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sábado, enero 22, 2005

verano treintón 

¿P-Funk?


Funkadelic, Maggot Brain.

Casi todas las cosas hechas en 1971 son buenas. ¿Han pasado 33 años? Sí. Bueno. Este disco no es la excepción. Siempre quise escucharlo pero era caro, y ahora gracias a los piratas rusos pude acceder a una edición mula a un precio muy razonable. Parten con los 10 minutos de maggot brain, que a muchos rockeros les debe sonar porque está incluido en el primer album solista de Mike Watt. con el gtran J. Mascis a la guitarra. Acá la guirtarra es de Eddie Hazel, que pareceun primo bastardo de Hendrix, y que según la leyenda fue instruido por George Clinton para tocar como si su madre hubiera muerto recién. Así que hay mucha alma en su ejecución. El resto del álbum transcurre ofreciendo una muy enérgico y psicodélica forma de funk, que no puedesino hacer reflexionar sobre la pobreza miserable de la mayoría de sus discípulos, sobre todo de blanquitos como Red Hot Chili Peppers. El álbum se cierra con una brillante jam psicodélica llamada "las guerras de armaggedon" (toda esta gente, tan mesiánica).


la nostalgia ya no es...


...lo que era antes


Judas Priest, Rocka Rolla/Sin after sin

Atacado por la nostalgia de los 33 años y medio, me dispuse a buscar algunos clásicos de la forma de música que primero despertó en mi el fanatismo: heavy metal. Mi vida nunca fue la misma después de ver en Manetoscopio Musical a Ozzy con Randy Rhoads tocando Crazy Train en el US Festival allá por 1984. Posteriormente, me ealejé del metal como en 1986, en aras de la psicodelia y el rock progresicvo y otras yerbas, para llegar definitivamente a odiarlo en los 90, producto del desplazamiento del hardcore hacia un metal muy macho y estúpido. Hasta hora, sólo he mantenido una fuerte adhesión al metal lento y oscuro de bandas como Saint Vitus. Pero ahora que estoy más viejo me ha atacado la nostalgia, y recordé que en los 80 tuve un cassette de Judas Priest que reuniíalo mejor de su trayectoria setenetera, es decir, antes de la fase millonaria de estadio que encarnana British Steel y Screaming for Vengeance (ahoirarecuedo lo impresionado que quedé a los 13 años cuando en Magnetoscopio mostraron un set de vivo en que Rob Halford hacía ingreso en una moto, para luego interpretar Hellios/Electric Eye, y terminar azotando la moto y el aire con un látigo enorme. ¡Hey!, sé que suena como una plasta, pero tenía 13 años, estábamos en dictadura, y parecía una buena idea en ese momento). la cosa es que me puse a buscar CDs setetenteros de Judas Priest y y , para mi sorpresa, hay muy pocos. Pero una vez más los piratas rusos me salvaron y encontré un artefacto que reúne su primer álbum, Rocka Rolla, de 1974, con el Sin after sin, de 1977, que al parecer es su tercer o cuarto álbum. Rocka Rolla suena soprendemente bien: como una especie de Black Sabbath apuntado en otra dirección, incluso algo bluesera, con grandes hits como Rocka Rolla, Dying to meet you, Cheater (donde se aprecia algún zeppelenismo, con armónica incuida), Never Satisfied; una "suite" que incluye parte de balada babosona pero entretenida ( Winter Retreat ), y un semiinstrumental ruidoso a lo Toni Iommi (Deep Freeze). Buen material. Soporta bastante bien el paso del tiempo. Sin after sin ya suena algo diferente, y supuestamente marca cierta madurez setentera del grupo, que se mandó una serie clásica cuádruple en esa época: Sad wings of destiny; Stained Glass; Sin after sin; Hell bent for leather. Quizás lo más pichulero de este álbum sea el que resultó hit del álbum: un cover de Joan Baez, Diamonds and Rust, pero no se puede negar cierta comicidad en el resultado. Temas como Sinner, Let us prey, Call for the Priest, muestran un sano metal relativamente complejo pero que nunca alvnza demasiada velocidad (factor que, al parecer, fue siempre aportado al metal desde afuera, desde la influencia del punk y el hardcore, ya entrados en los 80). Cierra el álbum el clásico Dissident Agressor, versionado después por Slayer. Así, este artefacto de 80minutos resulta especiamente encantador para este verano, si es que usted ya está medio camino a la jubilación.

Buenas tardes. Me retiro hacia Estudios Capitán. Tarde de rock and roll: en Calle del arzobispo con bellavista, desde las 16:30 horas: Fracaso, Jimi Nelson, Marcel Duchamp, Nicolás Cowboy. En Estudios Capitán (Ureta Cox 971) desde las 18 horas: Familea Miranda, Miedito (featuring special guests parece).

domingo, enero 16, 2005

reflexiones sobre arte, capitalismo y vida cotidiana (parte 2) 

y nos pusimos a deseperar a los que se consideraban humanos
5
Alienación= Proletarización. ¿Arte?

Mercantilización de la vida y del mundo es lo mismo que dictadura de lo cuantitativo por sobre lo cualitativo. Proletarización del mundo no significa otra cosa que el hecho ya comprobable en todas partes: las vidas cotidianas de todos giran en torno al trabajo alienado
[1]. Incluso los que no "trabajan", y también los "trabajadores" cuando no están "trabajando". Y es en ese contexto donde que hay que analizar las diversas expresiones del consumo de "cultura" y de "arte".

El proceso de mercantilización del mundo, alienación/proletarización de la gente, en la medida que avanzaba, iba consiguiendo hacer que incluso los ámbitos no directamente asociados en principio a la actividad productiva fueran empezando a ser absolutamente funcionales a la finalidad ciega del Modo de producción. Infancia, Cárcel, Familia, Arte, Cultura, Ocio, Ciencia, Tecnología, Amor...todos ellos tocados por el Midas de Mierda, ese fantasma que difunde la pérdida de la calidad de todo, la falsificación de todo, en aras de las necesidades de banalización y homogeneización que el capital impone, bajo su disfraz de hiperabundancia de mercancías.

