Delirio Místico: "A mon seul désir" (Según mi solo deseo)
"La discusión sobre el comunismo no es académica. No es un debate sobre lo que se hará mañana.
Desemboca en, y forma parte de un conjunto de tareas inmediatas y lejanas de las que no es más que un aspecto, un esfuerzo de comprensión teórica" (Gilles Dauvé)
viernes, abril 29, 2016
Canonización de Aylwin (parte 2)
La vida es difícil, la vida es rápida, la vida es corta, y por lo mismo mientras escucho de nuevo "In a free land" de Hüsker Dü pienso que por suerte otra persona ya hizo parte importante de la pega que demuestra el tipo de guerra sucia que la Concertación dirigió desde el Estado contra lo que quedaba de izquierda subversiva: tal cual la UP masacró a la VOP con las mismas fuerzas armadas que luego la masacraron a ella, la oficina del PS/DC/PPD siguió usando las mismas fuerzas de la dictadura para asesinar en ejecuciones sumarias a los jóvenes militantes de la organizaciones como el FPMR (Autónomo), MIR y MAPU Lautaro.
(El Ariel)
Va acá un breve listado confeccionado por Daniel Giménez. En la parte 3 nos seguiremos explayando (sobre todo para operar así en contra de los sociodemos que creen que el terrorismo de estado existe sólo durante los llamados "estados de excepción constitucional"):
Pero, y esto es lo más importante, el currículo de Aylwin
muestra no solo que no fue un paladín de los derechos humanos, sino que, al
contrario, fue responsable, al menos político, de las graves violaciones a los
derechos humanos cometidas por el Estado de Chile entre el 11 de marzo de 1990
y el 11 de marzo de 1994. Con la excusa de desmantelar a “los grupos
subversivos” que para entonces operaban en Chile (el Frente Patriótico Manuel
Rodríguez, el MIR, pero fundamentalmente el Movimiento Juvenil Lautaro), el
gobierno de Aylwin asesinó a al menos 33 de sus militantes y a otras 63
personas sin militancia conocida. En parte importante de los casos, los
asesinatos ocurrieron a través de ejecuciones sumarias y con montajes para
simular enfrentamientos, tal como lo hacía la CNI y como lo siguieron haciendo
posteriormente otros aparatos represivos en sus ejecuciones sumarias, como, por
ejemplo, en el asesinato de Matías Catrileo.
Radio
Villa Francia ya ha publicado una lista detallada de los y las
militantes de izquierda asesinados/as por el gobierno de Patricio Aylwin. Pero
para dimensionar la gravedad de las violaciones a los derechos humanos
cometidas por él, permítaseme reseñar brevemente un par de casos elocuentes:
Osman
Yeomans Osorio, militante de las Juventudes Comunistas, el 26 de junio de
1990 recibió un balazo en el cráneo de parte de un policía de civil cuando
pintaba un mural en honor a Salvador Allende. El responsable nunca recibió
sanción alguna.
Marco
Ariel Antonioletti, militante del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL), fue
asesinado el 15 de noviembre de 1990 por funcionarios de
investigaciones con un disparo entre los ojos, típica forma de hacer
ejecución sumaria, luego de que, tras fugarse de la Cárcel Pública, fuera
delatado por Juan Carvajal –principal asesor comunicacional de Michelle
Bachelet durante su primer gobierno– a su amigo Ricardo Solari, entonces
subsecretario de la Presidencia. Fueron a capturarlo 50 funcionarios y,
por supuesto, simularon un enfrentamiento, pese a que la evidencia
pericial indica que no hubo posibilidad alguna de uno.
Enrique
Torres, Ignacio Escobar y Sergio Valdés, también militantes del MJL,
fueron asesinados el 18 de diciembre de 1991 en Coquimbo por Carabineros
tras ser capturados después del robo a un banco. Los testigos del arresto
concuerdan en que, una vez detenidos y reducidos en el suelo, fueron
baleados y dejados sin asistencia, muriendo a la postre en el mismo lugar.
Alexis
Muñoz y Fabián López, militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez
(FPMR), fueron asesinados el 22 de enero de 1992 al entregarse después de
mantener secuestrada a una familia.
José
Miguel Martínez, Mauricio Gómez y Pedro Ortiz, también militantes del
FPMR, fueron acribillados a balazos el 10 de octubre de 1992 tras ser
capturados en un intento de fuga de la ex Penitenciaría. Se encontraban
atrapados, desarmados y heridos al momento de ser ejecutados.
Yuri
Uribe, Raúl González y Alejandro Sosa, militantes del MJL, son baleados el
21 de octubre de 1993 en un bus al que se habían subido tras intentar
asaltar un banco en Manquehue con Apoquindo. Los lautaristas se habían
rendido y el bus se encontraba repleto de pasajeros, pese a lo cual
carabineros dispararon aproximadamente 300 balas. Tres de los pasajeros
también murieron.
Cristóbal Cornejo: investigador materialista de la realidad (x el camarada Rodrigo)
Cristóbal Cornejo: investigador materialista de la realidad.
Por Rodrigo B.
La crítica radical a la cultura del capitalismo
guarda sus antecedentes de manera dispersa en la filosofía, literatura, poesía
y pintura de la segunda mitad del siglo XIX. Solo con el fracaso de la
revolución de 1905 y el advenimiento de la Primera Guerra Mundial (eventos que
fueron a su vez productos específicos del desarrollo de la economía política),
encontraría esta crítica una forma concreta y consciente en la actividad creativa
de, por ejemplo, los dadaístas y los surrealistas.
La importancia de estos grupos radica en haber
reconocido, junto con el grueso de la clase trabajadora que se levantó en armas
contra el orden burgués entre 1917 y 1937, la manera en que el capitalismo
avanzaba vertiginosamente apoderándose de la totalidad del espacio y el tiempo
social. Esa consciencia histórica fue acertada. Al ser incapaz el proletariado
de contener su avance, el capitalismo se encontró luego de la Segunda Guerra
Mundial en el terreno firme de lo que Marx denominó la “fase de subsunción real
del trabajo en el capital”; el trabajo asalariado y la producción de mercancías
ocupando la totalidad de la vida.
En ese sentido, se podría decir, la economía
política se transforma en una cultura que ya no reconoce límites identitários,
geográficos, religiosos, etc. Parafraseando a Robert Jaulin, el capitalismo se
convierte durante este periodo en “la organización colectiva del hecho
cotidiano total”; ya no hay un afuera del modo/estilo de vida que imponen el
trabajo asalariado y el dinero.
Parte del trabajo que realizaron Walter Benjamin, la Escuela de Frankfurt y los
situacionistas (solo por nombrar algunos de los más reconocibles) fue tomar
nota de estos desarrollos. Lo que se buscaba era ampliar el horizonte crítico y
afilar las armas de la teoría anti-capitalista para ponerlas a la altura de las
circunstancias históricas que se habían gestado en ese último ciclo. Es decir,
mucho más allá de pretenderse una “crítica cultura” en términos generales,
estos trabajos teóricos fueron una crítica directa y específica al capitalismo
y la cultura que engendró para mistificarse y naturalizarse.
Esto es lo que se conoce como industria
cultural, un concepto que al parecer ha sido tan difícil de asimilar que
las definiciones que se dan en Wikipedia son radicalmente distintas en
castellano y en inglés, por no mencionar el hecho de que el concepto, respecto
a otros, está traducido a una cantidad ínfima de idiomas.
Tal como señaló Anselm Jappe el “contenido” de
este fenómeno (y producto) histórico al que se conoce como industria
cultural “no es la apología explícita de tal o cuál régimen político
presuntamente intachable, sino la incesante presentación de lo existente como
único horizonte posible”. Estos comentarios los hace Jappe a propósito del
boxeo dialéctico que organizó entre Guy Debord y Theodoro Adorno respecto al
rol del arte (Sic Transit Gloria Artis, 1994). Luego continúa citando a
Adorno: “A fin de demostrar la divinidad de lo real no se hace más que
repetirlo cínicamente y sin cesar. Tal prueba fotológica no es concluyente,
pero si apabullante” (Dialéctica de la Ilustración, 1944).
