Delirio Místico: "A mon seul désir" (Según mi solo deseo)
"La discusión sobre el comunismo no es académica. No es un debate sobre lo que se hará mañana.
Desemboca en, y forma parte de un conjunto de tareas inmediatas y lejanas de las que no es más que un aspecto, un esfuerzo de comprensión teórica" (Gilles Dauvé)
lunes, enero 28, 2019
Yosuke Yamashita 3, Chiasma, 1976
“En el bien, no hay exceso”
(Cuello Calón)
Dado el carácter meramente
introductorio a la escena japonesa del texto Barricadas A-Go-Go, al referirme
al free jazz nipón me centré en dos figuras legendarias: Kaoru Abe (saxo) y
Masayuki Takayanagi, alias “Jojo” (guitarra).
Una figura importante a la que me
gustaría referir ahora es el pianista Yosuke Yamashita, que en su álbum “Chiasma”,
de 1976, comanda un trío en que lo acompañan el gran saxofonista aún en activo
Akira Sakata (que tuvo el privilegio de tocar como invitado en un par de temas
para la gira japonesa de Last Exit, editada como “The noise of trouble”, en que
soplando junto a Brotzmann llegan a los niveles más altos de expresividad e
intensidad, en un disco en que tal vez lo más curioso sea la participación de…Herbie
Hancock) y Takeo Moriyama en batería.
Se trata de un registro en vivo,
con 3 temas por lado. Pese a las similitudes formales con la “fire music”
afroamericana, el power trio que acá escuchamos no se dedica a imitar a Cecil
Taylor ni a nadie sino que trabaja en sectores específicos del sonido libre sin
desperdiciar ningún segundo. El saxofonismo extremo de Akira Sakata tiene ya en
esos años un sonido inconfundible, y la propulsión incansable del baterista impulsa
la música a unos niveles de energía que sorprenden incluso para los estándares
del high voltaje free jazz (por parafrasear a AC/DC pero en otro terreno
musical).
Suscribo la opinión de un
comentarista en esta entrada de youtube, que dice que este disco es genial para
acompañarlo con un bajo. Sobre el tarado que dice que el disco es horrible y
que cualquier niño podría tocar así, dos palabras: ¡eso habla bien de los niños,
y de esta música!, y no no me sorprende que a casi 60 años de los primeros
avances de Sun Ra y/o Cecil Taylor en el sentido de liberar la música, los
reaccionarios sigan descalificando al jazz libre con estúpidos argumentos
adultocéntricos.
Supe de la existencia de este pianista y sus ensambles
cuando vi el film “Ecstasy of the Angels”, de Koji Wakamatsu, y el impresionante fragmento de
atentados explosivos con música de su trío.
La discografía de Yosuke es enorme. Una buena cantidad de
discos suyos pueden ser explorados en este notable blog:
En la foto: segunda edición de “Barricadas A-Go-Go” por Excursos
2&3 DORM, Ciudad de México, 60 copias. Estamos preparando una tercera
edición, en Chile, con unas 60 copias o tal vez un poco más o un poco menos.
Un día 23 de enero vino a este mundo inmundo nuestro camarada Cristóbal Cornejo.
Revisando un viejo baúl hace pocos días encontré una carta suya. Era de diez años atrás (marzo del 2009), y tras realizar una especie de recuento de varias aventuras que vivimos juntos, terminaba así:
“Ya estamos echados a la lucha de
clases…hacia fortalecer la teoría, la práctica subversiva cotidiana (en
cualquier frente). Emprendo proyectos, no tengo miedo, soy todo lo que quiero
ser, vivo el erotismo y el ruido caótico. ¡Que pronto se unan nuestras copas!
¡A brindar por lo pasado y lo futuro”.
Un amigo común escribió en su momento este texto sobre CC, Cris Corn, Zorrito, Chico Pastilla, o como quieran llamarle: no importa, Cris era un ser inaprensible y ni siquiera los nombres lo encuadraban a un orden convencional. El texto fue publicado en Raza Cómica.
En youtube se encuentra el registro de una improvisación con Andrés Morales, y en el bandcamp de Volante discos podemos escuchar "El diablo es un magnífico", el album en que CC participó como baterista de la banda DiAblo, en formato de trio.
Cristóbal Cornejo: investigador materialista de la realidad.
Por Rodrigo B.
La crítica
radical a la cultura del capitalismo guarda sus antecedentes de manera dispersa
en la filosofía, literatura, poesía y pintura de la segunda mitad del siglo
XIX. Solo con el fracaso de la revolución de 1905 y el advenimiento de la
Primera Guerra Mundial (eventos que fueron a su vez productos específicos del
desarrollo de la economía política), encontraría esta crítica una forma
concreta y consciente en la actividad creativa de, por ejemplo, los dadaístas y
los surrealistas.
La importancia de
estos grupos radica en haber reconocido, junto con el grueso de la clase trabajadora
que se levantó en armas contra el orden burgués entre 1917 y 1937, la manera en
que el capitalismo avanzaba vertiginosamente apoderándose de la totalidad del
espacio y el tiempo social. Esa consciencia histórica fue acertada. Al ser
incapaz el proletariado de contener su avance, el capitalismo se encontró luego
de la Segunda Guerra Mundial en el terreno firme de lo que Marx denominó la
“fase de subsunción real del trabajo en el capital”; el trabajo asalariado y la
producción de mercancías ocupando la totalidad de la vida.
En ese sentido,
se podría decir, la economía política se transforma en una cultura que ya no
reconoce límites identitários, geográficos, religiosos, etc. Parafraseando a
Robert Jaulin, el capitalismo se convierte durante este periodo en “la
organización colectiva del hecho cotidiano total”; ya no hay un afuera del modo/estilo
de vida que imponen el trabajo asalariado y el dinero.