Un miembro del Instituto de Vandalismo Comparado, que existió en Santiago a fines de los 90 y principios de este década, constataba esto y se preguntaba:
"¿Qué podía pasar con el arte en una sociedad caracterizada por el imperio de la separación en todas sus dimensiones? Donde está el hombre separado de lo que produce, separado de sus potencialidades, separado de la historia y donde ya no existe comunidad, el arte pasa a cumplir( la) función de ilusionarlo en torno a una unidad perdida y que no puede recomponerse mientras no recupere junto con todos sus semejantes la historicidad que define la naturaleza humana y que pasa por cambiar de raíz las actuales condiciones del mundo. El arte separado necesita de nosotros contemplación y admiración, en tanto público, y crea al mismo tiempo especialistas caracterizados por un genio creativo que es por definición excepcional (ya no estaría presente en todos los seres humanos) ni obedece a un movimiento más amplio y permanente de toda una comunidad"
[2].
los vanguardistas sólo tienen un tiempo determinado

6
Degradación de la cultura: ¿qué pasó con el arte popular?

"El capital no conoce otro placer que el de degradarlos todos" (Vaneigem). La degradación de la cultura no ha sido la excepción. ¿Qué le pasó al arte precapitalista? El antiguo arte popular, en todas partes testigo del tiempo cíclico, mesiánico y/o histórico que experimentaban las vidas cotidianas de los seres humanos antes del capitalismo, que en ciertos momentos o de cierta forma esbozaban posibilidades de superación del estado continuo de dominación que su memoria colectiva recordaba casi como si hubiera existido desde el principio, era sin lugar a dudas un vehículo importante y apreciable en el camino de reivindicar la conciencia histórica de la Humanidad, sus batallas, sus sufrimientos, la condena o desprecio hacia los dominadores. ¿Qué ha quedado de él? Al parecer no tan poco, pero viviendo en los instersticios desde los cuales se le trata de recuperar . Generando un complejo proceso dicotómico en que, a la vez que la industria cultural trata de crear nichos especiales para su difusión y consumo, las actitudes que dentro y fuera de ella se generan hacia el objeto de análisis (las formas "artísticas" residuales que se insertan dentro de la noción de arte popular en distintas partes del mundo) van desde su veneración purista y celosa de la autenticidad que se desea no ver contaminada, hasta la tendencia inevitable a su banalización mediante la estimulación de una serie de fusiones o pseudosofisticaciones que lo hacen accesible a un público más amplio que el de los puristas especializados
[3].

Cuando hablamos de arte popular nos estamos refiriendo aquellas formas de actividad creativa que emanan aún de la fase premercantil y pre-especializada. Un arte confundido con la vida colectiva, que por eso mismo no reconocía mayor diferencia entre autor y ejecutante, entre artista y público, y entre espacios para la contemplación y espacios de actividad humana comunitaria más amplia. En el terreno musical, el baterista y escritor inglés Chris Cutler se refiere a este período como el "modo folklórico", que se caracterizaría por estar centrado en la memoria auditiva, y que habría sido el modo propio de las comunidades previas al surgimiento de especializaciones y separaciones.

El valor del arte popular, a diferencia de la manera en que cierto realismo socialista pretendía utilizarlo para "concientizar" a las masas, reside en que es el fósil viviente de la comunidad humana precapitalista, y al mismo, el esbozo de la abolición de las separaciones. Pero como esbozo es sólo un testigo tímido de lo que nunca se ha logrado aplastar del todo. Ni imaginamos como se amplificaría este residuo en la sociedad postcapitalista.

No me siento capacitado para pronunciarme respecto a otras manifestaciones de arte popular que pueden y debieran existir actualmente, por todas partes, debajo de la superficie densa de la hiperabundancia de mercancías. E incluso, sabemos que dentro del propio arte ultramercantilizado algún nivel de conciencia colectiva o de nihilismo pre-inversión de perspectiva ha solido manifestarse de cuando en cuando, con disímiles resultados.

Lo cierto es que funciones de comunicación y resistencia que en nuestro medio nacional y continental se asociaban tradicionalmente a cierto arte popular de origen"folklórico" -de por sí un híbrido, dada la presencia de raíces indígenas, españolas, campesinas, del altiplano etc....- la han estado cumpliendo desde hace algún tiempo grupos de gente y actividades que a nivel de lenguaje cotidiano se engloban en aquello que se llama "punk" y "hip hop". En efecto, frente a una aceleración de la violencia social cotidiana del Modo de Producción, y frente a los niveles de hegemonía del vacío total que impone este grado de alienación, la agresión y la rabia semi-lúcidas se expresan más espontáneamente y de mejor manera en estas formas ?musicales? o de socialidad que la recuperación de vidas cotidianas de jóvenes inconformistas de las últimas décadas han sabido generar.

Pero no es mayor que esa su importancia. El estado de actual de ambas "escenas" habla de un proceso de aletargamiento y agotamiento producto de años y años de intentos generalmente exitosos de recuperación y banalización por el capital y la industria cultural. Y la reacción de las "tribus"-cuando hay conciencia del problema- no ha sido la más adecuada, debatiéndose en general entre la renuncia y la nostalgia de la "buena época".

veníamos como del agua, hemos partido como el viento

7
Arte autónomo. ¿Vanguardias?.

Al arte "serio" es muy difícil referirse. Baste con considerar que en el terreno musical casi no existe una denominación satisfactoria para ese tipo de música: clásica, docta, seria...no sirven para enfrentar el hecho de que gran parte de esa música no es aún -y quizá nunca será- "clásica", y que muchas veces el límite entre diversión, seriedad, amateurismo y academicismo es difuso.

Lo que sabemos es que en los diversos campos del arte tradicional (música, pintura, poesía....), tras una acumulación sucesiva de innovaciones de forma y contenido, se llegó en algún momento a una situación similar a aquella en que quedó la filosofía con el Marx de las Tesis sobre Feuerbach. Punto muerto.

