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jueves, octubre 29, 2020

Literatura sobre la insurrección chilena y el escenario que se abre/cierra tras el plebiscito 

No podía ser de otro modo: en las librerías ya hay estantes especiales para la literatura sobre el "estallido" y para qué hablar de la Nueva Constitución y todo lo que implicaría.

Por eso en parte nos apresuramos en armar el libro "La violencia...", aunque no pudo estar listo en marzo debido a las cuarentenas, pero finalmente se editó en el invierno y su primera versión impresa ya se agotó. Se me olvidaba: en tato libro virtual, va a ser presentado en la Feria del Libro Punk de Buenos Aires, a inicios de noviembre.

El grueso de las publicaciones más o menos oficiales (o de editoriales establecidas) sobre el tema es bastante oportunista e insípido.  

Dentro de lo que ha salido destaco el libro de Rodrigo Karmy, "El porvenir se hereda", que de hecho alcanzó a salir a fines del año pasado.

Pero ya hay varias decenas de libros sobre el tema, algunos de los cuales salen reseñados acá, nada menos que por el Diario Financierohttps://sietekabezas.cl/2020/10/18/la-biblioteca-que-dejo-18-o/

Esa página es para promocionar el libro "Siete Kabezas" del arquitecto oficial (y más bien bastante momio) Iván Poduje, galardonado en 2018 con  el Premio Vicuña Mackenna y que según parece hace una especie de urbanismo reaccionario en base a la revuelta, y basta ver sus extractos seleccionados para darse cuenta de que es lo que Debord llamaba "basura y escombros": cuando habla de que "los ataques fueron muy violentos y no respetaron credos ni ideologías. Se dirigieron por igual a supermercados y almecenes de barrio. A monumentos a conquistadores y también a memoriales de detenidos desaparecidos". ¡MENTIRA! ¡Esas acciones las hicieron los fachos de la Vanguardia, tergiversador de mierda! Afirmar eso sería lo mismo que culpar a la revuelta por las violaciones de derechos humanos cometidas por los agentes del Estado.

La Fundación Jaime Guzmán también hizo un libro llamado "La insurrección de octubre desde la mirada de la FJG", con una larga y fina selección de textos reaccionarios y contra-revolucionarios de diversos autores ligados a dicha putrefacción intelectual. Muy interesante. 

En fin, este año han aparecido nuevos títulos desde el bando revolucionario (anticapitalista/antiautoritario) que cabe destacar.

Hace ya un rato apareción "Un largo octubre", del Círculo de Comunistas Esotéricos, que en noviembre 2019 ya habían publicado "Tiempos mejores".

Y hace poco apareció un número especial de Ya No Hay Vuelta Atrás llamado "La democracia es el orden del capital", y el "Reporte de una insurrección" del grupo Evade Chile.

Les dejo la presentación e índice de estos dos últimos.

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La democracia es el orden del Capital: apuntes contra la trampa constituyente

Frente a un nuevo ciclo de eventos electorales que se abre con el plebiscito del “Apruebo” y “Rechazo”, destinado explícitamente a conducir por los cauces institucionales todas las energías subversivas desplegadas intensamente desde el 18 de octubre de 2019, presentamos este material para contribuir a una crítica de la democracia como sistema político inherente a una forma de organización social basada en la explotación y la dominación. Particularmente, pretendemos aportar a la evaluación crítica de procesos promovidos por la clase capitalista como lo son los reacomodos constitucionales, que dejan intactas las categorías básicas y fundamentales de la sociedad del capital (tal es su objetivo), categorías contra las cuales, instintiva y conscientemente, se alzan las reivindicaciones y críticas prácticas de nuestra clase cuando estalla en revueltas de la magnitud que presenciamos (y que protagonizamos como proletarixs inmersos en las experiencias de lucha) hace unos meses, antes de que se desatara la crisis –y dictadura- sanitaria por la pandemia de coronavirus, y que hoy vuelve a demostrar que no está sepultada ni completamente domesticada. Trabajo, dinero, capital, Estado, propiedad privada, mercancía… son conceptos que no son letra muerta en alguna carta magna, sino elementos que organizan nuestra sociedad y su miseria.  Presentamos una revisión teórica e histórica de procesos similares al que estamos observando hoy, extractando aportes pasados relevantes y también considerando casos recientes en otros países.  Alentamos la lectura, discusión, crítica y difusión.

1. Introducción

Introducción 6

Metodología 11

2. Estado y democracia: separación, propiedad privada y lucha de clases Ideología, separación y desposesión: los fundamentos históricos de las relaciones capitalistas 14

Desposesión y trabajo asalariado, la sociedad de clases moderna y la llamada anarquía del mercado  17

Igualdad y desposesión: el derecho universal del Estado como justificación de la sociedad de clases 18

Democracia, dictadura y libertades democráticas: el derecho superior de mantener sus negocios 19

3. Socialdemocracia y luchas proletarias La democracia en el proletariado y el papel histórico de la Socialdemocracia 22

Programa socialdemócrata: conquistas sociales y disputa del poder 27

El Antifascismo y la comunidad del capital 29

4. La ilusión constituyente

 Ideología burguesa y “contrato social” 32

Persistencia en el tiempo de las ideas de democracia, república y constitución 35

Desmitificación: la historia real de violencia, conquista y saqueo como origen de este orden social 35

La creación de leyes como acto soberano es propio de la civilización capitalista occidental 37

La Constitución como “Ley suprema” 39

Constitución real y “hoja de papel” 40

Constitución y revolución: el ejemplo de 1848 41

La Asamblea de Frankfurt en 1848, descrita por un joven revolucionario desde las páginas de la “Nueva Gaceta Renana” 42

Algunas conclusiones provisionales 44

Post Scriptum: ¿Fue esto una revolución? 45

5. La ilusión constituyente y democrática en la región chilena: un camino inviable varias veces derrotado

“Procesos constituyentes desde abajo”: La Asamblea Constituyente de 1828 52

La “Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales” de marzo de 1925 52

La tercera no es la vencida 53

Los plebiscitos de 1988 y 2020: la primera vez como tragedia y la segunda como farsa 54

6. Revolución y contra revolución en Chile: catástrofe capitalista y las posibilidades del poder autónomo del proletariado

Asociacionismo proletario: reivindicación y comunidad de lucha 60

Sobre nuestros órganos de combate y el poder de la revolución en curso 63

Mirando al pasado para franquear el presente 64

Asambleas territoriales ¿Organos autónomos de combate? 66

El poder de la revolución en curso 68

7. A confesión de parte, relevo de pruebas 72

ANEXOS

1. ¿RIC o revolución? 76

2. Proceso constituyente boliviano de 2006-2009: entre el fuego en las calles y la frustración 80

3. Referendum: del cretinismo parlamentario al de la democracia directa 84


Compañerxs,

Una época llega a su fin. Romper juntos las cadenas de la competencia y el miedo del viejo mundo fue una fiesta donde no hizo falta ni líderes, ni representantes, ni vanguardias, ni partidos para que cada cual encontrara su lugar y supiera lo que quería dar. Nuestras capacidades de acción e intervención en la realidad eran tan amplias como nuestra imaginación. Y se multiplicaban a medida que nos dejábamos empapar más y más en las aguas de la revuelta. Esa experiencia aún alienta en nuestros corazones. Como se dice en estas tierras: “lo comido y lo bailado no lo quita nadie”. La estrella de la vida es nuestra.

La insurrección no se hace cargo de salvar las instituciones e institucionalizaciones de los de arriba, es una fuerza subterránea que asciende rompiendo con los obstáculos al goce inmediato y con los estrechos caminos mentales y terrenales de la destrucción planetaria comandada por la diada del Dios Dinero y el Dios Trabajo: estos son solo símbolos de nuestro despojo y de lo que nos separa de la vida. Símbolos del olvido de que somos nosotrxs quienes construimos el mundo y lo volveremos a construir a nuestro antojo si la Madre Tierra nos lo permite. Esta lucha por salvar lo que queda de vida dentro de nosotrxs no está separada de la lucha por salvar la vida que queda sobre el astro que habitamos.