Parte del trabajo que realizaron Walter Benjamin, la Escuela de Frankfurt y los
situacionistas (solo por nombrar algunos de los más reconocibles) fue tomar
nota de estos desarrollos. Lo que se buscaba era ampliar el horizonte crítico y
afilar las armas de la teoría anti-capitalista para ponerlas a la altura de las
circunstancias históricas que se habían gestado en ese último ciclo. Es decir,
mucho más allá de pretenderse una “crítica cultura” en términos generales,
estos trabajos teóricos fueron una crítica directa y específica al capitalismo
y la cultura que engendró para mistificarse y naturalizarse.
Esto es lo que se
conoce como industria cultural, un concepto que al parecer ha sido tan
difícil de asimilar que las definiciones que se dan en Wikipedia son
radicalmente distintas en castellano y en inglés, por no mencionar el hecho de
que el concepto, respecto a otros, está traducido a una cantidad ínfima de
idiomas.
Tal como señaló
Anselm Jappe el “contenido” de este fenómeno (y producto) histórico al que se
conoce como industria cultural “no es la apología explícita de tal o
cuál régimen político presuntamente intachable, sino la incesante presentación
de lo existente como único horizonte posible”. Estos comentarios los hace Jappe
a propósito del boxeo dialéctico que organizó entre Guy Debord y Theodoro
Adorno respecto al rol del arte (Sic Transit Gloria Artis, 1994). Luego
continúa citando a Adorno: “A fin de demostrar la divinidad de lo real no se
hace más que repetirlo cínicamente y sin cesar. Tal prueba fotológica no es
concluyente, pero si apabullante” (Dialéctica de la Ilustración, 1944).
En nuestros días,
y ya desde hace algún tiempo, este punto de vista ha sido reducido y/o restado
de su contenido crítico original. Su potencial revolucionario se ha vuelto una
especie de espejismo que, por un lado alimenta las ilusiones canibalescas de
los especialistas de la crítica (sociólogos, filósofos, académicos y demás
tipos de burócratas del pensamiento), y por otro es desestimado como un delirio
propio de “la teoría estética” por los y las que se dedican a la
política (en diferentes formatos de leninismo o anarquismo profesional). Es
quizá obvio señalar que esta incapacidad para entender el capitalismo como un modo
de producción de la vida en su totalidad —y que por lo tanto debe ser
contestado en la práctica de manera total— es resultado directo del avance violento
de la alienación en nuestra época, y, como diría György Lukács, la alienación
radica en el predominio de la mercancía en la vida social.
Entre los que
resisten esta inercia totalizante que viene imponiendo la cultura burguesa a
toda la humanidaddesde hace ya
varios siglos, debiéramos contar también a aquellos que se rehúsan a someter su
racionalidad y su capacidad sensible a la lógica de los sistemas dogmáticos de
significaciones, a las falsas oposiciones, y a la urgencia con que la crítica
especializada y los intelectuales mantiene la realidad diseccionada. Parte de
ese esfuerzo pasa por rastrear y darle continuidad a la historia que es
sistemáticamente oscurecida por la sombra de la industria cultural; la
historia de las clases dominadas.
Tengo la certeza
de que el trabajo de Cristóbal Cornejo forma parte de esa corriente histórica,
y creo que se le debería poner atención porque este tipo de mirada es
excepcionalmente escasa en el movimiento social anti-capitalista de hoy. Tan
excepcional como necesaria.
Cristóbal, al que
difícilmente podríamos calificar como un simple periodista, músico o poeta, fue
más bien un agitador social a tiempo completo. Hablar de su obra “literaria”
separada de su obra “política”, o de su obra “musical” separada de su obra
“poética”, sería caer en un sesgo ideológico que el mismo combatió a cada
momento. Los cruces de ideas y referencias a los que estaba siempre sometiendo
sus análisis de la realidad formaban parte integral de lo que pretendía
comunicar.
Para empezar a
despejar las dudas que puedan haber respecto de ese sentido unitario en el trabajo
de Cristóbal bastaría con hacer una pasada rápida por algunos de los temas más
relevantes de sus escritos: John Coltrane, la Nueva Canción Chilena, el punk,
el noise, la new thing, Emile Dubois, los Ludditas, Cravan, orgías
des-programadoras, insurrecciones urbanas, vandalismo comparado, el 18 de
septiembre, movimientos sociales, ecológicos y culturales, el anti-arte, la
anti-poesía, el comunismo difuso, terremotos sociales y geológicos, y un largo
etcétera.
Se le escucha decir, por ejemplo:
“Y no es que
creamos que los/as artistas son una lacra. Es un sistema que los/as controla de
manera objetiva y subjetiva, mimándolos y disociándolos del conjunto social, el
que los hace no llevar la crítica hasta la raíz. A pesar de eso, sabemos que la
complacencia frívola y el éxito (Warhol, el trivial mercader por excelencia,
como ícono), motivan la reproducción del modelo de vida y la integración y
recuperación de los posibles “revoltosos” al engranaje.“
En otro momento reflexiona:
“Ya en los
sesenta, pueden apreciarse los notables resultados que alcanza la fusión “menos
probable de todas”, es decir, rock y jazz, o más concretamente, free jazz y
punk rock (donde punk se entiende como actitud). En esta década nos encontramos
con bandas que, casi paralelas al desarrollo del jazz libre, van incorporando
sus descubrimientos al acervo del ruido eléctrico.”
Y luego grita:
“¡Por la
multiplicación de los focos locales anticapitalistas y antiestatales!
¡Por la revolución internacionalista contra la sociedad espectacular!
¡Comunismo difuso saboteando el viejo mundo!”
Todos estos fragmentos forman parte de escritos que, aunque referidos
a cuestiones distintas, están atravesados por una misma mirada que los ata en
un impulso por subvertir el sentido común y llevar “la crítica hasta la raíz”.
Se puede reconocer
en el trabajo de Cristóbal una tremenda inquietud por poner en crisis varias de
las instituciones que organizan la forma que tenemos de pensar y experimentar
la realidad. Y eso se puede observar no solamente en sus escritos, sino que
también en la música que produjo, los grupos que frecuentó, la manera que tuvo
de moverse por el territorio y cómo estableció relaciones con los que tuvimos
la suerte de conocerlo y tenerlo cerca.
