<$BlogRSDUrl$>

miércoles, junio 29, 2011

En las calles en estos tiempos 




Etiquetas: , ,


martes, junio 28, 2011

La raza más ignorante y estúpida: los abogados (x J. Swift) 

Aseguré a su señoría que la ley no era ciencia en que yo fuese muy perito, pues no había ido más allá de emplear abogados inútilmente con ocasión de algunas injusticias que se me habían hecho; sin embargo, le informaría hasta donde mis alcances llegaran.

Díjele que entre nosotros existía una sociedad de hombres educados desde su juventud en el arte de probar con palabras multiplicadas al efecto que lo blanco es negro y lo negro es blanco, según para lo que se les paga. «El resto de las gentes son esclavas de esta sociedad. Por ejemplo: si mi vecino quiere mi vaca, asalaria un abogado que pruebe que debe quitarme la vaca. Entonces yo tengo que asalariar otro para que defienda mi derecho, pues va contra todas las reglas de la ley que se permita a nadie hablar por si mismo. Ahora bien; en este caso, yo, que soy el propietario legítimo, tengo dos desventajas. La primera es que, como mi abogado se ha ejercitado casi desde su cuna en defender la falsedad, cuando quiere abogar por la justicia -oficio que no le es natural- lo hace siempre con gran torpeza, si no con mala fe. La segunda desventaja es que mi abogado debe proceder con gran precaución, pues de otro modo le reprenderán los jueces y le aborrecerán sus colegas, como a quien degrada el ejercicio de la ley. No tengo, pues, sino dos medios para defender mi vaca. El primero es ganarme al abogado de mi adversario con un estipendio doble, que le haga traicionar a su cliente insinuando que la justicia está de su parte. El segundo procedimiento es que mi abogado dé a mi causa tanta apariencia de injusticia como le sea posible, reconociendo que la vaca pertenece a mi adversario; y esto, si se hace diestramente, conquistará sin duda, el favor del tribunal. Ahora debe saber su señoría que estos jueces son las personas designadas para decidir en todos los litigios sobre propiedad, así como para entender en todas las acusaciones contra criminales, y que se los saca de entre los abogados más hábiles cuando se han hecho viejos o perezosos; y como durante toda su vida se han inclinado en contra de la verdad y de la equidad, es para ellos tan necesario favorecer el fraude, el perjurio y la vejación, que yo he sabido de varios que prefirieron rechazar un pingüe soborno de la parte a que asistía la justicia a injuriar a la Facultad haciendo cosa impropia de la naturaleza de su oficio.

»Es máxima entre estos abogados que cualquier cosa que se haya hecho ya antes puede volver a hacerse legalmente, y, por lo tanto, tienen cuidado especial en guardar memoria de todas las determinaciones anteriormente tomadas contra la justicia común y contra la razón corriente de la Humanidad. Las exhiben, bajo el nombre de precedentes, como autoridades para justificar las opiniones más inicuas, y los jueces no dejan nunca de fallar de conformidad con ellas.

»Cuando defienden una causa evitan diligentemente todo lo que sea entrar en los fundamentos de ella; pero se detienen, alborotadores, violentos y fatigosos, sobre todas las circunstancias que no hacen al caso. En el antes mencionado, por ejemplo, no procurarán nunca averiguar qué derechos o títulos tiene mi adversario sobre mi vaca; pero discutirán si dicha vaca es colorada o negra, si tiene los cuernos largos o cortos, si el campo donde la llevo a pastar es redondo o cuadrado, si se la ordeña dentro o fuera de casa, a qué enfermedades está sujeta y otros puntos análogos. Después de lo cual consultarán precedentes, aplazarán la causa una vez y otra, y a los diez, o los veinte, o los treinta años, se llegará a la conclusión.

»Asimismo debe consignarse que esta sociedad tiene una jerigonza y jerga particular para su uso, que ninguno de los demás mortales puede entender, y en la cual están escritas todas las leyes, que los abogados se cuidan muy especialmente de multiplicar. Con lo que han conseguido confundir totalmente la esencia misma de la verdad y la mentira, la razón y la sinrazón, de tal modo que se tardará treinta años en decidir si el campo que me han dejado mis antecesores de seis generaciones me pertenece a mí o pertenece a un extraño que está a trescientas millas de distancia.