¿Podrá la resaca que acompaña la borrachera democrática hacernos olvidar el sabor vital de la revuelta? Por supuesto que no. ¿Podrá quizás inaugurar un nuevo periodo de estupefacción y amnesia que postergue una vez más nuestro esfuerzo? Es posible, tampoco tenemos miedo de aceptarlo porque conocemos esa vieja rutina. Es urgente que el potencial humano despierte antes de que su sentido de derrota lo supere completamente, pero nuestro aliento no se apura: cuando la humanidad realmente despierte la celebración no tendrá fin.

Nuestra insurrección abrió otros mundos posibles y nos mostró que lo que éramos capaces de hacer es mucho más que una raya en un papel.

Nada está perdido. Sabemos bien que a veces para encontrarse hay que perderse.

¡Despierta!

En las montañas, en las costas, en los bosques, en los desiertos y hasta en las urbes derruidas, la vida nos espera.

EVADE CHILE 2020 #

Links de descarga del Reporte: pliegos - páginas

CONTENIDOS

11...   La batalla de Santiago
28...   [Primer comunicado] El derecho de vivir no se mendiga, ¡se toma!
34...   [Segundo comunicado] ¡Evade todo!
38...   [Tercer comunicado] El momento decisivo: ¡Hermanxs, tenemos derecho a la autodefensa!
41...   [Cuarto comunicado] Aviso de utilidad pública: A propósito de la agonía del viejo mundo
43...   Carta abierta a Jorge González
49...   Primera carta
61...   [Quinto comunicado] ¿Es posible salir de la espiral de la violencia?
66...   [Sexto comunicado] Cómo (no) organizarse si lo que se busca es subvertir la lógica mercantil y patriarcal del dinero
68...   [Séptimo comunicado] Hoy todo es posible
74...   [Octavo comunicado] ¡La resistencia es vida!
77...   [Noveno comunicado] ¡Nos quieren dar lecciones!
79...   Segunda carta
84...   [Décimo comunicado] Sabemos que el cambio no está en La Moneda…
87...   [Onceavo comunicado] Llamamiento de una liceana
101... El baile de lxs que sobran
145... Tercera carta
158... Todo comienza aquí y ahora
184... Unidad y diferencias en las insurrecciones de Francia y Chile
197... [Doceavo comunicado] No escucharemos más sermones
200... [Treceavo comunicado] ¡El norte de Chile aún resiste!
204... Cuarta carta
208... Quinta carta
215... [Catorceavo comunicado] El cambio no está en las urnas
218... Hacia la Comuna
227... Sexta carta
244... ¡La pandemia no detendrá la revuelta!
244...      Coronavirus: Reporte de Chile
248...      Coronavirus: Reporte de Francia
255... Séptima carta
267... Octava carta
269... Pueblos del mundo, ¡un esfuerzo más!
293... Novena carta
311... La batalla del 10%

  

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martes, octubre 27, 2020

Deja vu 1988/Acéfalo 

"Para vencer a la hidra hay que atacar no sólo una cabeza sino todas" (Jérome Baschet)

“Todo lo que puede ser dicho acerca del sufragio puede ser resumido en una frase: Votar significa entregar tu propio poder” (Eliseo Reclus)



Documentos de cultura y de barbarie:

1.-

"En ese sentido, quienes apostaron por un acuerdo que diera una salida institucional a la crisis social a la que estaba sometido el país y los que supieron leer la necesidad de un cambio constitucional quedaron en el lado ganador de la historia, mientras que los sectores que se apartaron o expresaron su rechazo, debieran reconocer una derrota.

El éxito de los comicios de ayer significa además un contundente golpe a los grupos anarquistas o inorgánicos que han aprovechado el estallido para generar violencia. De acuerdo con los analistas, el amplio respaldo popular evidenciado en el Plebiscito debiera terminar por aislar a quienes aún apuestan por esa vía.

Según Tironi, "es muy lindo lo del lápiz, porque hay una especie de nexo con lo que fue el Plebiscito del '88, que con un lápiz y un papel logramos derrotar a Pinochet y hoy nuevamente, ahora con un lápiz Bic, hemos logrado rencausar esta energía y dirigirla en un sentido constructivo". "En el fondo, es el lápiz el que le devuelve el poder al pueblo, porque las marchas por masivas que sean son siempre minoritarias y si adquieren un carácter violento, son aún más minoritarias”, subrayó. Finalmente, Valdivieso coincidió en que "lo del lápiz tiene una potencialidad muy grande en términos simbólicos. Si el proceso constituyente y los eleccionarios que vienen logran instalar la idea de que el lápiz es claramente la mejor solución incluso antes que la protesta y la violencia para hacerse escuchar, pucha que vamos a valorar el lápiz en 10 o 20 años, porque fue capaz de rearticular un cierto ánimo y una credibilidad en el proceso participativo y la democracia"".

Fuente: Emol.com - https://www.emol.com/noticias/Nacional/2020/10/26/1001894/Analisis-Plebiscito-Expertos.html

2.-

01011

Los acontecimientos que ocurrieron en octubre del año pasado en Chile, aquél cúmulo de sucesos, hasta cierto punto ilegibles, que los medios de comunicación han insistido en llamar “estallido social”, conforman probablemente el proceso insurreccional más fuerte y extendido que se haya conocido en esta parte del mundo. El carácter destituyente de la revuelta de octubre se advierte en sus innumerables efectos: en las vidas que transformó, en las fugas y evasiones colectivas que incitó, en los encuentros, en la afirmación de una sensibilidad común que hizo trizas la legitimidad del orden neoliberal chileno. Y también, en su condición acéfala: la falta de unidad, dirección o liderazgo, la falta de programa y organizaciones centralizadas; todo eso que en otros tiempos hubiese sido interpretado como una carencia, esa vez se manifestó como condición de su potencia. La ausencia de cabecillas no fue espontánea, como se suele plantear, sino una elaboración activa, múltiple y sostenida de la evasión ante las diversas formas organizadoras que pretendían representar y totalizar lo que sucedía en las calles, donde la imaginación popular superaba cualquier estrategia política e intento de apropiación intelectual. Para decepción tanto de aquellos que siempre sueñan con una conducción, como de aquellos que fantaseaban con conspiraciones extranjeras, la multitud acéfala evadía cualquier forma de representación y dirección, dejando las preguntas del poder sin respuesta.

01100

Lo que ocurrió no fue un proceso de unificación ni de centralización, sino la producción de una constelación acéfala entre distintas afinidades, sentidos y luchas; no bajo la unidad de un programa, ni una bandera, y ni siquiera de una lucha común, sino a través de una constelación como la que comenzó a densificarse rápidamente entre asambleas territoriales, redes de apoyo mutuo, cooperativas, colectivas feministas, brigadas de salud, centros de acopio u ollas comunes, que siguen aun hoy multiplicándose por fuera de los focos mediáticos y lejos del interés de los “expertos”.

01101

Fue tal la magnitud de la insurrección destituyente de octubre, que ni el más brutal despliegue represivo pudo sofocarla. El encarcelamiento masivo de miles de personas y la mutilación de cientos de ojos son parte de una verdadera cacería humana que se llevó a cabo para aplacar la protesta, una cacería contra aquellxs que «perdieron la cabeza» y se rebelaron contra el orden dominante. A través de montajes, torturas y diversas prácticas de violencia institucional, la policía, en conjunto con el aparato judicial y los grandes medios de comunicación, extendieron todas sus redes para capturar y sofocar la revuelta en curso. Cuando esto aun no se conseguía en las calles, tras casi un mes de levantamientos en todo el país, la vía del Derecho aparecería como la vía más adecuada para neutralizar la insurrección y salvar la cabeza de un presidente arruinado políticamente. Los partidos del orden firman entonces un acuerdo para intentar darle una salida institucional a su propia crisis política, recogiendo en parte la demanda social de cambiar la Constitución militar, pero imponiendo las condiciones para que el proceso constituyente sea una nueva oportunidad para capitalizar la potencia colectiva, y volver a ponerse a la cabeza, resguardando su propio oasis en medio del desierto neoliberal chileno.