En ese sentido,
la introducción que propuse un poco más arriba no es una mera forma de poner en
contexto o meter a la fuerza a Cristóbal en un cause histórico que le es ajeno.
Al contrario. Su trabajo representa para mí un cuerpo sólido de investigación
materialista de la realidad que se acopla con mucha soltura a la corriente
que conforman los movimientos y teorías que comentábamos antes.
Cristóbal fue un
gran comentador de la realidad y también un acucioso archivador de experimentos
y experiencias —individuales y grupales— que han surgido en la historia
contra-cultural chilena. No es que se haya dedicado solo al territorio dominado
por el Estado chileno, o solo a la “contra-cultura”, sino que tuvo la lucidez
suficiente para poner el ojo aquí, en tiempos y cuestiones que no mucha gente
lo estaba poniendo. Un excelente ejemplo de eso es su programa radial Sonidos
Mutantes.
En diciembre del
año 2013 Cristóbal transmitió el primer capítulo del programa a través del dial
de la radio Actual de Tocopilla. Hacerlo en esa región y en esa ciudad
no fue cuestión de azar o exigencias externas a él; fue una decisión calculada,
un primer esfuerzo por romper con el grosero (pero muy coherente) centralismo
que estructura este país.
Así reseñaba el
propio Cristóbal su proyecto:
“Hay capítulos dedicados a la música
electroacústica desde 1956 a 1974, una revisión de la época de improvisaciones
de Los Jaivas entre 1969 y 1970, la creación subterránea en Chile durante los
’70 y ’80, con grupos como Malalche y Agrupación Ciudadanos (y otras ocurridas
en el exterior como el trabajo de Alvaro Peña o el Quilombo Expontáneo), la
música más arriesgada de la post-dictadura (90’s y principios de los 2000),
hasta llegar a las distintas propuestas de sellos contemporáneos como Espora,
Jacobinodiscos, Horrible Registros, Productora Mutante, Amigos de la Contaminación
Sonora, Cumshot Records, Templo Sagital, Pueblo Nuevo y Chancacazo. Asimismo, habrán
capítulos más específicos dedicados a la poesía sonora, los paisajes sonoros y
la improvisación libre.”
Se podrían
nombrar a la rápida algunas de las bandas más recientes que incluyó en su
revisión: Lluvia Ácida, Lem, Tobías Alcayota, Leonardo Ahumada, Aves de Chile,
Namm, Les Chicci, World Music, La Golden Acapulco, Ojo, Come Perro Fuma Gato,
Los Igualitos, Pintocabezas, Indio, Dolores Fiuler, Ramiro Molina, Ensamble Majamama,
trio Payaya, Acratarca, La kut, diAblo, Mostro, Colectivo No, Fracaso, y muchos
otros. El último capitulo, dedicado a la poesía sonora, cuenta más de una
decena de músicos.
A lo largo de 12
capítulos, escritos, producidos y conducidos por Cristóbal, se repasó la
historia musical de Chile desde 1956 hasta el 2013. Desde luego esta no es la
historia “oficial” de la música chilena, sino más bien una que se construyó al
margen de ella. No tanto por falta de talento o éxito comercial como por una
necesidad consciente de mantenerse más cerca de su propio impulso creativo y
más lejos del centro gravitacional de la industria musical. En ese gesto, lejos
de sacrificar algo, lo que estas bandas hicieron —en mayor o menor medida, con
mayor o menor éxito— fue tomar partido por una forma de hacer música que no
está necesariamente atada al flujo de las mercancías culturales.
A eso se prefirió
llamar “sonido mutante”, para evitar caer en otras categorías que impidieran a
Cristóbal apuntar donde quería apuntar.
Es decir, lo que
Cristóbal hace al ponerlas todas bajo una misma luz es tramar una historia a contrapelo
de la impuesta por la propia industria cultural. O dicho de otra forma, lo que
queda de manifiesto en el programa, lo que hizo Cristóbal a través del trabajo
de docenas de bandas a lo largo de más de 50 años, es exponer su propio punto
de vista de la historia musical de este país.
Quizá lo más
importante y valioso de este proyecto radica en el hecho de que a esta historia
de la música que se está contando subyace, a su vez, una historia social; Sonidos
Mutantes es también un recorrido por los orígenes materiales de esas
músicas, un recorrido por las posibilidades e imposibilidades de hacer música
en Chile, por sus medios técnicos, lugares geográficos y espacios sociales, por
las influencias, motivaciones e inclinaciones de distintos músicos en distintas
épocas. Incluso más, lo que investiga el programa es un conflicto de clases
latente que ha sido soslayado por los historiadores de la música casi siempre:
¿es la música producto de un solo tipo de condiciones sociales, económicas y
espirituales? ¿Qué tienen que decir los distintos tipos de música acerca de las
condiciones sociales, económicas y espirituales de las que surgen y en las que
se desarrollan? Tengo la impresión de que ese es el tipo de preguntas que
motivaron a Cristóbal a realizar este tremendo proyecto de investigación.
Sonidos Mutantes es, en casi todo sentido, único en su especie, y aunque su valor no
radica en eso, lo vuelve un referente necesario para cualquiera que quiera
investigar, sea por las razones que sea, la historia de la música chilena con
seriedad y verdadero interés. Hasta el día de hoy nadie a llevado a cabo con
tanto rigor y con tanta capacidad crítica esta tarea.
Lejos de
pretender la última palabra sobre las pesquisas de Cristóbal, me gustaría
invitar con esta breve reseña a los/las que no conocen su trabajo a adentrarse
en él y descubrirlo por cualquiera de los caminos que tendió. El que propongo
acá es solo uno. Estoy seguro de que quién lo haga, por la vía que sea, no solo
va a encontrarse con una obra apasionada y profunda, sino que también en el
camino va a aprender un montón sobre su propio entorno e historia.
