Jaki Liebezeit de Can había
tocado en algunos ensambles de “free jazz alemán” (si se puede decir eso) a
fines de los 60, además de haber estudiado con Stockhausen, antes de formar la ahora
tan famosa banda.
Lo había escuchado participando
en un álbum de la Globe Unity Orchestra, pero ahora han aparecido en el Tubo artefactos
tales como el álbum
“Voices”, del Manfred Schoof Quinteto, 1966. Grabado el 2
de Mayo de ese año en Frankfurt del Meno, y editado por CBS/Columbia. Además de
Manfred en vientos (corneta y flugelhorn) y Jaki a los tambores, tenemos a Alexander
von Schlippenbach en piano, Gerd Dudek en saxo tenor y Buschi Niebergall en el
contrabajo.
Apuesto lo que quieran que a Adorno
no le gustó.
Manfred Schoof, nacido en 1936 y
aún activo, también fue a Japón.
Allá colaboró con personajes como
Akira Sakata (otro gran saxofonista nipón que sigue activo), el pianista Yosuke
Yamashita (ya hemos hablado de él en estas páginas) y Takeo Moriyama en batería,
grabando el álbum en vivo de 1976 “Distant Thunder”.
En este registro (los 20 minutos
de
Mitocondria, el lado A de Distant Thunder) me sorprende cómo Akira Sakata
logra hacer sonar su saxo partiendo de la manera más tradicional para pasar en muy
pocos segundos a sintetizar todo el paso del swing y el bop al free jazz de más
alta intensidad. Varios años de historia del saxofón en el jazz resumidos o más
bien concentrados en menos de 8 segundos.
Así que si bien el origen del llamado
Free Jazz es claramente afroamericano, su impacto en otras partes del globo
terráqueo generó este tipo de expresiones y adaptaciones, individuales y colectivas,
tanto en Alemania como en Japón y muchas otras partes del mundo, las que recién
ahora podemos conocer, analizar y disfrutar, gracias a la liberación relativa de
estos materiales en la web.
Para apreciar la obra de Akira Sakata
recomendamos acudir a una explosiva grabación de su trío en 1980,
“Pochi”, y en
otra faceta más abstracta, la colaboración con Merzbow, Jim O´Rourke y
Chikamorachi (Chris Corsando y Darin Gray),
“Flying basket”, de 2015.
Dos curiosidades más para cerrar
esta entrada:
En la larga e inspirada versión
en vivo del instrumental
“Tristezas de un Doble A” de Piazzolla en Teatro
Regina, 1982 (con Goyeneche en los temas cantados), hay un momento “libre” que
según los autores del folleto interno daría cuenta de la influencia del jazz
libre en el conjunto liderado por este bandoneonista, dentro del marco de un
tema en que, como él señala en la presentación, trata de dar cuenta de la
evolución de ese instrumento en los estilos de diversos ejecutantes.
“Waves from Albert Ayler”, del Mount Everest
Trio. Como decía en el catálogo de Forced Exposure: parecen Motorhead,
pero es un ensamble escandinavo de free jazz que tributa desde el mismo título
a Albert Ayler, además de trocar su “Spirits”, y hacen además un buen cover de “Ramblin´”
de Ornette Coleman. Grabado en Gotemburgo, Suecia, en 1975.
Gracias a todos los que comparten
este tipo de artefactos humanos.
Etiquetas: a desalienar, Alemania, free jazz, Japo
# posted by Metal Guru : 7/22/2019 05:25:00 p.m.
Una lectura esencial: “El decrecimiento
y la gestión de la miseria”, por el grupo
Barbaria. Los dejo con los dos
primeros capítulos:
1. La escisión de la
naturaleza
Quizá nunca como hoy la
catástrofe capitalista ha sido tan evidente. La imposibilidad material, física,
de este sistema se afirma en la televisión, en las universidades y en los
parlamentos. Con el mayor cinismo, muchos de los que aportan su pequeño grano de
arena a la perpetuación de la masacre capitalista entienden que estamos en un
tren que va directo contra el muro, y así lo dicen. Lo dicen y hablan, hablan y
hablan. Hablan de concienciación, de energías renovables, de economía circular
y hablan ―cada vez más― del término de moda: green new deal.
La socialdemocracia es cada vez
más verde, y tampoco le queda más remedio. El desequilibrio climático, la
erosión del suelo, la contaminación del agua, la pérdida ―brutal― de
biodiversidad, son una demostración permanente de la radical oposición entre el
capital y la vida en el planeta, incluida la de nuestra especie. Esta oposición
es tan flagrante que la socialdemocracia sólo puede admitirla y proponer, como
ha hecho toda la vida, algunos parches que no sólo no resuelven, sino que
profundizan y agravan muchas veces el problema, y siempre lo perpetúan. La
corriente ecologista, en tanto que movimiento parcial que separa el problema
medioambiental de las relaciones sociales que destrozan el ecosistema, es uno
de los baluartes más apreciados de la socialdemocracia. Y, dentro de ella, el
decrecentismo como una de sus alas más radicales, ampliamente acogida por los
medios militantes y activistas, ayuda a recuperar a quienes sienten asco por
las conclusiones reformistas y estatales a las que desemboca el ecologismo. En
este texto intentaremos dar cuenta en algunos trazos de la crítica al
ecologismo y nos centraremos en señalar los presupuestos teóricos,
inherentemente burgueses, del decrecentismo.