01110

Es mediante la ficción del poder constituyente que las cabezas han conseguido, desde la Revolución francesa en adelante, sustentar la legitimidad de su autoridad. Esta ficción va a servir justamente para ocultar el golpe de fuerza o la violencia mediante la cual un poder se instituye en el mundo. De esa manera, la cabeza siempre busca proyectar la fuente de su autoridad sobre el cuerpo social que pretende comandar. Luego de lo cual ya puede hablar en su nombre y representarlo. “En nombre del pueblo” es la consigna política a partir de la cual históricamente se ha organizado la ausencia del pueblo, el despojo metódico de su potencia colectiva, reduciendo a la unidad todo lo que en ella hay de heterogéneo y disperso, es decir, de ingobernable. En ese sentido, si la teoría del poder constituyente quiere aquello imposible –fundar la cabeza en la razón, dotarla de un fundamento y una legitimidad incuestionable- es precisamente porque, enraizando su existencia en un plano trascendente, lo que es una entidad contigente y localizada, logra elevarse hasta una dimensión abstracta y universal, donde nos parece inalcanzable.

01111

Desde el punto de vista de los cuerpos acéfalos, el problema del proceso constituyente no se reduce solo a las condiciones impuestas sobre el mismo proceso -el amarre de los quórums, el sistema de elección de constituyentes, la subordinación a los tratados de libre comercio y al capital transnacional, es decir, todo aquello que le niega precisamente su carácter constituyente-. El problema no es que no se trate de la verdadera, pura y soberana Asamblea Constituyente, que representaría y traduciría por fin la voluntad del pueblo de forma transparente, como dándole al cuerpo la cabeza que éste necesita para poder hablar. El problema es otro: es que la idea del poder constituyente ha funcionado históricamente para justificar a un nuevo poder constituido, engrasando la vieja maquinaria (contra)revolucionaria que pretende destruir la cabeza para volver a restaurarla, parte por parte. Se destruye el derecho para, en un siguiente movimiento, volver a instaurarlo. Por eso, cuando ya solo se puede pensar en un cambio constitucional, significa que cualquier posibilidad de transformación radical de las condiciones de vida ha quedado enterrada bajo tierra, y las estructuras básicas no se modificarán sustancialmente. Si el cambio de Constitución excita tantas voluntades es justamente porque satisface, a la vez, el deseo de cambiarlo todo tanto como el de no cambiar nada.

La insurrección de los cuerpos sin cabeza (Giordano Muzio)

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sábado, octubre 24, 2020

Cuestiones de Hinteligencia 

Por otra parte, si en verdad quieren ir a votar y no se consideran anarquistas sino que comunistas, es mucho más fácil buscar argumentos y citas históricas que avalen su postura. Entiendo que hasta Amadeo Bordiga, el "abstencionista", acató la disciplina leninista cuando implicaba ir a votar. Mucho mejores que algo que andaba diciendo una "comunista libertaria" en cuanto a que votar o no votar no se trata de principios sino que de métodos. 

Por ejemplo Marx y Engels, en el Manifiesto Comunista (1847/8): "Resumiendo: los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantos movimientos revolucionarios se planteen contra el régimen social y político imperante.

En todos estos movimientos se ponen de relieve el régimen de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos progresiva que revista, como la cuestión fundamental que se ventila.

Finalmente, los comunistas laboran por llegar a la unión y la inteligencia de los partidos democráticos de todos los países.

Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones.  Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista.  Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas.  Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar".

No sé si es tan clara hoy en dia esta cuestión, pero es evidente que ahi justifican un cierto etapismo que a mi juicio hoy no tiene mucha base social, pues aunque la mayoría hable de "oligarquía", es la burguesía la que ya domina en Chile hace muuuuuucho tiempo.


"La contra-revolución molecular" fue publicada en la revista CARCAJ, que adjuntó esa tremenda foto de una acción antifascista ejecutada solitariamente por una viejita en la ciudad sueca de Lund, donde los fascistas solían marchar una vez al año en los 90. No se pierden el fanzine de Carcaj a 1 año de Octubre

¿Es sorpresivo que en menos de 1 mes se haya detenido a 3 marinos en medio de protestas violentas? No señor/a. Un reportaje de Interferencia deja en claro el por qué. Además, los dejamos con esta columna sobre la Hinteligencia del Estado, publicada en La Voz de los que Sobran:

“Inteligencia: el proceso sistemático de recolección, evaluación y análisis de información, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la toma de decisiones” (art. 2 letra a), Ley 19.974).

En 1986 se editó y circuló bastante un libro que no he vuelto a ver: “La Hinteligencia militar”, atribuido a Alejandro Gomabieta. El interior del llamativo artefacto o “libro-objeto” era una gran cantidad de hojas completamente en banco. En la solapa había algunos comentarios, del cual sólo recuerdo este: “Nunca se había dicho tanto con tan poco”. Ediciones posteriores, incluyendo una versión “bilingüe, corregida y aumentada” (Oxímoron, 2016), señalan como autor a Sergio Pesutic.

¿Cuánto ha cambiado la situación cuatro décadas después? ¿Poco y nada? ¿O hubo algún cambio sustantivo? Siendo dialécticos, siempre hay algo que cambia y algo que permanece.

Por ejemplo, después de la disolución de la Central Nacional de Informaciones de Pinochet y Contreras, y su posterior reemplazo por la Oficina de Seguridad Pública de Aylwin y Schilling, hubo que esperar hasta el 2004 para contar con una regulación legal del “Sistema de Inteligencia del Estado” (SIE).

Desde la ANEPE (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, entidad encargada de la educación superior del sistema de defensa nacional) hasta el hoy senador Schilling (PS) se quejan de que en realidad no tenemos un sistema de inteligencia, sino que varios subsistemas (inteligencia gubernamental, policial, militar y de cada rama de las FFAA y de Orden) que no comparten mucha información entre sí.

Según los “Cuadernos de trabajo” de la ANEPE referido al tema la razón para dicha “balcanización” del sistema tiene que ver con el trauma histórico de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los servicios de inteligencia que accionaron durante la dictadura, y por eso se optó en la Ley 19.974 por crear una Agencia Nacional de Inteligencia al servicio de gobierno que se dedicara más bien a obtener y procesar información, sin “capacidad operativa” propia. Dicha Agencia coexiste con las otras formas de inteligencia externa e interna, pero hay consenso en que no hay un “sistema” pues no existe una “política de Estado” en esta materia.

Los defectos del sistema han sido públicos y notorios desde hace un buen tiempo, entre otras cosas por su escasa eficacia predictiva. Por eso es que el actual gobierno ha impulsado un proyecto de ley para “fortalecer y modernizar” la ANI y todo el sistema de inteligencia (Boletín 12204-02), en cuyo Mensaje se señala que “el Sistema de Inteligencia del Estado (SIE) vigente obedece a premisas que no responden adecuadamente a las necesidades actuales”.

Esto días hemos conocido dos tipos de informes de inteligencia en relación al estallido de octubre del 2019. Mientras la ANI sencillamente se dedicó a alertar sobre la posibilidad de que las que las evasiones convocadas por secundarios derivaran en hechos de violencia, sin advertir de una posible asonada popular en todo el país, la Dirección de Inteligencia del Ejército elaboraba una especie de “Plan Z” versión 2019, centrado en una ficticia invasión chavista desde Venezuela, muy acorde al imaginario de la derecha dura, que motivó al Presidente a hacer su desafortunada declaración de guerra ese domingo 20 de octubre. En este caso, la “toma decisiones” en base a “información de inteligencia” tuvo efectos desastrosos, escalando considerablemente los niveles de  violencia social y represiva.

Aparte de avalar malas decisiones, algo que no cambia en todo este tiempo es la tendencia inmanente del sistema a violar derechos fundamentales de las personas más allá de los límites constitucionales y legales, por lo general desde la más completa oscuridad e impunidad. Porque en general la actividad de inteligencia es secreta, y consiste no sólo en analizar información a la que se accede por “fuentes abiertas”, sino que diversas formas de espionaje e injerencias en la vida privada de las personas definidas como “blancos” de investigación.

Es totalmente lógico pensar que casos como la “Operación Huracán”, donde al alero de la Ley de Inteligencia se inventó prueba para inculpar a comuneros mapuche por “asociación ilícita terrorista” y la gran cantidad de actuaciones en relación a organizaciones sociales y políticas detectadas en la filtración “Pacoleaks” son sólo la punta de un iceberg realmente enorme cuya parte oculta no alcanzamos ni a imaginar.