Vaneigem dijo en 1967 "reconstruir la vida, reconstruir el mundo, una misma voluntad", y su organización, la Internacional Situacionista, proclamaba algo antes de ese año que ya no se trataba de escribir consignas poéticas sino de ejecutarlas.

Dada fue la negación más fuerte que se planteó desde el arte hacia sí mismo y al mundo. Sólo su fracaso, que fue el fracaso de las revoluciones proletarias, permitió su recuperación en el "ismo" conocido como "surrealismo", mientras los constructivistas rusos y los futuristas italianos se degradaban en diferentes formas.

En el reino sin contrapeso de la economía mercantil, el arte tiene una función nada inocente. Se reconoce a algunos el privilegio de hacer arte. Algunos de ellos hasta declaran que su idea es acercar el arte a la gente, o incluso potenciar el que sea hecho por todos. No importa. Lo que a nosotros nos parece es que ya no se puede hacer arte. O no se debe. Y el "arte" y los "artistas" deben ser denunciados.

"Última advertencia a los estudiantes de último año de Arte. De ustedes depende: ser ornamentadores bien o mal remunerados del espectáculo, o hacer un esfuerzo más hacia la superación del capital extendiendo la esfera del arte hacia todos los aspectos de la vida"[4]

[1] "Alienación y proletarización son dos caras de la misma moneda", dejo anotadó un amigo -que acababa de leer a Benjamin, a quien yo desconocía- en un block hace 4 años (Cuaderno Patafísico número 0). No entendí en ese momento la amplitud de aquello que quería decir. Ahora sí. La frase se incluyó en la "Divagación etílica a dos voces" que inauguraba el primer número de Sociedad Dada, órgano de propaganda del Instituto de Vandalismo Comparado.
[2] "El arte como cadáver y las perspectivas de su negación", Mosto. Publicado en el pasquín Sociedad Dada, del Instituto de Vandalismo Comparado, hacia 1999/2000.
[3] En el mercado discográfico estas tendencias se manifiestan en: discos con grabaciones en terreno realizadas por etnomusicólogos que dan testimonio de estas formas premodernas de música, en ediciones tales como las de Electra Nonesuch Pioneer Series; sellos que en un mayor nivel de eclecticismo recogen estas formas, pero tendiendo a adaptarlas en cierta medida (Peter Gabriel desde Real World, Bill Laswell y amigos desde Celluloid y David Byrne desde Luaka Bop son ejemplos visibles); banalización más abierta desde sellos como Putumayo, y fusiones con cierto tipo de new age. En nuestro medio, baste comparar el verdadero folklore altiplánico y campesino con la recuperación pseudoerudita y realista socialista hecha por gente como Inti Illimani, y desarrollos similares, con variaciones posteriores que parecen ir de mal en peor.
[4] Tergiversación de un cartel dirigido hacia estudiantes en una Universidad santiaguina. Firmado por "Orgón".

sábado, enero 08, 2005

Pioneros del punk hippie: los Títeres de Carne 

foto: Flipside


Como la gran mayoría de la ciudadanía chilena y universal, todos tenemos derecho a odiar en base al prejuicio a una banda que parió una de las canciones más insulsas de aquello que la Industria Cuktural inventó (por primera vez en la Historia del rock) y bautizó como "grunge". Pero si aceptamos la tesis del gran profeta King Gordo acerca de que el rock murió el día que Black Flag se disolvió, o sea, allá por 1986, aceptaremos rápidamente como corolario inevitable de tal afirmación que el período que previo a tal año fue un escenario interesante....y ese el contexto de una de las últimas grandes operaciones conscientes en el rock and roll: el sello SST ....

En esos dorados primeros años dela década de los 80, una de las bandas que destacaron en el sello SST fueron los Meat Puppets. Niños ricos (según el cahuinero Rollins en su Get In The Van) y psicodélicos del desierto de Phoenix, Arizona, estos personajes entregaron algunas de las buenas placas sonoras de la época. De entrada, su primer 7 pulgadas, In a Car (SST 044), es uno de los documentos más raros de la época: hardcore visceral, alta velocidad, vocalización infantil y mutantesca...en definitiva, una soberbia e inmadura colección de 5 temas que hasta el día de hoy divierte muchísimo escuchar. Eran los tiempos en que el hardcore punk tenía humor y estilo....cosa que se perdió unos años después cuando la tribu HC se creyó el cuento al punto de transformar su estilo es un tipo de metal desabrido y el humor se perdió al punto de generar un escena realmente violenta y estúpida.

El mismo año, o sea, 1981, los Puppets grabaron el material de su homónimo primer album (SST 009), en el que el sonido se complejiza un poco, dando algunas luces de su evolución posterior, pero manteniendo en general el espíritu rápido y fuerte del hardcore punk, en esa época de gloria, pero siendo capaces de evocar a los Byrds, o a ZZ Top en ácido.

La formación se mantiene (el trío integrado por los hermanos Kirkwood en cuerdas y voces y Derrick Bostrom en batería). Es el año 1983 el que presencia la edición dela que es tal vez su obra maestra, el Meat Puppets II (SST 019). A estas alturas el sonido ya es totalmente propio: una particular forma de rock and roll con elementos punk, folk y psicodélicos, que se caracterizan por mantener un cierto estado de volatilidad incluso en el par de temas más punk rockers que se ofrecen. La ejecución es impecable, las letras son muy extrañas pero mantienen siempre una dosis de humor absurdo , y vez que se escucha este album de principio a fin uno no puede sino estar de acuerdo con que SST representaba la vanguardia de la época, una de las últimas buenas aplicaciones de la explosión punk, que hasta mediados de los 80 podía extender su espíritu a diversas tradiciones musicales. SST estaba lleno, de, por citar a los Minutemen; bandas que podrían ser tu vida. Ya casi no queda nada así.
La evolución posterior de la banda no la conozco, y estoy seguro de que post-SST no me interesa.


dibujo de uno de los kirkwood, rock star


jueves, enero 06, 2005

reflexiones sobre arte, capitalismo y vida cotidiana (esbozo - 1ª parte) 


célebres victorias que indignaron a la virtud




1
Punto de partida
Por complejo que resulte para nosotros y en este momento de la historia intentar continuar la discusión sobre las diversas posiciones en relación al fenómeno del arte en la era de la mercantilización de todas las esferas de la actividad humana , resulta evidente para quien esto escribe que tenemos un cierto punto de partida.