El postmodernismo y el ecologismo
son las dos caras de una misma época. Ambos parten de una separación entre
naturaleza y cultura que, de todas formas, proviene del mismo nacimiento del
pensamiento burgués. Dada esta separación, el postmodernismo tiende a convertir
todo en un hecho cultural, nominal, subjetivo, mientras que el ecologismo parte
de una visión que tiende a reducir la realidad social a las bases físicas,
objetivas, extrahumanas de la naturaleza.
Si bien siempre hay antecedentes,
nunca como en el capitalismo se ha pensado una oposición, una separación tan
grande entre la naturaleza y la cultura. Esto tiene sus bases materiales. En
las comunidades primitivas el lazo con el ecosistema se daba de forma directa e
integrada en su propia lógica social. Más adelante, en las sociedades
precapitalistas las clases dominadas siempre estuvieron, de una manera u otra,
vinculadas a la tierra. Los esclavos en la Antigüedad eran fundamentalmente
utilizados para el cultivo del campo. Cuando un noble se convertía en el señor
feudal de una región, lo que obtenía no era tanto la propiedad de la tierra
como el derecho al diezmo de los siervos atados a la misma. Para poder nacer,
por el contrario, el capitalismo necesita desgarrar esta unidad ―alienada y
opresiva, sin duda― entre el ser humano y la naturaleza. Para poder
instaurarse, el capitalismo necesita liberar a los siervos y
crear proletarios. El proletariado será una clase que vive sostenida en el
aire, una clase separada de todo medio de producción, separada de su entorno
natural y de su propia naturaleza.
No es casual que este momento
fundacional ―la expropiación del campesinado y la consiguiente formación del
proletariado― haga parte de un mismo proceso histórico en el que se profundiza
la brecha entre el campo y la ciudad, a tal punto que su relación se invierte
por primera vez en la historia: a partir de ahora, el campo no será más que un
apéndice de la ciudad, y la ciudad sólo el nombre de una máquina que devora
personas y recursos naturales para producir más valor, más mercancías, más
dinero, más valor.
Tampoco es casual que las
ciencias naturales se desarrollen en este proceso. Cuando la producción se
destina ya no a la satisfacción de las necesidades sociales sino a la
valorización, cuando la producción es producción de mercancías, la naturaleza
se convierte en un factor de producción tan abstracto, tan cuantificable, tan
ajeno a sí mismo como lo es el propio trabajador reducido a capital variable.
Cuando no es materia prima, energía o el suelo mismo en que se desarrolla la
producción de valor, la naturaleza se convierte en un objeto externo examinado
por el sujeto racional, ajeno por completo a ella, en la cual, incluso a la
hora de mirarse a sí mismo, sólo ve un soporte físico ―el cuerpo― de la razón
científica.
El pensamiento burgués convertirá
esta separación
material,
efectiva, que establece el
capitalismo entre la naturaleza y el ser humano, en una separación eterna y
universal, y pensará todo a partir de ella. Así, se verá dividido por una falsa
polarización entre dos corrientes: un idealismo subjetivista, que afirma que la
razón es el fundamento último de toda existencia material, y un idealismo
objetivista o «materialismo» vulgar, que convierte una naturaleza extrahumana
―incluyendo en ella el cuerpo humano― en la explicación última de todo proceso
social. Es importante señalar que ambas corrientes son funcionales a la
justificación y naturalización del capitalismo. Así, la visión de un sujeto
racional como un yo ilimitado que configura su propia realidad a través de la
conciencia es complementaria a la que abstrae el conjunto de la realidad
material a cuerpos matematizados, cuantificables, en la que se incluyen las
sociedades humanas como una parte más de la máquina
[1].
Si la primera legitima la razón
capitalista como organizadora de todo lo vivo a través de la ciencia y la
tecnología, la segunda priva de todo papel a las relaciones sociales,
estableciendo que, en el fondo, no hay una gran diferencia entre la sociedad
capitalista y las sociedades que la precedieron, como tampoco tiene sentido
plantear un futuro después de ella: a fin de cuentas, como se diría
actualmente, todo es termodinámica
[2]. No es casual que bajo estas dos
corrientes emerja el pensamiento moderno y, con él, los pilares ideológicos de
la sociedad capitalista: de Descartes a Hobbes, de Locke a Kant, todos ellos se
esforzarán por sentar los cimientos del capitalismo como una sociedad eterna,
universal, que sólo tenía que esperar a poder desarrollarse con el progreso
tecnológico y el incremento de la complejidad social. Hoy en día y al contrario
de lo que se nos dice, no existe tal ruptura con la modernidad, sino
simplemente una adaptación a un capitalismo cada vez más acendrado y, por ello,
cada vez más catastrófico. Si hoy en día el postmodernismo responde plenamente
a la primera corriente, el ecologismo y en particular la corriente
decrecentista se sitúa en la segunda.
Y es que el ecologismo se funda
en un antagonismo radical entre el ser humano y la naturaleza. En realidad,
como toda corriente socialdemócrata, lo que hace es tomar un hecho real del
capitalismo ―el ser humano y la naturaleza están enfrentados, como el
trabajador a su propia actividad― para elevarlo por encima de la historia y
declarar que siempre ha sido así. Si no, ¡fijaos en la isla de Pascua! Una
civilización que se autodestruye porque decide construir esculturas inmensas a
costa de sus propios recursos
[3]. ¿Es que no lo veis? La potencia
destructiva del ser humano es inagotable. Necesitamos mecanismos de autocontrol
para ajustarnos a las bases materiales que nos brinda la naturaleza. ¡Malthus
tenía razón!