Aquí (https://archive.org/details/SonidosMutantesCap.119DeDiciembre2013) pueden encontrar el primer capítulo del programa. En ese canal
encontraran también los otros capítulos, además de la “segunda temporada”, uno
que otro experimento, y su última “declaración pública”.
Hace solo unos
días sus amigos y compañeros lanzaron un par de libros recopilando parte de su
trabajo. Sabemos que vendrán más. Por lo pronto, seguiremos escarbando y
adentrándonos en lo que tenemos a mano; sabemos bien que su obra es un medio
para adentrarse en espacios y tiempos sociales que no aparecen con tanta
nitidez y potencia como cuando son descritos por su pluma.
La revista, que tiene en total 72 páginas, será
impresa en papel ahuesado de 90 g, portada de 240 g con termo-laminado mate y
encuadernación hotmelt. Esta vez optamos por hacer solo 150 copias que
serán impresas en Ciudad de México.
No es tan difícil convencerse de que, a la larga, le estamos
haciendo un favor a la madre naturaleza al no especular produciendo cantidades
abstractas de papel. En ese sentido, aunque la mayor parte de estas 150 copias
ya tienen destinatarix, un porcentaje está aún por encontrarlx.
Como en otras ocasiones, el precio de distribución será
equivalente al precio de costo de la revista, en este caso $50 pesos mexicanos
por unidad. Entonces, para quienes estén interesadxs en conseguirla:
5
o más copias tendrán un costo por unidad de $50 (México), $2000 (Chile),
o 3€ . Incluidos los costos de envío.
4
o menos copias tendrán un costo por unidad de $75 (México), $2500 (Chile),
o 4€. Sin costos de envío.
Pueden escribirnos a este mismo correo con sus pedidos y/o
consultas.
Esperamos en 15 días hábiles más tener las
revistas listas y empezar a despacharlas a sus respectivos destinos. No está
demás recordar que en muchos casos es posible encontrar formas de ahorrar los
costos de envío con el apoyo de camaradas trabajadores/viajerxs/nómadas.
Para todxs aquellxs que ya nos escribieron pidiendo copias,
pronto nos comunicaremos con ustedes para afinar detalles.
Comparada con la revolución rusa
de 1917, no se sabe casi nada del proceso revolucionario en Alemania hacia 1918-1921,
más allá de los asesinatos de los comunistas “espartaquistas” Liebknecht y
Luxemburgo.
Además de recomendar la lectura
del N° 10 de Anarquía & Comunismo, dedicado al “primer asalto”, hay un interesante
programa de Anabasis dedicado al tema.
En cuanto a textos, creo que lo
básico sería acudir a la presentación de Authier y Dauvé en el libro “Ni parlamento ni sindicato: ¡Los Consejos Obreros! Los comunistas de izquierda en
la revolución alemana (1918-1922)”, publicado en español por ediciones
Espartaco Internacional. De esa introducción titulada “El movimiento comunista
en Alemania” he seleccionado una parte relativa al aplastamiento de la
insurrección de enero, hace exactamente 100 años. Además, va el último texto de
Rosa Luxemburgo, escrito en la víspera de su asesinato en manos de
social-fascistas: “El orden reina en Berlín”.
Para hacerse una idea interesante
de esos tiempos, aunque se sitúa unos pocos años después, habría que leer “Berlin
Alexanderplatz” de Alfred Döblin, y/o ver la versión para serie de TV que hizo
en los 80 Fassbinder. Düblin escribió además una trilogía sobre “Noviembre de
1918”, de la cual vi hace poco en el centro la segunda parte: “El pueblo traicionado”.
El enfrentamiento de
enero de 1919 (primer fracaso de la revolución)
El período comprendido entre enero y abril de
1919 no es más que una sucesión de insurrecciones y tomas de poder a escala
local, aplastadas muy violentamente por los restos del ejército alemán que
habían escapado al torbellino de la derrota y por los “cuerpos francos”,
organizaciones militares de extrema derecha sostenidas bajo cuerda por el nuevo
gobierno. La represión es dirigida por el Partido socialdemócrata, que obtiene
en diciembre de 1918 la confianza del Congreso de los consejos y después, en
enero de 1919, la del pueblo (por las elecciones a la Constituyente).
En Berlín, la insurrección de enero (del 6 al
15) es motivada por la destitución del prefecto de policía Eichhorn, del USPD -Partido Socialista Independiente- (el cual se había proclamado como tal durante los acontecimientos de
noviembre). Los revolucionarios se apoderan de toda la ciudad, pero se dividen
inmediatamente. El USPD, que ha formado un comité insurreccional, entabla
enseguida conversaciones con el Consejo de los comisarios, que ha huido fuera
de Berlín, en lugar de organizar la lucha contra él.
Al principio, Luxemburgo y la
dirección comunista en su conjunto condenan la insurrección, después se unen a
ella pero sin querer tomar el poder (en la línea de ¿Qué quiere Spartacus?,
como queda indicado más arriba). Liebknecht, sin que lo sepa la dirección, toma
parte en el comité insurreccional del USPD, después es obligado a dimitir de
él. Finalmente, la izquierda (proveniente del ISD -Socialistas internacionalistas de Alemania), no obstante ser fuerte,
participa de modo dirigente en las diversas acciones militares pero no se
decide a actuar por sí misma y a crear lo irreparable; necesitará varios meses
para darse cuenta de ello. De este modo, mientras que las discusiones van a
buen paso entre los insurrectos (y que sus jefes, en su conjunto, minimizan la
insurrección, queriendo reducirla a un elemento de la política tradicional), la
socialdemocracia (representada por el comisario del pueblo Gustav Noske)
establece metódicamente su plan de reconquista de la capital. La represión
ocasiona numerosos muertos (entre ellos, Luxemburgo y Liebknecht). A pesar de
todo, este aplastamiento no parecerá suficiente y se asestará un nuevo golpe al
proletariado berlinés dos meses después, en los combates de marzo. Estas dos
acciones causarán varios miles de muertos, nada más que en Berlín. Es decir,
enseguida más muertos que durante toda la revolución rusa de 1917.