»En los procesos de personas acusadas de crímenes contra el Estado, el método es mucho más corto y recomendable: el juez manda primero a sondear la disposición de quienes disfrutan el poder, y luego puede con toda comodidad ahorcar o absolver al criminal, cumpliendo rigurosamente todas las debidas formas legales.»

Aquí mi amo interrumpió diciendo que era una lástima que seres dotados de tan prodigiosas habilidades de entendimiento como estos abogados habían de ser, según el retrato que yo de ellos hacía, no se dedicasen más bien a instruir a los demás en sabiduría y ciencia. En respuesta a lo cual aseguré a su señoría que en todas las materias ajenas a su oficio eran ordinariamente el linaje más ignorante y estúpido; los más despreciables en las conversaciones corrientes, enemigos declarados de la ciencia y el estudio e inducidos a pervertir la razón general de la Humanidad en todos los sujetos de razonamiento, igual que en los que caen dentro de su profesión.

(Los Viajes de Gulliver, Parte IV, Capítulo V, "El autor comienza a exponer la constitución inglesa...")

El comunismo profético (contra la servidumbre voluntaria) 

"Luego, pues esta buena madre Natura nos ha dado la tierra como morada de todos, y nos ha formado según el mismo modelo para que cada uno pueda verse y casi reconocerse en el otro como en un espejo, pues a todos nos ha hecho este bello presente de la voz y de la palabra para que todos nos encontremos y fraternicemos, para que, mediante la comunicación y el intercambio de nuestras ideas, fructifiquemos en la comunión de nuestras voluntades; y puesto que ha buscado por todos los medios formar y apretar el nudo de nuestra alianza, de nuestra sociedad, y ha probado en todas las cosas que no solamente nos quería unidos, sino semejantes a un solo ser, ¿cómo dudar de que todos, siendo iguales, somos libres por naturaleza? En ninguna cabeza puede entrar que la naturaleza haya puesto a nadie en servidumbre, pues a todos nos ha puesto en compañía.

A decir verdad, no hay por qué preguntarse si la libertad es natural, pues no se puede tener a nadie en servidumbre sin hacerle perjuicio: nada en el mundo hay más contrario a la naturaleza, siempre razonable, que la injusticia. La libertad, entonces, es natural; y por ello, a mi juicio, no sólo hemos nacido con ella, sino además con la pasión de defenderla".

(Etienne de la Boétie, Discurso de la sevidumbre voluntaria, también llamado Contra Uno).

Etiquetas: , ,


martes, junio 21, 2011

Porompompón el soldado trifaldón, porompompón reformista recabrón 


La Minera La Escondida en conjunto con importantes segmentos de nuestra Industria Cultural han difundido un artefacto destinado al público infantil que responde el nombre de "Tikitiklip": un DVD con video clips de canciones infantiles con música de unos tales "Miranda y Tobar" (na que er con Familea Miranda ni con Miranda, creo), donde tal vez su mayor acierto es el video de la canción "El soldado trifaldón".

Sobre una pegajosa melodía que hace furor en grandes y chicos, y con una gráfica explícitamente tomada de la antigua Brigada Ramona Parra, lo que se muestra acá es nada menos que la política invariante del autodenominado "Partido Comunista" de Chile de una manera brillante:

La canción y el video describen las aventuras del jefe de un ejército de pepitas de melón, que se encuentra directamente con la represión a cargo de un "ejército de hormigas" con bigote hitleriano. Las hormigas pegan primero, y el soldadito rabanito responde, pero cuando ve que el milico llora por el chichón que le hace salir, se apiada de él, lo abraza, y de esa forma consiguen la tan ansiada reconciliación nacional integrándose todos juntos en un mismo Ejército, más grande y -obviamente- comandado por Trifaldón: ¡el sueño de Luis Corvalán en 1977 (y de todos los reformistas rábanos de todos los tiempos)!

Fascistas de derecha, fascistas de izquierda: váyanse todos a la misma mierda!