De la misma manera que el
pensamiento burgués se funda en la idea de que el hombre es un lobo para el
hombre, también tiene como uno de sus pilares básicos la idea de que el hombre
es un lobo para su entorno natural. Si Malthus tenía razón, Hobbes también.
Esta antropología negativa siempre exige, en última instancia, un Leviatán. Por
ello el ecologismo siempre conduce a la necesidad del Estado, aunque lo plantee
como una confederación democrática de comunas ecosociales autogestionadas.
Se nos dirá que hay muchos
ecologismos. Por supuesto, el ecologismo explícitamente capitalista ―el
«capitalismo verde»― argumentará no sólo lo que acabamos de reproducir, sino
que añadirá que con las normas adecuadas el sistema puede favorecer un
desarrollo sostenible donde incluso el propio cuidado de la naturaleza genere
riqueza al convertirse en una mercancía, como ocurre con el mercado de
emisiones de CO
2. Pero está también la corriente decrecentista, que
apuesta firmemente por una restauración del vínculo entre el ser humano y la
naturaleza, el fin del capitalismo y el regreso a un «modo de vida mucho más
simple y autogestionario»
[4]. ¿Cómo puede ser capitalista y estatal
una corriente que consiste en señalar los límites físicos del propio
capitalismo y la necesidad de un cambio de sistema?
Para contestar a esta pregunta
necesitamos volver atrás, a la comprensión burguesa del lazo entre el ser
humano y la naturaleza, así como a la ruptura que Marx realiza al afirmar el
materialismo histórico.
2.
Metabolismo natural y metabolismo social
Marx parte del materialismo
sensual de Feuerbach para superar el idealismo hegeliano. Sin embargo, también
rompe con éste en un punto esencial: si Feuerbach opone a Hegel el hecho de que
el ser humano es materia antes que razón y que lo que permite toda elaboración
racional es el mundo físico que percibimos a través de los sentidos, Marx
criticará a Feuerbach por mantener una idea de la naturaleza como algo que
sigue siendo exterior al ser humano y a su historia. Ambos coinciden en la
necesidad de explicar la naturaleza a partir de sí misma, sin acudir a
instancias externas, ya sea un Dios todopoderoso o la Razón deificada. Sin
embargo, para hacer esto, para no crear falsas instancias, Marx señala que
también hay que comprender la actividad humana como una fuerza natural,
un factor más en el metabolismo natural del planeta.
Aquí el término
metabolismo nos
es útil
[5]. Hace referencia a la relación entre la
célula y el conjunto del organismo: la célula transforma lo inorgánico, tomado
de su entorno natural, en vida orgánica. La vida natural se organiza en torno a
permanentes transformaciones del propio entorno. Pero si el ser humano es parte
inseparable del metabolismo natural, también la naturaleza es parte inseparable
del metabolismo social y la manera en que este se organiza. La naturaleza
constituye no sólo los medios de subsistencia del ser humano, sino también la
materia misma con la que y sobre la que reflexiona y actúa
[6]. La capacidad del ser humano para
modificar su entorno constituye la propia
naturaleza humana,
que por ello es inseparablemente natural y cultural. La actividad humana se
desarrolla a través de un proceso en el que el ser humano transforma la
naturaleza y, al hacerlo, también se transforma a sí mismo: la cultura no es
sino la memoria colectiva de esta transformación, de este proceso metabólico.
Pero aquí no estamos hablando de
un individuo aislado. El ser humano es naturalmente social.
Como no podía ser de otra manera, son sus relaciones sociales concretas,
históricas, las que configuran al mismo tiempo el papel del ser humano en el
metabolismo natural y el de la naturaleza en el metabolismo social. De esta
forma, la ruptura de Marx con Feuerbach, así como con el pensamiento
materialista previo, consiste en su comprensión dinámica de la relación entre
las comunidades y su entorno natural. Al señalar no sólo que las relaciones
sociales son inseparables del metabolismo natural del planeta, sino que la
transformación del entorno es inherente al desarrollo de todo metabolismo
social y está determinada por el carácter de esas relaciones sociales, Marx
introduce la historia en la naturaleza, de la misma forma en que antes, de la
mano de Feuerbach, había naturalizado al propio ser humano.
Ahora bien, si no es el ser
humano abstracto, sino que son las diferentes sociedades históricas las que
intervienen en este proceso, entonces el modo en que se organizan estas
sociedades será esencial. No es el ser humano abstracto el que es antagónico a
la naturaleza, sino una forma concreta de relación social. Permanecer en la
primera afirmación, la de que el ser humano hace parte del metabolismo natural,
nos impide comprender el desarrollo de la historia y la manera concreta en que
los diferentes metabolismos sociales, los diferentes modos de producción, han
asumido su relación con el ecosistema.