Al mismo tiempo son aplastados
los poderes proletarios locales: República socialista de Brunswick, República
de los consejos de Bremen, así como las huelgas insurreccionales en el Ruhr y
en Alemania central. En todas partes, los socialistas, a quienes los obreros
revolucionarios dejan libertad de acción, los traicionan, preparando el terreno
antes de la intervención de la fuerza armada. Pero durante los combates la
democracia continúa a pleno rendimiento: nuevas elecciones a los consejos con
vistas al II congreso pan-alemán de estos órganos en marzo de 1919, elecciones
a los parlamentos locales de los diversos Estados de que se compone el Reich
alemán. Casi siempre es el SPD -Partido Social Demócrata) quien detenta la mayoría absoluta, salvo en
Sajonia oriental, donde es el USPD.
Pero un solo Estado se muestra
insuficiente para domeñar una Alemania en estado de revolución: Francia ocupa
la orilla izquierda del Rin, y el gobierno de Berlín prefiere no intervenir en
Baviera mientras el movimiento no esté lo bastante dominado. En 1871 Bismarck
había ayudado a Thiers a masacrar a los comuneros, devolviendo las armas
modernas a los soldados que acababa de vencer. En 1918 la Francia victoriosa le
devuelve el favor.
En Baviera es el USPD el que toma
el poder pero no para hasta que organiza elecciones en las que, por lo demás,
no obtiene más que el 2’5% de los votos, el 12 de enero de 1919. A pesar de
todo, el asesinato de su jefe, Kurt Eisner, el 21 de febrero, aclara las
relaciones de fuerza: los consejos toman el poder y la Dieta burguesa acabada
de elegir se dispersa ella sola. Pero los consejos vuelven a pasar el poder a
la Dieta con un gobierno SPD-USPD. Una fracción de este último partido toma
poco después, el 7 de abril, la iniciativa de proclamar la República de los
consejos de Baviera, por arriba. El gobierno socialdemócrata huye a Bamberg y
comienza la guerra civil.
Los consejos se radicalizan, se
desembarazan del USPD: es la segunda República de los consejos en la que
participa el KPD -Partido Comunista de Alemania-. Los obreros forman un ejército rojo, a expensas de los
patronos, haciéndose pagar las jornadas dedicadas al entrenamiento. No intentan
verdaderamente atacar las relaciones sociales capitalistas, contentándose con
encargarse de la gestión de la sociedad tal cual está e imponer algunas
reformas en su favor. Son aplastados a principios de mayo de 1919.
--
"EL ORDEN REINA EN BERLÍN”
Rosa Luxemburgo, 14 de enero de
1919
"El orden reina en
Varsovia", anunció el ministro Sebastiani a la Cámara de París en 1831
cuando, después de haber lanzado su terrible asalto sobre el barrio de Praga,
la soldadesca de Paskievitch había entrado en la capital polaca para dar
comienzo a su trabajo de verdugos contra los insurgentes.
"¡El orden reina en
Berlín!", proclama triunfante la prensa burguesa, proclaman Ebert y Noske,
proclaman los oficiales de las "tropas victoriosas2 a las que la chusma
pequeñoburguesa de Berlín acoge en las calles agitando sus pañuelos y lanzando
sus ¡hurras! La gloria y el honor de las armas alemanas se han salvado ante la
historia mundial. Los lamentables vencidos de Flandes y de las Ardenas han
restablecido su renombre con una brillante victoria sobre...los 300
"espartaquistas" del Vorwärts. Las gestas del primer y
glorioso avance de las tropas alemanas sobre Bélgica, las gestas del general
von Emmich, el vencedor de Lieja, palidecen ante las hazañas de Reinhardt y
Cía., en las calles de Berlín. Parlamentarios que habían
acudido a negociar la rendición del Vorwärts asesinados,
destrozados a golpes de culata por la soldadesca gubernamental hasta el punto
de que sus cadáveres eran completamente irreconocibles, prisioneros colgados de
la pared y asesinados de tal forma que tenían el cráneo roto y la masa cerebral
esparcida: ¿quién piensa ya a la vista de estas gloriosas hazañas en las
vergonzosas derrotas ante franceses, ingleses y americanos? "Espartaco"
se llama el enemigo y Berlín el lugar donde nuestros oficiales entienden que
han de vencer. Noske, el "obrero", se llama el general que sabe
organizar victorias allí donde Ludendorff ha fracasado.
¿Cómo no pensar aquí en la
borrachera de victoria de la jauría que impuso el "orden" en París,
en la bacanal de la burguesía sobre los cadáveres de los luchadores de la
Comuna? ¡Esa misma burguesía que acaba de capitular vergonzosamente ante los
prusianos y de abandonar la capital del país al enemigo exterior para poner
pies en polvorosa como el último de los cobardes! Pero frente a los proletarios
de París, hambrientos y mal armados, contra sus mujeres e hijos indefensos,
¡cómo volvía a florecer el coraje viril de los hijitos de la burguesía, de la
"juventud dorada", de los oficiales! ¡Cómo se desató la bravura de
esos hijos de Marte humillados poco antes ante el enemigo exterior ahora que se
trataba de ser bestialmente crueles con indefensos, con prisioneros, con
caídos!
"¡El orden reina en
Varsovia!", "¡El orden reina en París!", "¡El orden reina
en Berlín!", esto es lo que proclaman los guardianes del "orden"
cada medio siglo de un centro a otro de la lucha histórico-mundial. Y esos
eufóricos "vencedores" no se percatan de que un "orden" que
periódicamente ha de ser mantenido con esas carnicerías sangrientas marcha
ineluctablemente hacia su fin. ¿Qué ha sido esta última "Semana de
Espartaco" en Berlín, qué ha traído consigo, qué enseñanzas nos aporta?
