La originalidad de esta posición radica en gran medida en la concepción bordiguista de la relación entre democracia y capitalismo (12). Para Bordiga la democracia no es “falsa”, sino que expresa “el ser social del capital”.
Por eso no habría una oposición real entre democracia y fascismo,
como postula en general la izquierda “antifascista”, dado que el fascismo es un
producto de las necesidades modernas del capital: “El antifascismo es el
peor producto del fascismo dirá Bordiga en este sentido porque
‘gracias’ a aquel el proletariado pierde sus energías anticapitalistas y
antagónicas en nombre del presunto mal mayor fascista” (13).
Siguiendo esa línea de reflexión, Dauvé dice que “el fascismo y el
antifascismo tienen los mismos orígenes
y programa, pero el primero proclamaba que iba más allá del capital y de las
clases, mientras el segundo intenta alcanzar la ‘verdadera’ democracia burguesa, que es infinitamente
perfectible mediante el añadido de dosis cada vez más fuertes de democracia” (14).
1.- Para un desarrollo más detallado de este tema, ver mi texto “Marx y el
Derecho”, introducción al capítulo IV de: Estruendo. La asociación ilícita
terrorista en la legislación chilena a la luz del “Caso Bombas” y otros
escritos sobre terrorismo y antiterrorismo, Santiago, Editorial Tempestades,
2018, págs. 171-176.
2.- Ibañez, Tomás. Anarquismo es
movimiento, Talcahuano, Ediciones La Ruche, 2015, pág. 18.
3.- Ibid, pág. 11
4.- Graeber, David. “Los nuevos anarquistas”, en: New Left Review N° 13, 2002, págs. 139-151.
5.- Ibañez, op. cit., pág. 67. Este autor, muy por el contrario que Hakim Bey,
defiende la inseparabilidad de las nociones de anarquía/anarquismo. Ver sobre
todo el cap. 1.1: “Anarquía versus anarquismo: una dicotomía dudosa”, pág. 14 y
ss.
6.- Ibañez, pág. 76.
7.- Ibañez, pág. 78/79.
8.- Se han identificado como
expresiones de proto-anarquismo: las doctrinas del filósofo estoico griego
Zenón, nacido el año 342 antes de Cristo y del cual Kropotkin dice que
“opuso una concepción clara de comunidad libe sin gobierno a la utopía
estatista de Platón”, proclamando “la soberanía de la ley moral del individuo”; ciertas corrientes místicas orientales, o personajes
como Lao-Tsé, de quien aún no se sabe con certeza si vivió en el siglo
VI, V o IV antes de Cristo. También se han identificado figuras ácratas dentro
del contingente de místicos chinos del siglo III, como los taoístas Xi Kiang
(223-262) y el misterioso Bao Jingkan, autor de un texto titulado “De la inutilidad de los
príncipes”, al que se refiere polémicamente su adversario Ge Hong (283-343),
aunque hasta se ha llegado a pensar que el texto es de autoría de este último y
la “polémica” pudiera ser una forma de no asumir directamente tesis tan
incendiarias como las allí planteadas (La editorial Pepitas de Calabaza publicó en español la obra de Jean Levi
titulada “Elogio de la anarquía por dos excéntricos chinos del siglo III”,
donde se incluye “De la inutilidad de los príncipes” y otros dos textos: “Sobre
el carácter innato del gusto por el estudio” y “Sobre los efectos nocivos de la
sociedad para la salud”).
9.- “Amadeo Bordiga, un dinosaurio del comunismo”, prólogo del Grupo Barbaria
(España) a la edición chilena de “El principio democrático y otros textos” por
Ediciones Pensamiento y Batalla, 2021. Hasta donde sabemos es la primera
edición chilena de textos de Bordiga, e incluye su Informe sobre el fascismo
ante el IV Congreso de la Internacional Comunista. El prólogo está disponible
en: https://barbaria.net/2020/07/21/amadeo-bordiga-un-dinosaurio-del-comunismo/
10.- Unione Sindacale Italiana, fundada en 1912.
11.- Ibíd.
12.- Otra “originalidad” del comunismo bordiguista son su concepción del partido
como algo “histórico” y no formal.
13.- Barbaria, op. cit. Sobre el peligro del “antifascismo” para el movimiento
proletario.
14.- Gilles Dauvé, Fascismo/Antifascismo, Santiago, Pensamiento y Batalla, 2019,
pág. 31.