En nuestros días, y ya desde hace algún tiempo,
este punto de vista ha sido reducido y/o restado de su contenido crítico
original. Su potencial revolucionario se ha vuelto una especie de espejismo
que, por un lado alimenta las ilusiones canibalescas de los especialistas de la
crítica (sociólogos, filósofos, académicos y demás tipos de burócratas del
pensamiento), y por otro es desestimado como un delirio propio de “la teoría
estética” por los y las que se dedican a la política (en diferentes
formatos de leninismo o anarquismo profesional). Es quizá obvio señalar que
esta incapacidad para entender el capitalismo como un modo de producción de la
vida en su totalidad —y que por lo tanto debe ser contestado en la práctica de
manera total— es resultado directo del avance violento de la alienación en
nuestra época, y, como diría György Lukács, la alienación radica en el predominio
de la mercancía en la vida social.
Entre los que resisten esta inercia totalizante
que viene imponiendo la cultura burguesa a toda la humanidaddesde hace ya varios siglos, debiéramos contar también a aquellos que
se rehúsan a someter su racionalidad y su capacidad sensible a la lógica de los
sistemas dogmáticos de significaciones, a las falsas oposiciones, y a la
urgencia con que la crítica especializada y los intelectuales mantiene la
realidad diseccionada. Parte de ese esfuerzo pasa por rastrear y darle
continuidad a la historia que es sistemáticamente oscurecida por la sombra de
la industria cultural; la historia de las clases dominadas.
Tengo la certeza de que el trabajo de Cristóbal
Cornejo forma parte de esa corriente histórica, y creo que se le debería poner
atención porque este tipo de mirada es excepcionalmente escasa en el movimiento
social anti-capitalista de hoy. Tan excepcional como necesaria.
Cristóbal, al que difícilmente podríamos
calificar como un simple periodista, músico o poeta, fue más bien un agitador
social a tiempo completo. Hablar de su obra “literaria” separada de su obra
“política”, o de su obra “musical” separada de su obra “poética”, sería caer en
un sesgo ideológico que el mismo combatió a cada momento. Los cruces de ideas y
referencias a los que estaba siempre sometiendo sus análisis de la realidad
formaban parte integral de lo que pretendía comunicar.
Para empezar a despejar las dudas que puedan
haber respecto de ese sentido unitario en el trabajo de Cristóbal bastaría con
hacer una pasada rápida por algunos de los temas más relevantes de sus
escritos: John Coltrane, la Nueva Canción Chilena, el punk, el noise, la new
thing, Emile Dubois, los Ludditas, Cravan, orgías des-programadoras,
insurrecciones urbanas, vandalismo comparado, el 18 de septiembre, movimientos
sociales, ecológicos y culturales, el anti-arte, la anti-poesía, el comunismo
difuso, terremotos sociales y geológicos, y un largo etcétera.
Se le escucha decir, por ejemplo:
“Y no es que
creamos que los/as artistas son una lacra. Es un sistema que los/as controla de
manera objetiva y subjetiva, mimándolos y disociándolos del conjunto social, el
que los hace no llevar la crítica hasta la raíz. A pesar de eso, sabemos que la
complacencia frívola y el éxito (Warhol, el trivial mercader por excelencia,
como ícono), motivan la reproducción del modelo de vida y la integración y
recuperación de los posibles “revoltosos” al engranaje.“
En otro momento reflexiona:
“Ya en los
sesenta, pueden apreciarse los notables resultados que alcanza la fusión “menos
probable de todas”, es decir, rock y jazz, o más concretamente, free jazz y
punk rock (donde punk se entiende como actitud). En esta década nos encontramos
con bandas que, casi paralelas al desarrollo del jazz libre, van incorporando
sus descubrimientos al acervo del ruido eléctrico.”
Y luego grita:
“¡Por la
multiplicación de los focos locales anticapitalistas y antiestatales!
¡Por la revolución internacionalista contra la sociedad espectacular!
¡Comunismo difuso saboteando el viejo mundo!”
Todos estos fragmentos forman parte de escritos que, aunque referidos
a cuestiones distintas, están atravesados por una misma mirada que los ata en
un impulso por subvertir el sentido común y llevar “la crítica hasta la raíz”.
Se puede reconocer en el trabajo de Cristóbal una
tremenda inquietud por poner en crisis varias de las instituciones que
organizan la forma que tenemos de pensar y experimentar la realidad. Y eso se
puede observar no solamente en sus escritos, sino que también en la música que
produjo, los grupos que frecuentó, la manera que tuvo de moverse por el
territorio y cómo estableció relaciones con los que tuvimos la suerte de
conocerlo y tenerlo cerca.
En ese sentido, la introducción que propuse un
poco más arriba no es una mera forma de poner en contexto o meter a la fuerza a
Cristóbal en un cause histórico que le es ajeno. Al contrario. Su trabajo
representa para mí un cuerpo sólido de investigación materialista de la
realidad que se acopla con mucha soltura a la corriente que conforman los
movimientos y teorías que comentábamos antes.
Cristóbal fue un gran comentador de la realidad y
también un acucioso archivador de experimentos y experiencias —individuales y
grupales— que han surgido en la historia contra-cultural chilena. No es que se
haya dedicado solo al territorio dominado por el Estado chileno, o solo a la
“contra-cultura”, sino que tuvo la lucidez suficiente para poner el ojo aquí,
en tiempos y cuestiones que no mucha gente lo estaba poniendo. Un excelente
ejemplo de eso es su programa radial Sonidos Mutantes.
En diciembre del año 2013 Cristóbal transmitió el
primer capítulo del programa a través del dial de la radio Actual de
Tocopilla. Hacerlo en esa región y en esa ciudad no fue cuestión de azar o
exigencias externas a él; fue una decisión calculada, un primer esfuerzo por
romper con el grosero (pero muy coherente) centralismo que estructura este
país.
Así reseñaba el propio Cristóbal su proyecto:
“Hay capítulos
dedicados a la música electroacústica desde 1956 a 1974, una revisión de la
época de improvisaciones de Los Jaivas entre 1969 y 1970, la creación
subterránea en Chile durante los ’70 y ’80, con grupos como Malalche y
Agrupación Ciudadanos (y otras ocurridas en el exterior como el trabajo de
Alvaro Peña o el Quilombo Expontáneo), la música más arriesgada de la
post-dictadura (90’s y principios de los 2000), hasta llegar a las distintas
propuestas de sellos contemporáneos como Espora, Jacobinodiscos, Horrible
Registros, Productora Mutante, Amigos de la Contaminación Sonora, Cumshot
Records, Templo Sagital, Pueblo Nuevo y Chancacazo. Asimismo, habrán capítulos
más específicos dedicados a la poesía sonora, los paisajes sonoros y la
improvisación libre.”
Se podrían nombrar a la rápida algunas de las
bandas más recientes que incluyó en su revisión: Lluvia Ácida, Lem, Tobías
Alcayota, Leonardo Ahumada, Aves de Chile, Namm, Les Chicci, World Music, La
Golden Acapulco, Ojo, Come Perro Fuma Gato, Los Igualitos, Pintocabezas, Indio,
Dolores Fiuler, Ramiro Molina, Ensamble Majamama, trio Payaya, Acratarca, La
kut, diAblo, Mostro, Colectivo No, Fracaso, y muchos otros. El último capitulo,
dedicado a la poesía sonora, cuenta más de una decena de músicos.