Aun en medio de la lucha, en medio del clamor de victoria de la
contrarrevolución han de hacer los proletarios revolucionarios el balance de lo
acontecido, han de medir los acontecimientos y sus resultados según la gran
medida de la historia. La revolución no tiene tiempo que perder, la revolución
sigue avanzando hacia sus grandes metas aún por encima de las tumbas abiertas,
por encima de las "victorias" y de las "derrotas". La
primera tarea de los combatientes por el socialismo internacional es seguir con
lucidez sus líneas de fuerza, sus caminos.
¿Podía esperarse una victoria
definitiva del proletariado revolucionario en el presente enfrentamiento, podía
esperarse la caída de los Ebert-Scheidemann y la instauración de la dictadura
socialista? Desde luego que no si se toman en consideración la totalidad de los
elementos que deciden sobre la cuestión. La herida abierta de la causa
revolucionaria en el momento actual, la inmadurez política de la masa de los
soldados, que todavía se dejan manipular por sus oficiales con fines
antipopulares y contrarrevolucionarios, es ya una prueba de que en el presente
choque no era posible esperar una victoria duradera de la
revolución. Por otra parte, esta inmadurez del elemento militar no es sino un
síntoma de la inmadurez general de la revolución alemana.
El campo, que es de donde procede
un gran porcentaje de la masa de soldados, sigue sin estar apenas tocado por la
revolución. Berlín sigue estando hasta ahora prácticamente asilado del resto
del país. Es cierto que en provincias los centros revolucionarios -Renania, la
costa norte, Braunschweig, Sajonia, Württemberg- están con cuerpo y alma al
lado de los proletarios de Berlín. Pero lo que sobre todo falta es coordinación
en la marcha hacia adelante, la acción común directa que le daría una eficacia
incomparablemente superior a la ofensiva y a la rapidez de movilización de la
clase obrera berlinesa. Por otra parte, las luchas económicas, la verdadera
fuerza volcánica que impulsa hacia adelante la lucha de clases revolucionaria,
están todavía -lo que no deja de tener profundas relaciones con las
insuficiencias políticas de la revolución apuntadas- en su estadio inicial.
De todo esto se desprende que en
este momento era imposible pensar en una victoria duradera y definitiva. ¿Ha
sido por ello un "error" la lucha de la última semana? Sí, si se
hubiera tratado meramente de una "ofensiva " intencionada, de lo que
se llama un "putsch". Sin embargo, ¿cuál fue el punto de partida de
la última semana de lucha? Al igual que en todos los casos anteriores, al igual
que el 6 de diciembre y el 24 de diciembre: ¡una brutal provocación del
gobierno! Igual que el baño de sangre a que fueron sometidos manifestantes
indefensos de la Chausseestrasse e igual que la carnicería de los marineros, en
esta ocasión el asalto a la jefatura de policía de Berlín fue la causa de todos
los acontecimientos posteriores. La revolución no opera como le viene en gana,
no marcha en campo abierto, según un plan inteligentemente concebido por los
"estrategas". Sus enemigos también tienen la
iniciativa, sí, y la emplean por regla general más que la misma revolución.
Ante el hecho de la descarada
provocación por parte de los Ebert-Scheidemann, la clase obrera revolucionaria
se vio obligada a recurrir a las armas. Para la revolución era
una cuestión de honor dar inmediatamente la más enérgica
respuesta al ataque, so pena de que la contrarrevolución se creciese con su
nuevo paso adelante y de que las filas revolucionarias del proletariado y el
crédito moral de la revolución alemana en la Internacional sufriesen grandes
pérdidas.
Por lo demás, la inmediata
resistencia que opusieron las masas berlinesas fue tan espontánea y llena de
una energía tan evidente que la victoria moral estuvo desde el primer momento
de parte de la "calle".
Pero hay una ley vital interna de
la revolución que dice que nunca hay que pararse, sumirse en la inacción, en la
pasividad después de haber dado un primer paso adelante. La mejor defensa es el
ataque. Esta regla elemental de toda lucha rige sobre todos los pasos de la
revolución. Era evidente -y haberlo comprendido así testimonia el sano
instinto, la fuerza interior siempre dispuesta del proletariado berlinés- que
no podía darse por satisfecho con reponer a Eichhorn en su puesto.
Espontáneamente se lanzó a la ocupación de otros centros de poder de la contrarrevolución:
la prensa burguesa, las agencias oficiosas de prensa, el Vorwärts.
Todas estas medidas surgieron entre las masas a partir del convencimiento de
que la contrarrevolución, por su parte, no se iba a conformar con la derrota
sufrida, sino que iba a buscar una prueba de fuerza general.
Aquí también nos encontramos ante
una de las grandes leyes históricas de la revolución frente a la que se
estrellan todas las habilidades y sabidurías de los pequeños
"revolucionarios" al estilo de los del USP, que en cada lucha sólo se
afanan en buscar una cosa, pretextos para la retirada. Una vez que el problema
fundamental de una revolución ha sido planteado con total claridad -y ese
problema es en esta revolución el derrocamiento del gobierno
Ebert-Scheidemann, en tanto que primer obstáculo para la victoria del
socialismo- entonces ese problema no deja de aparecer una y otra vez en toda su
actualidad y con la fatalidad de una ley natural; todo episodio aislado de la
lucha hace aparecer el problema con todas sus dimensiones por poco preparada
que esté la revolución para darle solución, por poco madura que sea todavía la
situación. "¡Abajo Ebert-Scheidemann!", es la consigna que aparece
inevitablemente a cada crisis revolucionaria en tanto que única fórmula que
agota todos los conflictos parciales y que, por su lógica interna, se quiera o
no, empuja todo episodio de lucha a sus más extremas consecuencias.
De esta contradicción entre el
carácter extremo de las tareas a realizar y la inmadurez de las condiciones
previas para su solución en la fase inicial del desarrollo revolucionario
resulta que cada lucha se salda formalmente con una derrota. ¡Pero
la revolución es la única forma de "guerra" -también es ésta una ley
muy peculiar de ella- en la que la victoria final sólo puede ser preparada a
través de una serie de "derrotas"!