Etiquetas: ,


El terrorismo. El Estado. (o, elementos para una historia del Terror en la era capitalista), Parte 2 1/2. Colaboración de E. Farrón 


Pese a que en un sentido histórico podemos afirmar que en el origen del terrorismo como método de dominación política está siempre presente el Estado, decíamos más arriba que a fines del siglo XIX se produce una inversión de sentido que permite pasar a definir también como “terrorista” a la violencia revolucionaria, a las acciones subversivas y/o insurreccionales que atentaban contra su poder. De esta forma, se arriba a una definición mucho más etérea del terrorismo que reza más o menos como sigue: “método de lucha política, basada en la violencia intimidatoria (asesinatos, sabotajes, atentados con bomba, etc.) empleado generalmente por grupos revolucionarios o subversivos (de izquierda y de derecha)” .

Dicha inversión puede ser vista como una manifestación más del poder del Estado, que en una ya tradicional visión sociológica del conflicto incluye el poder de descriminalizar/desetiquetar sus propios comportamientos y dirigir tanto el foco como la represión efectiva en contra de los antagonistas. Almani, por ejemplo, señala que esta inversión terminológica evidentemente opera con una clara utilidad para la razón de Estado, e incluso se atreve a identificar la razón de esta mistificación: en la visión conservadora de la revolución francesa, “la ideología dominante ha tenido que cambiar los sujetos y atribuir a la Revolución la responsabilidad que en realidad pertenece al Estado”. Cuando esta maniobra típicamente ideológica es exitosa, el Terror pasa a ser “obra de la revolución”, “sinónimo de violencia revolucionaria” .

Pero también ha habido, excepcionalmente, quienes desde sectores autoproclamados como revolucionarios han aceptado y/o justificado el uso del Terror y por ende un uso diferente del concepto de terrorismo. En el campo marxista, se ha teorizado incluso la necesidad del “Terror rojo” como momento inevitable de la “dictadura del proletariado”, a través del cual lo que se pretende es, estratégicamente, una reducción de la necesidad de la violencia revolucionaria mediante su concentración intensificada en un lapso breve de tiempo.

No es raro que desde el “marxismo” se llegue a tales posiciones, puesto que en su versión mayoritaria éste reivindica el uso del poder estatal (la diferencia entre las dos variedades más influyentes de marxismo, el socialdemócrata reformista y el “leninismo” radica en la forma de tomar dicho poder, y en la continuidad o ruptura entre el Estado burgués y el proletario 1), dado que en la concepción marxiana se concibe al Estado, más que en su dimensión institucional, en tanto ejercicio de un poder de clase. De acuerdo a esto, mientras haya clases habrá Estado, y por ende, dominación violenta, “terrorismo” .

Victor Serge, un anarquista convertido al comunismo bolchevique tras la revolución rusa, teoriza al respecto asumiendo primero una identidad y continuidad directa con las revoluciones de los siglos XVIII y XIX. Considerando que la relativa indulgencia de los primeros tiempos de la revolución bolchevique acarreó una mayor cuota de violencia a la larga, Serge abandona su inicial postura “libertaria” para justificar el uso del ejército, de la policía, y en definitiva del aparato represivo del Estado, a favor de la revolución, nos recuerda la violencia sistemática ejercida por la revolución francesa contra el Antiguo Régimen, y termina proclamando que “¿Por qué extraña aberración, los burgueses de la III República, en la que los abuelos vencieron por medio del terror a la monarquía, la nobleza, al clero feudal, a la intervención extranjera, se habrían de indignar vehementemente contra el terror rojo?”

Ahora, dentro del campo marxista, otros importantes líderes como Karl Kautsky criticaron el carácter “terrorista” del régimen soviético, señalando que a diferencia del Terror francés en 1793, que constituyó “el intento de una población revolucionaria asustada y hasta desesperada por defenderse de su aniquilación inminente por parte de un enemigo contrarrevolucionario” y que “alcanzó su punto culminante, zozobró y fue derrocado justamente en el momento en que dejó de ser necesario para hacer la guerra” , el Terror en Rusia, tras una situación inicial que era comparable a la francesa, pasó de ser una medida provisional justificable por la situación de guerra, a un elemento permanente y estable, un método de gobierno. Es más, Kautsky señala que una vez alcanzada la paz, en 1921, “el régimen de la Cheka no se ha suavizado, sino que más bien se intensificó” , pasando a atacar a otras variedades de socialistas, y luego a disidentes al interior del mismo partido bolchevique.