A pesar de ello, otro elemento que permanece en el tiempo es el constante reclamo por parte de policías y fiscales que dicen que no cuentan con las herramientas legales adecuadas para cumplir con sus labores antiterroristas y/o de inteligencia, a pesar de que en la práctica ya cuentan con un arsenal impresionante de medias intrusivas y tecnología de punta para aplicarlas sin mayor esfuerzo, con muy débiles controles civiles y escaso respeto a la legalidad vigente. Esos reclamos se usan como evidencia “científica” de la necesidad de estas reformas legales por parte de los sectores que las promueven, que no son sólo los partidos de derecha.

El caso del Carabinero infiltrado es las ollas comunes de Lo Hermida es completamente demostrativo de cómo se hacen este tipo de actuaciones hoy en día.

En primer lugar, si bien la Ley que crea el Sistema de Inteligencia del Estado permite dentro de sus “procedimientos especiales” que se utilicen agentes encubiertos, éstos  “estarán limitados exclusivamente a actividades de inteligencia y contrainteligencia que tengan por objetivo resguardar la seguridad nacional y proteger a Chile y su pueblo de las amenazas del terrorismo, el crimen organizado y el narcotráfico” (art. 23).

No entra en este tipo de actividad las “ollas comunes”, y ya es ilegal y escandaloso en sí mismo el hecho de  que se les estime como una forma de criminalidad organizada.

En segundo lugar porque si bien los Ministros de la UDI Pérez y Bellolio (el primero proveniente de los viejos tiempos de la Hinteligencia Militar del período 1973/1990) se apresuraron en señalar que todo era “perfectamente legal”, incluso la incitación a realizar ataques incendiarios a una Comisaría, no cabe duda de que la Ley de Inteligencia no permite el uso de “agentes provocadores”, pues lo que se autoriza en su artículo 31 es que los “directores o jefes de los organismos de inteligencia militares o policiales, sin necesidad de autorización judicial, podrán disponer que uno de sus funcionarios”, siempre en el marco de las actividades señaladas en el art. 23, “oculte su identidad oficial con el fin de obtener información y recabar antecedentes que servirán de base al proceso de inteligencia a que se refiere esta ley. Para tal objetivo podrá introducirse en organizaciones sospechosas de actividades criminales”.

Así que a la ilegalidad ya señalada se agrega esta otra, aún más escandalosa, pues va mucho más allá de lo que la ley permite, siendo entonces además inconstitucional por violar el principio de legalidad (arts. 6 y 7 de la Constitución). Lo mismo pasó en la Operación Huracán, cuando la Corte de Apelaciones de Temuco le validó a la inteligencia policial diligencias intrusivas que ya habían sido efectuadas, lo cual va claramente en contra del sistema de autorizaciones judiciales previas que contempla la Ley 19.974.

En el Mensaje del Boletín N° 12.589-07, proyecto de “ley corta” presentado el 2019 con el que Piñera y Chadwick buscaban reforzar la Ley Antiterrorista, sus autores señalaban que “si bien la misma definición del delito terrorista de la ley N° 18.314 conlleva una dificultad para configurar el carácter de tal, es la falta de inteligencia policial y de herramientas de persecución lo que en gran medida ha hecho fracasar una serie de causas donde se pretendía condenar bajo la ley que sanciona conductas terroristas”.

La sola lectura de los artículos 23 y 31 de la Ley 19.974 demuestra que lo segundo es falso: la facultad de usar “herramientas” como la infiltración de agentes encubiertos en organizaciones sospechosas de terrorismo ya existe, y se aplica ampliamente, incluso en contra de los amplios requisitos y precarios límites que le impone el texto legal.

La primera afirmación, sobre falta de inteligencia, no la vamos a refutar pues, como dice el viejo refrán jurídico: a confesión de parte, relevo de pruebas.


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jueves, octubre 22, 2020

Un burro viejo 

 


TESIS:

“Yo voto Apruebo porque creo profundamente en el ejercicio político y porque espero que esta instancia pueda ser una gran forma de relegitimarlo, de darle herramientas representativas para reconectar una masa dispersa, con rabia, y que siente que está sola ante la vida. Es el momento indicado precisamente porque es urgente. Porque tomar otra opción, estoy convencido, sería darle un portazo a pensar algo común”.

ANTÍTESIS:

Yo no voto porque creo profundamente en que el ámbito de ejercicio de nuestra actividad política -libre y consciente- debe ser siempre por fuera y en contra del Estado, y porque ir a votar siempre ha servido por sobre todo para relegitimar la dominación estatal, de un Poder político que se separa de nuestras voluntades y actúa supuestamente en representación de todos pero siendo siempre funcional al interés principal de la clase dominante: mantener la dominación. Sólo la rabia de una masa que se creía dispersa y sola ante la vida hizo posible revolucionarnos contra la vieja sociedad modelada por el dinero del Capital y el poderío militar y policíaco del Estado. Ir a votar con convicción o por el “mal menor”, de buena fe o “acarreado” con chantajes emocionales como el Maicol de la serie El Reemplazante, es a la larga darle un tremendo portazo a la autonomía individual y territorial que se conquistó hace un año, y arriesga repetir la historia de 1988 al dejar entregada a los especialistas de la política la enorme lucha que dio el pueblo.  “Todas las formas de lucha” nos dicen, pero cuando optan por el lápiz y el papel siempre terminan abandonando una a una todas las demás.

¿SIN-TESIS?

Les deseo de todo corazón que Oj-Alá esta vez no sea así. Pero como decía un panfleto que vi el otro día: “Que el plebiscito no te apacigüe”. 

O dicho de otro modo: si quiere votar vaya y vote. Lleve su mascarilla y que le vaya bien. No quiero convencer a nadie de no hacer lo que realmente desea, pero exijo lo mismo a cambio. 

(De todos modos sería bonito si ya que van aprovechan de anular al menos uno de los papeles con alusiones a los presos de la revuelta, que me tinca no salieron en ningún spot de la franja de los anarquistas por el apruebo [sic] (SICK)).

No se olviden que en este otro lugar del espectro político todavía hay quienes aún nos sentimos identificados con el discurso que hace como 12 años para otras elecciones vi en una larga serie televisiva ochentera llamada “Berlin Alexanderplatz”.

A menos que ya estén planeando declarar desde ya inconstitucional el ser partidario de la acracia y con las leyes penales post- Nueva Constitución nos manden a los pocos que somos a Juan Fernández, Tierra del Fuego o Melinka.

“Un burro viejo puede aprender siempre algo, pero todavía no ha nacido un burro como el obrero alemán. Una y otra vez cogen los obreros alemanes sus papeletas de voto, entran en el local y las depositan, y piensan que con eso ya está. Dicen: queremos que nuestras voces resuenen en el Reichstag; bueno, pues sería mejor que fundasen un orfeón.

Camaradas, hombres y mujeres, nosotros no cogemos papeletas de voto, nosotros no votamos. Nos sienta mejor pasar el domingo en el campo. ¿Y por qué? Porque el votante está sometido a la legalidad. Y la legalidad es la fuerza bruta, la viva fuerza de la clase dominante. Los santones del voto quieren inducirnos a que pongamos buena cara, quieren encubrirlo, quieren evitar que nos demos cuenta de qué es la legalidad y qué es el Estado, para que no podamos colarnos en el Estado por ningún agujero ni ninguna puerta. Todo lo más en calidad de burros reconocidos y bestias de carga. Y eso es lo que pretenden los santones del voto. Quieren engatusarnos y enseñarnos a ser burros reconocidos. Hace tiempo que lo han conseguido con la mayoría de los trabajadores. En Alemania nos educan en el espíritu de la legalidad. Pero, camaradas, el fuego no puede mezclarse con el agua, y eso deben saberlo los obreros.

Los burgueses y los socialistas y los comunistas gritan a coro y se regocijan: toda bendición viene de lo alto. Del Estado, de la Ley y de un Orden más elevado. Pero hay que ver lo que ocurre luego. Para todos los que viven en el Estado están las libertades establecidas en la Constitución.  Allí están establecidas. Pero la Libertad que nosotros necesitamos no nos la da nadie, esa tenemos que tomarla. Esa Constitución quiere destruir la constitución de las personas sensatas, pero ¿qué podéis hacer, camaradas, con libertades sobre el papel, con libertades escritas? Si queréis usar de alguna libertad, viene un guardia y os sacude en la cabeza; tú gritas: pero qué pasa, la Constitución dice esto y aquello, y él dice: no digas sandeces, desgraciado, y tiene razón; el hombre no sabe nada de constituciones, pero reconoce el reglamento, y además tiene una porra y tú tienes que cerrar el pico.