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domingo, marzo 14, 2021
Derecha, Nueva Derecha, ultra/radical/extrema derecha
José Joaquín Brunner, uno de los pioneros del
“socialismo renovado” en el Chile de los 80, ha estado escribiendo para el
medio El Líbero (1) columnas sobre la identidad de la derecha hoy en día. En una de ellas señala
que, a diferencia de la izquierda que es fundamental y expresamente
“ideológica”, “las derechas contemporáneas
son de una baja—o, en cualquier caso, menor—intensidad ideológica”, lo
cual se explica por “el hecho de estar
ellas habitualmente del lado del orden establecido, lo cual supone, como es
bien sabido, gozar del favor de los poderes fácticos”. Así, “antes que críticos, los partidos de la
derecha son representantes ‘naturales’ del status quo; son los administradores
que conocen -mejor que cualquiera otro- sus palancas secretas en la esfera
económica y en la esfera del derecho”, y de ahí que “los contenidos esenciales
del pensamiento de derecha, sus manifestaciones o emanaciones
espontáneas, tiendan a ser la conservación del orden —la seguridad de la
propiedad y la vida privada— y la libre iniciativa en la esfera de los
mercados. Es decir, el orden y sus fundamentos sociales y el liberalismo de las
cosas, su libre circulación e intercambio” (2).
En esto Brunner sigue la distinción tradicional entre derecha e izquierda
surgida hace dos siglos con ocasión de la Revolución francesa. En la versión de
Wikipedia: “El origen histórico de
esta oposición debe buscarse en un hecho fortuito, la
ubicación geográfica de los delegados con diferentes orientaciones doctrinales
en la Asamblea
Nacional de
agosto-septiembre de 1789. En efecto, en oportunidad de debatir sobre
el peso de la autoridad real frente al poder de la asamblea popular en la
futura constitución, los diputados partidarios del veto real (en su
mayoría pertenecientes a la aristocracia o al clero) se agruparon a
la Derecha del presidente (posición ligada al hábito de ubicar
allí los lugares de honor). Por el contrario, quienes se oponían a este veto se
ubicaron a la Izquierda autoproclamándose como “patriotas” (en
su mayoría los diputados del llamado Tercer Estado)”.
Una inversión significativa ha operado con el paso del tiempo de modo
que, tal como en 1920 (3),
los “patriotas” actuales son los defensores del orden tradicional que se
percibe amenazado por la revuelta popular. Del mismo modo, en dos siglos se han
producido toda clase de desplazamientos y mescolanzas ideológicas que resulta
interesante analizar. Pues a diferencia de lo que dice Brunner (o incluso
Bordiga) el fascismo y el post-fascismo tienen una dimensión ideológica, aunque
su “ideología” sea flexible y contradictoria, que es necesario comprender para
poder neutralizar sus posibilidades de crecimiento, que es siempre una
posibilidad en medio de grandes crisis sociales.
En relación a la llamada “ultraderecha”, Cas Mudde la define en
oposición a las derechas establecidas (conservadoras y liberal/libertarias),
como “una derecha antisistema,
hostil a la democracia liberal” (4).
Además, como señala Titelman
siguiendo a Mudde, “la ultraderecha puede dividirse en derecha extrema y
derecha radical: Ambas son hostiles a la democracia liberal, pero por motivos
diferentes. La derecha extrema se
opondría a la esencia de la democracia, como la soberanía popular y la
decisión por voto mayoritario. En cambio, la derecha radical acepta la esencia democrática, pero se opone a
aspectos fundamentales de la democracia liberal, esto es, derechos de minoría,
el Estado de derecho y la separación de poderes” (5).
En este esquema el fascismo y nazismo
serían formas típicas de extrema derecha, mientras la derecha radical se
expresaría en movimientos populistas de derecha. Titelman dice que es posible
extender esta definición hacia la izquierda, distinguiendo “una izquierda
extrema antidemocrática y una izquierda radical antiliberal” (6).
Digresión de Extrema izquierda: democracia, anarquía y comunismo
A ello cabría agregar que sólo
dentro de la posición anarquista y comunista radical es posible encontrar la
especificidad de una crítica no sólo del Estado sino que de la democracia en sí
misma, la que no se da en las formas estatalistas de extrema izquierda (como
todos los derivados del marxismo-leninismo), ni tampoco en las formas
neokeynesianas de nueva izquierda altermundialista.
Esta crítica comunista/anarquista
de la democracia es mal vista en un espectro político que confunde dicha
posición con la del fascismo, pero como ha señalado Dauvé “el comunismo se
opone a la democracia porque es antiestatal”, mientras “el fascismo tan sólo se
opone a la democracia porque es proestatal”. De esta manera, mientras para los
comunistas radicales “la democracia es (…) una forma de Estado”, los
reaccionarios “la ven como un régimen político que consideran demasiado débil
para defender al Estado”.