Lo que resulta extraño es que el concepto de “terrorismo” haya sido aceptado y reivindicado como etiqueta para la práctica sistemática de acciones directas violentas por ciertos sectores del anarquismo. La diferencia esencial entre marxistas y anarquistas ha sido identificada acertadamente por Engels en la siguiente fórmula: “Ellos (los anarquistas) dicen ‘abolid el Estado, y el capitalismo se irá al carajo’, nosotros decimos exactamente al revés”. Por este lado, entonces, resultaría extraño aceptar la necesidad del ejercicio de un cierto terror desde el Estado, aunque éste se conciba –a la manera marxista clásica- como el último Estado, o si se quiere, una especie de (anti) estado, forma a través de la cual el proletariado ejerce la última dominación de clase, antes de la disolución de las clases (y del Estado), si es que se niega –a la manera anarquista- el ejercicio de cualquier forma de poder estatal. Pero lo que ciertos anarquistas han reivindicado como “terrorismo” es otra cosa: no el ejercicio de una forma de represión desde el estado, sino por el contrario, la violencia revolucionaria insurreccional, o ciertas formas de violencia revolucionaria ejercida en ciertas condiciones especialmente difíciles (en general se trata de actos de violencia individual, violencia aislada y/o indiscriminada, los que se dieron sobre todo a fines del siglo XIX en Europa revistiendo las características de una verdadera campaña).

Al respecto, Almani recuerda las discusiones surgidas en el anarquismo italiano tras un atentado en el teatro Diana de Milán, en 1921, donde a pesar de que el objetivo era un jefe de policía, hubo numerosos espectadores muertos y heridos. Así, mientras la revista Anarchismo de Pisa reivindicaba como una “verdad anarquista cardinal: la inseparabilidad del terrorismo y el insurreccionalismo”, al mismo tiempo esbozaba una crítica al uso del concepto: “¿por qué etiquetar como ‘terror catastrófico’ –que es propio del Estado- al acto de revuelta individual? El Estado es terrorista, ¡el revolucionario que se subleva, nunca!” .

Errico Malatesta, una de las principales figuras del anarquismo del siglo XX, calificó esos hechos como dentro del tipo de atentados “que aparte de ser malos en sí son también estúpidos, porque dañan inevitablemente a la causa a la que deberían servir” , y 21 años antes, con ocasión del asesinato del rey Humberto por el obrero anarquista Gaetano Bresci señalaba que “estos hechos de violencia aislada, sin suficiente preparación en el pueblo, son estériles y a menudo producen, al provocar reacciones a las que es incapaz de resistir, dolores infinitos y dañan la causa misma que tratan de servir” . Pero en ambos casos Malatesta –representando en esto la opinión tradicional del anarquismo- no perdía de vista que actos erróneos como esos eran ínfimos en comparación con la violencia sistemática del Estado y el funcionamiento normal de la economía capitalista, no resultan nunca éticamente comparables, y por ello se sentía en el deber de ser solidario incluso con los “hombres generosos, rebeldes, suprasensibles, pero privados de reflexión suficiente, que en determinadas circunstancias son pasibles de dejarse arrastrar por la pasión y asestar golpes a ciegas” .

Frente a dicha posición ya clásica, pareciera que la reivindicación de un “terrorismo anarquista” obedece más bien a la influencia de elementos individualistas y nihilistas, y/o a las tendencias esteticistas que a fines del siglo XIX, sobre todo en Francia, se mezclaron curiosamente con el anarquismo (simbolismo, decadentismo, etc.), pasando a ver en la acción directa violenta una protesta desesperada con ribetes de verdadera “obra de arte”: al respecto, es famosa la exclamación del escritos decadentista L. Tailhade, que ante un atentado sangriento exclamó “¿qué importan las víctimas si el gesto es bello?” . Actitudes de este tipo se vislumbran claramente más cerca del programa fascista/futurista de “estetización de la política”, que en cierta medida anticiparon, que del anarquismo moderno de clara inspiración colectivista y anticapitalista .