(…)

Camaradas, hombres y mujeres, se vota y se revota y dicen, esta vez todo irá mejor, ya veréis, haced un esfuerzo, haced propaganda en casa, en la fábrica, cinco votos más, diez votos más, doce votos más, espera, ya verás, te vas a convencer. Sí, os vais a convencer. Sólo es el eterno círculo de la ceguera, porque todo se queda como antes. El parlamentarismo prolonga la miseria de la clase obrera.

Derribaremos todas las instituciones del Estado mediante la acción directa. Y tenemos el medio para ello: negarnos a trabajar. Todas las ruedas se detendrán. Pero no se trata de una canción que haya que cantar. Nosotros, camaradas, hombres y mujeres, no nos dejaremos arrullar por el parlamentarismo, la asistencia social y toda la mentira políticosocial. Sólo conocemos el odio al Estado, la anarquía y el propio esfuerzo”.

[Alfred Döblin, Berlín Alexanderplatz. Libro sexto, fragmento de “Guerra defensiva contra la sociedad burguesa”. Traducción de Miguel Sáenz, 2002, que señala: “Todo el texto entrecomillado, de contenido claramente anarquista, se basa indudablemente en algún discurso real, anterior a las elecciones de marzo de 1928”. Esta parte fue incluida en la versión de 15 hora y media de la novela de Düblin que hizo el cineasta Rainer Werner Fassbinder y que fuera transmitida como serie por la TV alemana en 1980].

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martes, octubre 20, 2020

¿POST-FASCISMO EN CHILE?: LA CONTRA-REVOLUCIÓN MOLECULAR 

 “No se ha señalado bastante que una contra-revolución era también una revolución” (Maquiavelo, Discorsi, II, XVIII).


Es un detalle que llama la atención: mientras en la izquierda (o mejor “las izquierdas”, puesto que está claro hace rato que no hay una sola) lo que aconteció desde octubre de 2019 en adelante fue un “estallido social”, una “rebelión” o “revuelta”, en la derecha más dura -que apoya la opción Rechazo para el plebiscito constitucional- identifican abiertamente este proceso como una “revolución”.

Lo más probable es que para las principales corrientes de la izquierda tradicional el concepto “revolución” quede muy grande para designar al octubre chileno, pues son herederas de una tradición “politicista” que obnubilada por ejemplos históricos como los de Francia en 1789 y Rusia en 1917 sólo considera como revoluciones propiamente tales a aquellos eventos que se ajustan al esquema de “toma” o “captura” del poder político centralizado. Si algo no incluye un equivalente de la toma de la Bastilla o el Palacio de Invierno, o en nuestro caso la réplica exacta del Palacio de La Moneda que está instalada donde mismo existió el original hasta septiembre de 1973, no es en rigor una revolución “de verdad”, sino que tan sólo una “revuelta”.

A su vez, las izquierdas posmodernistas deben encontrar el concepto muy esencialista y añejo, y lo arrojan al basurero de la historia por “trasnochado”, junto con el concepto de “clase”, la “dialéctica” y el grueso del legado del marxismo/anarquismo como corrientes centrales del ya extinto movimiento obrero clásico. En el argot del siglo XXI se escucha mucho más hablar de rizomas, flujos, biopoder e identidades de todo tipo.

Y para la socialdemocracia, casi completamente ausente en las calles al inicio del proceso pero ahora muy bien subida al carro de la victoria del Apruebo, se trató ni más ni menos que de un “despertar ciudadano”, concepto que entre otras cosas les permite deslindarse para repudiar cualquier forma de “violencia popular”.

En cambio en la extrema derecha, desde los pinochetistas tradicionales como Sergio Melnick (1) hasta las nuevas corrientes que replican a nivel nacional fenómenos como el de la “alt-right”(2) norteamericana y el “libertarianismo minarquista” entienden, correctamente a mi juicio, que estamos ante una especie de revolución social de nuevo tipo, que no se ajusta a los modelos tradicionales, pero ante la cual sienten una profunda fobia que los lleva a definirse abiertamente por la contra-revolución.


A modo de ejemplo, un tal Mario Desbandes señala que “a raíz de la insurrección anarco-comunista de octubre del año pasado en Chile, empezó a aumentar el contenido audiovisual de viejos y nuevos youtubers de derecha y libertarios”, y destaca dentro de esta totalidad a “los videos de un medio llamado RST Chile, en los que un investigador de nombre Alexis López, con mucha seguridad y, a diferencia de otros comentaristas contra-revolucionarios, empleaba tecnicismos y conceptos que parecían muy claros en cuanto a diagnóstico de lo que estaba sucediendo”(3).

La “teoría” de Alexis López es nada menos que la curiosa lectura que hace de algunos textos de Félix Guattari (coautor de “Anti-Edipo” y “Mil mesetas”, junto a Gilles Deleuze), dando con la terminología de la “revolución molecular disipada” (4). La trayectoria de López es bastante curiosa: a inicios de siglo se definía como “socialista-nacional” y estuvo detrás de un frustrado Congreso Neonazi internacional así como del intento, también fallido, de legalizar el partido político “Patria Nueva Sociedad”. La deriva actual de la conflictividad social  en Chile ha erigido a este nazi renovado en uno de los ideólogos más respetados de una nueva derecha “postfascista” (como ha señalado Enzo Traverso -5-), que acá en Chile mezcla la supuesta novedad del “libertarianismo” con el pinochetismo arcaico del “facherío” más tradicional.


Desbandes proclama estar “convencido de que los términos ocupados por López SON los correctos, y no otros”, por lo que se siente “en la obligación moral de hacer públicamente algunas distinciones y recomendaciones, dado que el investigador mencionado no solo ha sido invitado con frecuencia a instancias de conversación y formación libertarias, sino que también, y por esta misma masividad, han aparecido ya críticos de su persona y de su teoría de Revolución Molecular disipada”. Una de las ventajas tiene este modelo teórico para Desbandes es que “por nuestras raíces en las nobles escuelas liberal clásica y austríaca, estamos acostumbrados también a enfrentar el mal político, el desastre del socialismo y del Estado de Bienestar atacando, precisamente, la figura del Estado, pero no tenemos preparación alguna para enfrentar un comunismo que actúa sin Estado, desde abajo, y sin contradicciones (en un primer momento) con la economía de mercado, puesto que la usan a su favor, como forma de reproducir de manera sistemática en todo orden, un discurso revolucionario constante difundido por las marcas capitalistas más grandes y, como si esto fuera poco, presentando modos de vida insurreccionales como si fueran ‘libertades individuales’” (6).

Fácil es darse cuenta de que junto a unos pocos destellos de lucidez lo que predomina en estos análisis es delirio y confusión. Ya de entrada resulta llamativo que viejos fascistas (antiliberales) convivan ahora tranquilamente con neoliberales y “libertarios”, lo cual en parte amplifica las contradicciones internas que el propio régimen militar tuvo en los 70 entre su base nacionalista y la tendencia gremialista/”Chicago boy” (7), reconciliadas ahora en estos autodenominados “patriotas” que intentan “salvar a Chile” de esta revolución neocomunista.


Pocos días después del 18-O una integrante de la Fundación Jaime Guzmán alertaba desde las páginas de El Líbero sobre “el inicio de una revolución molecular” (8). Su momento de verdad es cuando señala que “este escenario nos ha llevado a presenciar una revolución molecular (múltiples,  pequeñas, y acéfalas  ebulliciones disipadas en la sociedad) que se aleja de aquellas del siglo pasado, en las que se podía determinar quién es el enemigo. Hoy no sabemos quién articula, ni cómo lo hace”. El delirio y la confusión vienen enseguida, cuando “identifica” tres grandes fuerzas tras todo esto: “ 1) Los movimientos sociales (destaca la horizontalidad como un elemental componente); 2) Los movimientos populares (agregan un componente de clase, como el FPMR, el PC (AP), o los troskos); y 3) Las fuerzas anarquistas (movimientos insurreccionales)”. 

Alexis López y otros paladines del Rechazo comparten la misma tendencia a explicaciones conspirativas que demostró el gobierno de Piñera cuando divulgó el ridiculizado informe “Big data”, que planteaba que incluso Ismael Serrano y los fans del K-POP estarían detrás del estallido social de octubre.