¿Qué nos enseña toda la historia
de las revoluciones modernas y del socialismo? La primera llamarada de la lucha
de clases en Europa, el levantamiento de los tejedores de seda de Lyon en 1831,
acabó con una severa derrota. El movimiento cartista en Inglaterra también
acabó con una derrota. La insurrección del proletariado de París, en los días
de junio de 1848, finalizó con una derrota asoladora. La Comuna de París se
cerró con una terrible derrota. Todo el camino que conduce al socialismo -si se
consideran las luchas revolucionarias- está sembrado de grandes derrotas.
Y, sin embargo, ¡ese mismo camino
conduce, paso a paso, ineluctablemente, a la victoria final! ¡Dónde estaríamos
nosotros hoy sin esas "derrotas", de las que hemos
sacado conocimiento, fuerza, idealismo! Hoy, que hemos llegado
extraordinariamente cerca de la batalla final de la lucha de clases del
proletariado, nos apoyamos directamente en esas derrotas y no podemos renunciar
ni a una sola de ellas, todas forman parte de nuestra fuerza y nuestra claridad
en cuanto a las metas a alcanzar.
Las luchas revolucionarias son
justo lo opuesto a las luchas parlamentarias. En Alemania hemos tenido, a lo
largo de cuatro decenios, sonoras "victorias" parlamentarias, íbamos
precisamente de victoria en victoria. Y el resultado de todo ello fue, cuando
llegó el día de la gran prueba histórica, cuando llegó el 4 de agosto de 1914,
una aniquiladora derrota política y moral, un naufragio inaudito, una bancarrota
sin precedentes. Las revoluciones, por el contrario, no nos han aportado hasta
ahora sino graves derrotas, pero esas derrotas inevitables han ido acumulando
una tras otra la necesaria garantía de que alcanzaremos la victoria final en el
futuro.
¡Pero con una condición!
Es necesario indagar en qué condiciones se han producido en cada caso las
derrotas. La derrota, ¿ha sobrevenido porque la energía combativa de las masas
se ha estrellado contra las barreras de unas condiciones históricas inmaduras o
se ha debido a la tibieza, a la indecisión, a la debilidad interna que ha
acabado paralizando la acción revolucionaria?
Ejemplos clásicos de ambas
posibilidades son, respectivamente, la revolución de febrero en Francia y la
revolución de marzo alemana. La heroica acción del proletariado de París en
1848 ha sido fuente viva de energía de clase para todo el proletariado
internacional. por el contrario las miserias de la revolución de marzo en
Alemania han entorpecido la marcha de todo el moderno desarrollo alemán igual
que una bola de hierro atada a los pies. Han ejercido su influencia a lo largo
de toda la particular historia de la Socialdemocracia oficial alemana llegando
incluso a repercutir en los más recientes acontecimientos de la revolución
alemana, incluso en la dramática crisis que acabamos de vivir.
¿Qué podemos decir de la derrota
sufrida en esta llamada Semana de Espartaco a la luz de las cuestiones
históricas aludidas más arriba? ¿Ha sido una derrota causada por el ímpetu de
la energía revolucionaria chocando contra la inmadurez de la situación o se ha
debido a las debilidades e indecisiones de nuestra acción?
¡Las dos cosas a la vez! El
carácter doble de esta crisis, la contradicción entre la intervención ofensiva,
llena de fuerza, decidida, de las masas berlinesas y la indecisión, las
vacilaciones, la timidez de la dirección ha sido uno de los datos peculiares
del más reciente episodio.
La dirección ha fracasado. Pero
la dirección puede y debe ser creada de nuevo por las masas y a partir de las
masas. Las masas son lo decisivo, ellas son la roca sobre la que se basa la
victoria final de la revolución. Las masas han estado a la altura, ellas han
hecho de esta "derrota" una pieza más de esa serie de derrotas
históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo internacional.
Y por eso, del tronco de esta "derrota" florecerá la victoria futura.
"¡El orden reina en
Berlín!", ¡esbirros estúpidos! Vuestro orden está edificado sobre arena.
La revolución, mañana ya "se elevará de nuevo con estruendo hacia lo
alto" y proclamará, para terror vuestro, entre sonido de trompetas:
Tocatas: Ignorantes en Hangar Subterráneo/otra tocata este viernes en Espacio 56
Tengo el cuerpo aún un poco
adolorido por haber pogueado como si tuviera 21 años menos en la tocata de
Enfermos Terminales/Toxik Riot/Ignorantes, el domingo pasado en el Hangar
Subterráneo. (También estaba anunciado El Incendiario, aunque nunca llegó). Pero valió la pena.
Observé a Enfermos desde una
terraza. Extraña vista, pues sólo veía una franja corta del escenario, pero
Patán me vio desde ahí, mientras fluían las cervezas por todos los costados.
Bajamos con mi hermosa acompañante a observar de cerca a Toxic Riot, que generó
bastante entusiasmo entre toda la tropa de mohicanos ahí presentes. La voz de
Vale, que en esta ocasión lucía una polera de Anti-Cimex, es bastante
llamativa, como que le sale directo de la garganta, a lo Lemmy Motorhead (RIP). Crestas simples, dobles y triples en el resto de la banda, con un bajista que
he visto también en la banda Suburbia, con toques más “new wave”.
Entremedio de
las bandas, ameniza con una fina selección de vinilos clásicos del punk rock
uno de los amigos de la Federación de Pincha Discos, que ya había visto en la
tocata a beneficio de dicha federación en Comercio Atlético, en octubre del año
pasado.
Siendo no tan tarde, Ignorantes
sale a escena.
Esta vez Ignorantes sí que tocó
en formato cuarteto, entonces pude apreciar todo el carisma de su vocalista
dedicado sólo a cantar y no a aporrear al mismo tiempo la batería. Tocaron
todos sus hits, coreados por una marea humana bastante festiva, aunque hubo un
par de conatos de pugilato que afortunadamente no pasaron a mayores.