A lo largo de 12 capítulos, escritos, producidos
y conducidos por Cristóbal, se repasó la historia musical de Chile desde 1956
hasta el 2013. Desde luego esta no es la historia “oficial” de la música
chilena, sino más bien una que se construyó al margen de ella. No tanto por
falta de talento o éxito comercial como por una necesidad consciente de
mantenerse más cerca de su propio impulso creativo y más lejos del centro gravitacional
de la industria musical. En ese gesto, lejos de sacrificar algo, lo que estas
bandas hicieron —en mayor o menor medida, con mayor o menor éxito— fue tomar
partido por una forma de hacer música que no está necesariamente atada al flujo
de las mercancías culturales.
A eso se prefirió llamar “sonido mutante”, para
evitar caer en otras categorías que impidieran a Cristóbal apuntar donde quería
apuntar.
Es decir, lo que Cristóbal hace al ponerlas todas
bajo una misma luz es tramar una historia a contrapelo de la impuesta por la
propia industria cultural. O dicho de otra forma, lo que queda de manifiesto en
el programa, lo que hizo Cristóbal a través del trabajo de docenas de bandas a
lo largo de más de 50 años, es exponer su propio punto de vista de la historia
musical de este país.
Quizá lo más importante y valioso de este
proyecto radica en el hecho de que a esta historia de la música que se está
contando subyace, a su vez, una historia social; Sonidos Mutantes es
también un recorrido por los orígenes materiales de esas músicas, un recorrido
por las posibilidades e imposibilidades de hacer música en Chile, por sus
medios técnicos, lugares geográficos y espacios sociales, por las influencias,
motivaciones e inclinaciones de distintos músicos en distintas épocas. Incluso
más, lo que investiga el programa es un conflicto de clases latente que ha sido
soslayado por los historiadores de la música casi siempre: ¿es la música
producto de un solo tipo de condiciones sociales, económicas y espirituales?
¿Qué tienen que decir los distintos tipos de música acerca de las condiciones
sociales, económicas y espirituales de las que surgen y en las que se
desarrollan? Tengo la impresión de que ese es el tipo de preguntas que
motivaron a Cristóbal a realizar este tremendo proyecto de investigación.
Sonidos Mutantes es, en casi todo
sentido, único en su especie, y aunque su valor no radica en eso, lo vuelve un
referente necesario para cualquiera que quiera investigar, sea por las razones
que sea, la historia de la música chilena con seriedad y verdadero interés.
Hasta el día de hoy nadie a llevado a cabo con tanto rigor y con tanta
capacidad crítica esta tarea.
Lejos de pretender la última palabra sobre las
pesquisas de Cristóbal, me gustaría invitar con esta breve reseña a los/las que
no conocen su trabajo a adentrarse en él y descubrirlo por cualquiera de los
caminos que tendió. El que propongo acá es solo uno. Estoy seguro de que quién
lo haga, por la vía que sea, no solo va a encontrarse con una obra apasionada y
profunda, sino que también en el camino va a aprender un montón sobre su propio
entorno e historia.
Aquí (https://archive.org/details/SonidosMutantesCap.119DeDiciembre2013) pueden
encontrar el primer capítulo del programa. En ese canal encontraran también los
otros capítulos, además de la “segunda temporada”, uno que otro experimento, y
su última “declaración pública”.
Hace solo unos días sus amigos y compañeros
lanzaron un par de libros recopilando parte de su trabajo. Sabemos que vendrán
más. Por lo pronto, seguiremos escarbando y adentrándonos en lo que tenemos a
mano; sabemos bien que su obra es un medio para adentrarse en espacios y
tiempos sociales que no aparecen con tanta nitidez y potencia como cuando son
descritos por su pluma.
Hace semanas que no hablamos de
Hüsker Dü. Es ocasión de hacerlo ya mismo.
El otro día escuchaba su inmortal
minialbum “Todo se derrumba”, de 1981 si no me equivoco, y que en la edición
Rhino en CD trae varias cositas más, incluido el single “En una tierra libre”,
seguido de dos temas maravillosos, “Estatuas” en versión de 8 minutos, y más
rarezas como el tema que sería lo mismo que HD pero traducido del noruego: “¿te
acuerdas? Se lo mostré a unos camaradas, haciendo énfasis en que este era el
verdadero ULTRACORE, y no la mierda de rap/metal que años después infectó al
Hardcore pasando por una forma musical que tuviera algo que ver con dicho
nombre…
Creo que “Todo se derrumba y más”
fue mi primer CD de HD. Lo compré en una disquería en Malmö o en Lund, en el
sur de Suecia, en 1994. Costaba como 5 mil pesos. ¿Y cómo llegué a esa banda?
Hagamos memoria…
La única cosa que le podría
agradecer a Rolando Ramos en toda mi vida es que cuando tenía un programa
nocturno en la TV a inicios de los 90, solía mostrar un set de video clips de
bandas de SST: Leaving Trains con no recuerdo qué tema, Meat Puppets con otro
que no me acuerdo, Dinosaur Jr. con “Pequeñas cosas furiosas”, Black Flag con “TV
Party”, y por supuesto, Hüsker Dü con “No quiero saber si estás solx”. Hasta un
tema de Opal, pre-Mazzy Star, solía aparecer en esa extraña parrilla musical de
todas las noches. Qué tiempos aquellos…Ahora ni en MTV uno puede ver videos
musicales.
Amábamos esa canción, todo el
grupo de huevones que vivíamos prácticamente todo el tiempo en mi casa, cuando
mis padres vivían fuera de Chile a inicios de esa década de mierda.
Pero eso no me preparó para
apreciar la magnificencia absoluta del disco en cuestión, donde los Hüskers de
principio a fin dan rienda suelta a su vocación por el Ultracore a 1000 por
hora, y a la vez asoman a cada rato destellos melódicos que SIEMPRE fueron
parte de su estilo de Punk Rock, no sólo al final que es lo que cree el público
que no los conoce bien ni los ama tanto como yo, King Gordo, Katafú, Giorgio,
Tommy Delmar y un par de cuarentones más.
El CD abre maravillosamente con “Desde la guata”, con su ritmo marcial de batería al cual se van uniendo bajo/guitarra
y gritos en un interesante crescendo que termina casi altiro para dar paso a “Blah
Blah Blah”. Casi me cagué en los calzoncillos (sí: en Suecia salía poco en las
mañanas y me quedaba escuchando HC punk en calzoncillos por lo general) cuando
aparece esa línea de bajo realmente contundente y hermosa, y los gritos putean
a un imbécil de mierda que habla puras huevadas y al que incluso le preguntan
si “es una cabeza lo que tienes sobre tus hombros, o algo que usas como ornamentación”.
Hasta ahí uno ya podría pensar que ha escuchado dos de los mejores temas que
escuchará en su vida, cuando sin casi ninguna pausa los altoparlantes pasan a
acribillarte con “Borracho mochero” y “Bricklayer”: dos formas esenciales del
Ultracore que ya menciono por tercera (y espero que última) vez en este breve
escrito. Al exhibirlo este domingo a las nuevas generaciones de miembros del
Partido, uno de ellos exclamaba: “los orígenes del Power Violence!”. Puede ser…no
me siento experto en Power Violencia, porque soy un viejo culiao que la mayor parte
del tiempo escucha saxofones grabados en los años 60 y que cree que el PUNK
murió en 1986, pero le creo a la Juventud Comunista, porque tal cual dijo el estalinista reculiao de Neruda: "con mi partido, no termino en mí mismo", ¡Y hay que conceder que en cuanto a eso el viejo tenía razón!.