NOTAS:

1.- Al respecto, consultar el clásico trabajo de Lenin sobre “El Estado y la revolución”. En este texto, intervención que data justo del instante previo a la revolución de octubre de 1917, Lenin ataca la tergiversación socialdemócrata del pensamiento marxiano, en que se plantea una estrategia gradual y pacífica de “conquista del poder” mediante el crecimiento cuantitativo de la clase obrera y el sufragio universal. Así, Kautsky y otros “revisionistas” a la cabeza del partido socialdemócrata alemán llega a plantear que esa conquista del poder es sencillamente una cuestión de tiempo, y que el Estado debe conquistarse de a poco, para después muy gradualmente ir desapareciendo. A la izquierda de eso, en ese momento, sólo existe el anarquismo, que plantea la destrucción del Estado. Lenin demuestra que todo eso no es sino una gran tergiversación: lo que según Marx y Engels está llamado a extinguirse gradualmente es aquella forma de aparato de Estado que el proletariado utiliza luego de la revolución para impedir la reacción y la restauración del capitalismo. Pero el Estado burgués se destruye, y en eso consiste precisamente concepción de la revolución proletaria no sólo en Lenin sino que en todos los sectores expresados en los inicios de la Internacional Comunista, incluyendo a los que después del Primer Congreso se separarían dando lugar a corrientes como la “concejista” y después la bordiguista.

Etiquetas: , , , , ,


domingo, junio 12, 2011

"¡Falsch!" 

Esto sucedió por ahí por el 2001.

Según los pacos, ocurrió así: en cierta esquina del centro de Santiago, fuimos sorprendidos mi querido amigo XXXXXX XXXXX y yo, ingiriendo alcohol en la vía pública.

Hasta ahí, es verdad.

Pero luego agregan: "lo cual hacían desde una botella de Báltica de 1000 c.c.".

¡Falso! Recuerdo perfectamente que a esas alturas de mi vida yo ya le tenía miedo a las Bálticas, y además recuerdo perfectamente que había invitado a mi amigo XXXXXX un litro de Becker desechable, para conversar ciertos asuntos erótico-comunizacionales que requerían más silencio que el que reinaba en el local donde nos habíamos encontrado.

Y de ahí en adelante las mentiras del parte policial no paran: dicen que rompimos la botella con los restos de alcohol en la acera. ¡Nada más falso! El paco en moto que nos tomó por sorpresa, al caer en medio de nosotros fue de lo más amable. Nos dijo que "lamentablemente" tenía que mandar a buscar un furgón para detenernos, pero incluso nos sugirió que, dado que de todas formas ya no podíamos evitar el hecho de tener que irnos en cana en vísperas de un fin de semana largo, aprovecháramos mientras llegaba la cuca de seguir bebiendo la botella de cerveza, ¡proposición a la que no nos resistimos ni un poquito!

Cuando finalmente nos llevaron, y yo pedí que avisaran de nuestra detención a nuestros amigos que a media cuadra de ahí se disponían a iniciar una tocata hardcore punk de la cual recuerdo vagamente que tocaban Asamblea Internacional del Fuego y Tom Joad, el motorista tan simpático efectivamente fue y avisó.

Lo que no fue nada simpático fue el enojo de los pacos del furgón y de otros motoristas que lo custodiaban, cuando nosotros, tras constatar que

1.- no nos habían pedido los carnets, y
2.- la puerta de la cuca no tenía puesto pestillo,

procedimos a
3.- intentar bajarmos a la calle a la altura de matta con san francisco,

Esa maniobra les cargó, al punto que solo yo alcancé a poner los pies en el pavimento, cuando estos motoristas que venían detrás se e fueron encima y me re-encerraron en su mierda de vehículo policial no sin antes hacer el anuncio de que nos iban a dar la dura al llegar a la comisaría de calle chiloé.