La oposición radical al modo de producción capitalista, en la medida que dicha oposición surge por todas partes y se nutre de la reivindicación de la totalidad de la actividad humana no alienada, es una tradición de discontinuidad que apenas se manifiesta parte realizando la labor de abolir las separaciones que la "ideología" ha impuesto.

Frente a la alineación/separación de la conciencia, se opone como momento fundante de la resistencia la conciencia de la alineación/separación. Y esa conciencia es inseparable de la totalidad de nuestras vidas.



you hit me with a flower



2
Inversión de perspectiva

Después de tal momento fundante, también denominable a estos efectos "inversión de perspectiva", es imposible seguir picoteando en los gallineros de la industria cultural -o de cualquier otra parcela de realidad que el Modo de Producción falsifica y nos presenta como legítima y natural-, pretendiendo que lo que allí se hace es trascendente. O mejor: tal actividad en ningún caso puede ser considerada como un momento de verdad tendiente a la unificación con las fuerzas históricas que tienden a superar las condiciones existentes, por más que pueda ser "trascendente" para sus ejecutantes, en el sentido de ser recompensados de alguna forma ?medible o no monetariamente- por ella.

Mientras nuestras ciudades son destruidas una y otra vez por el urbanismo publicitario y paranoide asociado a esta fase de desarrollo del capitalismo, nuestros "artistas" se codean con los curadores de museos y debaten acerca de quienes tienen derecho a ser etiquetados como tales y tratados en consecuencia. Otros se repliegan en la nosstalgia del arte comprometido de fases previas de la lucha de clases, incapaces de hacer el balance histórico crítico de esas luchas, sus organizaciones y su "arte". Un nivel más ingenuo -o menos cerebral- dentro de la escena actual, se complace en cierto arte callejero y/o de estilo de vida. A veces, estas esferas están apenas separadas, y nos encontramos con una gran variedad de tonos grisáceos en sus contornos.


Llamamos comunismo a...




3
Antecedentes: situacionistas

Ya a fines de los 50, un grupo de anticapitalistas que habían estado tratando de agitar el arte moderno durante varios años, abolieron definitivamente la distinción entre arte y política. Ese grupo se autodenominó Internacional Situacionista.

A partir de ese momento resultó bastante claro que las acciones significativas son aquellas que precisamente contienen un núcleo tan puro de negación que hacen prácticamente imposible su recuperación por los mecanismos legitimadores del Midas de Mierda Mercantil.

A partir de ese momento, el dilema entre "estetizar la política o politizar el arte" ya no tiene muchas implicancias prácticas.

A partir de ese momento, las mejores acciones significativas son las que integran todos los elementos en el movimiento de supresión de las condiciones existentes.

Un supermercado en llamas en Los Angeles pasaba a ser bello, así como lo es tergiversar las publicidades que han inundado las calles y diversos espacios públicos, semipúblicos y privados. Cuando miles de manifestantes decidieron en asamblea desmantelar un McDonald´s en Praga, durante las protestas contra la globalización capitalista hace un par de años, la belleza de la acción nos hace redefinir qué es y qué no es violencia, o más bien , cual es la cuota de violencia a la que no vamos a renunciar (en un contexto en que, por lo de más, el Estado y el Capital jamás han dejado de utilizarla, pese a su verborrea liberal-pacifista).

Decía la sección inglesa de esa Internacional:
"...El arte tiene un papel específico que desempeñar en el espectáculo. En cuanto deja de responder a necesidad real alguna, la producción sólo puede ser justificada en términos puramente estéticos. La obra de arte -el producto completamente gratuito cuya coherencia es puramente formal- proporciona en la actualidad la ideología de la pura contemplación más potente posible. Como tal es la mercancía por excelencia. Una vida carente de todo sentido aparte de la contemplación de su propia suspensión en el vacío halla su expresión en el gadget: un producto permanentemente anticuado cuyo único interés y utilidad residen en su abstracta ingenuidad técnico- artística y en el estatus que confiere a aquellos que consumen su última reedición. A medida que pierda cualquier otra razón de ser, la producción en su conjunto se volverá cada vez más 'artística'."


La objeción sentimental es tan vana como los embrollos seudoestratégicos




4
Contexto: fetichismo de la mercancía


La división del trabajo (intelectual y manual) y la farsa generalizada que pasa por totalidad, haciendo vivir cada vez menos directamente las experiencias, tienen como correlato "ideológico", o "superestructural" si se nos permite por un momento pensar en este nivel de análisis (prometemos no caer en viejos determinismos reduccionistas, ya que para nosotros incluso la totalización es siempre provisional) el que percibamos esferas totalmente separadas de la actividad humana. El nivel de fragmentación es tal que ya nos hace dudar, en medio de tanta oferta de información con diversos niveles de relevancia individual y/o colectiva, dudamos al punto de que nos olvidamos que todo eso es un reflejo deformado de nuestra energía, de nuestro trabajo, de nuestra actividad humana alienada y no alienada. Estamos ahí: las imágenes, el Capital, el espectáculo, Babilonia, el Poder, somos nosotros mismos, pero falsificados.