A diferencia de su algo menos
variado álbum debut, grabado en vivo, el glorioso Land Speed Record (donde los
temas son tan cortos que en CD hay solo dos tracks: el lado A y el B del LP),
acá los Dü muestran toda su versatilidad por la sorprendente vía de hacer un
cover de Donovan, “Sunshine Superman”, justo después de “Miedo a estar
equivocado”. ¡Quien dijo que el punk rock no podía ser sutil? Con “señales
desde arriba” se acababa el lado A del vinilo, y en CD no es necesario dar vuelta
nada para que te asalte de inmediato el lado B, donde sólo tenemos ultracore en
el tema “Obnoxious”, y las otras canciones son obras de arte de lo que mi
camarada Katafú llamó hace poco la “guitarra química” de Bob Mould: “Todo se
derrumba” (una de las canciones más bellas que haya dado el HC punk de cualquier
época), “Ruedas”, “Target”, y “Gravedad”. Todo se derrumba, y se acaba, pero
uno no puede evitar escuchar este joya sonora una y otra vez, y de hecho creo
que es uno de los discos que más he oído en mi vida, y confío en que mis
camaradas sabrán ponerlo en el funeral, como cuando en el de Cris Corn pusimos
entero el “Unidad Espiritual” de Albert Ayler.
Pero aunque Ud. no lo crea, la magia no acaba
ahí, pues gracias al formato CD, en la edición que comentamos vienen los dos
primeros singles de la banda, y el “In a free land” es tal vez lo más perfecto
que hicieron, acompañado en el lado B del formato original por “Qué es lo que
quiero?”, donde el gran Grant Hart grita desconsoladamente y se responde: “nada!,
nada!, nada!”, y “Complejo Industrial Militar”, uno de sus temas más “políticos”.
Pensar en esto me hizo recordar
que en su momento con lo que quedaba de Disturbio Menor hicimos el “In a free
land” en vivo, con el gran Chico Leo Ríos (que es un grande aunque sea bajito) en
voz. No me acuerdo si la tocamos en Taller Sol o Cimarrón, pero fue una sola
vez. Y pensando en eso me acordé de que hace pocos días encontré en youtube un
material realmente bizarro: el espectáculo de unos punk rockers “tributando” a DM (Disturbio
Menor, no Depeche Mode) en un sitio eriazo, con fuego y mohicas y todo,
haciendo como que tocan 3 o 4 canciones (Fuego; Armado y sin cerebro, y no
recuerdo cual otra, ah: Entre el amor y el frío), sobre las grabaciones originales que –todo sea dicho- siempre
sonaron como la callampa. Curioso. Otro camarada/hermano me decía desde lejos: “Ni
Tarantino hizo algo tan bizarro”. Yo, la verdad, no sé cómo calificarlo...
En todo caso, creo que el mejor tributo a DM
lo hicieron hace unos cuantos años los miembros originales de la oscura banda Canutos
Presos, con bajistas invitados (uno de Malgobierno/Houdini primero, y luego de
Proiecto Científico: eso es excelente: inventar líneas de bajo para que años
después las toquen otros bajistas más jóvenes y talentosos que uno)(Como dirían Varese y Zappa, parafreaseados, "present day punk rock composer refuses to die").
De ahí vienen más y más temas de
HD, completando un total de 19, pero ya no tengo ganas de hablar de eso. Me voy.
Chao.
PS: cuantas veces dije "Ultracore" a lo largo de este texto?
Anarquía y Anarkía según el Observatorio/UAHC este jueves: contra el terrorismo del Estado, el capital, etc.
Yo creía que la distinción entre anarquistas (buenos) y anarkistas (malos) la había inventado la prensa burguesa chilena hacia 2009/2010, en el clímax de la histeria antiácrata, pero no: era una creación seudoacademicista del infame Erick Marín, el cual habla de sí mismo en tercera persona (y se autoelogia) en su sitio Observatorio del Anarquismo en Chile.
Vamos con su brillante distinción, no sin antes dejarlos con un clásico EP de Government Issue, Toro sin piernas, de 1981, donde se incluye el hit "Anarchy is dead" (La Anarquía está muerta: lo cual no es verdad en todo caso, pero igual el tema es brillantísimo, y de paso putean a los jipis culiaos pacifistas de CRASS, jeje: qué divertido. Hardcore para las masas).
"Esta ha sido sólo una distinción
didáctica para explicar ciertas diferencias entre las redes anarquistas,
permitiendo que aquellas personas ajenas al movimiento social, puedan disponer
de una conceptualización básica. Esta fue desarrollada por el Psicólogo Social
Erik Marín de nacionalidad chilena y colaboradores, especializado en el
anarquismo de acción directa contemporáneo, en organizaciones criminales y
terrorismo. Elaboró la distinción entre dos tipos de anarquismo: según indica
es posible identificar dos grandes pilares anarquistas, anarquistas con “k” y
anarquistas con “q” [anarkistas – anarquistas]. El primer grupo conformado por
individuos pertenecientes a organizaciones culturales de corte libertario, ex
integrantes de grupos subversivos, pro vida animal, veganos, ecologistas y
okupas que suelen integrarse a un trabajo de tipo social cultural, suelen
participar en protestas y ocupaciones, poseen una estética que los acerca al
punk o al hardcore. Los segundos, anarquistas con “q”, se conforman en universidades,
con redes internacionales, vinculados en algunos casos a partidos políticos de
izquierda, movimientos libertarios o insurreccionales. En Chile durante los
últimos años principalmente anarquistas con “q” crearon redes de participación
que se orientaron al anarquismo de acción directa o expropiador, siguiendo el
modelo anarquista insurreccional italiano, algunos de ellos retornados
posterior al gobierno militar de Augusto Pinochet U. Estos últimos son
individuos profesionales y/o universitarios de clase media y media alta, llevan
una vida de trabajo o estudios y que bajo determinadas circunstancias sociales
han pasado a la clandestinidad o mantienen una doble vida. Si bien en la praxis
existe una fuerte interacción entre ambos tipos permite al menos distinguir de
aquello que los medios han difundido como lumpen anarquista, lo cual no es más
que una ridiculización mediática de un movimiento social y por lo demás no
permite un análisis riguroso de los hechos acontecidos en el país y el mundo.
Su distinción la elabora a partir
de la conceptualización realizada por David Graeber y Andrej Grubacic, en la
cual se refieren a anarquistas con “A” mayúscula y anarquistas con “a”
minúscula. Algunos de sus escritos son: Anarquismo chileno y redes
tecnológicas. Estudio exploratorio de desigualdad en seguidores de ideas
anarquistas. De hacker, craker y okupas en la red. Hacia una arquitectura
anarquista. Anarquismo de acción directa en Chile – anarcoterrorismo
[2004-2009]. Ha desarrollado también investigación [no publicado] entorno al
vandalismo en obras de arte y a la reconceptualización de una obra artística
después de sufrir un atentado de acción directa".
Acerca del proceso de canonización de Patricio Aylwin Azócar (Parte 1)
Cuando empezaron
las protestas antidictatoriales en 1983 yo estaba por cumplir 12 años. En un
Liceo Salesiano en Punta Arenas, el grueso de los alumnos “opositores” sentía
la tentación -cuidadosamente estimulada
por varios sacerdotes- de simpatizar activamente con la Democracia Cristiana.
Yo no, y eso se
lo agradeceré siempre a mi padre, que me explicó que en realidad los DC habían
apoyado el Golpe, y que se habían pasado a la oposición casi 3 años después (Un
gran amigo, obrero y trotskista, guardaba y exhibía vez que podía un gran documento
histórico que encontró en un lote de diarios viejos que le pasaran una vez para
evitar manchar el piso con pintura en una de sus pegas: los titulares de El
Mercurio de 1976 anunciando: “La DC se pasa a la oposición”). En la
retina de todos quienes conservaban en la memoria esos momentos, un nombre se
asociaba notoriamente a esa posición momia y golpista: Patricio Aylwin Azócar.