Antes señalábamos que el
capitalismo había provocado una separación efectiva del ser humano y la
naturaleza al separar al campesinado de la tierra y arrojarlo como mano de obra
desnuda a las ciudades. Sin embargo, no es la separación
física la
que será central en esta ruptura. De hecho, las relaciones sociales
capitalistas comienzan a desarrollarse en primer lugar en el campo. Lo
determinante aquí es que la producción social se convertirá en producción de
mercancías, en producción de valor. Así, el proceso de producción y
reproducción social se escinde en un plano material, físico, de valores de uso,
y un plano social y fetichizado de valor. Esto quiere decir que al producir
mercancías, se está produciendo un objeto concreto y material que sin embargo
no importa como tal, sino sólo como una mercancía que permitirá obtener dinero
para volver a producir más mercancías para obtener aún más dinero. El vínculo
con la tierra se rompe porque ésta ya no cumple una función directa en el
metabolismo social ―como fuente de medios de subsistencia, como medio y objeto
de reflexión y acción humanas―, sino indirecta, como un mero instrumento para
producir valor
[7].
La naturaleza no importa por ella
misma, al igual que el ser humano no importa por sí mismo, sino que son meros
instrumentos de una lógica automática e impersonal de producción de valor.
Tanto el entorno natural como el ser humano son simplemente un mal menor que el
capitalista tiene que soportar para poder producir mercancías con las que
obtener plusvalor, siempre de manera creciente, ampliada: D-M-D’. En la medida
en que pueda, el capital tenderá a desprenderse de todo lo biológico, de todo
lo natural, porque impone límites a la velocidad e intensidad de su
reproducción. Esto conlleva una dinámica social que provoca profundas rupturas
en el metabolismo natural, ya no sólo del ecosistema, sino de la propia
naturaleza humana. Al mismo tiempo que la explotación capitalista destroza la
biodiversidad, agota los recursos naturales y genera graves desequilibrios
climáticos, también corroe los lazos comunitarios y provoca un proceso de
atomización social que priva al ser humano de lo más básico, que es su esencia
social, su vínculo con los otros. Además el propio ser humano se encuentra cada
vez más ajeno a su propia corporalidad, y es ya un hecho asumido socialmente la
idea de un individuo que puede y debe superar sus limitaciones físicas gracias
a fármacos y otras tecnologías, con todos los daños a la salud física y
psicológica que ello genera.
Ahora bien, esta ruptura del
metabolismo natural no impide que el metabolismo social del capitalismo siga
funcionando, aunque sea de manera cada vez más catastrófica.
Recordemos lo dicho
anteriormente: al imponerse la producción de mercancías, la actividad humana se
escinde en dos planos. El proceso de producción se desdobla en un aspecto
concreto, material, de producción de valores de uso, y en un aspecto abstracto,
social, de producción de valor. Sin embargo, esto no quiere decir que ambos
aspectos tengan el mismo peso. El valor de uso es el soporte del valor, pero
nada más. El valor presupone el valor de uso, es decir,
necesita de un objeto material o de un servicio concreto que lo contenga, pero
no se regula conforme al valor de uso sino que funciona por sus propias leyes,
por sus propias categorías sociales: tiempo de trabajo socialmente necesario,
intercambio de equivalentes, tasa de plusvalor, composición orgánica, ley de la
ganancia. Estas categorías, pese a ser sociales, son absolutamente impersonales:
el metabolismo social del valor las impone independientemente de la voluntad de
sus agentes y de manera automática.
Por supuesto que las leyes de la
naturaleza siguen operando. La gravedad sigue manteniéndonos pegados al suelo y
las leyes de la termodinámica siguen explicando el comportamiento de los flujos
de energía. Sin embargo, en la medida en que el capitalismo es una relación
social automática, ajena a la voluntad de sus miembros, estos hechos físicos
son interpretados en los términos del valor, que rige el modo en que actúa el
ser humano sobre ellos. Esto quiere decir que el ser humano interviene en el
ecosistema conforme a unas categorías sociales históricas en las que la
naturaleza, como el propio ser humano, no sirve en sí para nada. Sólo entra en
el metabolismo social y por tanto sólo existe socialmente en la medida en que
puede servir como instrumento para la producción de valor. Por dar un
ejemplo, que una reserva de petróleo sea o no explotada no depende de una
medida física como su TRE
[8], sino de una medida social como la
plusganancia que puede obtenerse al vender el petróleo en el mercado. Dado que
la peor reserva de petróleo es la que determina el precio, la que más trabajo
―y por tanto energía― requiere para ser extraída, toda reserva un poco mejor
obtendrá una plusganancia que haga meritoria su explotación. Así, nos podemos
encontrar en el absurdo de que se exploten reservas de un TRE cercano a uno, es
decir, de las que se extrae casi tanta energía como la utilizada para su
extracción, porque siguen siendo rentables para el terrateniente y el
capitalista.