En el fondo, si hay algo en que una frase escrita en la primera mitad del siglo XX resuena hoy con más fuerza, y seguirá mostrándonos todas sus posibilidades ocultas, ella es la frase de Lukàcs cuando en 1919-1922 afirmaba:

"No es en modo alguno casual que las dos grandes obras maduras de Marx dedicadas a exponer la totalidad de la sociedad capitalista y su carácter básico empiecen con el análisis de la mercancía . Pues no hay ningún problema de ese estadio evolutivo de la humanidad que remita en última instancia a dicha cuestión, y cuya solución no haya de buscarse en la del enigma de la estructura de la mercancía." (La Cosificación y la Consciencia del proletariado, en Historia y Consciencia de clase, Grijalbo, 1967, páginas 89 y siguientes).

Esta frase y sus ramificaciones nos seguirán afectando por mucho tiempo más. De paso, señala el camino a la buena y revolucionaria teoría crítica (o teoría crítica radical, o teoría revolucionaria si se quiere: lo que con esto se quiere nombrar es el momento pensante-reflexivo en la actividad de las fuerzas que aspiran a la superación del capitalismo). Nos orienta a la investigación de los desarrollos operados, en curso y probables, de la que resultó ser la reina-esencia del capitalismo: la mercancía .


Julio

imágenes: Militant Esthetix

sábado, enero 01, 2005

tiempo histórico 


aquel a quien se ha hecho tanto agravio





La sociedad del espectáculo, Guy Debord (1967)
Capítulo 5
Tiempo e historia
"Oh, caballeros, la vida es corta... Si vivimos, vivimos para marchar sobre la cabeza de los reyes."
SHAKESPEARE, Enrique IV

125El hombre, "el ser negativo que es únicamente en la medida que suprime el Ser", es idéntico al tiempo. La apropiación por el hombre de su propia naturaleza es también su comprensión del despliegue del universo. "La historia misma es una parte de la historia natural, de la transformación de la naturaleza en hombre" (Marx). A la inversa esta "historia natural" no tiene existencia efectiva más que a través del proceso de una historia humana, de la única parte que reencuentra este todo histórico, como el telescopio moderno cuyo alcance recupera en el tiempo la fuga de las nebulosas en la periferia del universo. La historia ha existido siempre, pero no siempre bajo su forma histórica. La temporalización del hombre, tal como se efectúa por la mediación de una sociedad, equivale a una humanización del tiempo. El movimiento inconsciente del tiempo se manifiesta y deviene verdadero en la conciencia histórica.

126El movimiento propiamente histórico, aunque todavía oculto, comienza en la lenta e insensible formación de "la naturaleza real del hombre", esta "naturaleza que nace en la historia humana - en el acto generador de la sociedad humana -", pero la sociedad que ya ha dominado una técnica y un lenguaje, aunque producto de su propia historia, no tiene otra conciencia que la de un presente perpetuo. Todo conocimiento, limitado a la memoria de los más ancianos, siempre es allí dirigido por los vivos. Ni la muerte ni la procreación son comprendidas como una ley del tiempo. El tiempo permanece inmóvil, como un espacio cerrado. Cuando una sociedad más compleja llega a tomar conciencia del tiempo su trabajo es sobre todo negarlo, pues lo que ve en el tiempo no es lo que pasa, sino lo que vuelve. La sociedad estática organiza el tiempo según su experiencia inmediata de la naturaleza en el modelo del tiempo cíclico.

127El tiempo cíclico domina ya en la experiencia de los pueblos nómadas, porque se reencuentran ante las mismas condiciones en cada momento de su travesía: Hegel señala que "la errancia de los nómadas es solamente formal, puesto que se limita a espacios uniformes". La sociedad que al establecerse localmente da al espacio un contenido mediante el acondicionamiento de lugares individualizados se encuentra por ello encerrada en el interior de esta localización. El retorno temporal a lugares parecidos es ahora el puro retorno del tiempo en un mismo lugar, la repetición de una serie de gestos. El paso del nomadismo pastoril a la agricultura sedentaria es el final de la libertad perezosa y sin contenido, el comienzo del trabajo. El modo de producción agrario en general, dominado por el ritmo de las estaciones, es la base del tiempo cíclico plenamente constituido. La eternidad le es interior: es aquí abajo el retorno de lo mismo. El mito es la construcción unitaria del pensamiento que garantiza el orden cósmico entero alrededor del orden que esta sociedad ya estableció de hecho dentro de sus fronteras.

128La apropiación social del tiempo, la producción del hombre por el trabajo humano, se desarrollan en una sociedad dividida en clases. El poder que se ha constituido por encima de la penuria de la sociedad del tiempo cíclico, la clase que organiza este trabajo social y se apropia la plusvalía limitada, se apropia igualmente la plusvalía temporal de su organización del tiempo social: posee para ella sola el tiempo irreversible de lo viviente. La única riqueza que puede existir concentrada en el sector del poder para ser materialmente derrochada en fiesta suntuaria se encuentra allí también gastada como dilapidación de un tiempo histórico de la superficie de la sociedad. Los propietarios de la plusvalía histórica poseen el conocimiento y el goce de los acontecimientos vividos. Este tiempo, separado de la organización colectiva del tiempo que predomina con la producción repetitiva de la base de la vida social, fluye por encima de su propia comunidad estática. Es el tiempo de la aventura y de la guerra, donde los dueños de la sociedad cíclica recorren su historia personal; y es igualmente el tiempo que aparece en el choque entre comunidades diferentes, la perturbación del orden inmutable de la sociedad. La historia surge pues ante los hombres como un factor extraño, como aquello que no han querido y contra lo que se creían protegidos. Pero por este desvío vuelve también la inquietud negativa de lo humano, que había estado en el origen mismo de todo el desarrollo que se había adormecido.

129El tiempo cíclico es en sí mismo el tiempo sin conflicto. Pero el conflicto se instala en esta infancia del tiempo: la historia lucha ante todo por ser historia en la actividad práctica de los amos. Esta historia crea superficialmente a partir de lo irreversible; su movimiento constituye el tiempo mismo que éste consume en el interior del tiempo inconsumible de la sociedad cíclica.