Por su comprensión autoritaria y jerárquica de la realidad no pueden captar el carácter espontáneo y acéfalo que tuvo el movimiento, problema que también presentan varios izquierdistas tradicionales a los que he oído quejarse de que este movimiento “no tuvo conducción”, ¡lo cual fue precisamente su fortaleza! Por eso se han dedicado a inventar diversos orígenes en extravagantes “mapas de la insurrección chilena” como el publicitado por el grupo + R -el brazo propagandístico del Rechazo- que incluye desde la República Popular China hasta la Asamblea General de Naciones Unidas, el Congreso Nacional y el Poder Judicial en bloque, y entremedio a Prensa OPAL, la CUT y la revista francesa Tiqqun… calificados como grupos de “guerrilla urbana” (9).

En EE.UU. la tendencia más irracionalista de la nueva extrema derecha sostiene teorías abiertamente disparatadas como la de QAnon, definida en estos términos: 

“La idea general es que hay actores liberales de Hollywood, políticos del Partido Demócrata y funcionarios de alto rango que participan en una red internacional de tráfico sexual de niños y realizan actos pedófilos; ​ y que Trump les está investigando y persiguiendo e intenta prevenir un supuesto golpe de Estado orquestado por Barack ObamaHillary Clinton y George Soros (10).

Suficiente. Esta teoría es tremendamente popular en el electorado de Trump y en la policía y fuerzas armadas, y me hace pensar en lo que dijo hace poco el guionista de cómics Alan Moore en entrevista a Headline respecto a los efectos de las megaproducciones de Hollywood sobre super-héroes, que “han arruinado el cine y hasta cierto punto la cultura”. El autor de V de Vendetta y Watchmen piensa que es “una señal realmente preocupante, que cientos de miles de adultos estuvieran haciendo fila para ver a personajes que fueron creados hace 50 años para entretener a niños de 12 años" y no descarta que sea un síntoma del mismo fenómeno que llevó a la elección de Trump y el Brexit en Gran Bretaña el 2016.

Mientras algunos amigos se extrañan de que tenga estómago como para dedicar tiempo a estudiar estas tendencias y sus expresiones en las redes sociales, yo les atribuyo cierta importancia en el mismo sentido que llevó a la Fundación Jaime Guzmán a encargar y difundir hace poco un “paper” sobre anarquismo. En él dicen que “el escenario político chileno es mucho más complejo de lo que se observa en la escena institucional. Por eso, no se debe analizar solo lo que sucede en la política formal o partidaria (de tipo vertical). Pues, en las bases sociales se han erigido una gran cantidad de agrupaciones que hacen política desde una perspectiva horizontal. Ejemplo de ello son aquellos que se organizan bajo el modelo de asambleas, sin jerarquías ni líderes” (11).

Si bien lo de la horizontalidad y asambleas sin líderes no es lo propio de la derecha nueva ni antigua, no se puede negar que las tendencias “deconstruccionistas” de esta época han afectado la tradicional forma de ser de la derecha chilena y, tal como en la “extrema izquierda”, es posible apreciar nuevas agrupaciones y corrientes que se alejan considerablemente de los grandes partidos estables que monopolizaban hasta hace poco un espectro político proveniente del siglo anterior.

Para cerrar esta columna, haré un breve mapeo de algunas de las principales corrientes de esta nueva derecha postfascista tal cual se expresan en Chile hoy. Para quienes quieran profundizar en el estudio de cómo es desde estos sectores que se promueven campañas racistas contra la migración recomiendo leer el texto de varios autores “La discusión migratoria en redes sociales: racismo abierto de hombres de extrema derecha”, publicado en CIPER (12).

“Ancaps” y “libertarios”.

A la corriente “anarcocapitalista” me he referido en mayor detalle en otra columna (13).  En síntesis diría que no tienen nada que ver con el anarquismo en tanto corriente socio-política, sino que son sencillamente defensores a ultranza del mercado totalmente libre o desregulado, entendido en su visión supuestamente “neoclásica” como la “anarquía del mercado”.

En Chile han aparecido hace relativamente poco tiempo, y ya están divididos en al menos dos formaciones: el Partido Libertario (liderado por Alvaro Concha) y el Partido Liberal Libertario (liderado por Rodrigo Pulgar, más conocido en las redes como Krypto -14-). Se consideran herederos de la “Escuela austríaca de Economía” y tienen un referente cercano en el economista argentino Javier Milei. Llama la atención que mientras el Partido Libertario de EE.UU. (fundado en 1971) es económicamente pro-capitalista pero políticamente liberal/progresista (contrario a la penalización del aborto y las drogas), sus emuladores nacionales se asumen abiertamente como “fachos” (denominación que según Sebastián Izquierdo de Capitalismo Revolucionario “en Chile no tiene nada que ver con el fascismo”, mmm).

El gusto por las novedades teóricas los ha llevado no sólo a abrazar las teorías “anarcocapitalistas” –nombre de marca del extremismo neoliberal de Hans-Herman Hoppe y Murray Rothbard-, sino que sobre todo en Rodrigo Pulgar es posible apreciar una verdadera obsesión con la obra de Foucault, Deleuze, Guattari y  Derrida (15).

 La Diestra.

Este grupo es bastante exótico, pues está liderado por un tal Francisco, de identidad desconocida, que en su momento fue un activo tuitero en favor de la campaña presidencia de José Antonio Kast. Desde el 19 de octubre de 2019 armó una nueva cuenta de twitter (16) en que se dedicó a dar a conocer a los asustados derechistas de todo Chile lo que estaba pasando en el epicentro del conflicto en Santiago, transmitiendo varias veces imágenes desde la Plaza Dignidad. En una entrevista que le escuché en youtube (pues en general no se deja ver -17-) señaló dos cuestiones interesantes: la derecha para él no tiene por qué ser “nueva”, pues en tanto “ultraconservador” y el integrante “más derechista” del grupo considera que su modelo es “la UDI de los 90”, y defiende una trayectoria filosófico-política que mientras más apunte hacia el pasado es más pura (sin falsa modestia dice que Aristóteles y Santo Tomás son sus máximos referentes). Además dice que la derecha no tendría por qué ser centralizada, sino que propone crear diversos grupos autónomos que se coordinen entre sí.

Francisco es idolatrado por los partidarios de lo que últimamente llaman “Rechazo libre”: la base social de “patriotas” y/o “fachos pobres” que se consideran traicionados por los partidos de la derecha tradicional, que según ellos asumió las banderas de la izquierda, e incluso han llegado a decir que Piñera es marxista.

Se dice que fue él quien empezó a organizar marchas del Rechazo, cuando nadie en la derecha tradicional estaba convencido de asomarse a las calles, y empezó a explicar a gente de regiones cómo hacer marchas y caravanas.

Además Francisco y la Diestra se han dedicado a reivindicar a carabineros como Claudio Crespo que han sido procesados por violaciones de derechos humanos, y a organizar periódicas donaciones de agua y otros insumos tanto a distintas comisarías de la policía uniformada así como de frazadas para que no pasen frío los “héroes de Punta Peuco”.

Esos vínculos, además de la presencia de los “Alguaciles” de Carabineros en las marchas del Rechazo (18), explican bastante bien la actitud policial hacia ellas.

¿Nazis?

Los postfascistas neoliberales suelen decir que el nazismo y el fascismo son de izquierdas, aludiendo al carácter “socialista” de la versión alemana y al origen izquierdista de Mussolini.

Pero en las marchas del Rechazo se han dejado ver personas con indumentaria que combina símbolos nazis con la araña negra de Patria y Libertad, mientras realizan saludos nazi/fascistas. Si bien desde Krypto hasta S. Izquierdo han rechazado estas apariciones, siguen ocurriendo sin que nadie los expulse, e incluso se ha visto a otros “rechazones” sacándose entusiastas fotos  junto a estos ejemplares.

Está claro que el grupo “Vanguardia” fue creado a partir de una convocatoria de Capitalismo Revolucionario y Aún Tenemos Patria, a la que adhirieron sectores como la juventud de Fuerza Nacional, el autodenominado “partido militar” formado por Raúl Meza, el abogado defensor de los criminales de Punta Peuco, e incluso algunos sujetos provenientes del Partido Republicano de JAK.