NOTAS:
[1] No es casual que este gesto sea el
primer paso de Hobbes para justificar la necesidad del Estado absolutista, como
afirma Jorge Herrero en
Hobbes: una antropología del miedo
[2] La empresa de servicios financieros
Tullet Prebon afirma así en un informe de 2013 sobre el
peak oil [pico
del petróleo]: «El dinero es sólo el lenguaje, más que la sustancia de la
economía real. En última instancia, la economía es ―y siempre ha sido― una
ecuación de excedentes de energía, gobernada por las leyes de la termodinámica
y no por las del mercado». Esta cita es
recogida
favorablemente por Antonio Turiel, un reconocido decrecentista próximo
a figuras como Yayo Herrero o Carlos Taibo
[4] Son las
palabras de
Ted Trainer, pero expresan la apuesta constitutiva del decrecentismo
[5] Y útil resulta también el texto de John
Bellamy Foster:
La ecología de Marx, para rescatar las raíces
históricas de este concepto y la emergencia de un pensamiento materialista en
el que se encuadra Marx y donde se lucha por romper con la separación
conceptual entre lo natural y lo cultural, entre el ser humano y la naturaleza
[6] «La universalidad del hombre aparece en
la práctica justamente en la universalidad que hace de la naturaleza toda su
cuerpo inorgánico, tanto por ser (1) un medio de subsistencia inmediato, como
por ser (2) la materia, el objeto y el instrumento de su actividad vital. La
naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre; la naturaleza, en cuanto ella
misma, no es cuerpo humano. Que el hombre vive de la naturaleza quiere decir
que la naturaleza es su cuerpo, con el cual ha de mantenerse en proceso
continuo para no morir. Que la vida física y espiritual del hombre está ligada
con la naturaleza no tiene otro sentido que el de que la naturaleza está ligada
consigo misma, pues el hombre es una parte de la naturaleza», Karl Marx:
Manuscritos
de 1844, primer manuscrito, «El trabajo enajenado»
[7] La tierra no es para el hacendado más
que «una máquina de fundir moneda. La renta ha separado tan perfectamente al
terrateniente del suelo, de la naturaleza, que ni siquiera tiene necesidad de
conocer sus tierras, como ocurre en Inglaterra. En cuanto al arrendatario, al
capitalista industrial y al obrero agrícola, éstos no están más adheridos a la
tierra que explotan que el empresario y el obrero de las manufacturas al
algodón o a la lana que fabrican; sólo sienten inclinación por el precio de su
explotación, por el producto monetario», Karl Marx:
Miseria de la
filosofía, ed. Júcar, págs. 239-240
Etiquetas: 2019 fin del mundo tal cual lo conocemos, comunismo, nada mas práctico que una buena teoría
# posted by Metal Guru : 7/19/2019 10:58:00 a.m.
Viernes 19 a las 18: Lanzamiento de “Estruendo” en Valparaíso,
calle Errázuriz, donde está la escuela de Derecho de la Universidad de
Valparaíso.
Tratamos de hacerlo a fines del 2018, pero suspendimos por el
Paro Portuario.
La primera edición, 150 copias, ya se agotó, así que los
compañeros de Tempestades imprimieron 150 más.
Habrá más títulos de Editorial Tempestades, revista Kalinov
Most (que ya lleva cuatro números), y algunos ejemplares de “Barricadas a-go-go”.
Un par de horas después Laurence Maxwell estará presentando “Un
paso al Frente”, la mega-entrevista con Mauricio Hernández Norambuena, en la Ex-Cárcel.
A las 20:00 se presenta en la sala SCD Lukax Santana con la
Agrupación Receptora de Ondas Sónicas Cósmicas.
Harto panorama para un día viernes en el Puerto. De hecho, no
sé si quedarme o regresar a Santiago. Should I stay or…[Y a propósito de los Clash, recién el año pasado me di cuenta de que en Spanish Bombs nunca dijeron "yo te quiero infinito" sino que todo lo contrario: "yo te quiero y finito", en una curiosa mezcla de espanglish con italiano. Un duro golpe al amor romántico].
Más encima, creo que el martes 23 se presentará el Colectivo
No en el Máscara, del mismo puerto principal.
Dejo acá un breve registro de Manual de Combate en la tocata
por los caídos en el concierto de Doom hace ya 4 años. Tocaron 4 bandas, había
harta gente, pogo espontáneo en la vereda, venta de parches, y un par de
intensas horas dedicadas a rescatar la Memoria Negra. A no olvidar a los compas
muertos, ni esta cita mensual. Al final, es ahí donde se genera la verdadera
comunidad de lucha punk, y no en las tocatas donde hay productoras, guardias y
toda esa mierda mercantil.
Pensaba que los punk rockers se iban a enojar al ver
instrumentos de viento que no tocan ska, pero no. Todo bien. Escucharon con
atención, y luego muchos de ellos comentaron positivamente el set. Me alegra.
Amo el pogo punk, pero también hay que apoyar al punk con trompetas y
saxofones.
Etiquetas: Chantiago, crim crit, psicogeografía, punk rock, reflexión, Valparaíso
# posted by Metal Guru : 7/18/2019 06:20:00 p.m.
-Leyendo sobre “Rasta y resistencia. De Marcus Garvey a
Walter Rodney”, un tema del que sabía casi nada, en su edición cubana del 2016,
me topé con referencias a este texto más o menos clásico a estas alturas, “Capitalismo
y esclavitud”, de Eric Williams.
En ambos textos por lo visto se trata ni más ni menos que de
analizar en concreto cómo operó la “acumulación originaria de capital” en
África, Norteamérica, Centroamérica, El Caribe. La fase en que la recién nacida
criatura, el Modo de Producción Capitalista, llega al mundo chorreando sangre
por todos los poros, según la descripción bastante “gore” que hace Karl Marx.