Así que ambas críticas de la
democracia son radicalmente diferente en su fundamento y también en sus
consecuencias, pues mientras la reacción
y el fascismo denuncian “la libertad personal y el individualismo burgues para
reemplazarlos por (nuevas o antiguas) formas de autoridad opresora”, la
perspectiva comunista “tiene como objeto realizar las aspiraciones individuales
a una libertad que es tanto personal como vivida con los demás”. Mientras la
reacción quiere “menos que individuos”, el comunismo radical “quiere más que el
individuo” (7).
No está demás señalar que tanto
para Dauvé como para nosotros el comunismo no tiene mucho que ver con los
“partidos comunistas” oficiales, que más bien expresan una forma del partido histórico
de la socialdemocracia, desde la socialdemocracia radical de Lenin a los intentos
de renovación post-estalinista a la manera del llamado eurocomunismo. Otra
discusión que no abordaré acá es la de si el estalinismo fue una forma de “fascismo”,
tesis que ha sido defendida por varios comunistas disidentes desde Paul Mattick
y Herman Gorter a Wilhelm Reich, que con buenos argumentos calificaron al
estalinismo de “fascismo rojo”, o si es más adecuado meterlo en el más amplio
concepto del “totalitarismo” propuesto por Hannah Arendt (8).
1.- Que vendría siendo algo así como “El Desconcierto” de la derecha dura.
3.- Sobre el ambiente político de 1920 en Chile ver mi columna: https://lavozdelosquesobran.cl/septiembre-de-1920-encarcelamiento-y-muerte-del-poeta-jose-domingo-gomez-rojas/
4.- Mudde, C., The Far
Right Today, John Wiley & Sons, 2019. Referido en: Noam
Titelman, “¿Cómo es la “ultra” de derecha, izquierda y centro?”, Ciper
académico, 18 de junio de 2020.
5.- Ibíd. Disponible en: https://www.ciperchile.cl/2020/06/18/como-es-la-ultra-de-derecha-izquierda-y-centro/
6.- Ibíd.
7.- Gilles Dauvé y Karl Nésic, Contribución a la crítica de la autonomía política,
Mariposas del Caos, 2016, págs. 20-21.
8.- Más interesante que eso me parece la perspectiva de Fredy Perlman el “El
persistente atractivo del nacionalismo”, incluido en su antología de textos publicada
Lazo Negro ediciones, Rosario, 2019, bajo el título de La reproducción de la
vida cotidiana.
Etiquetas: anarquia, comunismo, derecha del capital, fascist pigs, izquierda del capital
jueves, marzo 11, 2021
EJÉRCITOS EN LAS CALLES: EL ESTADO DE EXCEPCIÓN PERMANENTE
“El
gobierno me caga / El gobierno me castiga / Me obliga a quedarme en mi casa / Y
no puedo salir por ahí / Toque de queda en las calles/ Toque de queda en las
ciudades / Toque de queda en mi barrio / Toque de queda en todos lados” (Los
KK, “Toque de queda”, 1989).
Hace una década se
difundía el texto “Ejércitos en las calles” (*),
que desde el contexto europeo planteaba que la apuesta estratégica a favor de
la conservación del orden implicaba ir implementando formas de presencia
permanente de las Fuerzas Armadas en la vida cotidiana, en un escenario de
guerra civil global.
Sonaba un poco
futurista en ese momento, pero resulta terriblemente actual ahora que el
Congreso ha entregado su aprobación a una nueva extensión por 3 meses más del
estado de excepción constitucional (de “catástrofe”), en el que hemos vivido a
contar del Decreto 104 de 18 de marzo de 2020.
La verdad evidente es
que no existe ninguna razón jurídica o sanitaria real para mantener esta
excepción permanente: el conjunto de medidas para enfrentar la pandemia de
COVID desde un aspecto sanitario se han adoptado no en aplicación del estado de
excepción constitucional, sino que de la legislación sanitaria de emergencia
que se viene dictando desde el Decreto de Alerta Sanitaria de 5 de febrero de
2020: un mes y dos semanas antes de la declaración del estado constitucional de
catástrofe.
El Decreto del 5 de
febrero se basa principalmente en el Código Sanitario y en el Reglamento
Sanitario Internacional y entrega facultades extraordinarias a las autoridades de salud, incluyendo las
de fijar límites y condiciones a la libertad ambulatoria.
En base a estas facultades es que desde mediante sucesivas
resoluciones se ha ido estableciendo un sistema de cuarentenas, cordones
sanitarios y otras medidas restrictivas de la libertad de la población.
Dentro de ellas destaca
la Resolución 203 de 24 de marzo,
que estableció este sistema de aislamientos o cuarentenas a poblaciones
generales, disponiendo por tiempo indefinido la prohibición de salir a la vía
pública en todo el territorio nacional, como medida de aislamiento, inicialmente
entre las 22:00 y 05:00 horas.