Si bien formalmente no se declaran fascistas, lo cierto es que es desde ahí donde han surgido tanto los ataques en patota (las típicas “barridas” de los neonazis) como algunos de los saludos nazis. Sin ir más lejos, uno de los que fue fotografiado haciendo el saludo el pasado sábado 10 de octubre portaba un escudo de ATP  (19). Un tuitero llamado “patriota templario” ha afirmado que “el 80% de la Vanguardia son nazis chilenos”, y que si bien son de Tercera Posición (antimarxista y anticapitalista)(20), su prioridad por ahora son los comunistas.


En conclusión: este archipiélago de grupos expresa nuevas formas de activismo de extrema derecha que no eran muy visibles antes del 18-O, y que parecen constituir expresiones de postfascismo, que en cada caso amalgaman diversos y hasta contradictorios componentes ideológicos. En algunos casos hay intentos de dotar de mayor sofisticación el discurso, y es ahí donde se revela el interés de algunos por las teorías críticas “posmodernas”. Su actividad hasta ahora va desde la difusión en redes de su curioso ideario y los ataques contra personas o imágenes que identifican con lo que Alexis López llama “la insurrección contra Chile”. La mayoría, sino todos, reivindican la necesidad de que la derecha radical tenga mayor presencia callejera.

Habrá que estar atentos a cómo evolucionan después de su inminente derrota en el plebiscito del 25 de octubre, dado que son ellos los sectores que más se han abanderizado con el Rechazo, y necesariamente tendrán que sufrir transformaciones y realizar algunos acomodos tácticos en su curiosa estrategia de “contra-revolución molecular”, ante la disyuntiva que se han planteado y que A. López y otros denominan como “Patria o caos”.  





1.- Ver su entrevista para el documental “Revolución en Chile”, de Ana Victoria Durruty (Universidad san Sebastián): http://revolucionenchile.cl/entrevista-sergio-melnick/

2.- En palabras de Marcos Reguera, de la Universidad de Euskal Herria: “La Alt Right es un heterogéneo conjunto de grupos y personalidades de la nueva extrema derecha norteamericana que a raíz de la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales han alcanzado una gran notoriedad y popularidad entre muchas capas de población, especialmente entre los jóvenes. Al contrario que los grupos neo nazis precedentes, o del movimiento del Tea Party de la Era Obama, se trata de un grupo cuyos líderes muestran un gran refinamiento intelectual, y que a través de la colonización del discurso de la izquierda alternativa de los años 60 (en especial de la Escuela de Frankfurt), están realizando una renovación del pensamiento político de extrema derecha, transformando el discurso antiglobalización y las defensas identitarias de los movimientos progresistas en una nueva bandera del nacionalismo de extrema derecha” (https://aecpa.es/es-es/la-ideologia-de-la-alt-right-origenes-pensadores-e-ideas-de-la-nueva/congress-papers/1852/).

3.- https://www.celchile.org/post/la-teor%C3%ADa-de-la-revoluci%C3%B3n-molecular-disipada-y-lo-que-debemos-aprender-los-libertarios

4.- Profundizar en esas categorías que usó Guattari exigiría otro tipo de texto que ni siquiera creo estar capacitado para redactar, pero al menos hay que señalar que él constantemente comparaba dos formas simultáneas de relaciones de poder: molar y molecular: “Así, la materia opcional que es trabajada por los Equipamientos colectivos, antes que cualquier funcionalidad social o económica puede ser  conducida a la diferenciación y a la articulación de los viejos poderes territorializados  en dos nuevos tipos de poderes de Estado: un poder político molar y un poder semiótico molecular”, y señala este ejemplo: “el poder molar de Estado, mediante circulares del MINEDUC recomendará no dar más deberes a los niños en la casa, mientras que el poder molecular de Estado en el seno de la familia, que resulta él mismo por lo general de un compromiso altamente problemático entre el padre y la madre, exigirá profesores que los restablezcan” (Félix Guattari, Líneas de fuga. Por otro mundo de posibles, Editorial Cactus, Buenos Aires, 2013, págs. 76-78). 

5.- Italiano, autor de “Las nuevas caras de la derecha” (Siglo XXI, 2018). Sobre la categoría de “postfascismo” y sus similitudes y diferencias con los fascismos del siglo XX ver esta entrevista:  https://pasosalaizquierda.com/enzo-traverso-el-actual-post-fascismo-es-un-fenomeno-profundamente-diferente-del-fascismo-clasico/

6.- Ibíd.

7.- Se dice que la noche del 5 de octubre de 1988 ante la derrota aún no asumida en las urnas, doña Lucía mandó a llamar al nacionalista Pablo Rodríguez Grez, ex líder de Patria y Libertad, quien llegó a La Moneda diciendo que si bien los gremialistas se habían enriquecido mientras los nacionalistas hacían el trabajo sucio, estaban dispuestos a hacerlo de nuevo. Ver el libro “Los hijos de Pinochet”, de Victor Osorio e Iván Cabezas.

8.- https://ellibero.cl/opinion/daniela-carrasco-18-de-octubre-el-inicio-de-una-revolucion-molecular/

9.- https://www.reddit.com/r/chile/comments/ih6p61/mapa_de_la_insurrecci%C3%B3n_en_chile/

10.- https://es.wikipedia.org/wiki/QAnon

11.- https://www.fjguzman.cl/aproximaciones-al-anarquismo-y-su-aplicacion-en-el-escenario-chileno/

12.- https://www.ciperchile.cl/2020/10/10/la-discusion-migratoria-en-redes-sociales-racismo-abierto-de-hombres-de-extrema-derecha/

13.- https://lavozdelosquesobran.cl/la-nueva-derecha-chilena-sobre-anarcocapitalistas-y-pinochetistas-libertarios/

14.- https://twitter.com/canalchatarra

15.- A los que dedicó un programa en youtube, conversando junto a Dani Carrasco: https://www.youtube.com/watch?v=nX2dgs3Ehpg

16.- https://twitter.com/Francis25830521

17.- Esta sería una de las pocas excepciones: https://www.youtube.com/watch?v=cDu9feaAYrE

18.- https://lavozdelosquesobran.cl/los-alguaciles-la-organizacion-que-ejerce-el-poder-oculto-en-carabineros/

19.- https://twitter.com/Auntenemospatr1

21.- Grupos que en realidad adscriben a la “tercera posición”, como el Movimiento Social Patriota, han llamado a anular ambas papeletas en el plebiscito constitucional.

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viernes, octubre 16, 2020

“Momentos brígidos”/El Apruebo y la Revolución como espectáculo 

 

La historia se repite: “Con un lápiz y un papel”, se dijo en 1988 y se replica en 2020.

Y además, en 12 meses pasamos del EVADE al SI’PO APRUEBO. Todo un retroceso.

Estamos en un duro momento. No sólo porque el Estado policial/militar ya nos tiene por más de medio año sometidos a un estado de excepción malpretextando la pandemia de coronavirus como justificación, plazo en el que se ha encargado de reforzar logística y moralmente a su alicaída pero brutal policía. No sólo porque, tal como en 1988, la mayoría de los rebeldes se dejaron convencer solitos de que necesitamos acudir en masa a las “urnas” para propinarle una derrota al “fascismo”, y luego de eso dejar de nuevo la Gran Política en manos de la “democracia de los acuerdos”. La enorme irrupción anárquica de octubre 2019 da paso a un gran evento democrático e institucional en octubre 2020. La democracia capitalista saldrá rejuvenecida de dicho evento.

Los demócratas muestran la hilacha de su intolerancia y totalitarismo cuando empiezan a reprocharnos a nosotros, los abstencionistas que nunca hemos ido a votar, desde el triunfo de Piñera (como dice el imbécil profesional, actor y ex militante PPD llamado Pablo Schuarz) hasta el “hacerle el juego a la derecha dura”, como si fuéramos nosotros los que estamos validado su juego haciendo campaña junto a la derecha "blanda", la socialdemocracia concertacionista y la del FA/P”C” poniendo nuestro granito de arena rojinegra en la canalización institucional de la energía de la revuelta dentro de urnas que hasta nos quieren vender como otros torniquetes que debemos saltar.

No señores/as: nadie espera que un ateo vaya a misa, ni se le obliga a comer asado a los vegetarianos, pero ahora una vez más ponen los ojos sobre los ácratas y nos reprochan el que nunca en nuestras VIDAS vayamos a ir a depositar NADA dentro de ninguna URNA.