En el primero, se trata de hacer una especie de
interpretación marxiana de las condiciones que determinaron el surgimiento de
una extraña mezcla de consciencia de clase a través de la consciencia de raza, y
cómo los “rastas” o “dreads” representaban una forma mística pero avanzada de
consciencia y resistencia a la opresión “blanca o negra o del color que sea”.
[EL ajusticiamiento de policías negros era visto como correcto por muchos de
estos grupos “etíopes”]. Además, traza un detallado recorrido por la
resistencia física y espiritual de los esclavos, y los movimientos que
sucedieron luego en la fase Postcolonial. Un año clave en insurrecciones en
Jamaica parece haber sido 1938.
¿Recuerdan el marxismo africano? He aquí un buen ejemplo. Lo
ideal sería poder seguir investigando la relación entre formas de resistencia a
nivel de consciencia, y prácticas sociales, políticas y estéticas en que dicha consciencia
se expresa y refuerza. De las canciones de los esclavos en las plantaciones al
blues, los spirituals, el free jazz, reggae, soul y funk.
El libro, originalmente publicado en 1981, no está
disponible online. En internet circula un trabajo de H. Campbell en inglés cuyo
título en español es “
Bob Marley y la Resistencia a la Guerra: de la vindicación a la
emancipación y la salud espiritual”, en Cuadernos del Caribe, Vol. 12, N° 20, 2015.
Introducción a la presente edición
Prefacio
1. El origen de la esclavitud de los negros
2. El desarrollo del tráfico de esclavos negros
3. El comercio británico y el comercio triangular
El comercio triangular
Transporte naval y construcción de barcos
Crecimiento de las grandes ciudades británicas con puertos
de mar
Las mercancías en el tráfico triangular
Lana
Manufacturas de algodón
El refinado de azúcar
La destilación del ron
Pacotilla
Las industrias metalúrgicas
4. El interés de las Antillas
5. La industria británica y el tráfico triangular
La inversión de los beneficios en el comercio triangular
Operaciones bancarias
La industria pesada
Seguros
El desarrollo de la industria británica hasta 1783
6. La Revolución Norteamericana
7. El desarrollo del capitalismo británico 1783-1833
8. El nuevo orden industrial
¿Protección o laissez faire?
El desarrollo del anti-imperialismo
El crecimiento mundial de la producción de azúcar
9. El capitalismo británico y las Antillas
Los manufactureros de algodón
Los patrones del hierro
La industria algodonera
Liverpool y Glasgow
Los refinadores de azúcar
El transporte naval y los marineros
10. El «sector comercial de la nación» y la esclavitud
11. Los «santos» y la esclavitud
12. Los esclavos y la esclavitud
Conclusión
Bibliografía
-Tocata en la calle mañana. ¿Prohibido el trap?
-Un afiche en el Metro: “Cazzote, el espacio donde convergen
músicos y emprendedores”. Charla: “Cómo vender música”, a cargo de dos
expertos: un agente de Universal Music Group y otro que no recuerdo.
Salgo a la calle. Un afiche pegado en la caja adosada a un
poste: “Ceratti Sinfónico: música para volar”. Más de 50 músicos sobre el escenario.
¿Y cuantos operarios más? ¿Cuánto costará este show? Acá sí que había alguien
que sabía “como vender” música.
-Dos estudiantas de post-doctorados en un restaurant
vegano/vegetariano. Una: “En la UNAM
todo era Full Marx. O sea, seis semestres de Marx, un 20% de teoría de-colonial
y feminismo, y un 10% de todo lo demás. ¡Y mi tesis era en todo lo demás! Si no
estás de acuerdo con Marx te tratan de ‘positivista’”.
Etiquetas: acumulación originaria del capital, ateos gracias a nadie, autoliberación integral, materialismo histórico
# posted by Metal Guru : 7/15/2019 11:10:00 a.m.
-NARANJAZO
Recuerdo haber visto algo sobre Claudio
Naranjo en una revista la Bicicleta, allá en los años 80, que tan lejanos
parecen ahora, en la casa de mis tíos en el Cerro Cordillera. La misma casa
donde había una buena colección de libros Quimantú, y algunos vinilos de Pink
Floyd, Focus, Frank Zappa y Congreso.
Después mi aversión prejuiciosa
hacia todo lo que sonara a New Age y gurúes de las disciplinas orientaloides
sobre la mente/cuerpo, en mis años de férreo marxismo-leninismo y luego anarquismo
más bien cabeza de palo, occidental y ultra-racionalista, me hicieron tener
cero interés por todo aquello, un saco en el que por cierto que metía incluso a
Claudio Naranjo.
Hace un par de años nomás,
recuerdo haberme topado con una entrevista donde Naranjo hablaba del carácter absurdo
del sistema capitalista y del tipo de educación que necesita y genera. Y que le
parecía terrible que se luchara acríticamente “por la educación”, sin atender
para nada a su contexto sistémico que hace que sea una educación para la
domesticación, y dejando de lado cualquier finalidad emancipatoria de un
verdadero proyecto educativo libre.
Me llamó la atención y se lo hice
ver a algunos camaradas, pues en medio de toda la marea del “movimiento estudiantil”
también nos ha resultado algo sorprendente que el discurso oficial “en defensa
de la educación pública” retrocede claramente respecto de las posiciones de crítica
hacia la educación formal y oficial que en cambio eran muy habituales en los
medios antagonistas hace 100 y hace 50 años.