Ante las dudas de si cumplían o no su palabra, se impuso la corriente de pensamiento que sostenía la necesidad de salir aforrando, pues claro está en en todo caso ¡la mejor defensa es el ataque!

Los dejo con la versión policial:

"Se hace presente a ese Tribunal que los detenidos al momento de descender del carro policial en esta Unidad, se lanzaron contra el personal aprehensor y de los funcionarios que en ese momento componían la patrulla del Z-1126 , identificados como ...." (y aquí citan a 2 paxos, recuerdo que en total eran como 5), "con la finalidad de agredirlos, motivo por el cual se tuvo que utilizar la fuerza necesaria y racional para reducilos"...

Mmmmmm, a ver...la verdad es que si alcanzamos a agredirlos. Y no poco. Pero claro, ellos eran más, mi amigo prestó no tanta ayuda como la que se requería en lo que al coscacho limpio se refirió, y finalmente ante un enemigo más numeroso fui reducido y asfixiado mientras se me ofrecía soltar mi cogote si es que dejaba de golpear y resistirme al arresto. Encontré razonable la proposición, dado que hace hartos segundos que no podía respirar ni lo más mínimo y hasta creí estar a punto de llegar a ese momento en que dicen que sientes "como pasa toda tu vida ante tus ojos", así que accedí, aflojé la fuerza, y me esposaron.

Luego, dicen que en la Posta nos constataron erosiones y hematomas, de carácter leve.

Es verdad, pero al otro día en la mañana dolían harto más que lo que dicho registro sugiere.

(Todos los extractos, tomados de: Cuarta Comisaría de Santiago, Parte 01153, 16 de septiembre de 2001).

Etiquetas: , ,


martes, junio 07, 2011

Toda la fuerza del mundo para el compañero Luciano 

Alguna vez, en referencia a compañeros presXs en territorio español, Debord dijo que aunque hubiera importantes diferencias tácticas entre compañeros anticapitalistas /antiautoritarios, había que discutirlas afuera, una vez sacados de las cárceles a que la democracia los había destinado.

¿Qué decir entonces del compañero Luciano, quien está en estos momentos en el peor de los mundos posibles, apresado por varios poderes enemigos en una clínica privada, en riesgo vital tras aparentemente haberle fallado el artefacto con el que se disponía a atacar materialmente un símbolo del Capital, del Dinero? (decimos "aparentemente" porque esto es lo que se puede saber hasta ahora principalmente de fuentes oficiales, es decir, poco creíbles, carroñeras e interesadas).

La mayoría de la gente tonta que acepta su sumisión al dinero con alegría no podrá entender jamás la nobleza de tu acción, la belleza de tu gesto, el desprecio alegre y juvenil contra esta asquerosa sociedad de encierro en que casi todos estamos resignados a una muerte lenta en las micros, casas y oficinas.

Nosotros, sin conocerte, te amamos, y nuestro deber mínimo en estos momentos es no dejarte solo, y no dejar que nadie crea que lo estás.


--



--
"Con mucho respeto. Una cosa es clara, hay que “cerrar filas” frente a lo sucedido, acompañar y defender al compañero, como defenderíamos y acompañaríamos a cualquier guerrero que con pasión y sinceridad luche por recuperar la alegría, la felicidad, la libertad, que el proyecto capitalista, que la dominación nos roba día a día. En fin, en el cotidiano viviendo la anarquía. Con todas sus contradicciones, sus bellezas y sus tragedias, como la que ocurrió… El corazón dolido nos llena de palabrerías salvajes las gargantas. Estas cosas pasan dicen, que no son accidentes, que la sangre correrá. Claro que correrá, pero por que corre primero la de tan valiosos guerreros? Además, claro que fueron accidentes. Esas bombas tenían otro destino, pero dos errores, nos arrancaron la sonrisa de forma terrible aquellas noches. Si bien la informalidad nos permitió vivir la libertad aquí y ahora sin ningún tipo de estructura social o ideológica que este por sobre nosotrxs mismxs y la afinidad en términos prácticos nos dio movilidad, un nuevo tipo de des/organización mucho mas “segura”, aquellos aires insurrectos nos mostró, también, nuestra precariedad. Lo único que sabe el estado de nosotrxs es lo que nosotrxs les hemos dicho. Cuestiones técnicas, logísticas, eléctricas… Ya no dependemos de nadie que nos diga como se hacen las cosas. Necesitamos reforzar el oficio, ser más limpios, precisos. No hablamos de especialistas. Sino de guerrerxs. Debemos darle una y otra vuelta a todo. Ser sigilosxs, tener mucho, mucho cuidado por favor y no hablamos de miedo, solo es asumir la guerra, teniendo en cuenta que cada compa que lucha es demasiadx importante para exponer sus vidas a situaciones que eran evitables. Que esto nos haga crecer. El dolor nos enseñara otra vez, deberá hacerlo".