Gracias a esa gran
revelación paterna, confirmada luego por mi abuelo materno (Raúl Morales, 1922/2001, mi primer y más
querido maestro de marxismo), realmente incómoda para las filas de una “oposición”
que se pretendía “unitaria” en el contexto de la primera mitad de esa década (verdad
casi tan incómoda como el hecho de que el P”C” argentino apoyó en 1976 el golpe
de Estado presidido por el gorila Videla), nunca sentí simpatía alguna por la Falange, todo lo contrario, y pese a que me consideraba comunista, ante la ausencia de una base jotosa en
mi Liceo, hacia abril del año 1984 pese a mi corta edad ya militaba en el Frente de Estudiantes Socialistas, junto a una
gran camada de amados, carismáticos, inolvidables e irremplazables compañeros de Liceo como
Marcelo Barrios, alias "Sapito" (asesinado en agosto de 1989 por infantes de marina en los
cerros de Valparaíso) e Iván Muñoz, alias "Pelito" (fundador del Centro Cultural At Atoja en la
población 18 de septiembre de Punta Arenas, muerto hace unos años por causa
natural, ya de regreso a su ciudad y población que lo vieron crecer), entre
otros.
Creo no exagerar
si digo que el FES fue la vanguardia estudiantil de Punta Arenas en cierto
momento, y al menos durante un par de años. En él convivían todos los jóvenes socialistas
magallánicos, adscritos a varias tribus en una época que hoy es difícil de
recordar, después de la reunificación del PS hacia 1989 y su conversión en un
partido harto menos que socialdemócrata, pero totalmente apto para gobernar, que
ya en los inicios del gobierno San Patricio Aylwin suministró invaluables
servicios a la represión estatal a través de “la Oficina” y terminó siendo básicamente
la pata izquierda de la dominación capitalista en su fase llamada “neoliberal”[1].
El FES era una
estructura juvenil regional, bastante autónoma del partido “adulto”, con lo
cual enlazaba con una tradición más autónoma e insurreccional, y creo que se
hacía digna heredera de las formas espontáneas de socialismo magallánico que
existían hace 100 años y que finalmente fueron integradas al POS de Recabarren.
En todo caso, la
hegemonía en el FES era primero de los “almeydistas” (integrantes junto al P”C”
y el MIR del Movimiento Democrático Popular), y luego de su escisión de
ultraizquierda: los llamados “comandantes” (o “comanches”: aún recuerdo cuando
salíamos de concentraciones en el Gimnasio Regional gritando como indios, acercando
y alejando la mano de la boca: ahora la mayoría de los ex comanches están en la
casa o en el gobierno, y ese gimnasio es un Casino en la parte más gentrificada
del centro de la ciudad). Por supuesto que todos nosotros pertenecíamos a este último
lote. Los demás se fueron luego con la Federación Juvenil Socialista de los
Briones y Nuñez, y se derechizaron de inmediato ya en plena época de paros y
protestas nacionales, y cada vez más y peor a futuro.
Pero parece que me
estoy desviando del tema: este artículo no es sobre la Juventud Socialista de
Magallanes, experiencia juvenil que jamás podré ni quisiera olvidar y que creo
amerita un texto especialmente dedicado a recordarla y explicarla, sino sobre
la patética pero inevitable canonización de uno de nuestros peores enemigos de clase:
don Patricio Aylwin Azócar, golpista democrático y beato cristiano de la
variedad romana, que en el plano de las representaciones culturales nacionales
acaba de pasar al panteón de los Padres de la Patria.
En rigor, sobre
ese proceso tan risible no hay mucho que decir por ahora. Más bien mi intención
es sacar a la palestra, sobre todo para las más jóvenes generaciones de camaradas,
algo de memoria y un perfil histórico preciso de semejante personaje.
Pocos años
después de saber que el principal DC coligado con los gorilas hacia 1973 era
este famoso patricio Aylwin, gastaba varias tardes hurgando en el pasado más o
menos en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Santiago, y fue ahí que conocí
las posiciones precisas tanto del PDC en general como las de Aylwin en
particular durante el 73 y los años posteriores. Nunca olvidaré la indignación
que me causó leer las declaraciones de “don Pato” a la prensa italiana, donde
no sólo justificaba el golpe, sino que minimizaba sus consecuencias en materia
de "violaciones a los derechos humanos" (nombre elegante para el genocidio). En algún momento las extracté y puse en un diario
mural de la Escuela de Derecho en calle Pío Nono, pero duraron bastante poco: la censura
orwelliana a cualquier forma de conocimiento verdadero ya operaba en esos años
a cargo de las mafiosas juventudes de
los que pasaron a ser los partidos de la Concertación/Nueva Mayoría.
Por eso es que,
si en 1988 me parecía que participar del plebiscito era un profundo error para
el movimiento antidictatorial que se había gestado a sangre y fuego pocos años
antes, dado que por sobre todo, independientemente del resultado, implicaba
aceptar el itinerario trazado por la criminal Junta de Gobierno en la
Constitución de 1980, en 1989 la candidatura presidencial de Aylwin me pareció
un chiste siniestro y de mal gusto.
La “salida
electoral y negociada” era en realidad un mero traspaso de mando, y
simbólicamente era potentísimo que el mismo golpista que había abierto las
puertas a la irrupción genocida de los militares tuviera 16 años después las
llaves para volver a pasar del fascismo a la democracia capitalista. Era la
sensación de muchos izquierdistas, pero la mayoría eran militantes que habían
renunciado a toda autonomía y se plegaban de arriba abajo a las órdenes de su
estructura jerárquica: el (los) partido (s).
Mientras la
campaña oficial concertacionista decía “sin odio, sin miedo, sin violencia:
Vota Aylwin”, los izquierdistas resignados con la cabeza gacha agregaban: “¡y
sin asco!”.
“¿Cómo nos va a
sacar de la dictadura el mismo que nos entregó a ella?” le pregunté una vez a Estela
Ortiz en una plaza situada por ahí por Avenida Grecia entre Los 3 Antonios y Exequiel Fernández, cuando ella hacía campaña
como candidata a diputada, y respondió que aunque todos sabíamos que era algo difícil de aceptar,
pero teníamos que hacerlo nomás, como la única vía de derrotar a la dictadura
en las urnas, mirando hacia el futuro…Tremendo futuro en todo caso, pero en esos años yo no había escuchado a los Sex Pistols como para haberle espetado en su cara: NO FUTURE!
Pero no: ni yo
ni ninguno de los adolescentes del numeroso grupo que por entonces se juntaba
en ese sector y que había luchado con todos los medios disponibles contra el
aparato represivo de los milicos se inscribió ni fue a votar. Rechazamos toda
esa salida pactada, y poco a poco, con los años, nos liberamos del lastre
“leninista” y nos fuimos volviendo libertarios.
Cuando el candidato
Aylwin fue a hacer campaña al Aula Magna de la Escuela de Derecho de la Universidad
de Chile lo recibimos con pifias y un lienzo en el frontis que decía “PINOCHET
= HAMBRE EN DICTADURA / AYLWIN = HAMBRE EN DEMOCRACIA”. El viejo de mierda y sus numerosos fans se
indignaron bastante. Al final, quemaron el lienzo y a mí me golpearon en gran
estilo: sujetándome entre cuatro miembros de la JDC para que un quinto joven demócrata y cristiano me depositara un par de combos en el hocico. Al otro día en la mañana
el valiente socialcristiano me esperaba tempranito en la entrada de la facultad para darme la
mano y disculparse. En vez de eso preferí escupirlo en el rostro.
La noche que
Aylwin ganó las elecciones, en Grecia con Los 3 Antonios, mientras unas jotosas se abrazaban y lloraban de
felicidad diciendo “se acabó la dictadura”, nuestro lote compuesto por hartos JRME, pocos troskos, y uno que otro miembro de la Juventud Patriótica (estructura juvenil
del FPMR-Autónomo) aprovechamos la borrachera electorera de gente abraza-pacos para hacer inmensos
rayados con brocha en los muros de Grecia, cerca del Estado Nacional, apelando
sobre todo a la necesidad urgente de liberar a los presos políticos. Yo además agregué: "VIVA LA CUARTA INTERNACIONAL", je je je. Mientras tanto, las
jotosas lloronas nos cantaban: “solos, se van quedando solos”.