Luego me topé con un folleto suyo
sobre tres mentes y tres amores, no recuerdo bien, en uno de los puestos de
folletos dentro de una actividad en Villa Olímpica. Dentro de la misma colección
tenían publicado el de La militancia como fase suprema de la abstracción, y el
de Construyendo tu propia teoría revolucionaria. Lo leí en La Serena. Una
psicóloga me vio con el texto y me dijo: “Encuentro medio chanta esas concepciones
a lo Naranjo, porque si la educación es tan mala entonces mejor no luchemos por
ella”. Mmmmm. Ni siquiera se me ocurrió qué responderle.
Ahora que se acaba de ir, me
imagino que el Espectáculo hará su espectáculo de “Adiós a uno de los últimos
genios”. Nosotros, en cambio, sabremos estudiar y situar su obra dentro de los
aportes interesantes de quienes vivieron el siglo XX y nos dejan algunas pistas
importantes para el siglo XXI.
-MOTOTERU TAKAGI 3
“Mosura Freight!”, una grabación
del 28 de marzo de 1975, con Mototeru Takagi en cañas, Takashi Tokuhiro en
contrabajo, y Tsutomu Ono en batería. Interval, ILP 101.
Japón en esos años dio muchos
saxofonistas brillantes además de Kaoru Abe.
Tres músicos, cuatro temas. El
primero, “Estado”, sirve de entrada como buena muestra del nivel de ejecución con
más ENERGÍA que logran estos 3 juntos. Le siguen “Bird song” y “Canción de amor”.
De a poco empieza a haber más silencio y sutilezas, para llegar a partes calmas
con gran sentimiento, destacando por ejemplo las hermosas líneas de contrabajo
con arco, y una labor inquieta en la percusión, que conduce al bello y emotivo
final de “Gente sufriendo”, su versión de la obra del
Art Ensemble of Chicago
de 1969.
-MANUAL DE COMBATE:
Una foto junto a mi buen amigo
Matías, tomada por mi buena amiga Caro L.
MDC toca mañana en Perro Negro, y
el martes en la calle.
Etiquetas: free chant, free jazz, hardcore punk, Japo, psicogeografía
# posted by Metal Guru : 7/12/2019 12:18:00 p.m.
“No puedes dejar de respirar
sólo porque te parece que el aire es malo" (Rainer Werner Fassbinder).
-En el Metro:
Coco Legrand dice desde un cartel
publicitario: “Un buen chileno se merece un buen vino”. Buenos chilenos deben
ser esos que lo acompañaron a Chacarillas marchando con antorchas. Hoy están en
el Gobierno. ¿Qué nos merecemos nosotros? ¿Cerveza en lata?
En Estación Salvador: una
publicidad de comida chatarra para niños señala “Soy el Salvador del Hambre”.
Chucha…Hasta yo tengo más respeto por Don Jecho que estos publicistas. La basura
alimenticia que promocionan con ese mensaje cristiano cuenta con 3 sellos (Alta
en: grasa, azúcar, calorías). Pero la línea inferior del enorme cartel
iluminado dice, con el auspicio del Gobierno de Chile: “Evita los alimentos con
sellos”. Me pregunto: ¿qué desastre cognitivo causarán estos mensaje abiertamente
absurdos y contradictorios en la mente de los receptores?
"PLEASE LEAVE THE TRAIN AND DON´T FORGET YOUR BELONGINGS".
Qué lindo. Las voces del metro
ahora son bilingües. Además, se han instalado pantallas enormes donde el
proletariado posmoderno avanzando en masa como un buen rebaño usuario de RED puede
ir apreciando imágenes de playas paradisíacas y lugares del mundo a los que el
99% o más no irá jamás. La Catedral de Almudenas. ¡Qué cachilupi!
Afuera reparten el diario “HOY x HOY”, cuya
titular reza: “SEREMI aconseja: evitar los asados hoy”.
Bueno, yo llevo evitándolos
más o menos desde 1995. No los extraño para nada. Y recuerdo uno de los
grafitis más sospechosos y rebuscados que he visto el último tiempo, cerca de
Plaza Brasil: “Me gustan los hombres tanto como la carne. Soy vegana”.
¿Qué
dirían Freud y Maud Mannoni?! A mí me recordó cuando un recién declarado straight
edge me dijo: “Llevo 2 meses sin comer carne, y me ha costado caleta, pero así
puedo ser straight de verdad”. Yo le dije: “no como carne porque no quiero. Si
sintiera ganas de comer, por supuesto que comería”. Luego formó una banda y le
puso por nombre
“Fuerza de Voluntad”.
-¿Posadas tenía razón?
“Las cucarachas están
evolucionando rápidamente para ser resistentes a casi todos los tipos de
insecticida y pronto podrían ser casi imposibles de matar solo con productos
químicos, según se desprende de un estudio publicado en la revista Nature” (RT).
[Para los que no lo saben: Posadas
fue un dirigente de la Cuarta Internacional en América Latina, que además de
pontificar acerca de alianzas revolucionarias con los Platillos Voladores y
conversaciones políticas con su perro, sostenía que era necesario desde ya para
los revolucionarios ir eliminando las cucarachas, para que la humanidad que sobreviviera a las explosiones atómicas no tuviera que competir con
ellas después de la tercera guerra mundial].