Con el mauri, el Luciano y tantxs otrxs. Que viva la anarquia!

(algunxs anarquistas con el corazón apretado)

(Tomado de Hommodolars).

--

Esa tarde del primero de Junio nos enteramos de lo acontecido, alguien corrio una suerte parecida a la de Mauricio Morales en Chile. Corrimos a las noticias. Todo lo confirmaba: Un compañerito, Luciano, de 22 años de edad, sufre un accidente cuando la bomba que iba a depositar en un banco, esas instituciones malditas que tanto deseamos ver hecha cenizas, estalla antes de tiempo y provoca quemaduras en su cuerpo, y… ¿para que contar el resto? Luciano sigue vivo.
Nos cuesta creerlo aun, la magnitud de semejante tragedia. Hacia poco tiempo que los acusados del montaje politico-mediatico-judicial “Caso Bombas” volvian a sus casas, y ahora esto. Hacia diez dias se cumplian dos años de la partida de Mauri y en una semana quince años de la de Urubu.

¿Para que describir las imágenes? Si los medios ya lo han hecho, lo han mostrado como la desdichada aventura de un joven inadaptado, y la gente lo ha visto de la misma forma que ve un choque en tiempo real en el noticiero. Es natural que en un mundo de tanta guerra y miseria como este, la realidad se convierta en un show de TV.

Pero nosotros, y tantos mas, al igual que Luciano, no hemos aceptado este mundo, y por eso actuamos en consecuencia. Asi lo entendio el y decidio hacer lo que hizo.

Ahora entendemos esto; no es tan facil hablar en terminos de guerra social, ni es facil aceptarlo tan a la ligera y asumirlo seriamente. Porque la guerra contiene en si misma acontecimientos como estos, y aceptarla implica por ende asumir estos.

“La Libertad es un concepto doloroso” señalo un conocido anarquista, y este hecho lo demuestra claramente.

Pero, ¿cómo compartir la tristeza? Nos gustaría poder abrazar a nuestros hermanos en Chile y con un solo gesto decirles que asumimos esta guerra y todo lo que ella conlleva, pero que aunque hayamos decidido aceptar el combate, esta sensación de que sean comúnmente los nuestros los que caigan, nos sabe muy amarga. Tan amarga como la incertidumbre acerca del comienzo de una nueva cacería de brujas en aquella region.

También entendimos esto; que el saber que se sigue dando batalla a esta realidad, es lo que realmente nos conmueve. No las ideologías, no los discursos, sino la voluntad y el espiritu de querer cambiarlo todo, con aciertos y errores pero con todas las armas a nuestro alcance…

Hoy sentimos la necesidad de compartir el dolor con lxs compañerxs, por eso estas palabras. Para el resto de la sociedad, nuestro desprecio y la frente en alto, y para el mundo entero, decimos que estamos orgullosos de Luciano, que su decisiónhttp://www.blogger.com/img/blank.gif nos enorgullece y energiza tanto como cuando cae alguno de nuestros enemigos.

Quiza nos conocimos en persona, quiza no ¿Qué importa? Dicen que a la gente se la valora por sus actos.

Ahora sabemos quien sos, al igual que tantos otros compañeros, un destello de luz en medio de tanta oscuridad.

Anarquistas de Buenos Aires,
3 de Junio de 2011.

(Tomado de Liberación Total)

Etiquetas: , ,


This page is powered by Blogger. Isn't yours?