130Las "sociedades frías" son las que han ralentizado en extremo su parte de historia; las que han mantenido en un equilibrio constante su oposición al entorno natural y humano y sus oposiciones internas. Si la extrema diversidad de las instituciones establecidas para este fin testimonia la plasticidad de la autocreación de la naturaleza humana, este testimonio no aparece de manera evidente más que para el observador exterior, para el etnólogo que vuelve desde el tiempo histórico. En cada una de estas sociedades una estructuración definitiva ha excluido el cambio. El conformismo absoluto de las prácticas sociales existentes con las que se encuentran identificadas para siempre todas las posibilidades humanas no tiene otro límite exterior que el temor de volver a caer en la animalidad sin forma. Aquí, para permanecer en lo humano los hombres deben permanecer iguales a sí mismos.

131El nacimiento del poder político, que parece estar en relación con las últimas grandes revoluciones de la técnica, como la fundición del fuego en el umbral de un periodo que no conocerá más trastornos en profundidad hasta la aparición de la industria, es también el momento que comienza a disolver los lazos de consanguinidad. Desde entonces la sucesión de generaciones sale de la esfera del puro ciclo natural para devenir acontecimiento orientado, sucesión de poderes. El tiempo irreversible es el tiempo del que reina; y las dinastías son su primera medida. La escritura es su arma. En la escritura el lenguaje alcanza su plena realidad independiente de mediación entre las conciencias. Pero esta independencia es idéntica a la independencia general del poder separado como mediación que constituye la sociedad. Con la escritura aparece una conciencia que ya no es llevada y transmitida en la relación inmediata de los vivos: una memoria impersonal, que es la de la administración de la sociedad. "Los escritos son los pensamientos del estado; los archivos su memoria." (Novalis).

132La crónica es la expresión del tiempo irreversible del poder y también el instrumento que mantiene la progresión voluntarista de este tiempo a partir de su trazado anterior, pues esta orientación del tiempo debe derrumbarse con la fuerza de cada poder particular; recayendo en el olvido indiferente del único tiempo cíclico conocido por las masas campesinas que, en el desplome de los imperios y de sus cronologías, no cambian jamás. Los poseedores de la historia han asignado al tiempo un sentido: una dirección que es también una significación. Pero esta historia se despliega y sucumbe en parte; deja inmutable la sociedad profunda ya que ella es justamente lo que permanece separado de la realidad común. Es por esto que la historia de los imperios de Oriente connota para nosotros la historia de las religiones: estas cronologías convertidas en ruinas sólo han dejado la historia aparentemente autónoma de las ilusiones que las envolvían. Los amos que detentan la propiedad privada de la historia, bajo la protección del mito, la detentan ellos mismos en primer lugar bajo la forma de la ilusión: en China y en Egipto tuvieron durante mucho tiempo el monopolio de la inmortalidad del alma; así también sus primeras dinastías reconocidas son la organización imaginaria del pasado. Pero esta posesión ilusoria de los amos es también toda la posesión posible en este momento de una historia común y de su propia historia. La ampliación de su poder histórico efectivo va acompañada de una vulgarización de la posesión mítica ilusoria. Todo esto deriva del simple hecho de que sólo en la medida en que los amos se encargaron de garantizar míticamente la permanencia del tiempo cíclico, como en los ritos estacionales de los emperadores chinos, pudieron liberarse relativamente de él.

133Cuando la seca cronología sin explicación del poder divinizado hablando a sus servidores, que no quiere ser comprendida sino como ejecución terrestre de los mandamientos del mito, puede ser superada y convertida en historia consciente, es menester que la participación real en la historia haya sido vivida por grupos extensos. De esta comunicación práctica entre aquellos que se reconocen como poseedores de un presente singular, que han experimentado la riqueza cualitativa de los acontecimientos como su actividad y el lugar en que habitaban -su época- nace el lenguaje general de la comunicación histórica. Aquellos para quienes ha existido el tiempo irreversible descubren en él a la vez lo memorable y la amenaza del olvido: "Herodoto de Halicarnaso presenta aquí los resultados de su investigación, para que el tiempo no borre los trabajos de los hombres..."

134El razonamiento sobre la historia es, inseparablemente, razonamiento sobre el poder. Grecia fue ese momento en que el poder y su transformación se discuten y se comprenden, la democracia de los amos de la sociedad. Allí se daba lo inverso de las condiciones conocidas por el Estado despótico, donde el poder nunca arregla sus cuentas más que consigo mismo en la inaccesible oscuridad de su punto más concentrado: por la revolución de palacio, cuyo triunfo o fracaso ponen igualmente fuera de discusión. Sin embargo, el poder repartido de las comunidades griegas no existía sino en el consumo de una vida social cuya producción quedaba separada y estática en la clase servil. Sólo aquellos que no trabajan viven. En la división de las comunidades griegas y en la lucha por la explotación de las ciudades extranjeras se ha exteriorizado el principio de la separación que fundaba interiormente cada una de ellas. Grecia, que había soñado la historia universal, no logró unirse ante la invasión; ni siquiera unificar los calendarios de sus ciudades independientes. En Grecia el tiempo histórico se hizo consciente, pero no consciente de sí mismo todavía.

135Tras la desaparición de las condiciones localmente favorables que habían conocido las comunidades griegas la regresión del pensamiento histórico occidental no ha ido acompañada de una reconstitución de las antiguas organizaciones míticas. Con el choque entre los pueblos del Mediterráneo en la formación y el hundimiento del Estado romano aparecieron religiones semi-históricas que pasaban a ser los factores fundamentales de la nueva conciencia del tiempo y la nueva armadura del poder separado.