Después, nos
fuimos a palpar el ambiente que se vivía en Plaza Baquedano, tratando de beber lo que fuera en medio de una ley seca que se acabó abiertamente a eso de las 3 AM. Mientras todos
celebraban la despinochetización homeopática que implicaba la elección como Prócer de este
viejo momio y golpista, nosotros gritábamos “NO OLVIDAR: AYLWIN FUE, QUIEN LLAMÓ A PINOCHET”, lo cual nos mereció primero el repudio general, y luego ser
atacados por miembros de la JDC, que pese a sus apelaciones al pacifismo, eran
en general bastante dados a oficiar matonescamente de policía alternativa
contra ultrones como nosotros. Nos defendimos como pudimos, y hasta recuerdo haber optado por no romperle una botella en la cabeza a un joven DC; sino que sólo en su hombro izquierdo. Nos fue bastante bien, pese a la impresionante diferencia numérica: ninguno de
nosotros le hacía asco a la violencia callejera, de hecho, nos encantaba ejercerla vez que ameritaba. Causamos algunas bajas, y
tuvimos una sola entre los nuestros: el camarada Carlanga, que terminó siendo atendido en el Hospital
Salvador con una gran herida en la cabeza, y entiendo murió unos años después, en medio de la desesperación juvenil que empezó a cundir en esas villas y que sigue ahí y es notoria apenas uno traspasa con los ojos abiertos esa zona psicogeográfica.
Y ahí se
acabaron los 80. La gente muy contenta, se fue a sus hogares no tan tarde, a vivir y trabajar tranquila y ver a Rod Stewart en el Estado nacional, como gesto más impresionantemente triste de lo limitado y patético de nuestro "destape" a la chilena y en la medida de lo posible, cuya relevancia fue tal que en la dudosa serie "Los 80" no pudieron sino llevar a la pantalla chica como un gran momento histórico esa mierda de noche de "Rod Stewart in Chile".
(…)
Pero de
inmediato y sin pausa comenzaron los 90, una década que será reverenciada a
partir de ahora, y que nos suministró cosas tan feas como el “grunge”, la “Zona
de contacto”, la mitología de Chile como jaguar de América Latina, las
victorias nacional populares de Bam Bam Zamorano, Chino Ríos y un par de héroes
más: todos los cuales quedarán opacados a parir de ahora por la presencia
todopoderosa y bienhechora de “Pato
Gallina” o “Patricio Cobarde” (como lo llamaban en ese tiempo los mismos fachos
que ahora lloraban compungidos custodiando el fiambre de Estado).
Y lo que demostraremos en la segunda parte de este escrito es que, cuando empezó la década más horrible que mi generación recuerde: los 90 (sobre todo su primera mitad), Aylwin se lució no sólo como continuador y defensor del modelo social de la dictadura, sino que además encabezó una represión sangrienta e ilegal sobre lo que quedaba de ultraizquierda armada, donde nuestra generación se cobró varias decenas de víctimas, gracias a la mezcla de la continuidad del aparato represivo anterior (tal como se vio entre la UP y los inicios de la dictadura: los gorilas eran los mismos) y el nuevo estilo suministrado por la siniestra “Oficina” comandada por antiguos "socialistas". La continuidad sangrienta del aparato represivo de Estado demostró una vez más que, tal cual dice al camarada Gilles Dauvé, la cuestión no es "fascismo o democracia" sino que "fascismo y democracia": "La dictadura no es un arma del capital (como si el capital pudiera sustituirla por otras armas menos brutales); la dictadura es una de sus tendencias, una tendencia que se efectiviza siempre que se la juzgue necesaria".
(G. Dauvé aka J. Barrot: "Cuando las insurrecciones mueren", edición rosarina de Mariposas del Caos: consígase una y difúndala).
(CONTINUARÁ)
[1]Antes de esa
reunificación , en vez de 1 PS había alrededor de dos decenas, incluyendo una
farsa montada desde el régimen que se hacía llamar PS Chileno, y que mezclaba
retórica antigringa radical con un abierto apoyo “nacionalista” a Pinochet.
Aparte de esa verdadera rareza, recuerdo a lo menos estos partido, minipartidos
y sectas socialistas: PS Almeyda, PS Briones, PS Mandujano, 24 Congreso, CNR, Vanguardia,
Histórico, Dirección Colectiva (Comandantes), PS Unitario, PS Salvador Allende,
La Chispa, etc.). En rigor, a diferencia del origen bastante monolítico del P”C”
chileno, el PS fue ya dese su inicio el intento de unificación de una gran cantidad de organizaciones socialistas pre-existentes con diversos estilos y posiciones políticas, desde la extrema
derecha socialdemócrata a variedades más bien nacional populares, extrema
izquierda trotskista y reconvertidos desde posiciones libertarias. Aclaro además, aprovechando esta nota al pie, que escribo P"C" con comillas alrededor de la palabra "comunista" porque si el COMUNISMO es "el movimiento real que suprime las condiciones existentes" (Marx), la sociedad sin clases y sin Estado, los P"C" en cambio son sólo partidos socialdemócratas que defienden a rajatabla lo existente, administrando la sociedad de clases desde el Estado.
Padre de la Patria/Funeral de Estado. "Demócrata y cristiano" (x LPR), "Tarde de perros" (x LPM).
"Es muy común en la ideología socialdemócrata la tendencia a
personificar la opresión y la miseria, o bien caricaturizarlas y atribuirlas
específicamente a un sujeto o algún grupúsculo político (o si se quiere a “la
clase política”, cosa por demás absurda, puesto que los políticos no forman una
clase aparte, sino que son miembros integrales en las filas de la burguesía
misma, de los explotadores).
De esta manera se reduce todo a simples pugnas de
personajes, unos despilfarrando dinero y otros bonachones fomentando la ilusión
de que tarde o temprano surgirá un caudillo que libertará de la opresión al
pueblo, o en su defecto, que, será la sociedad quien harta de sus gobernantes,
algún día constituirá comités y asambleas ciudadanas-soberanas para castigar
democráticamente a los abusones".
El mejor anti-homenaje musical: "Demócrata y cristiano", de La Polla Records, y luego de eso; "Tarde de perros", de los Políticos Muertos, canción alusiva precisamente a una masacre de jóvenes frentistas cometida por las fuerzas del orden durante la ahora tan mitificada Presidencia del Viejo de Mierda.
1.- Guac!: va pasando el cortejo de Patricio Aylwin. Qué asco. No sé si es más odiable por su performance hacia 1973 (¿en ninguna parte subieron sus declaraciones a la prensa italiana hacia noviembre de ese año, justificando el golpe y minimizando los crímenes de la dictadura?), o hacia 1989/90 y años posteriores.
Él fue el asesino de Ariel Antonioletti, y de varias decenas más de compañeros de generación. (Otros responsables: Schilling, Juan Carvajal, B. Velasco...).
Él justificó el accionar policial en la Masacre del faro de Apoquindo (ver DOSSIER en Archivo Chile), cuando los de verde no encontraron nada mejor que acribillar completamente una micro llena de pasajeros porque adentro iba un par de lautarinos en fuga desde una expropiación bancaria.
Viejo de mierda. Púdrete.
(¡Y menos mal que se les murió antes de que sus discípulos lo lleven nuevamente de candidato a la presidencia! ).
¿Y la Lucía, cuando?
2.- UAHC: hay una serie de actividades hoy en la sede Condell, desde el mediodía, no necesariamente en el horario señalado en este afiche.
Por si no han leído lo que la prensa burguesa en España llama "el Manual" y que en realidad no es más que un libro breve pero contundente de los Grupos Anarquistas Coordinados titulado Contra la Democracia, nos basaremos en los dos capítulos finales: Democracias alternativas/Alternativas a la democracia.
Igual aburre la guitarra eléctrica después de una semana y media. Saxofones por favor! Y ojalá, un soprano!: Steve Lacy, Moon (1969; Actuel).