La claridad adquirida hace 12 meses parece haberse perdido. La nefasta ideología de la democracia ha hecho una vez más su trabajo. Debería volver a quedar claro que el mayor peligro no es el fascismo, sino que la contra-revolución democrática.


Dejo acá una de las reflexiones más lúcidas que me he topado sobre este mismo tema:

EL APRUEBO Y LA REVOLUCIÓN COMO ESPECTÁCULO

Introducción

Raro sería que alguien dude del sentido de las dos primeras palabras que saltan a la vista: Apruebo y Revolución. Sin embargo, ¿Espectáculo? ¿Por qué? Hablar del espectáculo es hablar de Debord, un pensador que poco se ha tomado en cuenta por parte de los sectores revolucionarios. No se busca aquí hacer una investigación ni un paper académico, así que lo haremos breve. El término en cuestión es presentado por el autor en su obra capital: La sociedad del espectáculo (1967) y hace referencia a una forma de relación social que está mediada por imágenes (s4), así como también refiere a un mundo que ha sido invertido en el cual lo que pereciera ser verdadero, es falso (s9). El espectáculo es la fase actual del sistema capitalista, en la cual la sociedad ha preferido la representación antes que la realidad, donde los deseos, relaciones y conductas están influidas en su totalidad por el espectáculo, es decir, no deseamos ni nos relacionamos como queremos, sino como se espera que lo hagamos. El espectáculo está en todas partes, así como va desde la televisión y la radio (cahuines, farándula, reality shows, banalidades del día a día, clima, etc) también llega a nuestras relaciones y forma de ser: al subir historias al Instagram o publicar alguna opinión en nuestras redes sociales, cuando somos o nos vestimos de cierta forma para encajar, cuando queremos imitar lo que vemos (ser modelo de ropa interior, tener el mejor empleo, tener un cuerpo esbelto y tonificado, etc.).

1

Un debate que se está dando a nivel nacional, a casi un año del inicio de la revuelta de octubre del 2019 y pareciera ser que todos los sectores de la sociedad se han empeñado en tratarlo en todas partes y en todos los tonos: los diarios, la televisión, la Iglesia, los partidos políticos, etc. El debate del plebiscito que se nos avecina en unas semanas; abstenerse, aprobar o rechazar.  Basta subir al transporte público 20 minutos, y se escuchará algo relacionado. Tratar el plebiscito es inevitable.

2

Lo que en sus inicios era una protesta desorganizada y que involucró a variados sectores de la sociedad, no hizo más que sacar a la luz los trapos sucios que viene arrastrando la sociedad del territorio chileno, la burda distinción entre la manifestación pacífica y la violenta, cada una con sus respectivos manifestantes. Distinción de la que no se ha hecho responsable aun el proletariado actual.

3

La misma división que se dio al interior del proletariado a fines del 60’ y principios del 70’ que se mostraba entre la izquierda al lado del “compañero” Allende y una izquierda radical, vuelve a penarnos hoy. Desde inicios del nuevo milenio hemos asistido a una informalización de la protesta; caras tapadas sin ley a destrozar lo que se les cruza; y por otro lado, la política reformista heredera de la nostalgia y derrota tras el 73.

4

La irrupción (en buena hora) que realiza la clase política con el fin de tranquilizar los humos (de los acontecimientos de octubre) cumple con creces sus objetivos, la propia manifestación violenta e informal se cubre de un tinte institucional. Para este nuevo agente social es completamente compatible el enfrentamiento con la policía, y las exigencias reformistas. La cosa es simple: nueva constitución o nada.

5

Pasan unos días y ya en todas partes se habla de la nueva artimaña de la clase política, que en completa sincronía con los medios de comunicación se hacen un festín en cada hora. Se le pregunta la opinión a la gente en la calle, se cuestiona el uso de la violencia, se cuestiona la continuidad de la vida (o no-vida) en nuestro territorio, etc. En redes sociales gran parte de la gente publica y comparte cosas relacionadas. Se han empezado a crear las primeras imágenes espectaculares.

6

Empiezan a adorarse las imágenes de la protesta, las performance de quienes llegan con un disfraz a ella (como si de un desfile se tratara), se halaga a tal o cual manifestante que hizo o dijo aquello. Empiezan a dar su opinión y a manifestar su repudio integrantes de los partidos políticos de izquierda, quienes no hacen más que seguir el juego de la lucha espectacular: gritan y reclaman, suben una publicación a twitter, se toman una foto en una protesta, increpan a las autoridades, etc, aunque es sabido que no apuntan a una destrucción de lo existente. Quizá pudo haber sido así en algún momento. ¿Hoy? No.

7

Estas falsas luchas espectaculares se reproducen en gran parte de la población, la gente empieza a compartir una publicación y a cuestionar, pero no quieren un cambio radical. Difunden una imagen, se toman una foto en la barricada, toman una foto de un cartel que les gusta, etc. Quien más comparte estas publicaciones se cree (y se convierte en) un falso revolucionario. El revolucionario-espectacular, hijo de la sociedad del espectáculo. El revolucionario por antonomasia, aquél que posee todos sus datos de información personal en Facebook e Instagram.

8

El Apruebo se ha convertido en el escudo de aquél falso revolucionario.

9

El Apruebo bien cercano es a uno de los procesos anteriores que ha tenido este territorio, el plebiscito del 88, cuando supuestamente se echó al dictador con un lápiz y un papel. No promete algo muy distinto este proceso actual. Éste último al igual que su antecesor, promete condenar en las últimas páginas de los libros de historia y a las murallas del territorio al proletariado muerto, encarcelado y violentado.

10

La crisis de la economía dominante en nuestro territorio viene manifestándose hace décadas. En los 90’ empieza a tomar un carácter un poco más notorio el anarquismo y se hacen cada vez más constantes sus pugnas con los bandos reformistas, especialmente en los primeros 15 años del nuevo milenio. Vuelve a surgir y se pone sobre la mesa el empleo de la violencia en las manifestaciones.

11

Varios sectores que se dicen ser revolucionarios, han dejado el debate teórico de lado o, simplemente se han quedado con lo que históricamente han considerado correcto. Un debate que ha sido evadido de esa forma no hace más que mostrar los problemas que nunca se trataron, y que, como si de una bola de nieve se tratase, hoy esos problemas han aumentado y están a punto de caer sobre un grupo humano que ignora la bola que viene de la montaña a gran velocidad.

12

El proletariado cuenta con serias trabas a la hora de organizarse y definirse. Las imágenes del gobierno de Allende se repiten, así como su figura. Éste y su vía chilena al socialismo arrojó por la borda a: a) los grandes índices de politización en la sociedad (para así poder transar y encajar con los otros partidos), b) la radicalización del movimiento obrero y c) a la izquierda radical que le desobedeció (la V.O.P.). Allende estaba en una carrera, eligió frenar. Su figura sigue rodeada de un misticismo y nostalgia que hoy debiesen de cuestionarse. La superación de Allende es una exigencia previa para la articulación de nuevos discursos y prácticas de lucha por parte del proletariado.

13

El Apruebo se ha nombrado a sí mismo como la Revolución. Ambas ideas no se distinguen, son una. La Revolución que se nos ofrece es el Apruebo. Quien lo deseche será clasificado de contra-revolucionario e indolente ante las bajas del proletariado. Este tipo de procesos son como la serpiente que se come su propia cola eternamente.

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Quienes ven en los medios de reproducción de la ideología capitalista, una pequeña esperanza revolucionaria, están a tiempo de desecharla. El control total de la vida va en aumento, y si se quiere destruir el modelo existente, urgente es destruir todos sus resquicios y brazos, que aunque no lo aparentan, están armados -hasta los dientes- de ideología. Han construido una falsa revolución que ya está produciendo a su falso ejército revolucionario.

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El Apruebo es un show de masas que se come a sí mismo. Tal como la sociedad capitalista va directo a su autodestrucción, el Apruebo es el nuevo imperativo de la conducta moral del siglo XXI. Sus revolucionarios han interiorizado la lógica del modo de producción existente y se devoran a sí aniquilando toda perspectiva y cambio que opta por lo real, quedándose con la apariencia de lucha que les ha vendido el propio sistema espectacular.

Camila Iconoclasta

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