136Las religiones monoteístas han sido un compromiso entre el mito y la historia, entre el tiempo cíclico dominando todavía la producción y el tiempo irreversible en que se enfrentan y recomponen los pueblos. Las religiones surgidas del judaísmo son el reconocimiento universal abstracto del tiempo irreversible que se encuentra democratizado, abierto a todos, pero en lo ilusorio. El tiempo todo se orienta hacia un único acontecimiento final: "El reino de Dios está cerca." Estas religiones nacieron sobre el suelo de la historia y allí se establecieron. Y aún se mantienen allí en oposición radical con la historia. La religión semi-histórica establece un punto de partida cualitativo en el tiempo, el nacimiento de Cristo, la huida de Mahoma, pero su tiempo irreversible -al introducir una acumulación efectiva que en el Islam podría tomar la figura de una conquista o en el cristianismo de la Reforma la de un acrecentamiento del capital- se invierte de hecho en el pensamiento religioso como una cuenta regresiva: la espera, en el tiempo que disminuye, del acceso al otro mundo verdadero, la espera del Juicio final. La eternidad salió del tiempo cíclico. Es su más allá. Es el elemento que introduce la irreversibilidad del tiempo, que suprime la historia en la historia misma, colocándose como puro elemento puntual en que el tiempo cíclico ha vuelto a entrar y es abolido del otro lado del tiempo irreversible. Bossuet dirá todavía: "Y por medio del tiempo que pasa entramos en la eternidad que no pasa".

137La edad media, ese mundo mítico inconcluso que tenía su perfección fuera de él, es el momento en que el tiempo cíclico, que rige todavía la parte principal de la producción, es realmente corroído por la historia. Se reconoce una cierta temporalidad irreversible a todos individualmente en la sucesión de las edades de la vida, en la vida considerada como un viaje, un paso sin retorno por un mundo cuyo sentido está en otra parte: el peregrino es el hombre que sale de este tiempo cíclico para ser efectivamente ese viajero que cada uno es como signo. La vida histórica personal encuentra siempre su cumplimiento en la esfera del poder, en la participación en las luchas emprendidas por el poder y en las luchas por la disputa del poder; pero el tiempo irreversible del poder está dividido hasta el infinito, bajo la unificación general del tiempo orientado de la era cristiana, en un mundo de la confianza armada, donde el juego de los amos gira alrededor de la fidelidad y de la contestación de la fidelidad debida. Esta sociedad feudal, nacida del choque entre "la estructura organizativa del ejército conquistador tal como se desarrolló durante la conquista" y "las fuerzas productivas encontradas en el país conquistado" (La ideología alemana) - y es preciso considerar su lenguaje religioso en la organización de estas fuerzas productivas - ha dividido la dominación de la sociedad entre la Iglesia y el poder estatal, a su vez subdividido en las complejas relaciones de señorío y vasallaje de las tenencias territoriales y de las comunas urbanas. En esta diversidad de la vida histórica posible, el tiempo irreversible que comportaba inconscientemente la sociedad profunda, el tiempo vivido por la burguesía en la producción de mercancías, la fundación y la expansión de las ciudades, el descubrimiento comercial de la tierra - la experimentación práctica que destruye para siempre toda organización mítica del cosmos - se reveló lentamente como el trabajo desconocido de la época cuando la gran empresa histórica oficial de este mundo fracasó con las Cruzadas.

138Al declinar la Edad Media el tiempo irreversible que invade la sociedad se experimenta por la conciencia vinculada con el antiguo orden bajo la forma de una obsesión por la muerte. Es la melancolía de la disolución de un mundo, el último en que la seguridad del mito equilibraba todavía la historia; y para esta melancolía todo lo terrestre se encamina solamente hacia su corrupción. Las grandes revueltas de los campesinos de Europa son también su intento de responder a la historia que les arrancaba violentamente del sueño patriarcal que había garantizado la tutela feudal. Es la utopía milenarista de la realización terrenal del paraíso, en la que vuelve al primer plano lo que estaba en el origen de la religión semihistórica, cuando las comunidades cristianas, como el mesianismo judaico del que provenían, en respuesta a los problemas y a la desdicha de la época, esperaban la realización inminente del reino de Dios y añadían un factor de inquietud y de subversión en la sociedad antigua. Habiendo llegado a compartir el poder en el imperio, el cristianismo desmintió en su momento como simple superstición lo que subsistía de esta esperanza: tal es el sentido de la afirmación agustiniana, arquetipo de todos los satisfecit de la ideología moderna, según la cual la Iglesia establecida era desde hacía mucho tiempo ese reino del que se había hablado. La revuelta social del campesinado milenarista se define naturalmente en primer lugar como una voluntad de destrucción de la Iglesia. Pero el milenarismo se despliega en el mundo histórico y no sobre el terreno del mito. Las esperanzas revolucionarias modernas no son, como cree mostrar Norman Cohn en La persecución del milenio, secuelas irracionales de la pasión religiosa del milenarismo. Todo lo contrario, es el milenarismo, lucha de clase revolucionaria hablando por última vez el lenguaje de la religión, el que constituye ya una tendencia revolucionaria moderna a la que falta todavía la conciencia de no ser histórica. Los milenaristas tenían que fracasar porque no podían reconocer la revolución como su operación propia. El hecho de que esperasen para actuar un signo exterior de la decisión de Dios es la traducción en el pensamiento de una práctica en la que los campesinos sublevados siguen a jefes armados fuera de ellos mismos. La clase campesina no podía alcanzar una conciencia justa del funcionamiento de la sociedad y de la forma de llevar su propia lucha: debido a que le faltaban esas condiciones de unidad en su acción y en su conciencia expresó su proyecto y condujo sus guerras según la imaginería del paraíso terrestre.

139La nueva posesión de la vida histórica, el Renacimiento, que encuentra en la antigüedad su pasado y su derecho, lleva consigo la ruptura gozosa con la eternidad. Su tiempo irreversible es el de la acumulación infinita de conocimientos, y la conciencia histórica surgida de la experiencia de las comunidades democráticas y de las fuerzas que las destruyen volverá a tomar con Maquiavelo el razonamiento sobre el poder desacralizado, a decir lo indecible del Estado. En la vida exhuberante de las ciudades italianas, en el arte de las fiestas, la vida se conoce como un goce del paso del tiempo. Pero este goce del pasar debería ser él mismo pasajero. La canción de Lorenzo de Médicis, considerada por Buckhardt como la expresión "del espíritu mismo del Renacimiento", es el elogio que esta frágil fiesta de la historia ha pronunciado sobre sí misma: "Qué bella es la juventud - que se va tan deprisa."