Steve Lacy, ss. Italo Toni, tb. Claudio Volonté, cl. Irene Aebi, cello, Marcello Melis, b. Jacques Thollot, dr. Rec. Roma, Sept. 1969, 1. Hit 2. Note..............05:04 3. Moon............09:40 4. Laugh...........17:20 5. The Breath...21:12
Esos tubos de desagüe son el mejor amplificador acústico que he conocido en toda mi vida. Mis disculpas a los vecinos por la enorme dosis de "free chant industrial" que me sentí inspirado a suministrar. A las aves costeras en todo caso les gustó. Entre la primera y la segunda naturaleza, me quedo con Júpiter, el saxoprano ideal.
"Repartiendo ruido Chicos realmente rudos Qué más tenemos? Drogas a mitad de precio Guitarras robadas Y qué es lo que tenemos? Algo que hacer Algo que hacer Algo que...HÜSKER!".
O algo así. Se entiende la idea. Y se repite varias veces.
Todo llega y, hasta es posible que mientras alguna gente se aburre de tí uno se aburra hasta de los Hüskers por unas cuantas horas. Pero si en el mundo de las personas individualmente consideradas un clavo no saca ni mierda, en el mundo del rock and roll existe a lo menos un par de bandas que pueden servir para remplazar la adicción a los Dü por un par de horas o días. Entre esas pocas glorias, por supuesto que hacemos lo correcto al comenzar por los Replacements, banda ejemplar para todos los borrachos desastrosos y disléxicos del corazón, compañeros de ciudad con Hüsker Dü (Minneapolis), y la mayor diferencia entre ambas bandas era que mientras los chicos que olvidaban sacar la basura eran bien borrachos, el power trío que estamos tratando de olvidar un rato prefería las anfetaminas.
A esa profunda disquisición químico/filosófica se refiere "Algo que hacer", de su primer y brillantísimamente PUNK album debut, en el sentido más sagrado del término, canción por la cual cabe empezar para luego seguir con "Estoy en problemas" (que yo conocí por el cover de Couch of Eureka, extraña banda, que hizo el EP menos previsible editado en su momento por Lookout records, cuna de casi puro "punk melódico" (nombre redundante e idiota: el HC punk siempre supo y no supo, quiso y no quiso hacer uso de la "melodía" entre el arsenal de herramientas a su haber, pretender que no es desconocer la entera historia del rock and roll) de la peor calaña, aunque no: con los años sólo empeoró cada vez a peores niveles. Qué tierno: se disco de Couch of Eureka donde tocaban una versión tan sabrosa de "(Estoy) en problemas", me lo regaló Lautaro B., de Depeche Mode, hacia el año 1997/8), y rematar con "Amarte hasta el viernes" (¡excelente idea! a eso me dedicaré, amores de semana y de fin de semana), que parece cuasi Street punk/Oi! a nivel instrumental y vocal, pero estallando dentro de una canción vaquera, Hank Williams comandando a los Cockney Rejects después de ensayar un día entero con los Wipers, si no estoy delirando tanto. Pero tampoco ni de eso estoy seguro. Nótese eso sí en el uso de la DÜ en vez de DO, no sólo una maniobra postprotositu, sino que el sentido de comunidad PUNK existente en Minneapolis/St. Paul, las ciudades gemelas, desde donde se editaba PROFANE EXISTENCE, Sin Fronteras records y un cuantuai de armas de la crítica.
A diferencia de Hüsker Dü, que no hizo ningún disco malo, déjenme decirles que a mi modesto entender acá es una trilogía bien ordenada la medicina del alma a la que debemos acudir. Pocas veces el punk rock hace emerger melodías y riffs tan memorables de entremedio de un puro desastre etílico adolescente. El tiempo muerto de la ciudad revive un poco respirando obras clásicas del patrimonio de la Humanidad juvenil proletaria. El Punk es historia: por eso la Historia es pAnc.
Contra Foucault: Bill Not Bored, sobre las pifias de "Vigilar y castigar".
El foucaultianismo no sería ni necesario de tomar en serio,
ni menos de estudiarlo, si no fuera por la función particularmente central y
nefasta que ha ido adquiriendo en el sistema de las mentiras dominantes.
Hay algunos aportes en la tarea de criticar a dicha vaca sagrada. No tantos aún...
Por ejemplo, el libro de J-M. Mandosio "Foucault: la longevidad de una impostura", que causó pataleta a muchos
academicistas e izquierdistas sofisticados. Es gracioso leer en la defensa que
hace uno de ellos, datos tan claros e incontestables de la trayectoria de
semejante personaje: se mete de mala gana al PC, luego pololea con los “maos”,
después como que trata de reacercarse al PS….¡qué flexible! ¡qué conveniente! ¡que
devenir mas rizomático!
Carlos Peña (que ejerce de intelectual orgánico de la burguesía
académica desde las páginas de El Mercurio, y que es lo más parecido a un
intelectual “crítico” en nuestro territorio (porque tiene harto tiempo para leer “crítica”, “crítica
crítica” y hasta algo de “crítica de la crítica critica”.) O sea: es un burgués
que critica). Y con su pluma le enseña a los lectores de dicho pasquín que alguna
vez existieron Marx, Freud, Castoriadis, Zizek y Foucault. Ah: ¿que Zizek está vivo me
dicen? Es verdad. De hecho, se dice que tiene un romance con Lady Gaga. ¡Qué
pésimo gusto! ¿Quién salió perdiendo más feo? Y tan bonita que era su ex-esposa argentina. Por último con Exene Cervenka o Lydia Lunch...en fin: en cuestión de gustos no hay nada escrito, decían 8 mil millones de moscas comiendo caca. La cosa es que hasta Peña se da cuenta que la teoría del panóptico se verifica más bien en curiosas formas invertidas,
ya que no de acuerdo al ideal de Bentham:
“"Esa voluntad de sigilo se estrella, sin embargo, con
el panóptico al revés que la era de la internet parece haber instalado. Alguna
literatura (v.gr. Foucault) describió la sociedad moderna como un panóptico, un
dispositivo mediante el cual el poder podía observar a los ciudadanos sin que
él, por su parte, pudiera ser observado. Pero internet -lo confirman los Panamá
Papers- parece haber erigido un panóptico al revés: basta un infidente decidido
a entregar un paquete de datos para que quienes conforman la estrecha élite del
poder y la influencia sean vistos por todos, sin que ellos, por su parte,
puedan vigilar a quienes los observan", apunta Peña (Peña y Panamá papers,
elmostrador.cl).
Michelito F. es la vedete del Espectáculo, que se
caracterizó precisamente por cumplir una curiosa función “antiespectacular”: no
en el sentido de oponerse a la existencia del Espectaculo, sino en cuanto a
ayudar a que no se pueda hablar de él. Ni de Debord.
Sobre las pifias de “Vigilar y castigar” de Michel Foucault.
Los defectos de “Vigilar y
castigar”[1],
que fuera publicado en Francia en 1974, derivan del hecho de que su autor
claramente veía a “La sociedad del espectáculo” de Guy Debord, publicado en Francia
en 1967, como competencia, esto es, como un trabajo que debía ser
desacreditado, antes que comentado, complementado o corregido. Dada la
naturaleza de la escena intelectual francesa, quizás este aspecto de
competición era inevitable. En cualquier caso, a diferencia de Guy Debord, que
siempre mencionó por su nombre a aquellos que estaba criticando o descartando,
Michel Foucault no mencionó a Debord por su nombre en “Vigilar y castigar”: en
vez de eso, intentó apropiarse y alterar el significado de aquello que Debord
llamó “el espectáculo”. (Notemos que, aunque es igualmente despectivo con el
concepto debordiano de espectáculo, Jean
Baudrillard siempre se ha dado la molestia de mencionas a la Internacional
Situacionista, de la que Debord fue
miembro fundador. Ver por ejemplo “El espejo de la producción”, de Baudrillard, publicado
en Francia en 1973).