-Japón va a seguir cazando
ballenas. La deforestación en Amazonas ha aumentado un 88%. Hace rato se extinguieron las tortugas galápagos...¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos? No
importa. Ya casi nadie quiere tener hijos, y los niños ya casi no ven el mundo
sino es a través de videojuegos.
-Dos facetas no tan conocidas de
Patti Smith:
Patti cantando
"La revancha de Vera Géminis" con sus amigos de Blue
Oÿster Cult, banda pionera del heavy metal más inteligente (o dicho de otro modo, del menos ahueonao) que ojalá esté recibiendo algo de plata por el uso de su viejo hit "Godzilla" en la mega-producción reciente del mismo nombre.
Patti soplando un chantofón en
“Siete maneras de irse”. A ella le gustaba harto el free jazz (¿de cuantos/as de su supuestamente enorme legión de fans podríamos decir lo mismo?), y por lo visto también se atrevió a incursionar en el free chant.
-Estruendo, ahora sí que sí, en
Valparaíso.
-No decaigas: escucha a los Ascensores del Piso 13 en estos interesantes registros en vivo. Si te sigues sintiendo no tan óptimo, acudiría a estotro: Una tarde de música de cítaras, con los Spacemen 3. Etiquetas: 2019 fin del mundo tal cual lo conocemos, a desalienar, heavy metal, RWF
# posted by Metal Guru : 7/08/2019 02:55:00 p.m.
Es muy trillado y obvio ver el
eclipse total escuchando a Pink Floyd. Además, el famoso “Lado oscuro de la
luna” en rigor ya no me parece un disco de PF, sino que de Alan Parsons [Igual
me trae buenos recuerdos de cuando mi padre lo escuchaba de noche en la pequeña
casita de la población La Pampa en la ciudad de La Serena. Los parlantes hacían
vibrar las delgadas paredes y era bien impresionante, aunque en esos años yo
apreciaba más a Boney M con
“Rasputin” y Village People con
“In the Navy” ¿Dos canciones de la Guerra Fría? No lo había pensado hasta ahora].
Y
ni siquiera sé si podré mirar el eclipse porque estoy trabajando y no tengo los
lentes especiales. Mejor seguiré trabajando y para no estar totalmente fuera de
onda escucharé el
“Zeit”, de cuando Tangerine Dream todavía era una buena banda
“kraut”. Si no me equivoco, todavía estaba en sus filas el tal Florian, de
Popol Vuh. ¿O no? El único sujeto en ese país que por haber nacido en muy buena
cuna tenía un Moog, cuando su costo era inalcanzable para todo el resto. Después
se lo vendió a alguien de TD, creo. No soy un experto en TD, y leí el
Krautrocksampler hace tiempo y a saltos. Mis bandas alemanas favoritas son: Can,
Faust, Neu!, Guru Guru y Amon Düül.

Cuando escribí “Barricadas
a-go-go” a fines del 2016, originalmente por encargo del zine Escena Obscena,
había muy poco material disponible sobre el tema. Además del texto “Érase una
vez en Shinjuku”, de Alan Cummings para la revista The Wire, estaba el “Japrocksampler”
de Julian Cope, pero como Cope odia el jazz, apenas se refiere a mis héroes del
free jazz japonés. Es un problema grave que tienen muchos rockistas…
Este es el set (un compilado! Sí! la otra vez una millenial me dijo que los compilados son para "losers", Qué triste vida tienen los millenials!):
Masahiko Togashi Quartet
“Speed & Space #1”
From Speed & Space
(Union)
Masahiko Togashi Quartet
“Invitation To 'Corn-Pipe' Dance”
From We Now Create
(Victor World Group/Bridge)
Masayuki Takayanagi
“Mass Projection”
From Guitar Workshop/Independence: Tread On Sure Ground
(Union/Tiliqua)
Itaru Oki Trio
“Spectral”
From 殺人教室
(Jazz Creaters/Bridge)
Motoharu Yoshizawa & Mototeru Takagi
“Lonely Woman”
From 深海
(PSF)
Kaoru Abe
“No 2”
From 1972 Winter/What Beyond
(Sound Works/King Harvest)
Yosuke Yamashita Trio
“Clay”
From Inspiration & Power 14 Free Jazz Festival 1
(Trio)
Motoharu Yoshizawa
“Distance”
From Outfit: Bass Solo 2½
(Trio)
Itaru Oki
“Caesar And Capone”
From 幻想ノート/Phantom Note
(Offbeat/Doubtmusic)
Masahiko Togashi
“On The Footpath”
From Spiritual Nature
(East Wind)
Steve Lacy Sextet
“Esteem”
From The Wire
(Denon Jazz)
Kaoru Abe & Sabu Toyozumi
“Song For Sakamoto Kikuyo Part III”
From Mannyoka
(NoBusiness)
Dejé copias de la tercera edición
de Barricadas en dos locales del Persa Bío-Bío: Buena Basura (sé llegar pero no
sé cuál es el Galpón exacto) y Persa Libros (Víctor Manuel 2298, Sector 5,
locales 112/113).
Lo mejor es que los compren
directamente, en tocatas de Disturbio Menor y/o Manual de Combate. Se vienen
dos fechas luego.
Etiquetas: 2019 fin del mundo tal cual lo conocemos, 68, 77, free jazz, Japo, krautrock, punk rock
# posted by Metal Guru : 7/02/2019 12:42:00 p.m.