140El movimiento constante de monopolización de la vida histórica por el Estado de la monarquía absoluta, forma de transición hacia la dominación completa de la clase burguesa, hace aparecer en su verdad lo que es el nuevo tiempo irreversible de la burguesía. Es al tiempo de trabajo, por primera vez librado de lo cíclico, al que la burguesía está ligada. El trabajo se ha convertido con la burguesía en trabajo que transforma las condiciones históricas. La burguesía es la primera clase dominante para quien el trabajo es un valor. Y la burguesía que suprime todo privilegio, que no reconoce ningún valor que no derive de la explotación del trabajo, ha identificado precisamente con el trabajo su propio valor como clase dominante y ha hecho del progreso del trabajo su propio progreso. La clase que acumula las mercancías y el capital modifica continuamente la naturaleza modificando el trabajo mismo, desencadenando su productividad. Toda la vida social se ha concentrado ya en la pobreza ornamental de la Corte, atavío de la fría administración estatal que culmina en el "oficio de rey"; y toda libertad histórica particular ha debido consentir su pérdida. La libertad del juego temporal irreversible de los feudales se consumió en sus últimas batallas perdidas con las guerras de la Fronde o el levantamiento de los escoceses en favor de Carlos Eduardo. El mundo ha cambiado de base.

141La victoria de la burguesía es la victoria del tiempo profundamente histórico, porque es el tiempo de la producción económica que transforma la sociedad de modo permanente y de arriba a abajo. Durante tanto tiempo como la producción agraria sigue siendo el trabajo principal, el tiempo cíclico que continúa presente en el fondo de la sociedad sostiene las fuerzas coaligadas de la tradición, que van a frenar el movimiento. Pero el tiempo irreversible de la economía burguesa extirpa estas supervivencias en toda la extensión del mundo. La historia que había aparecido hasta entonces como el movimiento de los individuos de la clase dominante únicamente, y por tanto escrita como historia de acontecimientos, es ahora comprendida como el movimiento general, y en este severo movimiento los individuos son sacrificados. La historia que descubre su base en la economía política conoce ahora la existencia de lo que era su inconsciente, pero sigue no obstante sin poder sacarlo a la luz. Es solamente esta prehistoria ciega, una nueva fatalidad que nadie domina, lo que la economía mercantil ha democratizado.

142La historia que se halla presente en toda la profundidad de la sociedad tiende a perderse en la superficie. El triunfo del tiempo irreversible es también su metamorfosis en tiempo de las cosas, porque el arma de su victoria ha sido precisamente la producción en serie de objetos según las leyes de la mercancía. El principal producto que el desarrollo económico ha hecho pasar de la rareza lujosa al consumo corriente ha sido por tanto la historia, pero solamente en tanto que historia del movimiento abstracto de las cosas que domina todo uso cualitativo de la vida. Mientras que el tiempo cíclico anterior había sostenido una parte creciente de tiempo histórico vivido por algunos individuos y grupos, la dominación del tiempo irreversible de la producción tiende a eliminar socialmente este tiempo vivido.

143De este modo la burguesía ha hecho conocer y ha impuesto a la sociedad un tiempo histórico irreversible, pero negándole su uso. "Hubo historia, pero ya no", porque la clase de los poseedores de la economía, que no puede romper con la historia económica, debe también rechazar como una amenaza inmediata todo otro empleo irreversible del tiempo. La clase dominante, compuesta por especialistas de la posesión de las cosas que son ellos mismos, por esa razón, una posesión de cosas, debe unir su suerte al mantenimiento de esta historia reificada, a la permanencia de una nueva inmovilidad en la historia. Por primera vez el trabajador, en la base de la sociedad, no es materialmente extraño a la historia ya que ahora la sociedad se mueve irreversiblemente por su base. En la reivindicación de vivir el tiempo histórico que hace el proletariado encuentra éste el simple centro inolvidable de su proyecto revolucionario; y cada una de las tentativas de ejecución de este proyecto aniquiladas hasta ahora marca un punto de partida posible de la nueva vida histórica.

144El tiempo irreversible de la burguesía dueña del poder comenzó por presentarse bajo su propio nombre, como un origen absoluto, el año I de la República. Pero la ideología revolucionaria de la libertad general que había abatido los últimos restos de organización mítica de los valores y toda reglamentación tradicional de la sociedad permitía ver ya la voluntad real que había vestido a la romana: la libertad de comercio generalizada. La sociedad de la mercancía, descubriendo entonces que debía reconstruir la pasividad que le había sido necesario sacudir fundamentalmente para establecer su propio reino puro, "encuentra en el cristianismo con su culto al hombre abstracto... el complemento religioso más conveniente" (El Capital). La burguesía ha concluido entonces con esta religión un compromiso que se expresa también en la presentación del tiempo: abandonando su propio calendario su tiempo irreversible vuelve a amoldarse a la era cristiana cuya sucesión continúa.

145Con el desarrollo del capitalismo el tiempo irreversible se ha unificado mundialmente. La historia universal llega a ser una realidad, ya que el mundo entero se reúne bajo el desarrollo de ese tiempo. Pero esta historia que es la misma en todas partes a la vez no es todavía otra cosa que la negación intra-histórica de la historia. Es el tiempo de la producción económica, recortado en fragmentos abstractos iguales, que se manifiestan sobre todo el planeta como el mismo día. El tiempo irreversible unificado es el del mercado mundial, y corolariamente el del espectáculo mundial.

146El tiempo irreversible de la producción es en primer lugar la medida de las mercancías. Así que el tiempo que se afirma oficialmente en toda la extensión del mundo como el tiempo general de la sociedad, no significando más que los intereses especializados que lo constituyen no es más que un tiempo particular.
Guy Debord: La sociedad del espectáculo. Trad. revisada por Maldeojo para el Archivo Situacionista (1998).
6. El tiempo espectacular
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