Para Foucault, el espectáculo es
idéntico a “el espectáculo de la ejecución” (esto es, las ejecuciones públicas
del siglo XVIII); y así “la desaparición de las ejecuciones públicas marcó la
decadencia del espectáculo”. La conversión telescópica de “el espectáculo de la
ejecución” en “el espectáculo” tiene lugar una y otra vez en “Vigilar y
castigar”. Para citar un solo ejemplo: “los modernos rituales de ejecución
atienden a este doble proceso: la desaparición del espectáculo y la eliminación
del dolor”.
De acuerdo a Foucault, las relaciones sociales modernas son “el
reverso exacto del espectáculo”. Él insiste en que “nuestra sociedad no es una
sociedad del espectáculo, sino de vigilancia”, a pesar de que ambos términos se
refieren al dominio social de lo visible y no son necesariamente excluyentes.
Para Foucault, “el poder del espectáculo” disminuyó y desapareció con el
reemplazo de emperadores y reyes por “disciplinas” y “máquinas”. Él insiste en
que “somos mucho menos griegos de lo que creemos. No estamos ni en el
anfiteatro ni en el estadio, sino en la máquina panóptica, investida por sus
efectos de poder, que traemos con nosotros desde que somos parte de su
mecanismo”.
Como muchos de nuestros lectores
deben saber, el panóptico era originalmente una prisión circular diseñada por Jeremy
Bentham a principios del siglo XIX. Su sello distintivo era una torre de
vigilancia ubicada en el centro, desde la que un guardia podía ver hacia el
interior de cada celda. Es significativo que Foucault diga que, antes de su
trabajo,
el panoptismo ha recibido poca atención. Era visto como poco más que
una pequeña utopía bizarra, un sueño perverso (…) Hay muchas razones por las que recibió pocos
elogios; la más obvia es que los discursos a los que dio lugar raramente
adquirieron el estatus de ciencia, excepto en las clasificaciones académicas;
pero la verdadera razón sin duda es que el poder que opera y que aumenta es un
poder directo, físico, que los hombres ejercen unos sobre otros. Una
culminación poco gloriosa que tenía un origen que sólo podía ser reconocido de
mala gana.
Y así, mediante el descubrimiento
y popularización de la relevancia del panoptismo en la sociedad moderna
Foucault esperaba desplazar a Debord y su presumiblemente sobrevalorada o
sobreexpuesta teoría del espectáculo.
Pero a diferencia de Debord,
Foucault no está realmente dedicado a su concepto clave. Destaquemos que
Foucault no lleva el panóptico de Bentham a su “poco gloriosa culminación” en
la novela 1984 de George Orwell, que no recibe mención alguna en “Vigilar y
castigar”. Ni tampoco menciona Foucault
el hecho de que a pesar de que fueron frecuentemente construidas hacia 1830[2],
las prisiones panópticas no se siguieron construyendo después, a pesar de su
tan elogiada utilidad.
Irónicamente, es el mismo Foucault el que provee de
razones para el rechazo de las prisiones panópticas. Por un lado, la posición
de la torre de vigilancia central fácilmente se prestaba para abusos: “No
importa que motivo tuviera: la curiosidad del indiscreto, la malicia de un
niño, la sed de conocimiento de un filósofo que desea visitar este museo de la
naturaleza humana, o la perversidad de aquellos que sienten placer en espiar y
castigar”. Por otro lado, los otros empleados del panóptico podrían objetar sus
condiciones de trabajo, y causar ‘probemas laborales’”.
De nuevo Foucault:
En esta torre central, el director podría espiar a todos los empleados
bajo sus órdenes: enfermeros, doctores, encargados, profesores, guardias; el
sería capaz de juzgarlos continuamente, alterar sus comportamientos, imponerles
los métodos que cree mejores; y hasta sería posible que se observara al
director mismo. Un inspector llegando inesperadamente al centro del Panóptico sería
ser capaz de juzgar en base a una observación, sin que nada se le oculte, como
está funcionando el establecimiento entero.
Combinemos ambos –un niño
malicioso o un mirón sádico observando y controlando a un equipo de bien
educados profesionales- y tenemos un sistema que simplemente no funciona.
Incluso si estos problemas
pudieran ser solucionados, tanto Bentham como Foucault cometieron serios, incluso
fatales errores en sus cálculos acerca de la efectividad de la vigilancia. De acuerdo a Foucault, "el mayor efecto
del Panóptico" es "inducir en el interno un estado de consciencia y
visibilidad permanente que asegura el funcionamiento automático del
poder", que puede sser alcanzado
arreglando las cosas de forma que “la vigilancia sea permanente en sus efectos,
incluso si hay discontinuidad en su acción; que la perfección del poder nos
lleve a que su ejercicio real sea innecesario; que este aparato arquitectónico
sea una máquina para crear y sostener una relación de poder independiente de la
persona que lo ejercita; en síntesis, que los internos sean capturados en una
situación de poder en que ellos mismos sean sus portadores". Foucault llega
a decir,
En vista de esto, Bentham sienta el principio de que el poder debe ser
visible y no verificable. Visible: los internos van a tener constantemente ante
sus ojos el enorme contorno de la torre central desde la cual son espiados. No
verificable: el interno no debe nunca saber si está realmente siendo vigilado en
todo momento; pero debe estar seguro de que siempre es posible.
Como señalé en un ensayo sobre “póquer”
para los Surveillance
Camera Players,[3] alguna
–mucha- de la gente que sabe o sospecha que podría estar siendo observada
constantemente no se pone “ansiosa”, no restringe
ni cesa voluntariamente su comportamiento infractor, no queda “capturada” en la
“situación de poder”. Por el contrario, sin dejarse intimidar, tratan esta
situación como un juego, un juego de póquer: ellos sospechan que el otro
jugador (el vigilante) está blufeando o se dedican a blufear activamente ellos
mismos. Constantemente experimentan: ¿Cómo
podría burlar esto? ¿En qué momento es posible hacerlo? ¿Cuándo podría hacerlo
de Nuevo? Y, si nadie está observando, ellos tratarán de burlar el mecanismo
todo el rato. Incluso más, incluso si en realidad están siendo vigilados todo
el tiempo, algunos se volverán “actores”[4],
esto es, van a actuar para los vigilantes, y de paso demostrar el hecho de que
ser observado no es suficiente, y que si el “Gran Hermano” realmente quiere ser
un tirano, no le saldrá ni fácil no barato; se verá obligado a aplicar la
fuerza; tendrá que mancharse las manos, con sangre.
Pero, ¿Quién podría saber
realmente que es lo que va a su vez a interpretar o actuar el vigilante, una
vez que sea confrontado? ¿Responderá
como un niño, un filósofo o un sádico? Nadie lo sabe, y esta es la
debilidad fatal del Panóptico. Podría terminar ocurriendo que el Gran Mago, “el
hombre detrás de la cortina”, sea expuesto como un fraude o un cobarde, y el
daño infligido a la “perfección” de la ilusión-maquínica sería irreparable.
Nadie más le tendría miedo nunca más.
Bill Not Bored, Octubre-Diciembre de 2004.
[1]
Modestamente siempre he entendido que la mejor traducción al español era
“Disciplinar y castigar” (N. del T.).
[2] La
Penitenciaría de Santiago de Chile, que sigue fielmente el modelo de Bentham,
fue construida en 1843: mismo año en que el gobierno de Bulnes, el primer gran
penitenciario de la República, tomó posesión del Estrecho de Magallanes,
adelantándose por 1 día a un barco francés que venía a hacer lo mismo (N. del
T).
[3]
Grupo de “jugadores con las cámaras de vigilancia”: no sé cómo traducirlo mejor
en este momento. Hay constantes alusiones a las actividades de este grupo
revolucionario en las páginas de NOT BORED (N. del T.).
[4] La
gracia de la palabra “play” es que sirve para referirse tanto a las acciones
de: jugar, tocar, interpretar y actuar (entre otras) (N. del T.).