Además dispuso una cuarentena total indefinida para todas las personas mayores
de 80 años (luego reducida a 75 años, para quedar a partir del 2 de septiembre
sujetos a las mismas medidas que el resto de la población); cuarentenas a
personas y localidades determinadas; cordones sanitarios y aduanas sanitarios y
prohibición de reuniones por sobre determinado número de personas, entre otras
medidas.
Hay que tener en cuenta
que la infracción a cualquier de estas medidas se sanciona como delito: el del
artículo 318 del Código Penal, que castiga al que “pusiere en peligro la salud
pública por infracción de las reglas higiénicas o de salubridad, debidamente
publicadas por la autoridad, en tiempo de catástrofe, epidemia o contagio”.
Reforzando el tipo
penal, en junio de 2020 el Congreso aprobó muy rápido la Ley 21.240,
que incluye una modificación del artículo 318 con el fin de aumentar las penas
llegando hasta tres años de presidio o multa de 200 UTM, e introduciendo la
agravante especial de cometer el delito “mediante la convocatoria a
espectáculos, celebraciones o festividades prohibidas por la autoridad
sanitaria en tiempo de catástrofe, pandemia o contagio”.
La misma ley -que es a
la pandemia lo que la legislación anti-barricadas al estallido social- agrega
dos nuevos delitos en los artículos 318 bis y
ter.
En efecto, se trata de un conjunto de medidas tan restrictivas de derechos que el propio ex Ministro Jaime Mañalich habló de que conformaba una verdadera “dictadura sanitaria”, por los mismos días en que le contaba a la prensa que estaba leyendo “La revolución molecular” de Félix Guattari, porque “allí, en los 70, por primera vez se plantea que las revoluciones venideras no serán con líderes a la cabeza, o en dos bandos como se planteó la Guerra Fría, sino que, desde las bases, distintos colectivos, y a raíz del malestar cotidiano. Quizás, allí -sostiene Mañalich- pudiera estar una de las claves para el éxito del manejo de la pandemia” (https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/manalich-sus-dias-mas-grises-en-la-pandemia/2CWTM4K2BBDRRHJDUG2NLI7DSU/) .
La excepción constitucional
iniciada el 18 de marzo del año pasado se justificó ante el sistema
internacional porque “permite adoptar una serie de medidas restrictivas de la
libertad de reunión y de circulación, tales como el establecimiento de
cuarentenas o toques de queda, y también permite disponer requisiciones u otras
medidas restrictivas del derecho de propiedad”.
Además, se señala que
el estado de catástrofe “permite además la colaboración de las Fuerzas Armadas
para enfrentar la crisis y establece la designación de Jefes de la Defensa
Nacional, los cuales asumen el mando de las Fuerzas de Orden y Seguridad
Pública en las zonas respectivas, debiendo velar por el orden público y reparar
o precaver el daño o peligro para la seguridad nacional, observando las
instrucciones impartidas por el Presidente de la República y las medidas
sanitarias dispuestas por las autoridades competentes del Ministerio de Salud”.
Después de cuatro
prórrogas este estado de excepción -donde por cierto nunca se usaron las
facultades de requisar instalaciones como el famoso Espacio Riesco con el cual
más bien se hizo un buen negocio- aparece como totalmente injustificado si no
fuera porque lo que permite es la presencia permanente de las Fueras Armadas en
todo el territorio nacional. Ejércitos en las calles: esa es su verdadera
finalidad, y la única que no se puede lograr sólo en base a normas sanitarias.
A pocos días de
iniciada la revuelta popular de octubre Rodrigo Karmy hacía ver que el régimen instaurado
el 11 de septiembre de 1973 por la “violencia guzmaniana (…) comenzó igual a
como terminó: con militares en las calles. 1973 se condensa en 2019 cuando
Piñera declara el Estado de Excepción Constitucional”.
Los militares con sus
camiones, tanques y ametralladoras siguen en las calles a un año y medio de la
revuelta, y -tal como en 1905, en 1920 y en 1973- ya nos están tratando de
“antichilenos”.
El “proceso
constituyente” ha devenido en mero electoralismo, mientras la Corte Suprema
valida el uso policial de las escopetas que dejaron sin ojos a varias decenas
de manifestantes y las cárceles siguen pobladas por presos políticos de la
revuelta.
Buen momento para
recordar a Walter Benjamin cuando nos
decía que “el estado de excepción en que vivimos es la regla” y que nuestra
tarea histórica consiste en “provocar el verdadero estado de excepción”.
*: Ejércitos en las calles. Algunas
cuestiones en torno al informe «Urban Operations in the Year 2020» de la OTAN. Edición descargable en Bardo ediciones: https://bardoediciones.noblogs.org/
Etiquetas: bellezas de la mierda de estado burgues policiaco