Incluso tocaron un tema que era bastante distinto a su tupa tupa más usual, con unas líneas descendentes en el
bajo, el vocalista gritando por sobre la base, y una guitarra que por momentos
enmudeció totalmente, mientras su ejecutante descansaba acostado en el
escenario, para luego proceder a ir agregando de a poco guitarrazos sueltos
(¿es mi impresión o este cabro toca sin uñeta, arañando las 6 cuerdas
directamente con los dedos y uñas de su mano derecha?). El efecto era bastante interesante,
recordando un poco las embestidas clásicas de Killing Joke, o incluso cosas más
oscuras como No Trend o Stickmen with Rayguns. Creo que por ese lado los
Ignorantes tienen toda una veta a explorar.
Cuando tocaron “Reivindicaciones Mugrosas” el vocalista la dedicó con “saludos al Frente Amplio”. La letra es
tan certera que la reproduzco entera:
“Luchar por reivindicaciones
sociales, es suplicar por migajas, lucha para destruir esta sociedad, que de
sociedad no tiene nada.
Deja de rogarle a masones y
católicos para entrar en sus universidades, cuando seas una oveja trabajando en
sus empresas, vas a rogar por reajustes salariales.
Los ricos se ríen a carcajadas,
mientras marchas por el centro, exigiendo miserables demandas, huyendo de la
policía que tú mismo pagas.
En vez de protestar contra el
gobierno, deja de darles el derecho a gobernarte, al poder no hay que quitarle,
al poder hay que dejar de darle”.
Aunque parece que mi memoria me
traiciona, y la dedicatoria fue cuando empezaban con “No estoy pidiendo”. En
fin, cualquiera de las dos es totalmente aplicable a toda la izquierda
político/social:
“No estoy pidiendo ser escuchado
No estoy pidiendo entretenimiento
No estoy pidiendo ayuda del
estado
No estoy pidiendo días de arresto
No estoy pidiendo más
oportunidades
No estoy pidiendo entrar en tus
universidades
No estoy pidiendo más democracia
No estoy pidiendo que me regales
una plaza
A los que dominan les gusta que
les pidas, quieren tenernos a todos de rodillas, hazlo por ti mismo defiéndete
solo, destruye, saquea, acaba con todo!!!”.
Eso lo tomé de youtube, pero
falta una parte brillante donde dicen “No estoy pidiendo juicio y castigo No estoy
pidiendo que castiguen a mis enemigos”
Difícil encontrar un textos más
genuinamente insurreccionales. Y he ahí lo que a mi juicio es la mayor gracia
de la banda: su lírica incendiaria y sin piedad con nada, sobre una base de
pogo punk correcta e intensamente ejecutado. No se necesita más.
He aquí en breve registro de la banda interpretando "Olor a cuero rancio, vino y raja" en medio de la algarabía general. Si reconoce a este humilde cronista en medio del pogo gana premio.
Aireándonos y humectándonos en
masa a la salida del local, un cabro me dice: “¡Ustedes deberían haber tocado
con ellos!”. (Por “ustedes” se refería a Disturbio Menor). Le dije que ya habíamos tocado juntos en Puerto Montt,
y que vamos a tocar con Manual de Combate y otras bandas este viernes que
viene.
Por cierto, los Ignorantes habían
leído el reviú de la tocata de Puerto Montt publicada en estas páginas, aunque
no sabían quién lo había escrito. ¡Tanto mejor! Así es posible apreciar la
escritura sin prejuicios. Por supuesto que al bajista le había encantado la
alusión a las líneas de Jah Wobble en PIL: ¡a quién no!
La noche empezó a caer sobre la
enorme y gris metrópolis, y con mi compañera y tres amigos, dos de ellos puntarenenses, nos
alejamos de ahí, no sin antes pasar por el último six pack de cerveza Escudo (con
34% más) en una de las tantas botillerías del barrio. Llegando a Matta está justo
en el paradero el bus 506, con mi acompañante trotamos hacia él y nos fuimos
rápido a buscar a nuestro hijo y descansar, que es lo que se supone uno debiera
hacer todos los domingos.
(Todavía me quedan dos latas de esas en el
refrigerador. Más rato las mato: no son para mí, son para la calor).
-Los Residents….la banda anónima
más famosa del mundo…Pero con el tiempo se fueron confirmando las sospechas
acerca de que los miembros de la Cryptic Corporation eran los mismos personajes
tras el curioso cuarteto. Puede que sí, puede que no. Como un viejo fan de la
banda (aunque creo que perdieron su encanto a medida que iban usando más tecnología)
siempre respeté su anonimato y no estuve interesado en saber quiénes eran (las
teorías iban desde afirmar que eran los Beatles, hasta una bien absurda que
decía que el Rey Momo David Byrne estaba tras ellos: mmmm).
Como sea, todo indica uno de
ellos murió a fines del 2018: Hardy Fox. A los 73 años.
Mi hijo vio en el Persa Bío Bío la gráfica del BigBubble, la parte 4 de la Trilogía Mole, y dijo: ¡al fin una foto de los
Residents!
-Vayan a visitar Discos Beat en
segundo piso de Galería san Diego: el Tavo sigue ahí, abriendo todos los días
como a las 11, aunque no siempre se queda mucho rato. Tiene discos de Malalche y
de Agrupación Ciudadanos para quienes se atrevan a llegar hasta allá, huyendo
del calor, y teniendo en cuenta la gran cantidad de bares proletarios que aún
quedan en el entorno inmediato.
-Del folleto de una edición en CD
de Faust 1 y Faust-So Far:
Werner "Zappi" Diermaier sobre la grabación del primer album:
“El lado A lo construimos. En el
otro lado fue cuando fumamos mucho hachís y bebimos harto alcohol. Teníamos que
tener listo el disco en tres días. Fue divertido”
Demás que sí. Pero me gustaría
haber visto la cara de los ejecutivos del sello, a quienes habían convencido de
invertir en esta banda porque eran “los nuevos Beatles”. Ja ja ja.